Remates de las subastas numismáticas de diciembre de 2015

Tras un repaso a las subastas de octubre de 2015 y otro a las de noviembre de 2015, voy ahora con las principales conclusiones de los remates de diciembre de 2015. En ese mes se realizaron un total de 6 subastas: la de Áureo & Calicó (estos no pierden comba… ¡¡la de trabajo que me dan!!), la de Ibercoin, la de Martí Hervera y Soler y Llach, la de Herrero, la Cayón y la de Pliego. Así que se entenderá que no entre en detalle de cada una de ellas.

La primera casa que organizó una subasta en diciembre fue Herrero. Como siempre en esta casa, el porcentaje de remates no es tan alto como en otras y los precios no suben tanto, pero se debe fundamentalmente a que los precios de salida están puestos para que no haya mucho margen de pujas. También es típico que esta casa se centre más en la numismática antigua, como fue el caso de esta subasta. Hubo bastantes lotes de moneda hispánica que se vendieron bastante bien, primándose mucho las rarezas, al contrario de lo que a mi entender ocurrió en la subasta de Vico. En cambio, en la moneda romana se vendieron mejor las piezas con calidad que las monedas raras; queda claro de nuevo las diferencias entre unos coleccionistas y otros.

En la moneda medieval se vendieron muy bien las piezas andalusíes, quizá porque últimamente no aparecen casi en las subastas españolas y el mercado las reclama en cierta medida. Además hubo varios vellones raros cristianos que se vendieron bien a pesar de que un par de ellos hubo que retirarlos. Es curioso que hoy en día se vendan mejor los vellones medievales que los oros medievales; supongo que haya coleccionistas a quienes les guste la moneda medieval pero que no puedan pagar lo que cuestan los oros. Por parte de la moneda española no hay mucho que destacar porque en esta colección no había un periodo o serie especialmente representado y prácticamente todos los remates eran bastante predecibles (lo cual no significa que yo pudiera predecirlos debido a la calidad de las fotografías). El único apunte es que nadie pagó los 35.000 euros que se pedían por el soberbio ejemplar de los 4 reales de Zaragoza de 1547. Una moneda impresionante pero con un precio de salida quizá alto para un medio duro.

solido

La siguiente subasta la organizó Cayón. Se trataba de una subasta no muy amplia pero con una calidad muy buena en general. Se vendieron la práctica totalidad de los lotes y eso que esta vez la salida no era tan baja como nos tiene acostumbrados esta casa. Eso sí, los precios de salida eran para venderse.

La moneda antigua se vendió muy bien. No es de extrañar puesto que son monedas en una calidad media-alta muy queridas en el mercado internacional. Por parte de la moneda medieval, había bastantes oros tanto castellanos como de la Corona de Aragón. Se vendieron muy bien para lo mal que está el mercado de esas piezas, sobre todo las castellanas. Los florines tienen menos de especiales pero es de destacar que se hayan vendido casi todas las doblas castellanas, a pesar de que sus precios no han sido alarmantes. Por desgracia la que se quedó sin vender es el lote estrella de la subasta: la dobla única de 40 maravedís de Pedro I. Simplemente hoy en día no hay nadie que pague 75.000 euros más comisión por una pieza de oro castellano. Habrá que esperar unos años a que algún ricachón se encapriche y seguro que se acaba pagando muy bien. Hay muy pocas monedas de oro que sean de tipo único y estén en manos privadas (¡ay! ¡si yo fuera rico!).

Llegando a la Monarquía Española se pueden destacar los buenos resultados en las platas de los Reyes Católicos. No así en los oros, que se vendieron bien pero a precios bajos porque la calidad no acompañaba tanto. De nuevo, cuando la calidad vino los precios también: en 10.000 euros se remató un doble excelente toledano y en 5.500 un doble ducado valenciano, ambos prácticamente sin circular. En las monedas de los Austria hubo también muy buena aceptación. Los redondos subieron mucho de precio, pues son monedas muy queridas más allá del Atlántico y también se vendieron muy bien las piezas segovianas, en especial las acuñaciones «marías». Como curiosidad, había bastantes pruebas del examen de grabado de la Escuela de Grabadores de Madrid que se remataron en torno a los 300 euros. Lo podemos tomar como referencia de precio para esta curiosidad numismática. Los Borbones y El Centenario de la Peseta trajeron menos sorpresas porque, a pesar de que eran monedas con una calidad alta, no llegaban a ese punto de exquisitez que las hacen aptas para el mercado internacional. Y en ese caso los precios de remate son muy predecibles.

solido Irene

Ibercoin fue la siguiente casa que organizó una subasta. Se trataba de una colección formada fundamentalmente por oro extranjero, fácilmente vendible pero donde no hay mucho que contar: tanto pesa, tanto vale en la inmensa mayoría de los casos. Se vendió el oro en su práctica totalidad, como no podía ser de otra manera.

Áureo & Calicó organizó otra subasta pero en este caso no tenía ninguna colección especial, lo cual ya empieza a ser cosa rara en esta casa. Presentando una colección comercial, las conclusiones que se pueden sacar de la subasta son más limitadas. En el global de la subasta el porcentaje de monedas vendidas ronda el 90%, como es habitual en esta empresa.

En la sección de moneda antigua destacaron las buenas ventas de las monedas romanas, abanderadas por el impresionante áureo de Julio César que se remató en 32.500 euros. Quizá los remates que me supieron a poco fueron los de moneda íbera, más cuando en las subastas de otras dos casas (que venían mejor representadas, eso sí) hubo tan buena acogida.

Por la parte de la moneda medieval destacan los buenos resultados de las piezas visigodas. Se vendieron prácticamente los 41 trientes que aparecían en la subasta y muchos de ellos subieron de precio aunque no llegaron a dispararse. Del resto de la moneda medieval no hay mucho que decir salvo que las monedas locales catalanas tuvieron una acogida relativamente mala en comparación con el resto de la subasta. A pesar de que había bastantes monedas raras no son lotes comerciales; probablemente sean las típicas monedas que se venderían mucho mejor en una subasta monográfica.

Entrando en la Monarquía Española encontramos muchas monedas comerciales pero de nuevo no hay series especialmente representadas por lo que no se pueden obtener muchas conclusiones globales al respecto. Se puede destacar que los oros de los Reyes Católicos se vendieron bien pero sin apensa subidas, lo que vuelve a mostrar lo importante de la conservación para que el precio de estas monedas se dispare. Me ha sorprendido también que los 4 reales sevillanos de 1704, moneda única e inédita, no se haya vendido por 600 euros. Por último hay que aplaudir la buena acogida de las medallas en venta, pues siempre son lotes menos comerciales que las monedas. Había bastante representación de medallas de proclamación y se han vendido estupendamente.

solido

Martí Hervera y Soler y Llach organizaron su última subasta del año también en diciembre. Como es costumbre en esta casa, se trató de una subasta comercial, pero algunas conclusiones se puede sacar de ella. Por parte de la moneda antigua no hay mucho que decir: se vendieron la gran mayoría de los lotes si bien no hubo grandes subidas porque el precio de salida no dejaba mucho recorrido y porque la calidad de las monedas no era algo extraordinario. Quizá el apartado que peor se vendió fue la moneda íbera, pero el porcentaje de monedas vendidas siguió siendo muy razonable. Como remates individuales se puede subrayar la preciosa lechuza de Atenea, vendida en 1.600 euros y, sobre todo, dos sólidos bizantinos, uno de Irene (7.000 euros) y otro de Nicéforo I (8.000 euros) (primera y segunda imagen). No es muy normal encontrarnos moneda bizantina de semejante nivel en nuestro país.

La parte medieval vino peor parada que la moneda antigua. Los trémises visigodos se vendieron bastante mal, mientras que las piezas andalusíes fueron muy bien por lo general. Especialmente el extraordinario dínar bilingüe que se remató en 10.500 euros. Los reinos cristianos no tuvieron remates tan espectaculares pero las piezas se vendieron relativamente bien, mejor Castilla que Aragón, creo yo.

De la Monarquía Española para adelante no hay demasiado que destacar. Son lotes muy comerciales que se han vendido muy bien, encontrando comprador la inmensa mayoría de ellos. Vemos que a los oros de los Reyes Católicos les ha pasado exactamente lo mismo que en otras casas de subastas: se han vendido pero no han subido apenas de precio puesto que la calidad no acompañaba. Por otra parte, parece extraño pero se han quedado bastantes onzas sin vender. También es curioso que aparecían bastantes monedas encapsuladas por NN Coins y se han vendido todas ellas sin problemas, al contrario de lo que ocurría en esta casa con las monedas encapsuladas por PGCS que aparecieron en subastas anteriores. La diferencia clara es que las monedas encapsuladas por PGCS salían con un precio sensiblemente más alto de lo normal para su valor de mercado, cosa que no ha ocurrido con las encapsuladas por NN Coins. Queda claro que el mercado español no está preparado para las monedas en ataudes.  Lo mismo digo de los billetes encapsulados por ICG: se han vendido casi todos y creo que a un precio bueno. De nuevo el truco está en no aumentar el precio de salida debido a la encapsulación.

solido

Pliego cerró el año con una subasta relativamente grande para las que suele organizar esta empresa. En la subasta había mucha moneda corriente y barata que se quedó sin vender, lo que hace que el porcentaje de lotes vendidos no sea muy alto. Pero las mejores piezas tuvieron acogida, entre ellas dos trémises visigodos o una estupenda onza de Felipe V rematada en 7.500 euros.

moneda bizantina

9 comentarios en “Remates de las subastas numismáticas de diciembre de 2015”

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Ya han vuelto a duplicar el precio del libro. Aún así está bastante más barato que cuando yo lo compré y lo sigo considerando una buena compra. Pero claro, yo no es un chollete.

    2. Pues yo no recomendaría esa publicación. Puede ser una publicación completísima, que nadie duda, pero el rigor histórico es cuanto menos algo «dudoso»… ¿Alguien conoce la denominación «Ramón Berenguer IV of Catalonia»?
      No voy a poner más ejemplos, si alguien quiere saber más sólo tiene que dar un ligero vistazo a la «preview» digital que permite Amazon en algunas de sus páginas. Y decidir luego si comprar o no el libro. Conmigo no cuentan.

      Interesantes tus últimas entradas, muy concisas y con una visión general más que suficiente para comprender el mercado nacional de subastas numismáticas.
      ¡Un saludo!

      1. Cierto lo que dices, pero hay que obviar la versión «historicista» de Crusafont que es coautor del libro. Aun así quedan cosas muy interesntes una vez obviada su semántica «catalano-aragonesa» (¿porqué no al revés?)
        Un saludo

      2. Adolfo Ruiz Calleja

        Me alegro de que te estén gustando las entradas. Estas entradas sobre subastas me llevan mucho tiempo y dan pie a pocos comentarios, pero creo que son útiles estos comentarios críticos porque nadie los hace de manera sistemática.

        Esta vez no he nombrado a Cataluña, ni a Aragón, ni a ningún territorio colindante ni a nadie que haya escrito sobre ello y… ya venimos con la misma polémica de siempre. Lo digo otra vez: Crusafont es un autor al que tengo mucho respeto (también como coleccionista le admiro) y que ha hecho muchísimo por la numismática de la Corona de Aragón. Ya podíamos haber tenido en Castilla un «crusafont». Algunos de sus argumentos son discutibles pero este libro creo que es muy bueno y tenemos mucha suerte de que haya salido adelante aunque haya sido tarde (muerte de uno de los autores y graves problemas entre los otros dos).
        Hay que recordar que el libro tiene tres autores y que Crusafont solo escribe sobre la moneda de la Corona de Aragón, de los territorios catalanes y de Navarra. Balaguer se encarga de Castilla y de Portugal.

        Me parece una obra de consulta completísima que da un estado de la cuestión muy amplio en el año 2013. Tampoco creo que se pueda no recomendar la lectura de un libro sin más que porque se le tenga tirria a uno de los autores. Y si el mayor problema es que un autor considera denominar «Ramon Berenguer IV of Catalonia» a quien otros autores denominan «Ramon Berenguer IV of Barcelona», pues yo no creo que sea un problema tan irresoluble.

        Saludos,
        Adolfo

      3. Estoy contigo Pavofrito, no se puede recomendar un libro que está plagado de inexactitudes. A parte de lo que comentas, en el apartado del libro donde hace referencia a los ordinales de los reyes se refleja toda la tergiversación del «admirado» Crusafont. Pero, por lo visto, sólo son anécdotas que se pueden disculpar.

        1. Adolfo Ruiz Calleja

          Yo lo que digo es que de Crusafont se puede aprender muchísimo y de este libro también.

          Me han dicho varios amigos que se lo han comprado, algunos lo pudieron pillar por 54 dólares y otros han tenido que pagarlo a 102 dólares. A mí creo recordar que me salió por 180 euros.

          Saludos,
          Adolfo

  1. Gracias por el análisis de los resultados. La verdad es que yo si vi sorpresas en monarquia española y si bien es cierto que la calidad en conjunto no era muy alta, si que hubo algunos remates que me sorprendieron. Creo que se pudo pescar bien alguna pieza maja si ibas con los deberes hechos.

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