Una colección como plan de pensiones IX: Piensa en quién comprará tus monedas

Cuentan que estaba un rey castellano muy preocupado con un tema y mandó llamar a todos sus consejeros…
una vez reunidos estos les preguntó:
¿Cuando es el momento óptimo para comer?
Unos le hacían referencia a la hora exacta del día, otros a los signos astrológicos presentes en aquel momento…
El rey no hacía nada más que mover la cabeza de forma negativa hasta que vio a un modesto fraile que no decía nada por lo que el rey hizo callar el guirigay montado por sus consejeros y le preguntó:
“Padre, ¿cuándo es el momento óptimo para comer?”
A lo que el fraile contestó:
“Majestad, el momento óptimo para comer es: para el rico, cuando tiene gana; y para el pobre cuando tiene de qué”

Comienzo con un pequeño cuento que nos regaló Athalbert en uno de los muchos comentarios interesantes que realiza en el blog. En esa misma entrada hubo otro comentario, que creo que también es muy interesante, por parte de sierramadre. Decía lo siguiente:

Me gustaria conocer tu opinion acerca de si esa bajada de precio en las calidades altas es algo debido a la crisis y por lo tanto teoricamente algo temporal que pasara con la crisis o si forma parte de una tendencia a la baja porque la numismatica pueda estar pasando de moda.
Si fuera lo primero estariamos en el mejor momento para comprar altas calidades…

Su preocupación creo que es común a mucha gente: resulta que los coleccionistas expertos y los comerciantes siempre dicen que es preferible primar la calidad antes que la cantidad. Sin embargo, resulta que en los últimos años las monedas «buenas» han bajado de precio y las «malas» han subido de precio. ¡Menudo chasco! Mi respuesta satisfizo sus inquietudes. La dejo aquí y la extiendo un poco más en esta entrada.

Yo niego la mayor: las monedas de altas calidades no están bajando. Las onzas caras, los duros anteriores al siglo XIX en EBC+, los denarios y sestercios en altas calidades… no están bajando para nada. Hay demanda más que de sobra a nivel internacional y tenemos la suerte (o la desgracia, según se mire) de que la moneda española es muy querida más allá de nuestras fronteras.
Ahora bien, hay algunas series que han bajado de precio y eso puede deberse a múltiples causas. En el caso de El Centenario, está claro que es debido a la bajada de poder adquisitivo de la clase media española. El que compraba los duros en SC- era un abogado, un médico, un constructor, un profesor… clase media. A esos que están inflando a impuestos, a esos a los que les han bajado el sueldo, a esos a los que el negocio va más que justo (si es que sigue abierto) etc. Es normal que dejen de comprar monedas y, como consecuencia, es normal que el precio baje.
En el caso de otras series, como pueden ser los billetes clásicos de alta rareza o la moneda de oro castellano, baja simplemente porque había pocos coleccionistas potentes que se interesasen por esas piezas. Cuando de una moneda hay 3 ejemplares basta con que haya 5 tipos con pasta que la quieran para que su precio sea muy alto. Luego resulta que 2 de esos 5 se mueren y otro se arruina. ¿Qué pasa? Pues que si sale un ejemplar a la venta su precio será muchísimo menor.

En mi opinión, el error de sierramadre consistía en considerar «moneda mala» aquella que es fundamentalmente chatarra (vamos, que es a peso) y «moneda buena» aquellas piezas corrientes en una calidad alta y que pueden rondar los 300-500 euros. La moneda que es «chatarra» (v.g. bullion, alfonsinas corrientes, duros de El Centenario en MBC-, paquillos…) sube o baja de precio dependiendo de cómo cotice el metal precioso del que estén hechas. No hay mayor secreto. En cambio el precio de las monedas de plata que cuestan de 300 euros para arriba se debe fundamentalmente a su valor numismático, que como no puede ser de otra manera, sube o baja dependiendo de su oferta y su demanda. Y como resulta que en las monedas la oferta es constante (aunque no siempre), consideramos entonces que las variaciones de su precio dependerán de las variaciones de su demanda.

Quienes compramos duros en calidad SC- en el año 2007 los compramos más caros de lo que hoy en día pagaríamos por ellos. Por aquél entonces bien se pagaban 400-450 euros por los duros corrientes si estaban en una calidad extraordinaria, mientras que hoy en día ningún comerciante los compraría a más de 200 euros. Es decir, que han pasado 8 años y quien compró entonces y vende ahora puede estar contento si le pagan la mitad de lo que pagó en su día. Y eso a pesar de ser monedas de las que yo denomino de alta demanda y oferta media, que son las que en principio yo aconsejo adquirir como posible inversión. Que no se queje, que mayor descalabro nos llevamos los que compramos un duro de 1871*1873 en MBC en aquella época.

En cambio, quienes compraron duros de plata a puñados en 2007, cuando la plata estaba a unos 10 euros la onza y los vendiesen ahora, que está a 15 euros la onza, tendrían una rentabilidad de un 50% aproximadamente. Ahora bien, me consta que la mayoría de la gente lo que hizo fue hincharse a comprar plata en 2011, cuando estaba a 25 euros la onza «porque la plata no iba a bajar de precio nunca«.

Otro caso en el que se ha perdido bastante dinero es el que compró en la Colección Caballero el lote 1627, que consistió en un Enrique de la Silla con marcas de ceca «P» y «A». Por entonces era inédito y Áureo lo atribuyó al periodo de insurrección de la Princesa Isabel, quien después fue Isabel la Católica. Se remató en 42.000 euros. Un ejemplar semejante lo subastó Cayón el pasado mes de enero y el remate fue de 14.000 euros. El pujador que esperó 6 años para hacerse con esa moneda se ahorró 36.560 euros más el IPC. Se podría decir que este ejemplo solo muestra una moneda pero yo creo que es un ejemplo sintomático de que cómo la moneda de oro medieval castellana está en vacas flacas y no ha hecho más que bajar de precio (suele verse mes tras mes en mis comentarios sobre subastas).

En cambio, quienes en 2007 se compraron una onza mexicana de Felipe V en EBC (no vamos a poner nada extraordinario) que, estando bonita, bien podría comprarse por unos 3.000 euros y la puede comparar con lo que hoy en día se pide por algo así que serían unos 4.000 euros. No es una revalorización del otro mundo pero tampoco está mal, sobre todo teniendo en cuenta la mínima inflación de estos últimos años ha habido en España.

El último ejemplo es quien se ha ido forjando una colección de euros y a la hora de venderla le ha pasado como a Chiquitín, palmando pasta a base de bien.

Cinco casos diferentes y cuatro causas diferentes en las que las monedas han subido o bajado de precio. Mi opinión es que la diferencia entre estos cuatro casos está en el público que potencialmente adquirirá la moneda. Esto no es una cosa rara ni algo que solo ocurra en las inversiones numismáticas. Los que entienden de economía dicen que a la hora de valorar una empresa es muy importante entender el mercado en el que dicha empresa vende y quiénes son los clientes potenciales de sus productos. Por eso empresas como Coca-Cola, que venden productos a prácticamente todas las personas del mundo que no se interesan por su salud, son tan queridas: consiguen que sea cual sea la situación económica puedan encontrar un mercado de cientos de millones de personas donde vender sus productos. En cambio otras empresas buscan un mercado mucho más pequeño para sus productos y por tanto sus ingresos son mucho más vulnerables a la volatilidad de dicho mercado. Pues con las monedas igual: si al comprar una moneda adquirimos un valor que se venderá en un mercado con la esperanza de sacar un beneficio en la compra-venta, no está de más pensar de qué personas estará compuesto ese mercado. Incluso podemos hacer el ejercicio de imaginarnos a nuestros compradores: ¿son un coleccionista aficionado o un inversor? ¿a qué se dedica? ¿por qué quiere comprarnos la moneda? ¿cómo va vestido?

Antes de pensar en esas personas, vaya por delante una máxima: la gente se gasta en monedas el dinero que les sobra. Hay casos de auténticos obsesionados (unos ejemplos y otros) pero todavía no he visto a ninguna persona que no esté enferma y que se quite de comer, de vestir o de tomarse unas cañas para ahorrar y gastarse 3.000 euros en un sestercio. Teniendo en cuenta esto, vamos a hacer esa pequeña reflexión para cada uno de los cinco ejemplos expuestos, que yo creo que cubren muy bien todos los casos que nos podemos encontrar en esto de la numismática.

En el primer ejemplo hablábamos de comprar un duro de El Centenario de la Peseta en SC-. Se podría discutir hasta qué punto ese desembolso es verdaderamente una inversión, ya que si lo pensamos como inversión 400 euros no es gran cosa (pocos son los que van a un banco y dicen «quiero invertir 400 euros, recomiéndame un producto»). Pero el problema está, como adelantaba en el comentario que he citado, en quién es el público que quisiera adquirir esa moneda, y no es otro que la clase media española. El Centenario de la Peseta tiene muchísimo interés dentro de España pero prácticamente nada fuera de nuestras fronteras por lo que ese duro razonablemente lo adquirirá una persona con una economía más o menos holgada pero muy probablemente será una persona española. Como resulta que la clase media española está sin liquidez y a prácticamente nadie le sobra dinero, los precios de El Centenario se resienten mucho. Seguramente los precios vuelvan a subir cuando la clase media española vuelva a tener dinero.

El segundo ejemplo es simplemente una inversión en metales preciosos así que eso poco tiene que ver con la numismática. Lo bueno de ese tipo de inversiones es que tanto la compra como la venta es lo más sencillo que hay: existe una cotización oficial del oro y de la plata a la que todo el mundo nos podemos referir. A esa cotización se le resta un pequeño porcentaje que se va en el intermediario y ya está. El que compra cinco kilos de duros de plata lo tiene fácil tanto para comprar como para vender, por eso las inversiones en ese tipo de monedas suelen ser las únicas que salen bien a quienes no están iniciados en la numismática. Claro, que más que  inversiones numismáticas son inversiones en metales preciosos. Y esto tampoco significa que esas inversiones siempre salgan bien; ya digo que en 2011 estaban todos los mercadillos llenos de aficionados que me sacaban a mí 30 años, deseosos de comprar plata como si se fuese a acabar al día siguiente porque estaban seguros segurísimos de que iba a subir hasta los 100 dólares la onza.

El tercer ejemplo se trata de una «moneda de frikis«. Enriques de la Silla hay muchos y en mucha mejor conservación que el ejemplar que ha pasado por las manos de Aureo y de Cayón. Pero ese tiene una marca de ceca muy rara y puede pertenecer a un momento histórico muy interesante de guerra civil en Castilla, pero no se sabe muy bien ni dónde se acuñó ni bajo qué mandato. A los apasionados de la Edad Media castellana algo así nos levanta nuestros instintos más primarios, pero ¿le importaría un comino a un alemán, a un ruso o a un húngaro? Lo dudo mucho. Ellos mirarían la moneda, mirarían un Enrique de la Silla de Sevilla en EBC y sin duda se quedarían con el ejemplar sevillano. Hay que ser friki para comprarse esa moneda y, por definición, frikis hay pocos.

Yo no asistí a la subasta de la Colección Caballero pero me parece probable que los 43.000 euros de remate se deban a que dos frikis se pegaron mano a mano para hacerse con esa pieza, sabiendo que era un «ahora o nunca». Coleccionistas que potencialmente estuvieran interesados en pagar más de 15.000 euros en ese ejemplar dudo mucho que hubiera más de tres o cuatro en todo el mundo. Resulta que uno se muere, uno se arruina y a otro se le pasan las ganas y ya nos quedamos con que apenas hay frikis de la moneda de oro castellana con interés de adquirir piezas raras y caras. Como consecuencia, el precio se derrumba. Sin embargo quizá dentro de unos años aparezcan otras dos personas con dinero que se pongan a coleccionar este tipo de piezas y ya solo con esos tres el precio vuelve a dispararse. Es lo que tiene que las monedas sean rarísimas.

El cuarto ejemplo es diametralmente opuesto. Las onzas españolas son monedas con una estupenda salida internacional que igual se venden en Madrid, en Nueva York o en Hong Kong. Su alta demanda va acompañada con una oferta bastante amplia en casi todos los tipos, lo que hace que el precio sea mucho más estable. Por eso digo que son buenos vehículos de inversión en monedas: hay mucha demanda internacional y su precio no depende apenas de la economía española o la de ningún otro país en concreto, ya que llegado el caso se venderían en cualquier sitio. Son unas monedas de las que se puede esperar que conserven el valor y, además, como es sencillo venderlas los comerciantes aceptarán tener un margen menor que en otras series a la hora de comprarlas.

El quinto ejemplo se trata de un caso en el que un coleccionista ha comprado «novedades», las cuales son muy divertidas, vistosas, fáciles de entender y tienen el aliciente de que enganchan al coleccionista motivándole a actualizar su colección constantemente. Pero en cuanto pasa la novedad la demanda se derrumba. Vender euros sacándoles una rentabilidad sería como intentar vender hoy una colección de cromos de la liga 1992/1993 más caros de lo que se pagaron por ellos en sus años.

Con esto finalizo la reflexión por mi parte por ahora. Creo que la retomaré dentro de unas semanas atendiendo a unos cuantos remates de subastas que están por realizarse. Mientras tanto seguro que vosotros la completáis en los comentarios. Las imágenes que ilustran la entrada son unos bonitos y asequibles denarios republicanos que salen a subasta hoy mismo de la mano de Martí Hervera y Soler y LLach.

28 comentarios en “Una colección como plan de pensiones IX: Piensa en quién comprará tus monedas”

  1. Comprar barato y vender caro, asi de facil, el problema es saber cuando algo esta barato.

    Como soy mediopensionista supongo que lo tengo menos complicado que los numismaticos puros….o quizas no.

    A base de cientos de horas de sesudos estudios de decadas de catalogos ya tengo claras varias cosas que no hay que hacer….o no.

    Lo que aun no tengo claro es lo que hay que hacer….o no.

    Dicen que resultados pasados no garantizan resultados futuros.

    Lo que no es a dia de hoy quizas dentro de unas decadas sea, quizas dentro de 35 años y con 50 años de euros en las calles la gente se mata por los 2€ del campechano del 2005 porque el euro es lo que han conocido desde siempre, quizas entonces se la suden los reales o los francos….no se.

    Supongo que esto no es un proceso de eleccion si no mas bien un proceso de eliminacion el cual segun avanza mas que acercarnos al exito va aminorando lo estrepitoso de nuestro fracaso, pero hay demasiadas variables en la ecuacion.

    Me ha hecho ilusion verme nombrado en la entrada.

    Seguiremos investigando….en la busqueda del 50% de certeza.

    Un saludo.

  2. No sé si la referencia de las subastas especiales de Áureo de hace unos años es adecuada, Adolfo. Te pongo un ejemplo que se sale de una de las bases de tu artículo. 8 de febrero de 2012, 409 lotes de moneda romana de calidad y rareza máximas (que siempre se revalorizará por su demanda internacional) titulada Imagines imperatorum. Denarios de 200 € se vendían a 1.500, áureos de 20.000 a 50.000, en el mejor de los casos te hacías con un denario de 100 por 200 y un áureo de 5.000 por 8.000 (y no te hablo del valor estimado por la casa sino de valor de mercado). Auténticos disparates que dio mucho que hablar en su momento. Los que compraron esas piezas palmarían mucha pasta si decidieran venderlas.

    Lo que quería resaltar es que si el enrique de la silla de Ávila al que aludes, en vez de salir en Caballero de Yndias sale 1 mes después en una subasta general del propio Áureo seguramente se vendiera por la mitad como mucho. Las subastas especiales y más con colecciones de alta calidad tienen mucho más tirón.

  3. @sierramadre, como en toda inversión, nunca es posible saber con certeza si se va a acertar o si se va a fallar. Pero lo que me queda claro es que una moneda de 2 euros de 2005 es muchísimo menos probable que se revalorice que un dracma de Emporitón. La razón es que monedas de euros se han guardado por millones y dracmas de Emporitón no hay tantos.

    @Yeray, muy acertado tu comentario.
    Digamos que hablo de precios de mercado, refiriéndome a precios razonables para ese mercado. La subasta Imagines Imperatorvm que citas ( https://blognumismatico.com/2012/02/15/subasta-de-aureo-imagines-imperatorvm/ ) fue un ejercicio de locura colectiva donde los precios se fueron totalmente de madre. Aparte de Aureo, del vendedor de las monedas y de Montoro, dudo mucho que alguien más ganase dinero. Pero esos no creo que fuesen precios de mercado.
    Es probable que el Enrique de la Silla PA se rematase tan alto por un pique entre pujadores, como digo en la entrada, y que si hubiera salido a subasta un mes antes o después se hubiera quedado en la mitad. Quizá por ello el ejemplo no esté bien tomado aunque creo que muestra bastante bien cómo hoy en día se desprecia una serie que a mí me parece interesantísima.

    Podría haber puesto muchos otros ejemplos al respecto para decir lo mismo: Aureo lleva unas cuantas subastas seguidas sacando piezas muy raras de oro castellano de cecas para nada corrientes aunque, obviamente, no tienen una acuñación tan fuerte como las de Sevilla. Bien, pues no son capaces de vender casi ninguna y las que venden es a precio de salida. La lástima es que yo no tengo dinero suficiente como para hacer una oferta por todas.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Tambien tienes mas probabilidades de perderle mas dinero al dracma de Emporitron que a la moneda de 2€ comprada por 3€ y mas teniendo en cuenta las comisiones que te cobre quien te coloque la moneda.

      Jugamos entonces con la posibilidad de perder 1€ en el peor de los casos contra la posibilidad de perder mucho mas con el dracma…que si…que se puede dar el caso de que al final se gane….pero a mi me sale un juego de suma negativa.

      Y que conste que estoy haciendo de abogado del diablo, que a mi los € me gustan para comprar el pan.

      Adolfo, a lo que voy es que visto lo visto yo no veo nada claro ni una cosa ni la otra.

      Un saludo.

  4. Los que no coleccionamos pensando en un plan de pensiones (porque ya estamos en la pensión), nos trae al pairo el futuro de nuestra colección, puesto que no la vamos a sobrevivir.
    Lo importante para nosotros –al menos para mí– es disfrutar obteniendo piezas que cargadas de historia, que nos estimulan a estudiarlas y a contemplarlas en nuestra mano o nos inducen a buscarlas con las posiblilidades que actualmente nos brinda internet de poder obtenerlas en el resto del mundo. Lo de las altas calidades, se lo dejamos a los comerciantes y a los que aspiran a crearse una pensión mas desahogada…
    Un saludo

  5. @sierramadre, estoy de acuerdo contigo en general. Lo normal es que el coleccionista no sea capaz de vender las monedas por el precio que las ha pagado (¡recordemos que es su afición!), ni que sean euros ni que sean áureos. Por eso siempre recomiendo que uno coleccione dependiendo de lo que sabe y que no se meta en monedas caras al no ser que sea un experto ( https://blognumismatico.com/2011/01/13/coleccionar-dependiendo-de-lo-que-se-sabe/ ). O al menos no solo, que también se puede contratar un asesoramiento que reducirá el riesgo de catástrofe ( https://blognumismatico.com/2014/07/17/los-asesores-numismaticos/ ).

    Si alguien quiere invertir en monedas para venderlas en el largo plazo lo que tiene que hacer es: a) comprar monedas de alta calidad (miles de euros por pieza seguro) y b) comprarlas baratas dentro de lo razonable. El que lo consiga es un experto, no hay más. Al menos un 25% de este blog está dedicado a profundizar en esta frase.

    @corvera, cada vez que dedico una entrada al tema económico de nuestra afición siempre hay alguien que rompe una lanza a favor de los coleccionistas románticos que les importa muy poco el valor futuro de su colección. Está muy bien que seáis así, pero hay que entender que no todos los coleccionistas son así.
    Ya he dicho muchas veces que desde mi punto de vista nuestra afición es una intersección entre historia/arte, coleccionismo y mercado. Los tres aspectos se ven representados en este blog aunque quizá más los dos últimos puesto que tengo como signo distintivo de otras publicaciones el hablar de la metodología del coleccionismo. El caso es que igual que hay lectores a los que les importa un comino el valor futuro de su colección, hay otros a los que les importa un comino quién era Felipe III; lo único que quieren es adquirir un objeto histórico que les sirva de refugio de valor para el futuro.

    Lo que quiero decir con esto es que igual que hay entradas que se centran exclusivamente en los aspectos históricos, hay otras que se centran exclusivamente en los aspectos mercantiles. Van dirigidas a públicos diferentes, pero quienes entendemos la numismática como historia/arte, coleccionismo y mercado conseguimos disfrutarlas todas.

    Y yo no aconsejaría a nadie que meta un dinero significativo en su colección de monedas que se quede al margen de los aspectos económicos de la misma. Me acordaré siempre de «chiquitín», un coleccionista amable, romántico y dispuesto como no había otro. Todos le queríamos y nos entristecimos mucho del disgusto que se llevó los últimos días de su vida cuando descubrió que su colección en realidad valía 5 veces menos de lo que él pensaba.

    Saludos,
    Adolfo

  6. «Piensa en quién comprará tus monedas»
    Creo que este título es el más apropiado a la hora de las lagrimas de cocodrilos por todo aquello que no hicimos y hemos dejado que las cosas caminaran solas por aquello de la fortuna.
    Muchas cosas me han llamado la atención y a medida que pasa el tiempo me recuerdan que siempre pensé que había alguién que podía comprar mis monedas, pero a la vez veía como mucha gente vende piezas que se limitan a un compra y venta. No es criticable lo que cada uno desee hacer, no van por ahí los tiros,pero creo que se verá con el tiempo como los coleccionistas que busquen ir más allá acudirán a aquellos que les ayude a conocer más y poseer pequeñas colecciones de poco valor pero de gran atractivo histórico, además de esa seriedad de la que hablamos).
    Decía Adolfo en el título anterior «Conocer los ejemplares»,lo siguiente entre otras cosas:
    A fin de cuentas, lo que me parece interesante es cuando esa diferenciación de monedas viene acompañada de un estudio bibliográfico que sirve para contextualizar cada pieza y explicar las diferencias. Cuando las diferencias entre monedas son mínimas y además casuales, entonces a mí no me despierta interés.
    Un par de cosas más para rematar:
    – Creo que este tipo de cosas son el mejor valor añadido que puede proporcionar un comerciante a sus clientes. Pescar ejemplares que la mayoría dan por iguales, entender el por qué de la diferencia y ofrecérselo a sus clientes con el valor añadido de una contextualización histórica. Comprar reales de a 8 a 50 euros y venderlos a 60 lo hace cualquiera, esto otro no.
    – En cierta forma es una suerte que la numismática española sea tan amplia y los aficionados tan pocos. En EEUU está todo comido y mascado y hay catálogos que explican cuño por cuño cada una de las monedas emitidas.
    Ultimamente, me he hecho de una cantidad de pequeña moneda sobre las cuales se han escrito grandes cosas y gente que ha dedicado un enorme esfuerzo en publicar obras que me obligan a recordar aquello de «el libro o la moneda». Los valores en conocimiento que están en mi estantería -monedas y libros-no deja de sorprenderme. Por un lado, un proveedor que te ayuda a caminar, por otro lado material bibliográfico impresionante y por último un entorno donde siempre te están recordando lo importante de ser serios y realizar nuevos esfuerzos en mejorar el acceso de nuevos coleccionistas así como un entorno seguro de compra-venta.
    Mi experiencia me dice, que tampoco es mucha,que es bueno lo que leo porque lo vivo y no crean que es que soy un loco de la numismática es algo que descubrí y me considero parte de esos nuevos coleccionistas que quieren saberlo todo sobre la moneda.
    Saludos

  7. Hola a todos: después de tiempo y esfuerzo, un aficionado puede convertirse en lo suficientemente experto para hacer buenas compras y ventas. También estaría bien si le ayudara la suerte o que hubiera heredado monedas de sus padres…que el mercado demandara monedas en un futuro…Pero es más seguro para un aficionado confiar su jubilación a un Plan de Pensiones propiamente dicho o en otros activos. Después de las crisis financieras que hemos vivido, sigo creyendo que la inversión en numismática o en arte…es todavía más peligrosa.

  8. @Juan Luis, totalmente de acuerdo.

    @pedro I, ya he comentado muchas veces que sigo pensando que para quien quiera invertir hay productos bastante mejores que las monedas: fondos, paquetes de acciones… un plan de pensiones tampoco lo recomendaría, pero eso ya es por otras historias.
    Creo que las monedas no deberían representar el grueso de las inversiones de una persona/familia pero sí pueden ser una buena forma de diversificar parte del patrimonio puesto que no solo va a ser tener apuntes contables.

    Saludos,
    Adolfo

    1. «hay productos bastante mejores que las monedas: fondos, paquetes de acciones»

      Nunca inviertas en algo que no conoces ni entiendes.
      La bolsa, las acciones y todo eso, para los tiburones, un pececillo como yo saldria escaldado, o incluso achicharrado.

      Yo se que si compro una onza española o una onza de inversion o un 20FF o un soberano, siempre valdrá, y siempre me lo querran comprar… el precio de aqui a 20 años, confio que sea bastante superior, precisamente por la crisis que estamos viviendo. Los productos de los bancos cada vez son más inciertos…

      Claro que me puedo equivocar :-)

      1. Yo no he dicho que haya que invertir en algo que no se conoce, pues eso es lo peor que se puede hacer ya que las lecciones se aprenderán a base de perder dinero. El que vaya a un banco y se deje aconsejar sobre un dinero que quiera invertir no hará más que perder dinero, más que nada porque el señor que le «asesora» está pagado por el banco y obviamente trabaja para que el banco gane dinero, no para que el cliente lo gane (además de que el 90% de los que están en las ventanillas de los bancos no tienen ni la más remota idea de inversiones, pero eso ya es otro cantar).

        Lo que quería decir es que si alguien tiene un capital y quiere invertirlo, yo no le diría: «oye, pues ponte a aprender de monedas que aquí se gana un pastón». El que viene con esas ideas suele acabar decepcionado y malherido. A ese le diría que sea prudente y que se ponga a aprender cómo invertir en productos financieros.

        Saludos,
        Adolfo

        P.D.: de inversiones bursátiles no entiendo casi nada pero hay ciertos productos que me parecen fáciles de entender y que proporcionan una rentabilidad histórica bastante razonable, como los fondos de gestoras potentes referenciados a índices de mercados serios.

    2. Pienso igual, que tener unos miles en monedas bien seleccionadas puede ser una ayuda para la pensión (suponiendo que haya pensiones y aún se puedan pagar, cosa que, a la larga, dudo). Pero el problema (se sea o no coleccionista o especialista) es, en esencia:

      1-elegir esas monedas
      2-saber/poder venderlas conforme a un plan económico

      Y todo eso, hacerlo sin datos fiables y contrastados que permitan evaluar tendencias y prever escenarios.

  9. Yo (o más probablemente mis herederos) voy a perder dinero con mi colección, Digamos que no soy experto en ventas y eso me hace menos experto en compras, pero de vez en cuando me desprendo de alguna pieza porque la he mejorado o me dejó de interesar alguna serie.
    ¿Cual es mi experiencia? En general he ganado dinero absoluto, aunque por debajo del IPC así que generalmente he perdido valor. Lo cierto es que raramente he vendido por debajo del valor de compra, con lo cual y visto lo que aquí se dice a veces y teniendo en cuenta el desplome de precios de tantas cosas en los últimos años, debe de ser un éxito.
    – Cuando la venta ha sido en subasta lo significativo es que hay diferencias entre el precio de venta entre las distintas casas, será por prestigio, por mejor cartera de clientes… no lo sé, pero es un hecho.
    – Por otra parte he revendido mejor piezas procedentes de colecciones especiales que procedentes de subastas ordinarias. Cosa que no me deja de sorprender porque suelen tirar para arriba en la compra, así que es una paradoja a seguir observando.
    – En el tiempo parece haber saltos cualitativos del precio de venta. En las piezas compradas hace veinticinco años he podido observar como sus hermanas iban teniendo precios coherentes con la que yo había comprado y de pronto dan un salto cuantitativo importante, evidentemente eso ya se nota incluso en los precios de salida, así que si va medio bien pues que me he quedado contento.
    – Y por último no hay como que te toquen dos rivales enzarzados por una pieza, me ha pasado alguna vez y se triplicó el precio de compra en 8 años. Pero esto ha sucedido tan poco que se parece a ganar en la lotería.
    Una cosa está clara, la chatarra solo se vende en subasta si se acompaña de otras piezas de interés, sino a las casas no les interesa, esas no tienen otra salida que el intercambio o la venta al peso, no me parece razonable esperar ganar dinero en ellas.
    Pero al final de todo, me quedo con una idea; hará unos 15 años que no he cambiado el coche y creo que tiene cuerda para algunos más, si lo hubiera hecho cada 8 ahora andaría pensando en el tercero, se habría desvalorizado hasta el extremo y ese dinero estaría en el desagüe. Más o menos me habré gastado el ahorro de dos coches de gama media-baja en esos quince años y sea mucho o poco mi colección vale bastante más de lo que me darían por dos coches usados, y con ese sencillo pensamiento de economía doméstica me quedo, y del gusto que he pasado ni hablo claro.
    Si hubiera tenido un millón para invertir ¿lo habría hecho igual? Evidentemente no lo sé, seguramente me hubieran tentado con preferentes o inmuebles que tendrían una revalorización descomunal y ahora estaría pensando en cómo es que, yendo bien, solo tengo medio millón que difícilmente puedo convertir en cash.
    En definitiva, mirando al pasado mi inversión ha sido razonablemente buena… y mi coche va perfectamente.

    1. Buenas conclusiones Mir.

      No me parece extraño que la venta de las colecciones especiales genere mayor rentabilidad. Cierto es que en esas colecciones puede haber más pique, pero también es cierto que seleccionan mucho más los ejemplares y eso hace que tengan una mayor revalorización futura.

      Lo de los saltos cualitativos también me he dado cuenta pero me faltan datos empíricos que pueda procesar para poder demostrar esa intuición.

      Si se pican varios en una moneda tuya es como si te toca la lotería, claro está. Pero es algo muy improbable que no se puede esperar que ocurra con frecuencia.

      Buena reflexión lo del coche. Eso refleja la contradicción que tenemos muchos coleccionistas: por un lado entendemos la numismática como nuestra afición y por otro no queremos «perder dinero» con ella. Quien gasta miles de euros en una moneda creo que puede aspirar a una revalorización futura pero quienes nos conformamos con monedas de unas decenas o unos pocos cientos de euros creo que lo habremos hecho bien si somos capaces de sacar lo puesto o poco menos.
      Algunos amigos míos me consideran un loco pirado por gastarme parte de mi sueldo en unas monedas. Otros consideran que debo ser medio millonario y no sé qué hacer con el dinero.

      Una vez hablé con un amigo sobre el tema y me decía que me sobraba la pasta por comprarme una moneda que costaba 300 euros (no suelo hablar de esto con mis amigos, pero esa vez salió la conversación). Este chaval tiene mi edad, 30 años, y creo que ya ha estrenado seis motos. Mi respuesta es que se puede echar la cuenta de que el dinero que se gasta él en la moto, o lo que se gasta otro amigo en cámaras de fotos, me lo gasto yo en monedas. Entonces ellos me dijeron: «ya hombre, pero nosotros DISFRUTAMOS de la moto o de la cámara de fotos». La respuesta no dejó de sorprenderme porque para ellos era evidente que ellos dos disfrutaban de su afición, ya que se trata de una afición bastante normal, pero no les era nada claro que yo disfrutase de la mía. Mi respuesta fue bastante directa: «dudo mucho que vosotros disfrutéis más de vuestras aficiones que yo de la mía, pero la verdad es que no tengo forma de demostrarlo. Lo que sí os podré demostrar es que dentro de 20 años mis monedas valdrán más que tu moto o que tu cámara».

      Siempre digo lo mismo: mis vicios son las monedas y viajar. Ahí se me va mi tiempo y mi dinero.

      Saludos,
      Adolfo

    2. Pues lo que por aqui llamais chatarra y con los numeros hechos ha ganado mas que las piezas guays del paraguay….os pongais como pongais.

      Con lo que costaba un 8e lima 1753 en ebc te comprabas por ejemplo 7 monedas de 50 pesos mexicanos chatarreros.

      A dia de hoy esas 7 monedas las vendes por slrededor de 10000€ sin problemas ni intermediarios comisionistas.

      ¿por cuanto venderias ess onza peluconcisima y conservadisima? No mas de 2000-2500 despues
      de comisiones.

      1. @sierramadre, no lo he aclarado antes y no hago el mismo uso de la palabra chatarra que Adolfo que incluye la plata de alto peso y el oro, en ambos casos con escaso valor numismático, llamo chatarra a la chatarra, piezas de mala conservación con escaso valor intrínseco, la pieza predominante en ebay vaya. Eso no tiene salida en las casas de subastas y solo entran si van acompañadas de un bonito lote de piezas que compensen, en esas no he recuperado dinero ni lo espero y ya se que eso será así cuando compro una (y si lo ganase, más mejor, claro).

        El comercio de metales preciosos acuñados me parece que pertenece a otro negociado, aunque interactúe con la numismática, pero de eso se poco la verdad.

      2. Pero eso es simplemente porque en los últimos años ha habido mucha revalorización de los metales preciosos. A toro pasado es fácil acertar…
        Dicen los que saben que la revalorización histórica de los metales preciosos es baja. Cierto es que quienes compraron oro o plata en 2005 hicieron un buen negocio, pero quien lo compró en 2011 lo hizo muy malo. Y si echamos más tiempo atrás y nos fijamos en todos aquéllos que guardaron paquillos a finales de los 60, pues veremos que tampoco hicieron buen negocio porque con 100 pesetas de la época se compraba bastante más que con 8 euros hoy en día.

        Cierto es que las comisiones de compra-venta son mucho menores en los metales preciosos que en las monedas de alto valor numismático. Y…hombre, mal se te tiene que dar para no sacar 3000 eurejos por una pelucona bonita…

        Saludos,
        Adolfo

        1. J.Mir. Me referia a la acepcion de chatarra que planteaba Adolfo, por cierto, me gusta leerle, me parece uan persona cabal. Un saludo.

          Adolfo, el problema de los paquillos es que en su epoca eran bullion pero no se daban a precio de bullion, esa gente que comentas pago 100 pesetas en el banco de España y les dieron 20pts de plata si tenemos en cuenta las cotizaciones y las paridades del dolar-peseta de la epoca…asi cuesta mucho tiempo recuperar lo puesto…con las 2000 pesetas de los 90 hicieron la misma jugada y tardaran decadas en recuperar el gasto.

          Yo mas bien hablo de monedas de oro o plata, bonitas, coleccionables, en calidades minimo mbc compradas al peso, alta oferta y alta demanda, esas creo que han sido las colecciones triunfadoras durante decadas.

          ¿habria sido mejor inversion si el Sr.Caballero hubiera gastado la misma cantidad de dinero en coleccionar monedas compradas al peso?

          Y aclaro, que aqui hablamos de ganar o perder dinero, no de disfrute como coleccionistas, soy el primero que tengo piezas que se que son dinero tirado, al menos en parte, pero me las compre por placer personal y por su disfrute es para mi un dinero bien gastado.

          Hablamos de quien ganara o perdera mas, el coleccionista de peluconas o columnarios ebc+ o el coleccionista de soberanos y ff en mbc comprados al peso.

          Ya os lo digo yo, nadie lo sabe, el tiempo dira, pero como aqui hablamos de toros pasados que es lo unico cierto que tenemos pues niego el mantra de que la mejor o menos mala de las inversiones numismaticas hayan sido las piezas buenas en altas calidades tal y como lo plantea Adolfo.

          Abro mi paraguas, que se que me puede caer un chaparron localizado tipo coyote. Jeje.

          Un saludo.

          1. Es muy fácil… y muy difícil. Digo que es fácil porque solo hace falta que compares un catalogo antiguo con uno nuevo para ver evolucion de precios, y dificil, porque hay muchos casos ‘particulares’.
            En cualquier caso, hay gente que apuesta a que el oro/plata estan infravalorados… apostar a piezas de oro o plata siempre será ganador -si con el tiempo tienen razon-. Apostar a que saldrá mejor y por cuanto? Bueno… eso puede ser muy particular y dependera de la oferta y demanda en esos momentos. Es imposible saberlo.
            Eso si, llegado el caso, si hay que vender con prisas, mejor un soberano corriente que una onza… conclusion: diversificar y tener un poco de todo, auqnue eso supone hacer la(s) coleccion(es) principal mas lentamente…

          2. Lo primero es que el debate es muy interesante, quizá haya que dedicar otra entrada en exclusiva a este tema (te tendría que dar vergüenza, sierramadre, que no haces más que darme trabajo :p).

            Mi opinión es que no se puede comparar de manera directa una inversión en bienes numismáticos con una inversión en metales preciosos. Son productos de inversión totalmente diferentes.

            Los metales preciosos son «commodities», como lo llaman los inversores, mientras que las monedas podrían compararse con invertir en diamantes, arte o bienes históricos. Ambos tienen en común que en última instancia no valen para nada, por lo que su precio está fijado exclusivamente por la oferta y la demanda, al contrario que las empresas, donde se puede dar una justificación de si el precio de un producto sobreestima el valor de dicho producto o si lo subestima. Desde ese punto de vista, tanto invertir en metales preciosos como hacerlo en bienes históricos y arqueológicos serían el contrario a la inversión en valor («value investing» que llaman los ingleses).
            Pero invertir hay grandes diferencias entre invertir en bienes históricos o en metales preciosos. Quizá la fundamental sea que en los bienes históricos no hay una cotización pública y fija, como sí lo hay en el caso de los metales preciosos. Tampoco hay una demanda continua y constante de bienes históricos (cualquiera podría vender una tonelada de oro en diez minutos a precio de mercado, pero no 10.000 monedas). Por parte del comportamiento de su precio, me da la sensación de el precio de las monedas de alta calidad fluctúa menos que el de los metales preciosos y además produce una mayor rentabilidad en el largo plazo. Tengo pocos datos que sustentan esto pero es mi impresión. Tengo pendiente publicar una entrada sobre ciertos datos que tengo de finales del siglo XIX, pero os adelanto uno: una onza de Luis I se vendía a finales del XIX por lo que costaban 7 onzas de oro; a día de hoy se vende por lo que cuestan unas 200 onzas de oro.

            Dicho esto, la gran dificultad de invertir en bienes históricos es que hay que trabajarse la venta y, sobre todo, la compra. El que quiera comprar metales preicosos puede hacerlo fácilmente a través de ETFs sin levantar el culo de la silla, o con una comisión de en torno al 5% si quiere tener los metales físicamente. El que quiera monedas se lo va a tener que trabajar más porque si alguien simplemente quiere que un comerciante le ofrezca las monedas y se las recompre pasados 30 años, lo normal es que pierda bastante dinero puesto que el comerciante tendrá unas comisiones muchísimo más altas que ese 5%.

            Ya que pones el nombre de Caballero, te dejo sus palabras:

            «A: En términos exclusivamente económicos ¿la colección fue una buena inversión o hubiese sido preferible invertir en productos financieros?
            C: Fui presidente de un banco durante 25 años y siempre me pregunté lo mismo. La respuesta es SI, pero con una observación: la moneda corriente, para aumentar de valor, tiene que estar muy bien conservada, en cualquier otro caso no es buena inversión. Además, colecciones que no tengan algunas rarezas, difícilmente aumentarán de valor por encima de la inflación.»

            Obviamente yo no conozco la rentabilidad que sacó Caballero en esa colección, pero le conozco personalmente y te puedo asegurar que sabe mucho de finanzas (como dice, fue presidente de un banco). Él compara su inversión en monedas con otros productos financieros que él también conoce, y le parece que hizo buena inversión. Pero claro, ni tú ni yo somos Caballero: es evidente que pocos se pueden permitir tener al mejor numismático de su época trabajando para forjar su colección y también es evidente que el porcentaje de comisión que cobraría Áureo en una colección de 16 millones de euros no es el mismo que si voy yo con una onza de Lima; como tampoco es el mismo efecto llamada en un caso y en otro.

            Saludos,
            Adolfo

  10. Mi primera moneda de precio alto (para mí) me costó hace 25 años 30.000 pts. (unos 200 euros), tomando el IPC acumulado desde 1990 el preció que pagué entonces hoy supondrían unos 420 euros. Sin embargo el precio medio de ese tipo actualmente ronda los 1000 euros. Su valor pues ha evolucionado en un 58% por encima del IPC general.

    En términos salariales, compré por el valor del 47% de mi sueldo mensual neto mientras que ahora la podría vender por el 77% del sueldo en esa misma categoría laboral en esa empresa. Comparando con la evolución del salario su revalorización ha sido del 30 %.

    Es solo un ejemplo pero mi base de datos no me permite ir más allá, no puedo saber si eso ha sido general o fui suertudo en ese espécimen, en cualquier caso me acabo de dar cuenta de que alguien se está quedando con el 28 % de ese sueldo y sospecho que va pregonando la importancia de la moderación salarial ):

  11. Buenas tardes. Creo que ninguno de nosotros se plantea, a menos que su situación económica sea crítica, vender la colección, pero si hijos o herederos no siguen la afición, serán ellos los que la vendan. Entonces tienen 2 opciones, ir a una tienda donde seguro que les dan menos de la mitad del valor del mercado. O espavilarse para venderla en alguna casa de subastas o internet donde lo pueden igualar aunque no ganar mucho dinero, pero hay que dejar claro que se trata de una afición y no se ha de valorar económicamente, para eso mejor meter monedas de 1 euro al dia en una hucha. Además la numismática está destinada a desaparecer tal y como le está pasando a la filatelia, en el momento en que el dinero físico deje de circular, el mercado se cerrará y cada vez habrá menos «frikis» dispuestos a gastarse dinero por una moneda, aunque tarde unas decadas en pasar, acabará pasando. En Japón ya tocan el dinero con guantes para evitar enfermedades, aquí en el próximo amago de epidemia nos la cuelan y se acabaron las monedas Iros preparando para coleccionar jarrones.

  12. @Mir, suerte tuviste:

    Mi primera moneda de alto precio me costó 755 euros en 2007 y hoy tendría mucha suerte si soy capaz de venderla por 500 euros. ¡¡Puto Franco!! Lecciones aprendidas…

    @Jaume, esto también daría para una entrada interesante.
    Yo no creo que nuestra afición vaya a desaparecer o disminuir tan drásticamente como ocurrió con la filatelia. Creo que hay una diferencia clarísima y es el enorme recorrido histórico de las monedas, del que carecen los billetes.
    Dentro de 100 años quizá no utilicemos monedas (lo dudo, pero bueno) pero seguirá habiendo enamorados de la historia medieval o de la Antigua Roma. Seguirá habiendo quienes quieran tener un pedacito de Roma en su casa y ¿qué otro objeto podrán adquirir de esa época a un precio razonable? ¡Gracias a las monedas podremos tener en nuestra casa un retrato de Adriano hecho en el siglo II!
    En cambio los sellos solo se fabricaron a partir del siglo XIX y hay muchos otros objetos históricos de esas épocas que nos podemos permitir.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Yo creo que la Numismática le queda cuerda para rato, y las monedas también, para intercambio comercial diario. Otra cosa es que cambié el material que esten hechas (metales) por otro, en ese punto, admito mis dudas

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