Una colección como plan de pensiones VIII: la historia de Enrique Romero

Enrique Romero nació en un pueblecillo de la Sierra de Gredos, no muy lejos de Piedrahita, en el año 1952. Eran momentos de esplendor del cine americano y de un rápido crecimiento económico a nivel internacional, pero en la Castilla profunda la vida rural era muy dura y el hijo de un cabrero no tenía la garantía de poder comer pan todos los días. Por algo los personajes de Delibes no se parecen a Marilyn Monroe.

Su padre se esforzó para que Enrique pudiera estudiar hasta los 12 años en la escuela del pueblo. Una vez que acabó la primaria, y viendo que valía para los estudios, se fue al seminario para poder seguir estudiando. Al cabo de unos años tuvo que elegir entre meterse a cura o volverse al pueblo, ya que no le seguiría manteniendo la Iglesia sin tomar votos y su familia no podía ayudarle. Así que regresó a su querida sierra y en 1968 estaba trabajando a destajo como obrero para todo aquél que necesitara ayuda. La gente del pueblo le veía como un chico inteligente y distinto al resto de los muchachos de su edad: no frecuentaba mucho el bar ni apenas le daba al vino, sino que le gustaba leer historia y ahorraba cada perra que ganaba porque no quería pasarse toda la vida trabajando para otros.

A los 24 años Enrique quiso un resturante en el pueblo. Con la muerte de Franco estaba claro que en España corrían nuevos tiempos y aunque eran años de crisis y la financiación estaba difícil, la juventud se veía con ganas y fuerza de comenzar nuevos proyectos. Habló con su padre y éste le dijo que se sentía muy orgulloso de él y que podía disponer de todo el dinero que él había ahorrado en esos años, que no eran más que 150.000 pesetas. Enrique le dijo que no hacía falta, que él tenía algo ahorrado y el banco le prestaría el resto ya que pensaba montar algo pequeño que fuese creciendo con el tiempo. «Tú me enseñaste a ser honrado y me permitiste estudiar, con eso me has dado más que suficiente» fue lo último que dijo Enrique a su padre aquel día.

Así que Enrique montó un restaurante en su pueblo con toda su ilusión. Al principio se encargaba él mismo de todo: la cocina, la limpieza, atender a los clientes… trabajó una cantidad incalculable de horas sin más ayuda que la de su madre, que nunca le dejaba solo en los días de más trabajo. El negocio le fue bien y al cabo de unos años decidió dar el salto para montar algo que él siempre había querido: un salón de banquetes donde se pudiera degustar el exquisito cabrito de Gredos. Más o menos fue por esas fechas cuando conoció a Pilar, una preciosa chiquilla de Ávila que iba para monja pero que se había cansado del convento. Surgió el amor y no tardaron mucho en tocar campanas de boda. Corría el año 1983.

El salón les fue muy bien casi desde el principio. A base de honradez y trabajo se consiguió forjar una muy buena fama en la zona y despachaba muchas bodas, bautizos, cumpleaños y comuniones. Tenía varios clientes de Ávila y de Madrid que venían a menudo solo para comer en su restaurante. El buen trato hacia el cliente y la excelente calidad de la comida que servía eran los dos pilares básicos de su negocio. Además, era muy querido en su pueblo porque les ayudaba mucho económicamente: daba trabajo a varios chavales cuando hacía falta servir en las bodas, el pan lo compraba en la panadería local y los cabritos a los dos cabreros que había por entonces en su pueblo. Todos estaban encantados con él. Seguían trabajando mucho pero eran felices. Más aún cuando a los dos años de casados tuvo su primer y único hijo. Le llamaron Lorenzo, como su abuelo.

Por aquél entonces Enrique siempre decía que él solo tenía dos vicios: la historia y las monedas. La historia siempre le gustó y leyendo se quitaba la espina clavada de no haber estudiado. Eso le llevó también a ser coleccionista de monedas, pues era una forma barata de hacerse con pedacitos de historia y poderlos tener en casa. No le gustaba el tabaco ni alcohol. Su juego se limitaba a alguna partida al mus, apostándose el café con los amigos. Tampoco viajaba, pues decía que le gustaba la Sierra y que él ya veía el mundo a través de los libros. Así que, como Enrique no tenía más vicios, Pilar aceptaba que comprase monedas de un valor importante.

Desde siempre le gustaron las monedas romanas y a partir de los 25 años centró su colección en denarios, donde también incluía algún ejemplar íbero. Al principio adquiría piezas más o menos corrientes pero, como suele ser habitual, llegó un momento donde se dio cuenta de que lo verdaderamente interesante era comprar moneda rara y de alta calidad, pues siempre habrá demanda para ella. Enrique era habitual en las convenciones y las subastas de Madrid. Pertenecía a ese grupo de coleccionistas que se dejan ver y que acaban conociendo a todo el panorama nacional. Todos sabían que buscaba buenos denarios así que cuando algún comerciante o algún aficionado adquiría uno siempre se lo ofrecían. Su estrategia era ser buen pagador pero intentar adquirir las piezas siempre a un precio barato dentro de lo razonable.

El dinero que él podría gastarse en monedas no era infinito. Él echaba las cuentas de lo que ganaba al año y una vez que tenía cubiertas las posibles necesidades futuras de su negocio, separaba el 80% para comprar participaciones en fondos de inversión y un 20% para comprar monedas, pues las entendía como una reserva de valor. Con ese 20% se venía a comprar entre 2 y 5 denarios, que para él eran más que suficientes.

Pasaban los años, a Enrique y a Pilar les salían cada vez más canas y su hijo crecía. Lorenzo salió espabilado: estudió secundaria en Ávila y en los veranos se volvía al pueblo para ayudar a su padre en el restaurante. No porque hiciese falta dinero en casa, sino porque Enrique quería dar a su hijo lo mismo que había recibido de su padre: el sentido de la honradez y la decencia. Algo que estaba convencido de que solo podía aprenderse en casa. Además, no estaba de más que desde chaval aprendiese a llevar un negocio.

Lorenzo quiso estudiar la doble licenciatura de Administración y Dirección de Empresas junto con Derecho en Madrid, pero incluso estando en la universidad se volvía los veranos y algunos fines de semana para trabajar en el restaurante. El chico lo estaba haciendo bien y eso le hizo pensar a Enrique que se lo debería dejar fácil para tener un buen negocio fuera del pueblo. Por eso se decidió a abrir un asador en el centro de Madrid llamado «El Cabrito de Gredos». Después de echar mil cuentas le pareció que todo cuadraba, así que en 2006 alquilaron un local en María de Molina y abrieron en Madrid una nueva sede de su restaurante donde se podría degustar la mejor cocina de Ávila.

Al principio les fue bien. De hecho, el primer año fue bastante mejor de lo esperado, pero con la llegada de la crisis todo se empezó a torcer. Es cierto que en algunas celebraciones importantes eran capaces de sacar un buen dinero, pero el menú del día estaba totalmente paralizado ya que se competía en precio y con la crisis nadie estaba dispuesto a pagar un poco más por comer con mayor calidad. Así que los meses entre abril y julio sí que sacaban algo de beneficio, pero el resto del año no les daban para cubrir gastos. Si a esto se suma los 6.000 euros mensuales de alquiler, la enorme cantidad de impuestos que había que pagar y las estúpidas reformas del local que se vieron obligados a realizar para cumplir con la ley anti-tabaco, el resultado fue que aquel negocio les llevó a la ruina.

«Quizá si hubiera cerrado antes no me hubiera arruinado del todo, pero no lo hice. Quizá hubiera tenido que ser mi hijo quien montase el siguiente restaurante y no yo a esa edad, pero fui yo quien me arriesgué y perdí la herencia que iba a dejar a Lorenzo. Quizá… Quizá… Quizá todo lo arreglase una escopeta…»

Esos fueron sus pensamientos durante los muchos meses que duró la tortura judicial en la que él veía que lo iba a perder absolutamente todo. El restaurante del pueblo lo adquirieron entre los obreros como forma de salvar sus puestos de trabajo, algo de lo que Enrique se alegró mucho. También consiguió quedarse en su casa del pueblo, ya que la puso a nombre de una sociedad cuyo propietario era su hijo, de manera que el banco no pudo meter la mano en ella. Ni qué decir tiene que los ahorros de toda su vida se esfumaron y pasaron a ser propiedad de sus acreedores, a quienes todavía debía una millonada. Menos mal que contó con el apoyo incondicional de Pilar, de Lorenzo y de algunos amigos. Sin ellos no hubiera podido salir adelante.

El día más doloroso fue cuando habló con Lorenzo, que ya para entonces tenía 25 años y estaba a punto de acabar los estudios. «El restaurante de Madrid lo monté para ti. Quise arriesgarme a mis años para que tú no tuvieras que hacerlo y pudieras vivir de manera cómoda con un negocio que ya estaba funcionando. Pero he fracasado y ese fracaso me ha dejado a mí sin patrimonio y a ti sin herencia. Ahora tendrás que empezar de cero igual que lo hice yo. Todo lo que he trabajado en la vida no ha valido para nada». Estas fueron las palabras de Enrique, quien no pudo parar de llorar mientras las pronunciaba. Lorenzo lo único que hizo fue abrazarle y decirle que no se preocupase, que él tenía más que suficiente con lo que ya había recibido de su padre y que saldría adelante sea como fuere.

Aquel día Enrique sintió que había tocado fondo. Después de hablar con su hijo se sentía mucho más tranquilo y a la semana siguiente pudo tener la cabeza lo suficientemente despejada como para echar cuentas. Tenía una casa donde meterse y el salario mínimo interprofesional, que a pesar de que las pensiones de él y de Pilar eran mayores, todo lo demás les era embargado. Además tenía su colección de denarios, de la que ni los bancos, ni Hacienda ni los acreedores sabían nada. Quizá ahora fuese el momento de ponerse a estudiarla y pensar en ir vendiéndola poco a poco.

En el 2012 echó cuentas de su colección. Para entonces sus denarios podrían venderse razonablemente en 320.000 euros a coleccionistas finales, contando con venderlos más baratos que los profesionales. Más que suficiente para tener un buen colchón que no le iban a poder embargar y que bien le podría servir para los gastos extra que les surgieran el resto de su vida. Lo habló con Pilar y dejaron claro su plan: ellos vivirían con el sueldo mínimo que les quedaba como pensión, algo suficiente para vivir en el pueblo de manera humilde pero con los gastos básicos cubiertos;  la colección de monedas la dejaban para posibles gastos extra que pudieran tener. Si vendían al año entre 5.000 y 10.000 euros de denarios la colección les duraría lo que les quedase de vida, además de dejar un margen suficiente por si hay verdadera necesidad.

¿¡Quién le iba a decir a él que llegaría un momento donde su colección fuese su mejor inversión!? De hecho, fue la única inversión «buena» que hizo porque todo lo demás que tenía no eran más que apuntes contables totalmente controlados por el sistema financiero. Sin embargo sus denarios se mantuvieron escondidos y ahora los saca de poco en poco según los va necesitando. Tampoco es que venda mucho. Solo lo necesario. Empezó por las piezas más corrientes porque sabe que son las que menos se revalorizan, ya llegará el momento de desprenderse de las verdaderamente buenas. Con las monedas que vendió el año pasado hizo unas obras en el tejado de su casa. Este año el extra va a ser ir en abril a Bremen a conocer a su nieto, que nace para entonces. Se va a llamar Enrique, como su  abuelo.

55 comentarios en “Una colección como plan de pensiones VIII: la historia de Enrique Romero”

  1. Bonita historia, con su parte agridulce. Permíteme resaltar un par de frases:

    «Desde siempre le gustaron las monedas romanas y a partir de los 25 años centró su colección en denarios, donde también incluía algún ejemplar íbero. »
    «Al principio adquiría piezas más o menos corrientes pero, como suele ser habitual, llegó un momento donde se dio cuenta de que lo verdaderamente interesante era comprar moneda rara y de alta calidad, pues siempre habrá demanda para ella»

    Esto es clave para que la historia ‘termine bien’.

    Teniendo en cuenta:

    «La historia siempre le gustó y leyendo se quitaba la espina clavada de no haber estudiado.»
    «Su estrategia era ser buen pagador pero intentar adquirir las piezas siempre a un precio barato dentro de lo razonable.»

    El resto es tener suerte y poder vender poco a poco sin prisa. Me ha parecido perfectamente lo que yo considero un verdadero y valioso plan de pensiones.

  2. Yo creo que tu otra pasión además de las monedas es escribir. No sé si es mezcla de algo que hayas vivido en el entorno o no. Si es todo inventando más difícil de ser escrito. El caso que es bastante novelesco y está bien hecho. Un saludo.

  3. Toda una vida trabajando,jente de bien,a El nadie le rescato,es mas si los Bancos hubieran sabido de tal colección se hubiera quedado sin nada.España es poco mas o menos que un Feudo hemos vuelto a la edad media,que pena
    (Hola, leo el Blog hace años pero rara vez hago comentarios ,esto me a tocado la moral)
    Ah,le digo una cosa a Enrique tiene lo mas importante una Familia a su lado

    No me sirve que se gastara por encima de las posibilidades,estas nos las cortaron de golpe,las posibilidades del obrero siempre fueron pequeñas. Adios

    1. Ya estamos con los bancos en danza, en este caso, en el teclado. ¿Y todos aquellos otros acreedores como son los proveedores, los pequeños empresarios, autónomos, etc., que no recuperaran el trabajo realizado, el precio del servicio o las mercancías que han servido?. Y esto no tiene nada que ver con la honradez, de toda la vida los negocios o han ido bien o se han ido a pique, y si van mal, ya sabemos las consecuencias, y el que no lo «sabía», lo aprende.

  4. No deja de ser un historia envuelta en literatura, engalanada de buen rollo, pero la verdad es que no es más que una variante de tantas otras historias tristes que hablan de dinero negro( ya sean billetes de 500 euros, joyas, lingotes de oro, obras de arte…), de declaraciones de insolvencia, de cambio de titularidad de bienes para evitar embargos,.. y de acreedores que se quedan sin cobrar. Y también de «inversión» que a la hora de hacerla valer ¿paga impuestos o también se hace en negro?.

  5. Una interesante historia acerca del valor añadido y no hablamos del iva precisamente.

    Los metales en general y las monedas en particular no producen dividendos ni puedes vivir dentro de ellos pero tienen ventajas que no tienen otros activos y la primera es que aunque no lo parezcan son los activos con menos probabilidad de ser robados.

    Un saludo.

  6. Me alegro de que os haya gustado la historia.

    @Ignacio, he puesto el ejemplo con denarios romanos pero podría haber dicho duros del mundo, onzas españolas, oro bizantino… casi cualquier periodo de moneda histórica vale. Desde el punto de vista de la inversión lo importante es cómo se coleccione, no tanto la serie que se coleccione.

    @Hochiminh, la historia es totalmente inventada aunque me consta que algo parecido le ha pasado a alguno. A mí escribir me gusta, siempre me ha gustado, pero no me considero buen escritor. Ni siquiera medianamente bueno ya que nunca he intentado seriamente escribir ficción.
    El trabajo de un investigador es en buena medida escribir. Y es mucho más difícil escribir un artículo científico que una entrada en un blog divulgativo, por eso se me da más o menos bien estructurar ideas y plasmarlas en un texto escrito. Pero otra cosa es la ficción. Ser capaz de describir un entorno o desarrollar la psicología de los personajes es algo que considero complicadísimo. Por eso tengo mucho respeto a los buenos escritores.

    @Antonio
    Hola a ti también. Veo que he tocado una fibra sensible. Lo malo es que es cierto: al pequeño y al mediano empresario, esos que se dedican a la economía productiva y que dan trabajo a media docena de personas, no les rescata nadie si les va mal. Pero como les vaya bien les fríen a impuestos.

    @César, tienes muchísima razón aunque te hayan frito a negativos.
    El cuento que he contado sirve simplemente para generar empatía con Enrique y para entender qué lleva a una persona honrada a incurrir en los graves actos que tú indicas: manejo de dinero negro, triquiñuelas para que no le embarguen la casa, no pagar impuestos, alzamiento de bienes… ¡tela marinera! Desde luego que no es algo que yo defienda ni que recomendase a nadie hacer. Si fuese un acreedor de Enrique estaría más que enfadado y si fuera Hacienda también.
    Lo que pasa es que si digo a pelo lo de: «pues resulta que hay gente que utiliza su colección como forma de tener cierto patrimonio que sea difícil demostrar que lo tiene, así si le van mal las cosas tendrá de dónde tirar sin pagar ni a Hacienda ni a otros acreedores» pues está claro que todos estaríamos en contra de semejante actitud. El arte en general y la literatura especialmente siempre han tenido esa función: permitir al lector entender otro punto de vista e incluso persuadirle para que adopte una ética contraria a la que solía aceptar. Yo espero haber conseguido lo primero, pero que nadie tome la historia como una recomendación vital, pues no lo es.

    @sierramadre, totalmente de acuerdo.

    Saludos,
    Adolfo

  7. Bonita historia Adolfo, aunque lo de ser un «habitual en las convenciones y las subastas de Madrid» y trabajar en la hostelería me ha «rayado» el cuento. Que yo sepa las bodas y demás celebraciones siempre coinciden con las convenciones numismaticas en fines de semana.
    Pero sigue asi: tienes un don con la pluma y siempre es interesante leer tus artículos.
    Saludos

  8. Hola,pues nada que se tire al río el hombre,a quien se le ocurre tener una mente emprendedora,por experiencia digo que posiblemente a los proveedores
    no les llegue ni un duro,los primeros son bancos ,hacienda según.social etc,.Que hay que pagar impuestos pues si o si claro esta pero hombre después de una vida de trabajar y cotizar y dejarle con una pension embargada,vamos un poquito de por favor Adios

    1. Esta discusión transciende la numismática y no creo que podamos llegar a ninguna parte con ella. Está claro que quien monta un negocio e invierte su capital dicho capital lo está arriesgando. Y también está claro que quien le presta dinero (sea un banco o el proveedor de vino) también asume un riesgo. Se puede ganar y se puede perder, es lo de siempre.

      Saludos,
      Adolfo

  9. Aquí en España, el que confíe en el gobierno lo lleva crudo (aunque pasa más o menos igual en todo el mundo).
    Tras la muerte del patrón-oro, los gobiernos del mundo se vieron libres de imprimir papelitos de colores con los que financiarse «gratis», ya no era preciso exprimir a los gobernados a impuestos (aunque siguieron haciéndolo), lo más sencillo era endeudarse y emitir papelitos, después empezaron a hablar de la Inflación como si ellos no tuviesen nada que ver en su génesis.
    ¿Como nos afecta esto?
    Pues muy sencillo: es imposible ahorrar debido a que con la desvalorización del dinero poco a poco se los van comiendo los gobiernos; además tu dinero es en gran medida solo unos y ceros en un ordenador (preguntadles a los argentinos que es un corralito) por lo que estamos absolutamente indefensos frente al poder…

    ¿Solución?
    Pues ahorrar en oro y monedas fácilmente vendibles en todo el mundo en cualquier momento (yo recomiendo moneda clásica de alta calidad y moneda española antigua)

  10. Pagar impuestos….menuda historia, eso de pagar impuestos es ridículo, es una forma mas de esclavizar a las masas, ¿por que hay que pagar impuestos si ya cobran con la inflación? ¿nadie se pregunta el porque un estado que fabrica dinero a su antojo quiere quitarte dinero vía impuestos?, ya sabemos esa historia de que hay que ser solidarios y demás zarandajas, el que piensa esto no se da cuenta que piensa (no piensa) con el piloto automático, piensa lo que le dicen que tiene que pensar en los medios….tengo una empresa y pago impuesto de sociedades, me reparto algo de dinero y pago I.R.P.F., con ese dinero me compro un coche y pago iva e impuesto de matriculacion, despues de todo esto, este sistema maquina tragaperras ( si mueves el dinero se quedan con todo) te ponen el impuesto encubierto que es la inflación, me encanta decir esto: que les den a los que viven del esfuerzo de los demas.

  11. Antes la gente decía: «las tierras y los pisos no puede venir un ladrón y robártelos», eso es verdad, pero ¿que pasa cuando el «ladrón» es el estado?
    una finca puede ser sometida a impuestos abusivos, el piso soportar un IBI desmesurado, impuestos de basuras, catastrazos etc…
    …Y cuando te mueres, el primer heredero el «papá-estado», al cual no le puedes ocultar pisos, cuentas bancarias, tierras, bonos, acciones…
    ¿qué es lo único que le puedes ocultar? pues plata y oro enterrados en un hoyo, como en tiempos del Imperio Romano.

  12. Nada,que el tema aunque sin querer a tocado la delicada situación del País.
    Bueno respecto a inversión no dudo que lo es sobre todo si lo haces sin esa intención ,colecciónas por distracion ,diversión,etc y el día de mañana te encuentras sin darte cuenta con un pequeño patrimonio
    Adios y que todo mejore para todos

  13. Veo que el tema de los impuestos es otroa fibra sensible. Yo estoy de acuerdo que la clase trabajadora en España paga una auténtica exageración de impuestos. No lo veo ni medio normal. Pero sigo aceptando la máxima socrática de cumplir la ley aunque no nos guste.
    @Athalbert, es muy cierto eso que dices: la gente «normal» hacen inversiones como comprar un piso, un coche, unas tierras… y entonces el Estado les cruje a impuestos. Igual que quien tiene el dinero en un plazo fijo. Efectivamente, el ladrón es el Estado. En cambio quien se compra unas monedas o unos lingotes no tiene que pagar nada por ellos a pesar de que los tiene de manera totalmente legal. El día que los venda se paga sobre las plusvalías y Santas Pascuas. Nadie pide un «IBI numismático».

    @Don Naipe, me alegro mucho de que te haya gustado la entrada, aunque he de decir que en general son más aburridas que ésta para la gente a la que no le gusta la numismática.
    Aprovecho a hacer un poquillo de publicidad de Don Naipe diciendo que si alguien quiere jugar al tute, al mus o a la pocha desde su terminal iOS o Android, que se pase por aquí: http://donnaipe.com

    Saludos,
    Adolfo

  14. Un apunte solamente. Adolfo, una cosa es que no nos guste una ley y otra muy diferente es que esa ley sea considerada y consensuada como abusiva y lesiva para los intereses generales. Ante esta segunda eventualidad, desobediencia.

    1. Que cada cual haga lo que considere responsablemente, que ya somos mayorcitos. Mientras, os dejo un magnífico texto del Critón de Platón. No dejan de maravillarme los grandes autores de todas las épocas al ver cómo sus escritos son siempre actuales. http://es.wikisource.org/wiki/Critón

      […] Ya ves, Sócrates, continuaría la ley, que si tengo razón, eso que intentas contra mí es injusto. Yo te he hecho nacer, te he alimentado, te he educado; en fin, te he hecho, como a los demás ciudadanos, todo el bien de que he sido capaz. Sin embargo, no me canso de decir públicamente que es permitido a cada uno en particular, después de haber examinado las leyes y las costumbres de la república, si no está satisfecho, retirarse a donde guste con todos sus bienes; y si hay alguno que no pudiendo acomodarse a nuestros usos, quiere irse a una colonia o a cualquiera otro punto, no hay uno entre vosotros que se oponga a ello y puede libremente marcharse a donde le acomode. Pero también los que permanecen, después de haber considerado detenidamente de qué manera ejercemos la justicia y qué policía hacemos observar en la república, yo les digo que están obligados a hacer todo lo que les mandemos, y si desobedecen, yo los declaro injustos por tres infracciones: porque no obedecen a quien les ha hecho nacer; porque, desprecian a quien los ha alimentado; porque, estando obligados a obedecerme, violan la fe jurada, y no se toman el trabajo de convencerme si se les obliga a alguna cosa injusta; y bien que no haga más que proponer sencillamente las cosas sin usar de violencia para hacerme obedecer, y que les dé la elección entre obedecer o convencernos de injusticia, ellos no hacen ni lo uno ni lo otro. He aquí, Sócrates, la acusación de que te harás acreedor si ejecutas tu designio, y tú serás mucho más culpable que cualquiera otro ciudadano.» Y si yo le pidiese la razón, la ley me cerraría sin duda la boca diciéndome, que yo estoy más que todos los demás ciudadanos sometido a todas estas condiciones. «Yo tengo, me diría, grandes pruebas de que la ley y la república han sido de tu agrado, porque no hubieras permanecido en la ciudad como los demás atenienses, si la estancia en ella no te hubiera sido más satisfactoria que en todas las demás ciudades. […]

  15. De los clásicos se puede aprender mucho. Pero insisto, si una norma es ofensiva y opresora para la mayoría de la comunidad, la desobediencia a su cumplimiento está más que legitimada.

    1. Te equivocas de medio a medio. ¿Quién decide que una norma es ofensiva, opresora…? ¿Qué es una mayoría?. En un Estado de Derecho y democrático no cabe la desobediencia, porque existen mecanismos para defenderse de aquello que consideramos que vulnera nuestros derechos. Pero tiene que ser un poder que determine con objetividad lo que está mal o lo que no es correcto, o lo que se puede mejorar. Dejar que libremente el individuo o la masa, a su criterio subjetivo, decida lo que «le conviene» respetar o no, eso ni es democrático ni es justicia, eso es anarquía. Que no se te olvide que no hay democracia sin Ley.

  16. El tema impuestos da mucho que hablar…
    La constitución prohíbe expresamente los «impuestos confiscatorios» en su artículo 31.1 («Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.»); ahora bien, ¿cuando es «confiscatorio» un impuesto?
    Yo tengo mi propia teoría al respecto, para mí un impuesto es claramente confiscatorio cuando los sometidos a él cierran el chiringuito y o bien cambian de actividad económica o bien se van con su dinero al extranjero.
    Se nos cobra por vivir y se nos despoja del derecho a darles el fruto de nuestro trabajo a nuestros hijos y herederos cuando morimos (las pompas fúnebres tributan al 21%, así que para el estado son un lujo)…
    Sin embargo si eres rico puedes montar una fundación, o una SICAV, u otros mecanismos para que no pagues tanto; ¿Por qué? Pues porque si eres rico e intentan esquilmarte puedes liar el petate e irte a otro país mientras que si eres clase «pagana» te es casi imposible irte a otro lado y empezar de cero.
    Ese es otro punto a favor del oro, si hoy te encuentras los ahorros de toda la vida que escondió tu tatarabuelo, podrás vender las monedas y obtendrás una buena suma; en cambio si lo que encuentras es un fajo de «sábanas» de mil pelas de los reyes Católicos, todo lo más que podrás hacer es empapelar la habitación, pues de forma vergonzosa el estado reniega de sus propios papelitos de colores…

  17. @Jordi y @César, lo que comentáis es uno de los problemas filosóficos que se han repetido en todas las sociedades que son suficientemente complejas como para necesitar un armazón legal. Es el problema del fundamento del derecho. En el Antiguo Régimen era más sencillo porque el Rey o Dictador de turno decía que él mandaba por la Gracia de Dios y problema resuelto: era Dios el que le había elegido a él para ejecutar su voluntad mediante el poder político y ya está.
    Ahora que no nos creemos ese asunto surgen muchas preguntas al respecto, como qué valores son absolutos y deben respetarse siempre pase lo que pase, en qué casos se considera legítimo pasarse por el forro la legislación vigente y tomarse la justicia por su mano, por qué en el mundo post-Revolución Francesa consideramos los valores de respeto a la vida y respeto a la libertad como valores supremos, dónde esta la frontera que la libertad individual no puede traspasar nunca… Yo de política no entiendo, pero ese tipo de preguntas me gustan. Cuando hablo de política hablo de esas cosas, no de la última tontería que haya soltado el politicucho de turno.

    @Endika, nunca es tarde si la dicha es buena ;)
    Gracias

    @Athalbert, hay una cosa de la que te equivocas: los billetes sí que se pueden cambiar en el banco. Lo que no se pueden cambiar son las monedas a partir de cierto momento, porque pertenecen al Ministerio del Interior, pero el Banco de España sí que se compromete a recoger los billetes (que le pertenecen a él) por tiempo indefinido. Así que esos papelotes de 1000 pesetas los pagarían a 6 euros cada uno.

    Por otro lado, ya que hablamos de impuestos, voy a hacer un pronóstico para las próximas décadas aunque soy consciente de que las posibilidades de hacertar en un pronóstico así son siempre muy escasas.

    Digo que los Estados van a acabar diluyéndose, teniendo cada vez menos poder y casi desapareciendo sus funciones más allá de las meramente simbólicas o nacionalistas. Es clarísimo que los Estados Europeos cada vez tienen menos funciones y si vemos el ejemplo de España veremos que en los últimos años ha cedido muchísimas competencias a las Comunidades Autónomas y otras muchas a la Unión Europea. Pero voy más allá:

    El 1 de diciembre de 2014 Estonia lanzó la ciudadanía virtual ( https://e-estonia.com/e-residents/about/ ), siendo el primer país que lo hace. Esto permite a cualquier ciudadano del mundo realizar cualquier tramitación con la Administración Estonia sin haber estado nunca físicamente en este país. No hay más que acercarse a una embajada de Estonia, pedir una tarjeta semejante al DNI electrónico que hay en España y todo lo demás se hace vía Internet. Literalmente se puede montar una empresa sin más que rellenar un formulario web desde un teléfono móvil (yo lo he hecho). En un día hubo 12.000 solicitudes de gente que, obviamente, lo que quiere es montar una empresa en Estonia, un país donde no se paga impuestos sobre las ganancias de la empresa si ésta no reparte dividendos entre sus accionistas.
    El objetivo a largo plazo ya lo ha dicho el Primer Ministro estonio: que cualquier ciudadano del mundo que quiera pueda tener una residencia virtual estonia sin salir de su casa. El problema para ello es que a día de hoy no hay manera de asegurarse que la persona que solicita una residencia sea una persona física si no se le ve físicamente en una embajada. Una vez que esté resuelto ese problema, será todo incluso más fácil.

    En mi opinión es muy probable que esto acabe generalizándose y que de aquí a no tantos años cada cual paguemos los impuestos en el país que nos dé la gana. Salvo por criterios estrictamente nacionalistas, es bastante obvio que nadie querrá pagar sus impuestos en los países que haya que pagar hasta por respirar. Y llegará el momento donde habrá una auténtica competencia entre países para atraer a ciudadanos dispuestos a pagar sus impuestos en ellos. En el momento que nos dejen de tener monopolizados tendrán que bajar mucho los impuestos para tenernos contentos, o darnos algo realmente bueno a cambio. Eso hará que los estados tengan mucho menos dinero para financiarse y a ver cómo pueden mantener los servicios públicos o pagar la deuda contraída llegado ese momento.

    El tiempo dirá si tengo razón o no. Muy probablemente no la tenga, pero estoy seguro que ningún gobernante actual se lo está planteando.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Lo que pretende Estonia es atraer capitales, un remedo de paraíso fiscal para no residentes, pero eso que es tan «atractivo» tiene un inconveniente, para qué quiero ser rico en Estonia si resido en España. En el momento en que quiera traer mi capital a mi país de residencia se acabó el cuento.

      1. ¿Y qué más da que tu capital esté en España o en Estonia?

        Se deja el capital en Estonia que engorde más rápido que en España debido a la baja carga fiscal y cuando haga falta gastarlo se paga un 20% de impuestos sobre las ganancias, se lleva al país que se quiera y se gasta. Exactamente igual que si ese capital estuviera en España, pero con menos impuestos, por lo que crece más rápido y al sacarlo quitan menos porcentaje.

        Saludos,
        Adolfo

        1. Todo residente fiscal en España debe declarar en su IRPF por su renta mundial, con independencia de la procedencia de sus ingresos. Es decir, deberá declarar en España las rentas que obtenga en cualquier parte del mundo, sin perjuicio de lo que se disponga en el Convenio para evitar la doble imposición internacional suscrito entre España y el país de origen de la renta.

          1. Vamos a ver si me explico:

            Uno puede residir físicamente en España y puede tener una empresa en Estonia. Y esa empresa puede ganar muchísimo dinero, pongamos 5 millones de euros. Bueno, pues mientras ese dinero se quede en la empresa, esos 5 millones de euros están libres de impuestos. Así que nuestro amigo los usa para comprar un fondo de Vanguard referenciado a la economía mundial (el VT) y se echa a dormir.
            Pasan 20 años y todavía no ha pagado un duro de impuestos. Momento en el cual necesita la pasta que tiene y resulta que ese fondo ha hecho que su dinero se multiplique por 3 (razonable en 20 años), así que tiene 15 millones. Ahora resulta que lo quiere gastar, así que lo saca todo de golpe, le da a Estonia el 20% y él se queda con 12 millones con los que puede hacer lo que le dé la real gana.

            ¿España se queja de algo? Pues que se queje. El año que se mete los 15 millones en el bolso seguramente sea residente fiscal en Estonia. Pasa 181 días en el país báltico (o alquila un piso durante 7 meses y dice que ha estado aquí) y pista. Al año siguiente se vuelve a España.

            Una cosa es el IRPF de cada cual y otra es el dinero que gane cada cual. Es diferente porque si una empresa engorda, engorda el patrimonio de los accionistas sin que eso se note en el IRPF.

            Saludos,
            Adolfo

            P.D.: ni qué decir tiene que esa empresa también puede comprar monedas en vez de fondos de Vanguard.

    2. Aunque se ha creado un debate que no tiene nada que ver con el propósito de este blog, me gustaría dar mi opinión a este respecto.
      No creo que ni dentro de 10 ni de 100 años desaparezca el concepto de Estado en el mundo occidental. Es el pilar que sustenta la civilización moderna y como tal ha permanecido y permanecerá a lo largo de la historia. Otra cosa es que distintos estados decidan unirse y crear una unión de estados (vease EEUU y otros), pero eso no significa que el Estado como tal desaparezca como garante de derechos y deberes.
      Si como tu dices, llegase el momento en que cada uno pudiésemos pagar nuestros impuestos donde nos diese la gana, yo pagaría mis impuestos allí donde menos gravoso me supusiera. Pero entonces o me voy a vivir a ese supuesto paraiso fiscal o me muero de asco en mi pais (si aún lo fuese), ya que viviría seguramente sin los servicios públicos básicos que un Estado como tal ofrece a sus ciudadanos y que necesita de esos impuestos para sustentarlos.

      1. Más que desaparecer lo que creo es que se redefinirán. Creo que estamos en un momento histórico crucial en ese aspecto, al igual que lo fueron los siglos XVI y XVII, donde se definieron los estados europeos pero muy probablemente el proceso actual sea más rápido.

        Yo veo tres tensiones diferentes:

        – El auge de la Web y la reducción del coste del transporte, los ciudadanos pueden migrar fácilmente y tienen fácil acceso a la información, la cultura y los servicios de otros lugares. El impacto económico, social y cultural de esto es enorme. Los nacionalismos políticos o económicos, entendidos de manera clásica, tienen cada vez menos sentido. Y lo dice alguien que se considera nacionalista.

        – El liberalismo económico es cada vez mayor después de la caída del muro de Berlín. Para lo bueno y para lo malo las empresas tienen cada vez más poder y ese poder en muchas ocasiones se lo están quitando a los Estados. Una de las consecuencias es la necesidad de generar entidades pannacionales (EEUU, Unión Europea…) o acuerdos fuertes entre países (Unión Africana, OPEP…) porque de otra forma les comerían. General Electrics tiene mucho más poder que la mayoría de estados del mundo y podrían destrozar una economía sin más que atacar su divisa o derrumbando el precio de un producto o materia prima (véase la actual bajada del precio del petróleo y lo bien que les está viniendo a las grandes petroleras para arruinar a su competencia).

        – Ante los «problemas del liberalismo» el clamor social es, en general, la petición de más Estado. Véase el auge de los nuevos partidos en Grecia, en España o en Francia. Todos tienen ideologías muy diferentes pero a fin y al cabo piden mayor control económico por parte de sus respectivos Estados.

        Seguramente me deje muchísimas cosas porque yo de política y de economía no tengo ni idea. Simplemente mi impresión es esa: estamos en un momento de redifinición de los estados. Lo malo es que socialmente no hay ningún debate al respecto.

        Saludos,
        Adolfo

  18. Pues me parece que estás equivocado, los únicos billetes que se pueden cambiar son los correspondientes a la última emisión de pesetas, los demás fueron siendo sacados de circulación y pasado un tiempo se suspendía su canje por los de la nueva emisión.
    Con las monedas pasó lo mismo, solo se pueden cambiar las del último sistema monetario español, las de 50 pesetas «gordas» del rey no se pueden cambiar.

  19. Juro que pago mis impuestos y que no tengo cuenta en Suiza. Tampoco tengo tarjetas «Black», no cobro del congreso,senado o del partido y nunca he hecho favores a constructores ni nada de nada…….que desgraciado que soy igual que todos los demás. Y que la colección de monedas,plata y oro que tiene Montoro no tengo nada que ver pero tampoco se donde las tiene.
    Saludos.

  20. Pues yo pago la menor cantidad de impuestos posible.
    Mi sueldo sale del Estado, así que de ahí pago cuanto he de pagar (¡nos ha jodido!).
    Ahora bien:
    No fumo (¡jódete Montoro!)
    No bebo (ídem)
    Mi coche es de segunda mano (el impuesto de matriculación lo pagó quien lo estrenó)
    Lo uso lo menos posible (además jorobo a los productores de petróleo)
    No tengo casa en propiedad
    Mis monedas las compro en mercadillos (no tengo ninguna maravilla, pero… ¡Las disfruto igual!)
    …lamentablemente, debido a la puta manía que tiene mi familia de querer comer cada día no puedo jorobar más a Montoro, pero esto es algo que dentro de 100 años tendré solucionado.

  21. César, no estoy del todo de acuerdo contigo aunque entiendo lo que dices. Insisto en lo dicho, y te recuerdo que para haber alcanzado hoy un Estado democrático y de derecho en la vieja Europa (con sus virtudes y defectos)previamente alguien debió dar un paso al frente y desobedecer normas y leyes del todo injustas. La Revolución frances es un ejemplo, así como las sucesivas revoluciones liberales del siglo XIX . ¿Que hace la masa si las herramientas de la democracia no funcionan?¿Esperamos a los 4 años de rigor para intentar cambiar algo?). Basta ya.

    Muy bueno, Athalbert!

    1. Yo hablo de los momentos actuales, de un sistema imperfecto como es la Democracia, pero que es el menos malo, el que da la opción (esperando cuatro años, o menos, o incluso más)de elegir o lo que hay o de crear un nuevo partido, pero siempre respetando las reglas, si no se van a respetar, que avisen, que mañana rompemos la baraja antes de que otros se adelanten, y el que venga detrás que arree, a ver si sólo una parte de la «masa» se cree la agraviada en sus «derechos», que también hay otras.

  22. Lo bueno de la democracia es que te permite deshacerte de gobernantes incompetentes, zafios o deshonestos al cabo de un tiempo sin tener que pasar por el baño de sangre que es una revolución.
    Hoy día de la revolución Francesa solo recordamos los cuadros que vemos, muy pulcros, y quizá que decapitaron a algunos nobles y a sus reyes…
    En realidad fue un baño de sangre y miseria que desembocó en una tiranía (la de Napoleón) que ensangrentó Europa durante más de veinte años.
    ¿No habría sido más limpio poderse haber librado de esos incompetentes mediante unas simples elecciones?

    1. Hola.
      Respeto tu opinión, pero para nada estoy de acuerdo.
      La Revolución francesa, tuvo muchas cosas malas, pero no supusieron ni la mitad de dolor, muerte y sufrimiento que el absolutismo en Francia.
      No es achacable a la Revolución francesa, las posteriores guerras que pretendían volver al absolutismo. Es como decir que aqui en España, sufrimos a los 100 mil hijos de San Luis, por culpa de la Constitución de Cadiz, y que aquellos que se opusieron a esta invasión (precisamente de la francia/europa más reaccionaria) fuesen terroristas.
      Y gracias a Napoleón, los Neo-liberales de hoy disfrutan de su codigo penal, su codigo civil, y la exaltación del nacionalismo. Que además si no defiendes esto eres un revolucionario.

      Las revoluciones traen dolor, pero también libertad y mejora para todos.

      En el tema de los impuestos, nos olvidamos que los ricos no pagan impuestos, y son las clases medias y bajas las que mas los sufren, pero son necesarios, por eso son precisamente los que más tienen y los que menos dependen de las garantias sociales, los que menos quieren pagar, pues el estado de Bienestar no les afecta.

      Un saludo.

      1. Adolfo Ruiz Calleja

        «En contra del pensamiento mayoritario, Brennan considera que una buena solución a estos problemas sería experimentar con lo que llama «epistocracia»: el poder de los que saben. Pero no se trata de eliminar los derechos políticos universales para entregárselos a una pequeña élite de sabios. Su propuesta se basa en asumir que quizá resultaría más eficiente dar un poder político – de voto – distinto a cada persona. Éste se establecería en función de los conocimientos, la capacidad para comportarse de manera racional y el compromiso con el interés general.»

        https://www.amazon.es/Contra-democracia-colección-Jason-Brennan/dp/8423429229

        No conocía el libro.

  23. Estoy en parte de acuerdo con tricky. Es cierto que el concepto de estado liberal se lo debemos a la revolución francesa que se alzó contra el absolutismo regente. Pero no hubo pretensión de volver al absolutismo tricky, en realidad se volvió, porque Napoleón acabo dando un golpe de estado 10 años después de proclamarse la Asamblea Nacional y se autoproclamo emperador del universo como Darth Vader…xD.

    Creo que los tiempos han cambiado y que las revoluciones modernas irán de la mano del control de las materias primas, del control de la red y del control económico-financiero. Ahí tenemos a los chinos que ya han comprado medio continente africano, gran parte de la deuda española y algún que otro club de futbol (de mis amores) en este país. Y los rusos con su gas, que como cierren el grifo dejan pasmada a la Merckel y a media Europa.

    1. Desde la invasión de Panamá en 1989, el planeta no para de tener revoluciones de colores y de otra índole. Y como bien dices, de la mano del control de las materias primas, del control de la red y del control económico-financiero, todo esto através del poder militar y la imposición de la divisa de papel llamada dollar.
      Y por otra parte para que exista democracia debe de haber independencia de poderes, en este país alguien a votado al presidente del gobierno, a alguien del poder judicial, tal vez al presidente del Banco de España o de la UE. ¿Dónde esta entonces la democracia si todos salen del poder legislativo? ¿Dónde queda la separación de poderes? Como dicen algunos «lo llaman democracia, pero no lo es». Saludos

  24. Veo que el tema original ha dado para mucho…como numismáticos supongo que os dais cuenta que la economía que tenemos en la cabeza es aún la del patrón metal. La frase «no hay dinero para todas esas cosas» es de cuando la economía se basaba en reservas de plata o oro. Desde el 1971 cuando Nixon eliminó el patrón oro, estamos en una economía mundial especulativa e irreal, el dinero se puede crear de la nada, ni tan solo hace falta que exista físicamente en forma de billetes. La economía de hoy es un engañatontos, pero el verdadero poder es el control de la opinión pública. Tal vez la historia de Enrique termine cuando hay elecciones y vota a los mismos políticos que con sus decisiones erroneas provocaron su ruina, porque después de ver la televisión día tras día, él está convencido que vivió por encima de sus posibilidades.

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