Pedir referencias

A la hora de pujar en una subasta por primera vez veréis que en muchas casas piden referencias de otros comerciantes con quienes habéis tratado. Hay clientes que no saben qué poner en la casilla correspondiente e incluso se encuentran un poco nerviosos la primera vez si no han comprado más que en mercadillos y a comerciantes locales. Incluso hay quien ha indicado en su orden de pujas que es lector de este blog y que me conoce personalmente. No es que eso sea la mejor referencia, pero al menos es una.

Para quitar hierro al asunto hay que entender para qué se piden las referencias en las subastas, que viene a ser el equivalente a presentarse a un comerciante. Puede ser que venga alguien para hacer la gracia se invente un nombre, se lleve monedas por el valor de 100.000 euros y luego no pague. Eso sería un perjuicio para la casa de subastas (que no cobra por su trabajo y queda mal con sus clientes), para el que vende la moneda (puesto que tendrá que volver a salir a subasta y recibirá el dinero más tarde), para los otros pujadores (que no se hacen con la moneda que querían) y para Hacienda (que se queda sin su correspondiente mordida). Así que todos salen perdiendo por la gracieta de un espabilado que seguramente para entonces estará declarado insolvente y no habrá por dónde meterle mano.

Una manera de evitar esta situación es pedir referencias y, en caso de que la cuantía de las pujas sea considerable, consultar a dichas referencias su opinión sobre el cliente en cuestión. Como éste es un mundillo muy pequeño cualquier comerciante conoce a cualquier otro, así que no hay problema por eso. Desde luego que una casa de subastas no va a andar molestando a un colega por un cliente nuevo que puja por dos duros de Fernando VII que salen a 35 euros cada uno y un medio escudo en MBC- por el que ha pujado 91 euros. Esas son el tipo de pujas que hacen los que empiezan y es lo más normal del mundo. Si resulta que luego no paga, pues se le veta y punto, pero la pérdida no será muy grande. Ahora bien, si aparece un cliente nuevo que de entrada se va a por una pieza de cinco cifras (solo conozco un caso, pero haberlos haylos) es normal que se pegue un telefonazo a la referencia en cuestión. Se tarda 2 minutos en preguntar la opinión y esto es un «hoy por ti y mañana por mí».

He de decir que yo también he tirado alguna vez de contactos de este estilo. Un coleccionista me ofreció una moneda a un precio razonable, parecía serio y yo se la quise comprar pero como era bastante dinero lo que tenía que transferir preferí consultar a un comerciante del que ambos somos clientes. Me corroboró la honradez que aparentaba, se realizó el trato y ambos salimos contentos.

¿Significa esto que los comerciantes comparten información sobre sus clientes? ¡No! ¡Eso no lo harían ni locos! ¿Significa esto que los comerciantes no cumplen la Ley de Protección de Datos? ¡No! Lo único que preguntan es la relación entre un comerciante y su cliente (relación que conocen que existe porque el cliente se lo ha dicho) indicando nombres y apellidos de dicho cliente. La respuesta se limitará a un «le conozco personalmente, es serio y no he tenido ningún problema con él» o algo semejante.

Así que ya veis que este mundillo de la numismática es muy pequeño y todo se sabe. El que vaya haciendo jugarretas pronto se despedirá de tener tratos con ningún comerciante o coleccionista mínimamente serio. Por eso mismo los piratas duran poco en este mundillo: rápidamente todos saben quiénes son y tantos los comerciantes como los coleccionistas serios les ningunean. Así que rápidamente solo pueden relacionarse con quienes son igual de piratas que ellos.

La imagen que ilustra la entrada es el cincuentín que subastarán Martí Hervera y Soler y LLach (más sobre la subasta). No lo he visto personalmente, pero la calidad de la acuñación parece impresionante.

8 comentarios en “Pedir referencias”

  1. Adolfo, yo te usé como referencia en una casa de subastas jaja. Dije algo así como que era lector del blog, nunca había pujado, pero tú me habías metido el gusanillo :P

  2. Interesante entrada una vez más Adolfo. Hay otras casas que van más allá y te piden una fotocopia el DNI o pasaporte. Me parece del todo normal, porque sino sería como jugar a la ruleta rusa para ellas.

  3. Interesante artículo como siempre aunque no soy de los que pujan en subasta, digamos que compro a un particular fijo y de confianza que me complica la vida con un montón de monedas y libros que tengo que leer para identificar monedas, ya sean del Al-Andalus o de los Austrias.Pero como dije, leer todos los dias un poquito del «BLOG» enriquece.
    Saludos

  4. Cada día aprende uno más, pero,gana algo con eso? es mandado por alguien? O no está bien de las neuronas? La verdad, sí eso ocurre pues yo no lo entiendo.
    Saludos Adolfo.

  5. Hola a todos: te agradezco tu lenguaje coloquial y claro en este tema. Ciertamente, pedir referencias es habitual. Muchas veces, los comerciantes de otros sectores también procuran pedir referencias o informes (sastres, aseguradoras, bancos…) y cuando la cuantía es mayor, negocian pólizas de crédito o caución para realizar las transaciones.

  6. En cualquier mundillo pequeño en el que todos se conozcan las referencias funcionan muy bien.
    Sin ir más lejos, cuando vi la oferta de trabajo en Estonia la solicité y como encajaba en ella (era evidente) mi actual jefe fue a pedir referencias a una investigadora que conocía y que había trabajado en la Universidad de Valladolid. Dicha investigadora habló bien de mí, así que en la primera entrevista me dijeron que si aceptaba me podía ir a Estonia, que me lo pensase y que en una semana les respondiese. Entonces lo que hice fue… ¡¡pedir referencias de mi futuro jefe a la misma investigadora que él había pedido referencias sobre mí!!
    En otras ofertas de trabajo de investigación es muy típico que pidan tres cartas de recomendación y es muy normal que después se pongan en contacto con alguno de quienes las haya redactado (con el que más confianza tengan) para que les den su opinión sincera sobre la persona que se plantean contratar.

    Volviendo a la numismática, lo que no sé es qué ocurrirá si alguien entra de nuevas y quiere invertir una cantidad importante en monedas de alta calidad. No creo que sea algo que ocurra más que de ciento en viento -y yo no recomendaría a nadie que lo haga por su cuenta-, pero no sé cómo se comportarían las casas de subastas en ese caso. Quizá le exijan un aval bancario, quizá confíen en él tras una conversación… no lo sé. Tampoco sé qué pasaría si alguien da un salto muy importante. Como si yo, sin mediar aviso, pujo por cinco cincuentines del tirón, cuando es muy poco probable que alguien de mi perfil vaya a tener capacidad de pagar semejante compra.

    Saludos,
    Adolfo

  7. Una entrada muy interesante y que me va a ser muy útil, pues me han preguntado muchas veces sobre este tema. Voy a linkearlo en una miniweb que he hecho al respecto.
    Un abrazo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio