La historia de Roma contada por los romanos

Os dejo un estupendo texto inédito de Alberto Cervera Romero, a quien ya tuve el gusto de citar en este blog el año pasado. En este texto Alberto nos cuenta parte de la historia de Roma a partir de monedas romanas que, en su mayoría, son muy asequibles. Sigo considerando todo un lujo el que podamos disfrutar en nuestras casas de documentos históricos de este nivel. Las fotos de la entrada están tomadas de las subastas de Áureo & Calicó.

A partir de aquí, quien escribe es Alberto:

Los antiguos romanos no eran tan diferentes de nosotros; todos los grupos sociales acaban desarrollando una serie de historias comunes (no necesariamente ciertas) que les otorgan cohesión y preeminencia frente a otros grupos rivales (al menos a sus propios ojos). Lo anterior se puede aplicar tanto a un equipo de fútbol del siglo XXI como a una tribu del siglo VI a. C.; y desde luego se tiene un ejemplo de libro en los nacionalismos exacerbados como por ejemplo el vivido en Alemania en los años treinta. Los romanos reflejaron todas estas historias más o menos ciertas, más o menos absurdas en sus acuñaciones debido a las peculiaridades de su sociedad.

denario Licinus Nerva

Tras la expulsión de sus reyes, se vieron obligados a nombrar a unos funcionarios que llevasen a cabo sus funciones; estos funcionarios, denominados cónsules eran elegidos anualmente entre las distintas tribus de Roma mediante unas elecciones que poco tenían que ver con las actuales (la primera imagen es el un denario acuñado por P. Licinius Nerva entre los años 113 y 112 a.C. cuyo reverso describe el proceso de votación por tribus). Para empezar no todo el mundo tenía derecho al voto, tan solo los varones libres; y no todos los votos valían lo mismo puesto que se votaba por tribus a los distintos candidatos, de ese modo al estar los ricos insertos en una serie de tribus “rurales” y los pobres amontonados en las tribus urbanas, el poder relativo de los ricos era mucho mayor.

asgrave

Aunque las primeras emisiones numismáticas no se distinguían por su originalidad (por ejemplo, en la segunda imagen se aparece un As Grave obtenido por fusión entre los años 225 y 217 a.C. mostrando al dios Jano y proa de nave), pronto empezaron a hacerse más “personalizadas”. De ese modo las monedas de más valor (denarios), pronto empiezan a mostrar iniciales, monogramas y símbolos que permitían reconocer al funcionario responsable de la acuñación (y exigirle responsabilidades en caso de falta de calidad). Estos funcionarios eran jóvenes de familias nobles al comienzo de su “Cursus Honorum”, o como diríamos hoy día al comienzo de su carrera política. Los más avispados de estos jóvenes pronto percibieron el poder propagandístico que en la antigüedad tenían las monedas, pues pasaban de mano en mano, codiciadas, deseadas… ¡y sobre todo observadas de cerca en busca de posibles falsas! Un ejemplo es la tercera moneda: un denario acuñado por Furius Purpureus entre los años 179 y 170 a.C con monograma identificativo y representando a los Dioscuros cargando a caballo en su reverso.

denario furius purpeus

Así, en el 139 a.C.; el joven M. Aurelius Cotta, emitió un denario en cuyo reverso se mostraba a Hércules en biga tirada por dos centauros (cuarta imagen). Como podéis imaginar el hecho de que su familia se proclamase descendiente de Hércules tuvo mucho que ver en la elección del reverso. Esto se convirtió en la tónica habitual y hasta el colapso de la república las distintas familias se dedicaron a glosar las gestas de sus respectivos ancestros para provecho electoral de sus descendientes.

denario Marco Aurelius Cotta

Augusto modificó esta costumbre, los motivos que aparecerían a partir de ahora glosaran solo a la familia del Emperador y la idea de la nación romana de este. De este modo, los poetas de la corte (sobre todo Virgilio en su “Eneida”) empezaron a compilar los distintos mitos fundacionales, eliminando todos aquellos que disgustaban al poder e imponiendo una versión “oficial” que será la representada sobre las monedas. Comencemos:

LA HUIDA DE TROYA

 

denario Julio César eneas llevando a Anquises

Bajo el mando de Eneas, los troyanos que sobrevivieron a la destrucción de su ciudad cruzaron el Mediterráneo hasta las costas del Lacio (según versiones desembarcaron entre Anzio y Fiumicino, en Laurento o en Lavinium). El rey de los Latinos los acogió, asentándolos en el Lacio y prometiendo a su hija Lavinia a Eneas, lo que provocó una guerra con los Rutuli. El hijo de Eneas y Lavinia, Ascanio (también llamado Julos, pretendido antecesor de la Gens Julia) fundó la ciudad de Alba Longa y fue el primero de sus reyes. Estos reyes fueron el nexo directo que unía a Ascanio con Rómulo y Remo.

La quinta imagen es un denario de Julio César donde en el reverso se representa a Eneas con paladión llevando en brazos a su padre Anquises.

 

ROMULO Y REMO

aureo Domiciano con lobaTras seducir el dios Marte a Rea Silvia, esta dio a luz a dos gemelos llamados Rómulo y Remo los cuales fueron abandonados a bordo de una cesta en el rio Tíber para salvarlos de las iras del malvado Amulio, rey a la sazón de Alba Longa. Los gemelos fueron salvados por una loba (llamada Luperca) que los amamantó hasta que los rescató un pastor llamado Faúsculo quien los adoptó y los llevó a su cabaña. Cuando crecieron fueron informados de su historia por lo que regresaron a Alba Longa, mataron al rey Amulio y liberaron a su abuelo Numitor al que le devolvieron el trono.

denario Sexto PompeyoSiendo bastante escépticos podemos imaginar que puesto que los antiguos romanos llamaban “lupas” (lobas) a las prostitutas baratas que solían buscarse la vida en los alrededores del rio Tíber entre los estibadores de los muelles, no es nada raro ni extraordinario pensar en que dos gemelos pudieran ser amamantados por una de estas “lupas” y posteriormente adoptadas por un pastor, pero entonces nos cargamos la leyenda…

 

La sexta imagen de la entrada muestra un áureo de Domiciano en el que el reverso incluye a la loba Luperca amamantando a Rómulo y Remo. La séptima imagen es un denario de Sexto Pompeyo representando al pastor Faúsculo sorprendiendo a la loba, que está amamantando a los gemelos.

 

LA CONSTRUCCIÓN DE ROMA

denario octavio augusto

 

Los gemelos regresaron al lugar donde arribó su cesta para edificar allí una ciudad, su construcción se decidió mediante los presagios que los dioses les enviaron en forma de vuelo de pájaros. Decidida la ubicación en el Palatino, Rómulo inició la construcción de su ciudad trazando el círculo de las murallas mediante el trazado de un surco ritual. Al burlarse Remo de este surco saltándolo repetidamente, Rómulo lo mató con su espada para que nunca más un enemigo volviese a profanar dichas murallas.

 

sestercio vespasiano

 

La octava moneda de la entrada es un denario de Octavio Augusto mostrando en su reverso la fundación religiosa de Roma mediante el trazado del surco de sus murallas con un arado ritual. La novena imagen es un sestercio de Vespasiano que nos muestra a la diosa Roma, asentada sobre las siete colinas con el dios Tíber a sus pies contemplando a Luperca amamantando a Rómulo y Remo.

 

EL RAPTO DE LAS SABINAS

Bajo la dirección de Rómulo, la nueva ciudad fue creciendo a base de recoger a todos los desterrados e indeseables de las ciudades de los alrededores, el primer gran problema que se le planteó fue la ausencia o al menos gran escasez de mujeres en la nueva ciudad. Como quiera que Rómulo fuera un hombre con una gran imaginación que desde luego no estaba lastrada por ningún tipo de consideración moral, organizó unos juegos deportivos a los que invitó a los aburridos habitantes de las ciudades vecinas.

denario Gens TituriaEstos acudieron masivamente al evento con sus familias y, de acuerdo con la costumbre se separaron por sexos. Mientras los vecinos se solazaban viendo como sus atletas les daban una soberana paliza a los “engreídos” romanos, estos secuestraron a sus mujeres e hijas, encerrándolas dentro del recinto fortificado de la nueva ciudad (esto se representa en la décima moneda de la entrada).

Los Sabinos pronto se dieron cuenta del engaño pero no pudieron hacer nada pues se hallaban desarmados y lo único que lograron fue recibir las burlas y chanzas de sus vecinos romanos que desde lo alto de sus empalizadas se burlaban de su impotencia mientras escuchaban los gritos y lamentos de sus mujeres e hijas que iban siendo violadas con mayor o menor grado de violencia física por los romanos. Los Sabinos tuvieron que retirarse humillados y avergonzados pero como podéis imaginar esta afrenta no era de las que se perdonan e inmediatamente intentaron emprender su venganza.

TARPEYA, LA PRIMERA TRAIDORA

Según diversas tradiciones, Tarpeya era una de las escasas mujeres originales de Roma, hija del jefe militar de las defensas de Roma. Hemos de suponer que no debió de ver con agrado como aumentaba de forma tan súbita la competencia femenina en Roma y como de golpe sus “encantos” se vieron devaluados entre la población masculina.

denario TarpeiaSu idea fue acudir a los Sabinos, los cuales como es lógico seguían con un monumental cabreo contra sus vecinos pero que se veían impotentes para vencer a una ciudad que se dedicaba al esfuerzo bélico en una proporción desmesurada y cuyas murallas constituían un obstáculo insuperable para sus escasas capacidades poliorcéticas. La oferta que Tarpeya les presentó fue la de abrir a traición las puertas de Roma a los Sabinos a cambio de “lo que estos portaban en sus brazos izquierdos”. En tiempos de paz, los Sabinos portaban brazaletes de plata y oro bellamente trabajados y sin duda en ellos pensaba Tarpeya, pero cuando les abrió una poterna. Estos, asqueados con la conducta de la traidora la sepultaron hasta matarla con lo que en esos momentos llevaban en sus brazos izquierdos, o sea sus escudos (aparte de dar salida a su indignación ante la traición se ahorraban una pasta).

denario Augusto Tarpeia

Tal y como podéis imaginar los romanos se encontraron de repente frente a frente con los antiguos esposos y padres de sus forzosas mujeres sin sus murallas y fortificaciones por medio. Es de suponer que en esas circunstancias se mostrarían mucho menos chistosos y ocurrentes que meses antes por lo que rápidamente se armaron como buenamente pudieron y formaron líneas de combate frente a los Sabinos que estaban pertrechados al completo. La situación no pintaba nada bien para los romanos, pero en esas intervinieron decisivamente las Sabinas, interponiéndose entre ambos ejércitos y evitando un combate en el que de un modo u otro ellas perdían (si ganaban los romanos por un milagro, se quedaban sin sus hermanos y padres; si ganaban los Sabinos volverían deshonradas a sus casas paternas); sin duda para ellas era preferible ser las respetadas matronas de una ciudad pobre antes que ser hijas despreciadas y parias en una ciudad opulenta. Sea como fuere el caso es que la leyenda dice que ambos pueblos se unificaron.

La undécima moneda es un denario del magistrado L. Titurio ilustrando en su reverso la muerte de Tarpeya a manos de los Sabinos. La duodécima es un denario de Augusto, emitido por el triunviro monetario Turpiliano y representando a Tarpeya sepultada por los escudos Sabinos.

LOS SIETE REYES

denario de Lucius Pomponius MoloTras la muerte de Rómulo (o más bien la ascensión de este a los cielos según las leyendas) se eligió rey a Numa Pompilio, comenzando la era de la expansión territorial de Roma dentro de la península Itálica y la de grandes reformas internas. Tras unos primeros reyes benévolos y competentes que acrecentaron Roma, finalmente llega al poder Tarquinio el Soberbio, el cual intenta imponer un poder absoluto quebrantando el poder del Senado. Uno de los episodios más famosos de su reinado fue la destrucción de seis de los nueve libros sibilinos que marcaban y predecían el destino de Roma tras negarse Tarquinio a pagar las trescientas monedas de oro que por ellos pedía inicialmente la Sibila; según la leyenda, al recibir la primera negativa, esta se limitó a quemar los tres primeros libros y a pedir la misma cantidad por los supervivientes. Cuando recibió la segunda negativa quemó otros tres y volvió a exigir la misma cantidad, Tarquinio no se atrevió a permitir que se quemasen los tres últimos libros y “apoquinó” las trescientas monedas.

denario Cumas

Su gobierno trascurrió desastrosamente hasta que tras la violación de la noble Lucrecia por parte del hijo de Tarquinio se produce una rebelión de los nobles romanos que bajo el caudillaje de Lucio Junio Bruto (Lucio Junio “el estúpido”) logran expulsar a Tarquinio del poder mandándolo al exilio.

 

La décimo tercera moneda es un denario de L. Pomponio Molo representando en su reverso al rey Numa Pompilio como sumo Sacerdote. La décimo cuarta es un denario de L. Manlio Torcuato representando a la Sibila de Cumas y en su reverso su instrumento característico. La décimo quinta es un denario honrando al primer Bruto y a Servilio Ahala, ambos regicidas y ancestros del Bruto que asesinó a Cayo Julio César (Marco Junio Bruto o como justificar un asesinato político).

denario Bruto

 

LAS GUERRAS DE ROMA CONTRA LOS ETRUSCOS

denario ServiliaTarquinio no se quedó de brazos cruzados tras su expulsión de Roma y pronto logró el apoyo de las ciudades etruscas que veían con gran preocupación el creciente poderío de Roma. El primer enemigo poderoso fue Lars Porsenna, el cual llegó a sitiar la ciudad y que desesperó de conseguir la victoria cuando vivió de cerca la fiereza de los romanos.

En todo caso, las ciudades latinas aprovecharon la circunstancia de una Roma muy debilitada por Porsenna para coaligarse contra ella bajo la dirección de los Tarquinios.

denario gens servilia
La batalla se libró a orillas del lago Regilo, donde tras un comienzo desastroso las tropas romanas se vieron auxiliadas por dos misteriosos jinetes que inclinaron la balanza a su favor. Tras la batalla estos dos jinetes desaparecieron por lo que los romanos asumieron que los Dioscuros (Rómulo y Remo) habían descendido de los cielos para combatir a su lado.

La décimo quinta moneda es un denario de C. Servilius mostrándonos en su reverso a un guerrero romano enfrentándose a otro etrusco. La décimo sexta moneda se trata de un denario de C. Servilius Vatia mostrando un instante de la batalla del lago Regillo en que su antepasado mata a uno de los hijos de Tarquinio.

BRENNO, LA INVASION GALA DE ITALIA

denario Sergio Silo Tras las guerras etruscas, un nuevo enemigo surgió procedente del norte. Las hordas galas, comandadas por su caudillo Brenno asolaron el norte y centro de Italia; a su paso fueron cayendo las ciudades etruscas una tras otra y tras derrotar al ejército romano pusieron sitio a la ciudad, tomándola entera salvo la colina Capitolina. La leyenda nos cuenta que Brenno accedió a retirarse si los asediados romanos le entregaban mil libras de oro y que cuando los romanos se quejaron de que las pesas que usaban los galos estaban trucadas este arrojó su espada en el platillo de las pesas exclamando: Vae victis! (¡Ay de los vencidos!).

Las mismas leyendas nos hablan de un heroico contraataque efectuado por los romanos que como resultado obligó a huir a las hordas galas tras la muerte de Brenno a manos de Cincinatus. Aquí finaliza la etapa de las fábulas de Roma y comienza la etapa histórica pues los antiguos romanos no conservaron registros escritos anteriores a la toma de su ciudad por los galos.

denario de Aulo Licinio Nerva

La penúltima moneda de la entrada es un denario de M. Sergio Silo mostrándonos a un jinete romano con la cabeza cortada de un caudillo galo. La última se trata de un denario de Aulo Licinio Nerva mostrando a un jinete romano matando a un infante galo que huye. Los galos fueron el “coco” de los romanos hasta su aniquilación como pueblo a manos de Cayo Julio César.

8 comentarios en “La historia de Roma contada por los romanos”

  1. Hola a todos: me parece un bonito repaso de acontecimientos emblemáticos de la historia de Roma, todo ello ilustrado por una oportuna selección de monedas, testimonio de aquellos momentos.

  2. Una entrada muy didáctica y entretenida, se la paso a mi mujer, que es también del gremio de Historia, a ver si con artículos así se va aficionando un poquito más a la numismática (y me deja gastarme más dinero, jeje).

    1. Por lo que yo tengo entendido, el «gen numismático» es un gen recesivo que prácticamente solo padecemos los hombres (aunque las mujeres pueden ser portadoras no suelen padecerlo) y que a veces se salta varias generaciones…

    2. Por lo que yo tengo entendido, el «gen numismático» es un gen recesivo que prácticamente solo padecemos los hombres (aunque las mujeres pueden ser portadoras no suelen padecerlo) y que a veces se salta varias generaciones…
      Ahora, por intentarlo…

      (pero no creo que «cuele»)

      1. jajajaja, no me digas eso, que tengo dos nenas y pretendo que continúen con mi afición… aquí tenemos a Marian de ejemplo, que continuó con la colección de un familiar :)

        En esta afición se puede entrar porque tengas el gen del coleccionista puro y duro (de mayor se llama síndrome de diógenes, jejeje), o porque te guste mucho mucho la historia, o por ambas cosas. Se ve que el primer gen no abunda entre las mujeres, pero el segundo…. Yo tengo los dos, así que igual les paso el de la Historia, y esta entrada es buena herramienta para empezar.

  3. Pues como consejo, si de verdad quieres que acaben terminando coleccionando monedas prohíbeles «terminantemente» acercarse siquiera a la colección de papá…

    …el placer de lo prohibido aumentará la posibilidad de contagio numismático.

    ;D ;D ;D ;D ;D

  4. Hola.

    Me alegro de que os haya gustado el texto, yo también creo que es interesante.

    Disculpad que esté unos días un poco «ausente», pero ando de vacaciones por la Patagonia.

    Saludos,
    Adolfo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio