Subastas numismáticas de abril, mayo y junio de 2015

Otra entrada que dedico al repaso de las subastas numismáticas en España, que son buenos indicadores del estado del mercado. El mes de abril ha venido cargadísimo de subastas muy interesantes. Empiezo comentándolas:

La primera subasta del mes de abril la organizó Pliego el día 9. Era una subasta bastante más interesante que las subastas on-line que suele realizar esta casa. En general creo que les ha salido bien y que los remates han ido de peor a mejor a lo largo de toda la subasta.

En la moneda antigua los resultados han sido bastante malos: la mayoría de las monedas se han quedado sin vender y las que se han rematado apenas han subido de precio. Tampoco había demasiada calidad en este apartado así que los resultados son normales. Con los trientes visigodos los pujadores parece que se han ido calentando y se vendieron 16 de los 23 que presentaban. La moneda medieval se les ha dado mejor y en ella han podido vender casi todo, incluyendo los rarísimos 4 maravedís de Carmona de Pedro I, que se han rematado en 7.000 euros. Había también muchas monedas de oro medieval y se han vendido todas, lo cual es especialmente sorprendente porque hoy en día el oro medieval es muy poco comercial. Eso sí, las han vendido en general muy baratas (a juzgar por la calidad reportada ya que las fotos no permiten juzgar dicha calidad) lo que corrobora una de las máximas del coleccionismo: una moneda interesante a buen precio se vende siempre. La moneda española se les ha dado todavía mejor, pues presentaban piezas muy comerciales aunque la calidad no fuese alta en general. El oro de los Reyes Católicos y, sobre todo, el de los Borbones se vende como churros y así fue lo que ocurrió. En general los precios de remate me parecen tirando a baratos, pero de nuevo juzgo simplemente a partir de las calidades reportadas.

Hubo que esperar hasta el día 20 de abril para que Ibercoin organizase otra subasta. De nuevo se repitió el patrón de ir de peor a mejor, si bien en este caso la progresión fue más rápida que en la subasta de Pliego. La moneda griega e íbera se vendió en un 60% aproximadamente y las monedas vendidas apenas subieron de precio. La razón es simplemente que las calidades de las monedas en estos apartados no eran para tirar cohetes en muchos casos. En la moneda romana hubo piezas más interesantes y se vendieron muy bien: los denarios republicanos se remataron casi todos, así como la mayor parte de las monedas imperiales. En estas últimas se incluía una sprintia en bastante mala calidad pero que alcanzó los 950 euros y un precioso áureo de Adriano que subió hasta los 6.500.

De la moneda visigoda y medieval hay poco que decir porque no estaba apenas representada. Por parte de la moneda española, creo que esta subasta es un ejemplo evidente de lo que hoy en día es comercial. Lo primero es que se ha vendido la mayor parte de las piezas pero si nos fijamos en las que no se han vendido, son justamente las rarezas en calidades mediocres (no había verdaderas rarezas en calidades altas). Esos cobres o platas menudas de cecas raras hoy en día tienen difícil salida y eso se ha hecho evidente. Igual que las monedas que tienen fuertes defectos de acuñación o que presentan alguna tara importante. En cambio, del resto se ha vendido prácticamente todo y a unos precios buenos.

La parte más interesante de la subasta era el siglo XIX y eso también se ha notado en los remates, pues se ha vendido en su práctica totalidad. Cabe destacar que han rematado los 320 reales de José I  por 8.000 euros, lo que supone un 20% más caro de lo que se remató en la Huntington ese mismo ejemplar (me consta que esa misma pieza ha pasado por varias manos entre una subasta y otra). También se pueden citar los buenos remates en las monedas de Isabel II y sobre todo en El Centenario de la Peseta. Entre ellos el más espectacular fue el duro de 1869, que era la estrella de la subasta y se fue a los 39.000 euros de remate estando en SC, que es como me gustan a mí esas monedas. No hay mejor muestra para decir que Ibercoin de casa pequeña tiene poco, puesto que bien remata las monedas que lo merecen. Las monedas del siglo XX también se vendieron bien, incluyendo un supuesto ejemplar de Moguer que siempre me ha parecido una fantasía horrorosa que no hay quien se crea que se emitió en la Guerra Civil. Ibercoin fue sincero en ese aspecto haciéndolo explícito en su catálogo, pero aún así vendieron la pieza. Un último apunte es que aparecieron seis monedas encapsuladas por NGC, de las cuales solo se vendieron dos. Se ve que eso de intentar vender una moneda más cara porque esté encapsulada es algo que no cuela en España. Al menos no todavía.

La parte por correo no tenía mucha miga. Prácticamente era un catálogo de venta a precio fijo en el que se vendieron aproximadamente el 60% de los lotes. Los que se vendieron no subieron apenas de precio puesto que la calidad de las monedas no daba mucho margen a piques.

Aureo & Calicó fue la siguiente empresa en realizar una subasta, siendo ésta una triple subasta acontecida entre los días 22 y 23 de abril. En esta subasta se incluía el tercer volumen de la Colección Isabel de Trastámara, que se centraba en Fernando VII (el primero fue dedicado a Felipe V e hijos y el segundo a Carlos III). Una de las características de esta colección es que se centra fundamentalmente en el cobre y la plata; otra es que busca más la rareza que las altas calidades, aunque en el caso de Fernando VII había muchas piezas que mezclaban la rareza (hay mucha moneda rara en la numismática de El Deseado) con una calidad extraordinaria dentro de lo posible para esas cecas. Probablemente sea por esta característica por la que hemos visto remates todavía mejores de lo que vimos en los otros dos volúmenes de la colección. Al menos en mi opinión.

Los remates de los cobres me han sorprendido mucho. Es obvio que se trata de una colección totalmente extraordinaria pero yo no esperaba tales remates puesto que son monedas mucho menos comerciales que las platas o los oros. Creo que es patente que cuando hay calidad los coleccionistas la valoran y la pagan. Estos cobres se vendieron prácticamente en su totalidad y a unos precios muy altos para todos los ejemplares. Hubo incluso remates altísimos, como los 3.000 euros del cuarto de real de Santo Domingo (el mismo ejemplar fue subastado por Aureo en 2003 y se remató en 1.100 euros, lo que da una rentabilidad anual de un 8.9%) o los 2.000 euros de los 6 maravedises de Pamplona, que era el cobre que personalmente más me llamó la atención. Cuesta pensar en otros cobres españoles rematados a esos precios.

Pero si los cobres se vendieron bien, yo diría que las platas se vendieron mejor. En las platas había más calidad, especialmente en las de pequeño módulo, pero no hay tantos ejemplares raros como en los cobres. De nuevo los precios en general fueron bastante altos y se vendieron la práctica totalidad de los ejemplares. De entre ellos se podrían subrayar tres: las dos acuñaciones independentistas de un real de Caracas y Caujaral, raras donde las haya y que subieron hasta los 4.200 (150 de salida) y los 4.000 (300 de salida) euros respectivamente; también se debe mencionar el impresionante medio duro de Caracas que se remató en 16.000 euros, siendo la moneda más cara de la sesión. Me da la sensación de que ninguno de esos tres ejemplares se quedó en España. Los reales de a 8 se vendieron muy bien pero quizá haya menos que destacar porque son monedas más comunes y en muchos casos el precio es muy evidente. Pero que se haya vendido prácticamente todo no es nada trivial puesto que había muchas rarezas y variantes que no todos los coleccionistas apreciarán puesto que no estaban en calidades muy altas (no se puede exigir tal cosa en muchos casos). Por ejemplo, los duros de Durango o los de Chihuahua se han vendido muy bien y también el ejemplar de Lleida. Hubo otro ejemplar de Lleida dando vueltas por varias subastas hace unos años, mientras que éste parece que ha encontrado un comprador rápidamente.

En los oros hay poco que destacar porque eso sí que eran lentejas y los precios de remate no pueden sorprender mucho. Son monedas muy comerciales y con poco margen de sorpresa.

Añado dos conclusiones más que se pueden extraer de los remates de esta subasta:

– De las pocas monedas que se han quedado sin vender han sido los cobres raros en baja calidad, como los 8 maravedíes de Jubia de 1811. En el caso de las platas, que son monedas más comerciales, las piezas raras en baja calidad no han subido tanto de precio como las de alta calidad pero aun así se han vendido bien a pesar de que eran mucho menos raras que el citado cobre. Esto se debe simplemente a que hay muchos menos coleccionistas de cobres que de platas. Es un claro ejemplo de cómo es mejor cuidar la calidad que la rareza pero, puestos a tener cosas extrañas, mejor que sean de series comerciales porque encontrarán comprador más fácilmente.

– La colección Isabel de Trastámara es bastante atípica a día de hoy. Pocos serían los que recomendarían a alguien que tenga dinero, tiempo y ganas de hacer una buena colección que se centrase en el cobre y la plata. Mucho menos le recomendaríamos que se dedique a buscar cosas raras ¡Todos diríamos que se fuese a por onzas y reales de a 8 de EBC+ para arriba! Y sin embargo esta colección se está vendiendo estupendísimamente. Creo que es un ejemplo de que cuando una colección hecha con esmero y que sorprende a los coleccionistas siempre consigue un efecto llamada que garantiza una gran demanda.

De la subasta ordinaria de Áureo en sala se pueden destacar también varios aspectos. En todos los apartados se ha vendido prácticamente todo, pero esto dejó de ser noticia para Áureo hace ya tiempo. Presentaba una interesante selección de moneda antigua que se ha vendido bien aunque apenas ha habido grandes subidas. Lo mismo se puede decir de la moneda medieval, tanto árabe como cristiana. De la parte de la Castilla medieval viene la peor noticia de la subasta y es que los cuatro rarísimos oros castellanos que pertenecieron a la Colección Caballero se quedaron sin vender. Es muy mala época para ese tipo de piezas y está quedando patente en Áureo subasta tras subasta, pues deben tener un cliente que les ha mandado bastantes rarezas del oro medieval.

La parte de la moneda española no me llamaba demasiado la atención. Había cuatro onzas rarísimas que fueron colgadas y solo se han vendido la mitad y a precio de salida o poco más, como es normal. También había dos onzas de Santiago de 1751, una de ellas con la variante sin rosetones, que se han rematado en 3.500 y 6.300 euros. Me sorprendió que se vendieran con los precios de salida tan altos que tenían.

Llegados al siglo XIX la subasta se puso más interesante. De José I se puede destacar los 20 reales de 1810 IA en EBC+ que se vendieron en 3.500 euros. Este remate contrasta con otro ejemplar, pero en bajas calidades, que hace poco se quedó desierto a pesar de que su precio de salida era goloso. De Isabel II se presentaba una colección muy amplia e interesante que se vendió muy bien. El remate más alto fue de una prueba de los 25 céntimos segovianos de 1854, que se fue a los 2.700 euros. El resto eran monedas muy comerciales que dan poco margen a las sorpresas en los remates. Lo mismo ocurrió con El Centenario, donde aparecían varias pruebas que se vendieron bien en su mayoría. Solo quedó una desierta y el resto incluso subieron de precio a pesar de que el precio de salida ya no permitía chollos. Me da la impresión de que El Centenario de la Peseta va levantando, o quizá solo sea una impresión mía. Los dos últimos remates a destacar son las rarísimas monedas de 5 pesetas de 1949 *1951 y *1952, que se remataron en 6.900 y 22.100 euros respectivamente. Es curioso que en la última década las monedas de Franco han bajado muchísimo de precio salvo estas dos, que siguen manteniendo su precio. A pesar de que no suben vuelve a ser otra prueba más de que las monedas buenas conservan mejor el precio incluso en las peores situaciones.

La subasta por correo da mucho menos juego a la hora de comentar. Cabe destacar que Áureo volvió a la carga con una amplia colección de denarios republicanos y de nuevo los volvió a vender a unos precios altísimos que yo no acabo de comprender. El resto de apartados también se han vendido casi en su totalidad y a unos precios altos en general.

El día 28 de abril Cayón organizó otra subasta. Generó mucha espectación porque es con mucho la subasta más interesante organizada por esta casa en los últimos años. Además, la impresionante colección de duros segovianos y los 13 cincuentines dieron mucho que hablar. La subasta comenzaba con una colección de 486 oros españoles que eran corrientes en su inmensa mayoría, lo que hace que los remates no den muchas sorpresas. Por las monedas raras hubo mucho interesado y los remates de las mismas fueron bastante altos. Tal fue el caso del precioso doble castellano que iniciaba la subasta o del cara de rata de Nuevo Reino de 1763.

La colección de duros segovianos se vendió en su totalidad, lo cual no es ninguna sorpresa viendo los precios de salida que tenían esos duros. Los duros de Segovia no son corrientes de por sí, pero hay algunos mucho más raros que otros. No obstante los precios de remate no atendieron tanto a la rareza de las monedas como a la calidad de las mismas. Las monedas que se dispararon de precio fueron las de EBC+ o mejores, que son muy raras para la ceca de Segovia. También ayudó a mantener altos los precios de remate el que la acuñación de las monedas fuese muy buena en general, lo cual no es normal en esta ceca. Otra muestra más de que el buen gusto del coleccionista hace que la colección se venda cara.

Por parte de los 13 cincuentines, creo que sus remates son un ejemplo de libro de lo que es el mercado numismático internacional. Los cincuentines son, ya de por sí, piezas de extrema rareza y con una demanda internacional muy fuerte. Estas estaban en una conservación extraordinaria por lo general pero en este caso ha sido la calidad de acuñación la que ha marcado la diferencia entre unos remates y otros. Los cincuentines que estaban bien acuñados y tenían una conservación alta (1620, 1626, 1651) se remataron entre los 70.000 y los 80.000 euros. En cambio los que tenían una acuñación fea, a pesar de que Cayón los reportase como ejemplares extraordinarios, se quedaron sin vender en sala (1632, en 20.000 euros y 1639 en 25.000 euros). Seguramente también haya afectado el «efecto desprecio» y es que los clientes que tengan dinero para semejantes piezas probablemente hayan despreciado estos ejemplares más feos en favor de los extraordinarios. Quizá esos mismos cincuentines en otra subasta se hubieran vendido mejor pero seguro que no hubieran tenido la misma repercusión mediática.

Un último apunte es que seguí en vivo la subasta de Cayón porque pretendía pujar por alguna pieza. Entre que los precios de salida son ridículos, que las subidas se hacen de poco en poco y la lentitud en general, a veces aquello parecía una tortura. ¡Qué lentitud! Hubo mucho retraso y se acabó a casi las 23.00 hora española. Creo que esos aspectos también deben cuidarlos los subastadores.

La última subasta de abril la organizaron Martí Hervera y Soler y LLach el día 30. Como siempre hacen, incluyeron una subasta en sala y otra por correo que dan un amplio repaso a la historia de la numismática.

Comenzaron con la moneda antigua, en la que tuvieron unos resultados buenos en general pero irregulares en sus secciones. En la parte de la moneda griega hubo varias monedas que se quedaron sin comprador, aunque también hubo un par de piezas que se remataron muy bien, como el precioso tetradracma de Siracusa (para muchos las monedas griegas de Siracusa son las más bellas jamás acuñadas), que subió hasta los 5.000 euros. En cambio las monedas íberas y las romanas tuvieron mejor aceptación, incluyendo los más de 200 denarios republicanos que se presentaban, que no es que fuesen nada del otro mundo pero que se vendieron muy bien y a unos precios bastante altos. Esto concuerda con los remates de Áureo y muestra la buena salida que tienen estas monedillas. El resto de monedas romanas también se vendieron muy bien en general, siendo el mejor remate el  espectacular aureo de octaviano, que se remató en 10.000 euros. Por último, de las monedas bizantinas solo la mitad obtuvieron pujas, se ve que no son monedas demasiado comerciales para el público español. El mejor ejemplar de todos se quedó sin vender; se trataba de un interesante sólido de Irene, una emperatriz a la que la revista Detección y Monedas dedicó un curioso artículo el mes pasado.

La moneda medieval se les dio bastante bien. No hubo grandes subidas porque tampoco había piezas que lo permitiesen pero vendieron el 80% aproximadamente de los lotes que sacaron, incluyendo las monedas árabes, pues fueron la única casa que sacaron una colección significativa este mes. Curiosamente en las monedas árabes se han vendido mucho mejor las platas que los oros, lo que no deja de sorprenderme porque siempre he considerado un chollazo coleccionar oro de Al Andalus.

En cuanto a la monarquía española, lo hicieron tan bien como tienen costumbre. Aproximadamente se venderían entre el 85% y el 90% de las monedas ofertadas. Bien es cierto que no subieron mucho de precio en su gran mayoría pero esto se debe a que Martí Hervera tiene por costumbre poner unos precios de salida que son razonables, aunque baratos, para la venta final de las monedas. Gustó mucho la colección de 2 reales de los Borbones que presentaban y también la moneda napoleónica. Como esta vez no había grandes rarezas, no había mucho margen para sorpresas en la subasta. Sí que me llama la atención que una onza de Felipe V colgada se haya rematado por un 50% más de su precio de salida y también que haya subido hasta los 7.800 euros una rarísima medalla de proclamación de Fernando VII. En El Centenario de la Peseta también veo que hay cierta tendencia al alza en los precios de las monedas en alta calidad, lo cual concuerda con mi impresión de los resultados de Áureo. Sin embargo, en este caso las monedas más raras se quedaron sin comprador.

Por último, en la moneda extranjera había un buen puñado de oros de diversos países, muchos de los cuales tenían un precio cantado, pues valen poco más que a peso. También había algunos ejemplares raros, como los oros ingleses o los 20 pesos de México, que subieron mucho de precio. No obstante, el ejemplar que salía con mayor precio se quedó sin vender: se trataba de un rarísimo múltiple de tari italiano del siglo XIII. El precio de salida era de 12.000 euros. Yo me veo incapaz de juzgar el valor de esa moneda.

En cuanto a la subasta por correo, ha ocurrido lo de siempre: un porcentaje bastante alto de monedas vendidas a unos precios muy razonables. Pero, también como siempre, ese porcentaje es menor que en el caso de la subasta en sala.

El último apunte que querría hacer con respecto a las subastas acontecidas es que queda patente que en el mundo hay dinero de sobra para comprar monedas. Ese dinero no lo tengo yo ni probablemente tú, pero este mes ha habido una andanada de piezones a subasta y se han vendido todos la mar de bien.

Vamos ahora con las subastas publicadas para mayo y junio.

Herrero organiza la primera subasta del mes de mayo mañana día 7. Incluye una doble subasta, en sala y por correo, donde da el típico repaso a la historia de la numismática. Como de costumbre en esta casa, en la subasta en sala incluye algo más de 800 lotes que no es que sean muchos pero son muy variados y podrán contentar a coleccionistas de un perfil muy diverso.

Primeramente se repasa la moneda griega con pocos ejemplares y ninguno de especial mención para pasar a una colección de casi 100 monedas íberas. Entre ellas no es que haya grandes calidades pero sí que aparecen algunas monedas raras en una calidad más que digna para cualquier colección. Esto lo digo juzgando por la opinión de la casa de subastas, ya que las fotos no me dejan interpretar dicha calidad por mí mismo. Luego se pasa a un puñado de denarios republicanos, algunos de ellos muy bonitos y entre los que destacan los 3 ejemplares de Julio César y los 11 de Augusto. Por la parte del Imperio Romano hay mayor variedad tanto de tipos como de calidades. Personalmente los ejemplares que más me llaman la atención son las monedas de Adriano.

La subasta pasa de puntillas por bizancio y por los visigodos para presentar 64 monedas de Al Andalus. De esos 64 lotes las tres cuartas partes son dirhams de los omeyas y el resto son dinares o quirates almorávides. Tampoco hay mucha representación de las monedas medievales. De entre los 20 lotes castellanos se pueden destacar por su rareza dos dineritos de Alfonso VII y el castellano de Toledo; la Corona de Aragón solo se ve representada por cuatro florines y un medio florín que no requieren especial atención.

Llegando a la moneda española la subasta va en general de menos a más. La parte de los Reyes Católicos y los Austrias está poco representada y no tiene grandes ejemplares. Cuando llegan los Borbones van apareciendo aquí y allá monedas interesantes, como los preciosos 2 reales segovianos de Luis I o algunas onzas raras, como la de Nuevo Reino de 1757 o la de México de 1761 (últimamente aparecen un montón de ejemplares de esta última onza en las subatas). Pero hasta que no entra el siglo XIX la subasta no se vuelve realmente interesante. De entrada hay tres duros de José I muy buenos y posteriormente una colección amplia y bonita de Fernando VII. En esta colección destacan muchas monedas de medio real en altas calidades. La misma tónica siguen las monedas de Isabel II, donde hay varios cobres en altas calidades e incluso una prueba del Departamento de Grabado de los 4 maravedíes madrileños de 1836. También hay algunas platas pequeñas de Isabel II en muy alta calidad que atraerán sin duda a los coleccionistas de esta reina. En El Centenario de la Peseta hay muchas monedas relativamente raras y muy comerciales, si bien no tienen una calidad extraordinaria. Por la rareza destaca una prueba en cobre de las 2 pesetas de 1869 que a mí no me suena haberla visto antes en subasta. Vuelve a aparecer también el duro de 1949*1951, dándose la casualidad de que se van a subastar tres ejemplares en menos de dos semanas.

Finaliza la subasta con 90 lotes de monedas extranjeras muy variadas. Entre ellas hay bastante representación de los oros estadounidenses y de la moneda inglesa. Aparecen unos cartwheel pennies, que es una moneda que siempre me ha gustado.

En cuanto a la subasta por correo, obviamente presenta ejemplares más corrientes que la subasta en sala, pero creo que merece mucho la pena echarlos un vistazo. Especialmente se lo recomendaría a quienes coleccionen moneda griega o hispánica, puesto que casi me gusta más, en su conjunto, los lotes de la subasta por correo que los lotes en sala.

La última subasta publicada viene a mano de Áureo & Calicó y se celebrará el día 3 de junio. En este caso vuelven a presentar, por tercera vez consecutiva, una triple subasta: especial, en sala y por correo.

La subasta especial se trata de la Colección Avi Miquel, compuesta por 908 lotes de monedas de oro y alguna de platino. Estamos delante de una colección que vale una pasta pero que a mí me deja frío como un témpano puesto que no le veo más mérito que el de poner dinero encima de la mesa. En su inmensa mayoría son monedas de oro de diferentes países, de esas que se pagan a peso o un poquillo más. Yo no veo ningún criterio claro a la hora de seleccionar los ejemplares y los países más representados no son otros que los que más monedas de este tipo emiten: Australia, China, Estados Unidos o Inglaterra. También se incluyen algunas monedas de España y sus colonias, todas ellas en estados de conservación corrientes y la mayoría de ellas muy comunes. Entre ellas, los mejores ejemplares son los 320 reales de José I y los de Fernando VII. Viendo esta subasta me queda la idea de que el mundo está muy mal repartido: ¡anda que no hubiera hecho yo una colección estupenda si tengo la pasta del tal Avi Miquel! Por supuesto, todo esto lo digo como coleccionista de monedas, el que quiera invertir en oro físico tiene en esta colección una buenísima oportunidad.

La subasta general da el clásico repaso a la historia de la numismática. La moneda antigua está bien representada aunque me gustan más algunos apartados que otros. Incluye ocho lotes griegos, que aunque son pocas monedas están muy bien seleccionadas pues son todas preciosas aunque no lleguen a la excelencia. La parte de Roma es más amplia pero me llama menos la atención, tanto la República como el Imperio y Bizancio. De entre las monedas de esa sección sin duda las más interesantes son los nueve áureos. La moneda hispánica me gusta más, puesto que trae 50 ejemplares con una calidad muy alta en general. Me llaman especialmente la atención las monedas de las colonias griegas (Ampuries y Rodeton), así como los ejemplares de Sekaisa.

La moneda visigoda trae diez ejemplares que, de nuevo, parecen muy bien escogidos. Entre ellos aparece un sólido de imitación acuñado durante el Reino de Narbona y Barcelona, los cuales siempre son rarísimos. Por la moneda de Al Ándalus se pasa de puntillas y se llega a las monedas medievales cristianas, representadas por 63 ejemplares de los que solo 15 son castellanos. En la moneda medieval lo que destaca claramente son los oros: por parte de la Corona de Aragón hay 14 florines, algunos de ellos muy raros pero en bajas calidades por lo general; en cuanto a la moneda castellana, se incluyen 3 ejemplares rarísimos de Enrique IV. Viendo los resultados de las subastas anteriores dudo mucho que esos tres ejemplares se vendan.

Llegando a la moneda española, la subasta me vuelve a dejar bastante frío, cosa extraña en Áureo. No es que no haya monedas interesantes para cualquier coleccionista, que las hay, sino que apenas hay lotes que destaquen especialmente. De los Reyes Católicos no se incluye ningún ejemplar y los Austrias se repasan rápidamente. Llegando a los Borbones, hay un buen puñado de macuquinas con acuñaciones extrañas que a mí personalmente no me despiertan ningún interés, y un buen puñado de monedas bastante corrientes. Como conjunto, quizá lo más interesante de esta sección sean la media docena de onzas sevillanas de Felipe V. También se puede destacar alguna onza rara de Fernando VII, como la de Guatemala de 1821 o la de Santiago de 1811. Ya en El Centenario de la Peseta la subasta vuelve a ponerse interesante, pues incluye cuatro pruebas raras y un buen número de monedas en calidades medias o altas. Me parece evidente que estas últimas se van a vender muy bien; a ver si consiguen con las pruebas los mismos buenos remates que tuvieron en la subasta anterior. La última sorpresa de la subasta es un estuche de 1970 del Ministerio de Hacienda, del cual yo nunca había oído hablar y que sale por 1200 euros.

Para rematar la subasta aparecen 66 lotes de moneda extranjera, muchos de los cuales son piezas de oro a peso, por si a alguno todavía le quedan ganas después de la Avi Miquel. Se finaliza con 17 lotes de billetes que no requiren especial mención salvo el conjunto 1731: a más de uno le habrá caído una lágrima al ver esos ejemplares destrozados con el tampón del águila de San Juan.

La subasta por correo incluye 1800 lotes más, si bien obviamente son de menor calidad. Entre ellos solo quisiera destacar la amplísima colección de denarios que aparece: 210 denarios republicanos y otros 217 denarios imperiales. Además hay 107 piezas de la Hispania Antigua. Estos denarios últimamente los vende Áureo como churros y no me cabe duda de que las monedas íberas también tendrán una gran acogida. Sin duda que puede ser una buena oportunidad para aquellos que coleccionen moneda antigua pero que no quieran un gasto desmedido en su colección.

Las imágenes que ilustran la entrada son monedas que un compañero del foro Imperio Numismático va a sacar a subasta en la citada subasta de Áureo & Calicó. Por desgracia tiene que desprenderse de su colección, que como veis tiene ejemplares más que bonitos; espero que le vayan bien las pujas y que pueda obtener la liquidez que desea de esta venta.

24 comentarios en “Subastas numismáticas de abril, mayo y junio de 2015”

  1. Buenas noches. Una entrada muy trabajada, espero que esa prueba de 2 pesetas de cobre esté suficientemente verificada su autenticidad. Los duros del 49*51 parece que van a seguir abundando. Si fueron piezas entregadas a los afines al régimen del momento ya han pasado a manos de herederos, los cuales van a aprovechar el momento antes de que bajen de precio, ya que en este caso se pagan exclusivamente por su escasez. Otra cosa son las monedas romanas, árabes e íberas, siempre he creido que todas estas monedas provienen del expolio de yacimientos y que no se tendrían que vender tan alegremente. Haciendo mención a tu anterior entrada, para evitar que los ladrones se sigan lucrando, creo que se tendrian que certificar de manera obligatoria.

  2. ¿Qué opináis, continuando con las 5 pesetas de 1951, que en Herverá saliese una por 4.000 euros y no se vendieses, mientras que en Aureo se remató por 6.900 euros?¿No es algo raro?

  3. Lo que esta claro es que quien la vende, como la vende y cuanto publicita la venta es determinante para el precio final.

    Por lo tanto para hacer seguimientos de tendencia no vale mezclar vendedores….y a veces ni eso porque no es lo mismo aunque la pieza similar y la venda la misma casa que salga en una subasta por correo a que salga en sala y menos si sale en formato coleccion, catalogo de tapa dura y eso porque pueden salir cosas raras en el estudio.

    Tampoco es lo mismo que la tendencia a medio en el precio del metal sea al alza o a la baja….los diferenciales numismaticos se comportan de forma curiosa.

    A ver si cae algo bonito.

    Un saludo

    1. Hay múltiples factores que pueden afectar el remate de una pieza. Uno de ellos es el vendedor, otra la colección donde se encuentre, otro el simple ánimo de los potenciales pujadores… por eso tiene poco sentido fijarse en los remates de lotes concretos más allá de como simples ejemplos. Pero sí que se puede ver ciertas tendencias y esas tendencias se pueden notar entre diferentes vendedores.

      Por ejemplo, tanto en la subasta de Martí Hervera como en la de Áureo se ve que El Centenario se ha vendido mucho mejor que unos meses atrás. Nos fijaremos en las próximas subastas para ver si esta tendencia continúa o si es un hecho aislado.

      Saludos,
      Adolfo

    2. Veamos a ver, para aclarar ideas, no estoy hablando de tendencias ni nada parecido. Estoy hablando de coleccionistas. Un coleccionista que va a comprar un duro del 51 es un coleccionista avanzado…es más, muy avanzado (yo todavía no tengo esa moneda en mi colección y llevo coleccionando más de 30 años). Por lo tanto, hemos de suponer que recibe los catálogos como mínimo más conocidos (no hace falta una gran publicidad para saber que hay 6 ó 7 casas de subastas importantes en España). Si no recibe el catálogo lo puede ver en internet. Y después de haber estado siguiendo esta pieza, supongo que como mínimo unos meses o incluso más, la compra en Aureo por 6.900 € + gastos= 8.142 € y resulta que en Herverá no se vende a la salida por 4.000 € que con los gastos le hubiese costado 4.720 €, es decir, tira a la basura 3.422 €. A mi no me cuadra. A ver si alguien me lo explica.

      1. Mira lo que he puesto más abajo, probablemente sirva de respuesta:

        «Por lo que dices del duro de 1949*1951, vamos a ver si me explico:
        El precio de una moneda depende de muchísimos factores. Primero de la moneda en sí y en el caso de las monedas de Franco, hay detalles mínimos que hacen que los precios suban mucho. Todos los duros de 1949*1951 están, en principio, en calidad SC ya que no circularon nunca (se los repartieron entre amigotes del que sale en el anverso). Así que la diferencia entre un ejemplar y otro son mínimos matices que son imposibles de detectar en una foto. Así que no puedo tener una opinión sin haber visto las monedas.
        Pero además, aun siendo ambas monedas iguales hay factores externos a la moneda y a la casa de subastas que hacen que el precio de un remate suba o baje. Pueden ser factores económicos (quizá el dólar está más caro) o factores psicológicos: dos pujadores se pueden picar, puede haber un ambiente animado que hace que suban las pujas… eso se nota mucho al asistir a una subasta. Te puedo asegurar que si se celebrase una subasta y según acabase dijesen: “los remates no valen, la repetimos ahora mismo” los resultados serían totalmente diferentes.
        Con todo esto quiero decir que no tiene sentido fijarse en un remate concreto. Que Áureo haya rematado un duro de *51 en 6.900 es puramente anecdótico (ese duro no creo que pase de 6.000 euros precio final por bueno que sea). Lo importante es ver el global de la subasta y sacar conclusiones del conjunto. No se puede comparar dos casas de subastas por el remate de una moneda concreta.
        Por cierto, me dijo Martí Hervera que ese duro se vendió poco después de acabar la subasta a precio de salida. Bien es cierto que no es un gran remate (pero rematarlo en 4.000 euros es más razonable que en 5.900) pero luego Hervera ha tenido otros buenos resultados, como el medio dólar de 1901-O tipo Barber, que de 200 euros de salida se fue a los 6.000 de remate.»

        Por otro lado, hay gente a quienes 3.422 euros arriba o abajo les da exactamente lo mismo. No es que sean coleccionistas expertos, sino que no saben ni qué hacer con el dinero.

  4. @Jaume, yo no tengo ninguna sospecha de que las casas de subastas vendan moneda expoliada. No entiendo por qué lo dices y tampoco entiendo por qué certificar las monedas iba a arreglar ese supuesto problema. Una moneda certificada puede haber venido de un expolio.

    @Juan Carlos, es curioso sí. Pero ésa es la típica comparativa que no se puede hacer a distancia. Ambas monedas están catalogadas como SC pero muy probablemente la de Áureo tenga un «punto de excelencia» que sea que una se venda en 6.900 y la otra no se venda en 4.000. Quizá sea que tenga pleno brillo original la una y la otra no, o que tenga cierta pequeña hojita o… ¿yo qué sé? Los coleccionistas de Franco son un poco como los coleccionistas de la moneda estadounidense y pagan muy bien esos puntos de excelencia. Además de que no hay muchos coleccionistas y basta sean dos los que busquen esos matices para que el precio se duplique.

    Por cierto, tras las casi ocho horas que me ha llevado escribir esta entrada, se me olvidó comentar que el sábado 9 de mayo hay una convención en Segovia a la que estáis todos invitados. Ya me gustaría a mí poder ir: https://scontent.xx.fbcdn.net/hphotos-xpt1/v/t34.0-12/11210159_1623740181178167_1235497329_n.jpg?oh=3de3f523cb6f15a91995e2f54745a7c0&oe=554D7ADE

    Saludos,
    Adolfo

  5. Felicidades por las 8 horas de trabajo! Yo de lo único que me quejo es de la cercanía entre sí en la celebración de todas las subastas. Al menos a mí, no me han dejado casi ni respirar, por no decir que se convierte en un estrés organizarte y decidir en qué y cuanto invertir en las monedas a las que quieres optar. Creo que las casas, aunque ya sabemos que son entidades privadas, deberían por el bien de ellas mismas, establecer como un calendario y dejaran un tiempo prudencial al coleccionista de recuperación entre una y otra.

    Saludos

    1. No has pensado, Jordi, que eso puede ser mejor para los compradores que para los vendedores. Aunque si los vendedores son coleccionistas,pues le toca perder. Lo digo, porque si la demanda es la misma, cuánto más oferta más bajo serán los precios de las monedas

  6. Muchas gracias por el exhaustivo informe, Adolfo. Me quedo boquiabierto por muchas de tus informaciones y comentarios, por tu conocimiento y por las características de este mercado imposible de entender para mi. Bueno, yo soy bastante novato en esto. De hecho he participado por segunda vez en una subasta y me he llevado algunos lotes. Quería comprar mi primer columnario y para asegurarme de que era bueno, pujé en la subasta de Aureo. Me llevé 8 Reales de Felipe V además de los 5 y 10 ct. de Carlos VII de cobre y alguna otra cosa. Todo en calidad estupenda para mis exigencias. La verdad es que me ha parecido que funcionan de manera impecable. A los dos días lo tenía en mi casa. ¿Es «politicamente correcto» que nos recomiendes alguna de esas casas de subastas sobre las otras? A mi Aureo me suena como más prestigiosa, aunque repito que no tengo mucha información, pero el tema de las 5 pts. de 1951, ¿indicaría que allí se alcanzan precios más altos en los remates?
    Un saludo y muchas gracias de nuevo por tus excelentes artículos.

  7. Gracias por esta interesante entrada, Adolfo.
    Difiero en una cosita, no es normal en el Real Ingenio una muy buena acuñación en general?, comparado con? Casa Vieja?, la Sevilla de los Austrias?, las macuquinas?. La excelencia de la acuñación en el Ingenio era muy superior a cualquier ceca del Imperio Español, no hay siquiera posibilidad de comparación con otras cecas… Estamos hablando de acuñación a rodillo, un sistema evidentemente más avanzado que la acuñación a martillo, que permitía que el resultado, la moneda, fuera de una calidad en la acuñación infinitamente superior al obtenido por el sistema tradicional con el que convivía.

    La acuñación en Segovia es extraordinaria en relación a la acuñación de la época, lo que es difícil es encontrar monedas con conservaciones muy buenas, pero eso es otra cosa. Según mi opinión.

    Con respecto a la revalorización de alguna pieza, esa revalorización la ha experimentado el precio de la moneda, pero por desgracia no la ha disfrutado el bolsillo del dueño de la moneda, porque entre comisiones de la compra, y comisiones de la venta….

    1. Yo imagino que en monedas de precio tan elevado la comision al vendedor no existe y los subastadores se conforman con el 18 del comprador.

      El 18% de miles de euros ya es mucho dinero por el trabajo de venta de una sola pieza.

      De hecho Cayon antes publicitaba en las rapidas 0% para el vendedor por piezas de mas de 250€ de salida.

      Un saludo.

      Un saludo.

  8. @Jordi, no te quejes porque haya muchas subastas. De eso sólo me puedo quejar yo porque a mí me dan trabajo :)

    Ahora mismo hay ocho casas de subasta en activo que preparan entre 2 y 10 subastas al año. Por necesidad se tienen que solapar. El mes que viene Pulifil y Hekte se estrenarán como nuevas casas de subastas, así que en vez de menos habrá más.
    La tendencia clarísima es que haya cada vez más ventas mediante subasta pública. Hace 10 años se vendían muchas menos monedas en subastas y no había tanto coleccionista detrás de ellas. El acceso a la información que proporciona Internet ha sido un punto de inflexión muy importante.

    Veremos cómo evoluciona esto pero si tuviera que apostar diría que lo mejor sería que cada casa organizase una Subasta Selección al año más las especiales y el resto que sea todo on-line. El 98% de las monedas que salen a subasta tienen el precio cantado antes de que la subasta ocurra, así que lo mismo se venderían on-line que presencialmente y la empresa se ahorra organizar la parafernalia necesaria.

    Algunas casas de subastas (creo que Aureo y Vico) establecen un calendario con antelación. Las demás me parece que no lo hacen explícito pero todos los años repiten subastas más o menos en las mismas fechas.

    @José Manuel, de nada… pero me llamo Adolfo…

    @Pablo, yo no sé tanto. Lo que pasa es que saco tiempo para escribir pero estoy convencido de que algunos de los lectores del blog lo harían mejor que yo si se pusieran a ello.
    No es políticamente correcto que recomiende una casa de subasta sobre otras. Basta con decir que yo soy cliente de la mayoría. O al menos lo era cuando estaba en España porque desde que estoy en Estonia no he comprado apenas monedas.

    Por lo que dices del duro de 1949*1951, vamos a ver si me explico:

    El precio de una moneda depende de muchísimos factores. Primero de la moneda en sí y en el caso de las monedas de Franco, hay detalles mínimos que hacen que los precios suban mucho. Todos los duros de 1949*1951 están, en principio, en calidad SC ya que no circularon nunca (se los repartieron entre amigotes del que sale en el anverso). Así que la diferencia entre un ejemplar y otro son mínimos matices que son imposibles de detectar en una foto. Así que no puedo tener una opinión sin haber visto las monedas.
    Pero además, aun siendo ambas monedas iguales hay factores externos a la moneda y a la casa de subastas que hacen que el precio de un remate suba o baje. Pueden ser factores económicos (quizá el dólar está más caro) o factores psicológicos: dos pujadores se pueden picar, puede haber un ambiente animado que hace que suban las pujas… eso se nota mucho al asistir a una subasta. Te puedo asegurar que si se celebrase una subasta y según acabase dijesen: «los remates no valen, la repetimos ahora mismo» los resultados serían totalmente diferentes.

    Con todo esto quiero decir que no tiene sentido fijarse en un remate concreto. Que Áureo haya rematado un duro de *51 en 6.900 es puramente anecdótico (ese duro no creo que pase de 6.000 euros precio final por bueno que sea). Lo importante es ver el global de la subasta y sacar conclusiones del conjunto. No se puede comparar dos casas de subastas por el remate de una moneda concreta.

    Por cierto, me dijo Martí Hervera que ese duro se vendió poco después de acabar la subasta a precio de salida. Bien es cierto que no es un gran remate (pero rematarlo en 4.000 euros es más razonable que en 5.900) pero luego Hervera ha tenido otros buenos resultados, como el medio dólar de 1901-O tipo Barber, que de 200 euros de salida se fue a los 6.000 de remate.

    @Lanzarote, tienes mucha razón en que quizá mi frase no fue muy afortunada. Lo que me refería es que muchos duros segovianos tienen fallos: fallos de laminado, grietas, plata agria, final de riel más o menos pronunciado, hojas que llegan a atravesar el cospel… es el propio proceso de acuñación el que propicia estos fallos y también el hecho de que mucha de la plata proveniese de vajilla. Los que presentaba Cayón tenían muy buena acuñación en general.

    Por parte del rendimiento económico, no me refería a que el particular haya ganado o no dinero, sino a que la moneda ha subido mucho de precio. Estoy seguro que allá por 2003 cuando pagaron 1.100 euros por un cobrecito de Fernando VII mucha gente se llevaría las manos a la cabeza considerándolo un remate altísimo. Sin embargo ya ves que a día de hoy casi triplica el precio.
    Y por muchas comisiones que se haya llevado Áureo, ya firmaba yo que todas mis inversiones me rindiesen como le ha rendido la monedita al amigo en cuestión.

    @José David, disculpa por no haber citado tu entrada debidamente. Gracias por recordarla.

    @Ignacio, me alegro de que te haya gustado.

    Saludos,
    Adolfo

  9. ¡Pues ahí has dado en el clavo, Adolfo!Hay personas a las que no les importa pagar 3.422 € de más por una misma moneda. Yo se que los hay que incluso dan ordenes sin tope máximo. Es decir, sin límite. Pago cualquier precio por una moneda. De ahí esos remates tan desorbitados que se ven a veces, porque por muy bueno y serio que sea un subastador, a ver cuantos vencen la tentación de adjudicar la pieza unos cuantos miles de euros más cara que la última puja ante este tipo de órdenes. También he visto en subastas pujadores que mantienen el brazo en alto y no lo bajan entre puja puja, es decir, ¡aquí estoy yo y nadie me va a quitar la pieza por cara que se remate!. Pero es que se les nota a la legua (además se suelen poner en primeras filas) y es muy fácil para los demás ir subiendo la puja sin riesgo. ¡Mientras el otro tenga el brazo levantado!. Otro tema que puede darse en algún caso son los ganchos. De este no tengo constancia pero he oído que se da. Expertos en subir un lote frente al tipo de pujadores que te he comentado anteriormente. Ten en cuenta que muchas veces los lotes son del subastador y no de clientes. Todo un complejo mundo el de las subastas donde es muy fácil perder dinero. Un ejemplo, yo adquirí en la selección de Aureo del 2010 una dopia de Milán por 6.000 € y ese mismo ejemplar se había vendido en la selección de Aureo del 2013 por 13.500. Menos de la mitad. Y otro es el que has puesto estos días del Enrique de la silla ceca PA (aunque en ese caso era otro ejemplar y puede influir la conservación, etc.)

    1. Razones para remates extraños puede haber muchas. En algunos casos simplemente son gente que tiene mucho dinero y le da igual 8 que 80. Si se pican dos o más así entonces ya tenemos una locura. En la colección «Imagines Imperatorvm» creo que pasó un poco esto. Pero claro, no se puede esperar que vaya a ocurrir eso con una moneda nuestra, pues las probabilidades de que ocurran son pequeñas y solo ocurrirá con monedas muy raras.
      También hay veces que con monedas mucho más corrientes se dan precios extrañísimos. En esos casos suele darse el caso de que se la ha llevado cara alguien que no entiende mucho del asunto. Viéndolas ahora, mis primeras compras en subastas fueron nefastas, pero ya he dicho muchas veces que toca perder dinero para aprender, así que bien estuvo.

      La dopia de Milán no sé si tendría más demanda en 2013 que en 2010, pero el oro medieval castellano es obvio que está ahora a precio de derrumbe. La enorme diferencia de precio entre el ejemplar vendido en 2009 y el de 2015 no atiende tanto a la calidad de los ejemplares en sí o a la seriedad de las empresas que los vendieron, sino simplemente a cuestiones de mercado. Prueba de ello es que Aureo se ve incapaz de vender a día de hoy las mismas monedas de oro medieval que vendía muy bien hace 6 años.

      Otra cosa que me duele es que haya alguien capaz de pagar 22.500 euros + 18% por una moneda con la feísima cara del dictadorzuelo monocigótico ese y dejen sin comprar unas auténticas obras de arte medieval únicas. Eso es, como mínimo, un atentado contra el buen gusto.

      Saludos,
      Adolfo

      1. Pues yo no estoy de acuerdo…
        Las monedas de Franco son bellas, sobrias, austeras…
        todos los coleccionistas del mundo mundial deberían dedicarse en exclusiva a las monedas de tan excelso y augusto personaje y dejarme las monedas romanas para alguien con mal gusto como yo; que de ese modo haría el sacrificio de comprar los denarios al peso…

        jejeje

  10. Se puede hablar de burbuja formada por un colectivo que se dedica a comprar compulsivamente para convertir lo negro en blanco y soportandose sobre si mismos?.Creo que estas monedas que se subastan a esos precios sólo forman parte de un modelo de BURBUJA que con el tiempo les pasará como con el ladrillo,los sellos,el oro,la plata y un largo etc. Movimientos compulsivos que no pueden dar lugar a nada bueno y llenan el espacio de mucho humo.Si el 10% llega a buen puerto y a medio plazo(unos 20 años-siguiendo el movimiento general de la numismática)se pueden dar con un canto en las bolas.Mientras tanto creo que el coleccionismo subirá gracias a las nuevas tecnologías, investigadores, y un movimiento de venta importante a nivel global. Estos son para mí los grandes motivadores del coleccionista nuevo que se avecina lo otro «BURBUJA» mucho humo.Al final que cada uno haga con su dinero lo que quiera para eso es de él.
    SALUDOS

  11. No creo que haya una «excesiva» burbuja pero si entiendo que los precios estan caros ya que en la subasta se lo lleva el que más paga y eso no quiere decir que siempre valgan eso… pero el mercado te da un precio aproximado del valor real en ese momento.
    Todas las monedas son diferentes y entre mismas calidades unas son mas caras porque tengan brillo original y otras mas baratas porque tienen pequeños defectos.
    Ahora bien, si crees que hay burbuja en la numismática, yo creo que la verdadera burbuja está en el fiat…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio