La representación de las mujeres en las monedas

Yo entiendo las monedas como un producto artístico que, por tanto, refleja algunos de los valores de la cultura que lo emite. Un ejemplo que suelo poner es la aparición o la cita de mujeres en las monedas, dejando a un lado las alegorías. Escribo una breve entrada sobre este tema para mostrar lo que quiero decir con algunos ejemplos. Sobre esto se podría escribir una tesis doctoral, pero no es plan de alargarlo demasiado. Seguro que en los comentarios podéis completar mi opinión.

Cuando pensamos en representaciones de mujeres en la numismática antigua siempre se nos va la mente al Imperio Romano, pero antes de ello ocurrió un interesante ejemplo en el Egipto Ptolemáico. Los griegos eran una cultura que hoy llamaríamos misógina y nunca se les pasó por la cabeza en ninguna de las polis que las mujeres ostentasen cargos políticos. Pero eran lo suficientemente inteligentes como para adaptarse a las culturas de los territorios que conquistaron cuando Alejandro Magno se fue a derrotar ejércitos, instaurar ciudades y expandir por el mundo la cultura helena. Esa capacidad de aceptación de las costumbres locales se nota muy bien en la moneda ptolemáica.

Lo primero es que el hecho de que se hicieran monedas en Egipto ya era de por sí una novedad importada por los griegos y una muestra evidente de su comercio con el resto de los pueblos del Mediterráneo, dejando atrás la monopolización estatal de la economía que hubo durante milenios y en la que las monedas eran algo tan inútil que ni siquiera se acuñaron. El estilo de las monedas también es claramente heleno; no se utiliza el simbolismo y los jeroglíficos que solían usar los egipcios en sus representaciones artísticas. Sin embargo en esas monedas aparecen mujeres, algo que sería impensable en una moneda griega. Eso es muestra evidente de la importancia que tenía la mujer en la sociedad ptolemáica y que estaba reconocida hasta el punto de que la mujer del faraón aparecía junto al propio faraón en unas representaciones que, entre otras cosas, tenían como objeto la propaganda política. No puede haber signo más claro de la aceptación del poder de dichas mujeres por parte del propio faraón. Tal cuestión sería muy extraña para un griego pero no para un egipcio, donde las mujeres de alto rango eran una especie de sacerdotisas y se consideraba que la mujer del faraón tuviese atributos divinos. Como muestra os dejo un octodracma alejandrino subastado por Martí Hervera y Soler y LLach el pasado mes de octubre. En ella se ve en el anverso a Ptolomeo II junto con su mujer, Arsinoe II y en el reverso a sus padres Ptolomeo I y Berenice (curiosa también la representación de la «saga familiar» mostrando de quién le viene dado el poder). A mí el diseño me recuerda a las últimas monedas de 500 pesetas.

Las acuñaciones griegas y los pueblos celtas pocas veces representaron personajes vivos pero ahora no me viene a la cabeza ninguna representación de mujeres. Los ejemplos que hay son todos hombres, que yo sepa.

Sin embargo los romanos tenían a las mujeres en más consideración y no fueron pocas las emperatrices reconocidas y muy bien tratadas. Hay un muy buen repertorio de monedas que representan retratos de mujeres en la moneda imperial romana. En el siglo I ya se pueden encontrar algunos ejemplos, entre los que las más conocidas posiblemente sean Agripina madre e hija; en el siglo II aparecen más, como Faustina madre e hija; en el siglo III se continúa con otras mujeres conocidas por todos, como Julia Domna o Paulina (el sestercio suyo de más abajo fue subastado por Aureo & Calicó en octubre de 2010); y la aparición de las mujeres se va haciendo más rara a partir de ahí. A principios del siglo IV todavía hay bastantes monedas de Fausta o de Galeria, pero luego los ejemplares que nos han llegado han sido escasos. En wikipedia citan algunos ejemplos que se adentran en los siglos venideros hasta bien entrado Bizancio, pero yo creo que la representación de mujeres era más una excepción que una regla.

En Europa occidental habría que esperar hasta la baja Edad Media para que volviese a haber representaciones de mujeres en las monedas. Por no extenderme demasiado diré que en la Península Ibérica ni los visigodos ni los suevos representaron a mujeres en sus monedas, ni mucho menos lo hicieron los árabes, quienes no representaron ninguna persona viva (ahora que lo pienso, no me viene a la memoria ninguna representación de una mujer en una moneda árabe). Fueron los castellanos quienes primero pusieron el retrato de una mujer, en ese caso Urraca I de León, de quien ya hablamos aquí. El que doña Urraca fuese reina fue una auténtica novedad pero se realizó en un momento en el que las mujeres iban tomando más posiciones de poder. En el siglo XII y principios del siglo XIII se encuentran varios nombres de mujeres importantes en Europa, como Leonor de Aquitania, Blanca de Castilla, doña Berenguela o Hilegarda de Birgen. Durante esos años aparecieron nombres de mujeres en las monedas, como veíamos citar a Constanza II de Sicilia.

Posteriormente el hombre occidental redescubrió a los clásicos y aprendió de ellos lo bueno y lo no tan bueno. La cultura clásica relegaba totalmente a la mujer al segundo plano, al menos en aspectos políticos e intelectuales, y eso es lo que se volvió a hacer en Europa a partir de finales del siglo XIII. A mí me parece muy curioso que en la moneda española del gótico tardío o del renacimiento aparezcan mujeres solo cuando su marido es el rey consorte. Así tenemos que en Aragón aparece Fernando el Católico él solo, mientras que en los oros castellanos aparecen ambos Reyes Católicos. Igualmente Felipe II solo aparece con una mujer en las monedas inglesas en las que él es rey consorte de Inglaterra, siendo María Tudor la reina (más sobre ello).

En los siglos siguientes se va produciendo un lento avance en el papel de la mujer en la política y la sociedad. Muchas mujeres ostentaron cargos muy importantes en Europa, como reinas consortes que al final mandaban más que el rey (el caso de Isabel de Farnesio, por ejemplo) o como reinas regentes (el caso de Mariana de Austria, que esa sí que aparece en algún ducatón de Milán como el de la siguiente imagen, también sacada de Áureo & Calicó).

Generalmente el poder estaba en mano de varones, al menos de cara para afuera, pero poco a poco las mujeres se iban haciendo con más espacio en la política, en la sociedad y en las representaciones numismáticas. Ya en el siglo XIX hubo reinas muy representadas, como Isabel II de España o Victoria del Reino Unido. Ambas tienen en común la delicadeza y la belleza de sus diseños. Pero no nos podemos creer que todos estaban de acuerdo en que gobenasen las mujeres: el reinado de Isabel II costó a España tres guerras civiles y un intento de golpe de Estado. Os dejo una moneda de la reina Victoria (fuente).

En el siglo XX son muchas las mujeres representadas, tanto porque ellas ejerzan el poder como por motivos de conmemoración histórica. Se ha llegado a una situación de teórica igualdad en la que todos nos sentimos cómodos tanto si el gobernante es hombre o es mujer. Sin embargo sigue habiendo proporcionalmente muchas menos mujeres representadas en las monedas que hombres, debido a que hay más hombres que mujeres en puestos de importancia política y a que en la historia destacan hay más hombres que mujeres (por el simple hecho de que durante muchísimos siglos las mujeres no pudieron destacar, como hemos dicho). Por ello hace unos años se aprobó en el Congreso que las monedas acuñadas cumplan un criterio de paridad de la representación de hombres y mujeres. Ningún grupo parlamentario osó a votar en contra de tan intrascendente proposición porque cualquiera es tan machista como para decir que no tiene ningún sentido quitar a Cervantes para poner a Lily Álvarez por un simple motivo de trascendencia histórica. El mismo año que se aprobó esa propuesta en el congreso se acuñó la moneda de 12 euros de Clara Campoamor, que es la última moneda española con una representación femenina hasta la fecha.

Como veis a través de las monedas se puede ver bastante bien el papel jugado por la mujer en la política y la sociedad de cada época. Se podrían elegir otros para hacer un repaso histórico, como por ejemplo la relación entre el poder político y el religioso, la representación de animales o plantas extranjeros en las monedas, la influencia artística o política de unas culturas sobre otras… quizá las monedas no sean un medio para expresar un mensaje muy complejo, como puede serlo un cuadro o una novela, pero al ser un medio de propaganda política hacen muy explícito los valores de los que mandan. De ahí su capacidad pedagógica.

16 comentarios en “La representación de las mujeres en las monedas”

  1. La moneda egipcia de 1 libra bimetálica representa a Nefertiti.
    Hay monedas con el busto de Cleopatra (tetradracmas y denarios)
    Como curiosidad, hay monedas persas sasánidas que muestran a la reina con barba…

  2. Buenas tardes, no nos olvidemos de las monedas del Gobierno provisional ni de la república con Hispania, o la figura de Marianne en Francia que aún perdura en los Euros. Tambien en Letonia la figura de Milda se va repitiendo en las monedas. Las figuras femeninas de la Libertad o la justícia también son cuantiosas, aunque cabe recalcar que la masonería tiene mucho que ver en ello.

    1. Todas esas son alegorías, de las que ya hablamos por aquí: https://blognumismatico.com/2010/02/12/algunas-monedas-alegoricas-de-epocas-romanticas/

      Pero creo que es diferente. Los griegos representaban a Atenea en las monedas pero no era una mujer como tal sino la representación de una deidad. Digamos que es una personificación de un concepto abstracto, algo de lo que la literatura griega está llena (en estos momentos me viene a la cabeza el diálogo entre Sócrate y las leyes, que no sé si habré leído 30 veces).

      Saludos,
      Adolfo

  3. Bueno, hay un denario republicano en el que una mujer tiene el papel destacado:
    Es de la gens Tituria y en su reverso nos muestra a Tarpeya aplastada bajo un montón de escudos Sabinos en pago a su traición a Roma…

      1. En la moneda romana, algunos monederos se lo curraban mucho más que otros, así de la gens Tituria tenemos una bonita serie de denarios en los cuales, en el primero se muestra el famoso «rapto de las Sabinas» (una OPA hostil que hicieron los primeros romanos sobre las mujeres y las hijas de las ciudades vecinas mientras encandilaban a los corn… , digo a los maridos y padres con unas competiciones atléticas que eran algo así como el fútbol de aquellos tiempos).
        En ese denario vemos a dos mozos romanos llevando a sus no demasiado conformes «novias» camino del tálamo (ese es el origen de pasar a la novia en volandas el umbral de la casa).
        Como os podéis imaginar cuando los alegres vecinos volvieron a sus hogares comentando la «paliza» que se habían llevado los romanos se pillaron un cabreo de narices, rápidamente se armaron y fueron hacia Roma donde los recibieron los gritos de sus hijas y las burlas de los romanos.
        Roma era un hueso muy duro de roer para esos Sabinos, en lo alto de una colina fortificada su toma era peliaguda por lo que iniciaron el asedio…
        …para regocijo de los romanos que estaban sobrados de víveres y tenían compañía.
        Los Sabinos pronto se dieron cuenta de que la jugada era un poco estúpida por su parte, pero en esas se les acercó una de las escasas mujeres romanas que estaban en Roma antes del rapto (y que me imagino que no sería muy agraciada), la cual molesta por la «competencia» y dotada de un agudo sentido comercial les propuso a los Sabinos abrirles una porterna a cambio de lo que estos llevaban en su brazo izquierdo (habitualmente un brazalete de plata u oro según los posibles de cada uno).
        Los Sabinos cumplieron su promesa…
        …en cierto modo, pues en tiempos de guerra lo que llevaban en su brazo no era un brazalete de oro sino un pesado escudo de bronce, con los que sepultaron a Tarpeya aplastándola (esta es la escena que se puede ver en el otro denario).
        Cuando se dirigían a tener ese «amable» intercambio de «opiniones» con los romanos (me imagino que sin la muralla entre ellos y sus involuntarios «suegros» estarían mucho menos ocurrentes y chistosos) las mujeres Sabinas que desde luego sabían sumar dos y dos y preferían ser las matronas de un hogar humilde en Roma a despreciadas con los bastardos que engendrasen en su propia ciudad se interpusieron entre ambos ejércitos evitando el combate.
        Desde entonces en Roma se le puso el nombre «Tarpeya» a la roca desde donde arrojaban a los traidores para que se descalabrasen.

  4. Hola a todos: hay más reinas en monedas…varias de Holanda.Y debe de haber monedas con algunas santas, seguramente. Yo tengo un talero muy corriente que lleva a la Virgen María.

    PD. las guerras civiles y demás pronunciamientos de la época romántica-isabelina española no obedecen, fundamentalmente, a un rechazo concreto al hecho de que una mujer fuera reina; influían otras causas más complejas derivadas más bien de la implantación del régimen liberal, conflictos dinásticos…

  5. Otro monedero republicano muy diligente fue Pomponius Musa, el cual jugando con su cognomen «MUSA» hizo una preciosa serie de denarios representando a las diferentes musas…

  6. Muy buena historia Athalbert.

    En esta entrada no pretendo enumerar todas las mujeres que aparecen representadas en las monedas. Eso daría para un blog en sí mismo. Más bien busco mostrar el concepto de que el papel de la mujer en cada sociedad se muestra en cierta manera en las monedas que dicha sociedad emite.

    Las monedas con mujeres tienen un encanto especial. Conozco algún coleccionista que solo colecciona emperatrices.

    Saludos,
    Adolfo

  7. Hola. Voy a publicar pronto mi trabajo sobre las Augustas. Es un argumento interesantísimo y se relaciona mucho al tema de la devoción. A parte las monedas romanas hay que considerar también las alegorías en las monedas modernas.

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