Admirando el esfuerzo del coleccionista

A todos nos ha pasado que cuando le decimos a alguien que somos coleccionista de monedas una de las primeras preguntas que nos hacen es: «¿y cuántas monedas tienes?». Esperan con ello que digamos un número muy alto. En mi caso se suelen quedar decepcionados cuando les digo las pocas monedas que tengo. Ellos, que no tienen ni idea de monedas, esperan una colección de cientos o de miles de ejemplares. Es normal: ellos no entienden de rareza o de dificultad de encontrar ciertos ejemplares, pero sí que entienden el que una persona tenga muchos o pocos. Afortunadamente, tras medio minuto de conversación hago entender que yo no colecciono cualquier moneda y que busco ejemplares escasos de un periodo determinado, con unas características concretas y que además no son baratos. Entienden que en ese caso es normal que tenga pocas y entienden que a pesar de ello reunirlas me supone un esfuerzo notable. Algo que es lo que buscan la mayoría de los coleccionistas (aunque no todos). Y ahí es donde suele acabar la conversación sobre mi colección porque yo, para no aburrir, rápidamente cambio de tema con aquéllos a quienes no les interesa especialmente la numismática.

El caso es que esa idea de admirar lo que no es muy admirable y viceversa lo hacen muchos coleccionistas, sobre todo los más novicios. Yo recuerdo que al principio admiraba a esos coleccionistas que habían conseguido «acabar» una colección de las platas y los cobres de El Centenario, excluyendo las verdaderamente difíciles, y sin importarme demasiado la calidad en las que se encontraban las piezas. Recuerdo con cariño ese sentimiendo de admiración porque no deja de ser una manera de descubrir la numismática (hay otras). Lo que pasa es que ahora una colección de ese tipo la veo como un reto muy asequible que cualquiera puede lograr en el medio plazo. No le quito mérito, pero tampoco lo admiro. Otra cosa es quien me presente una colección de El Centenario completa, con algunas pruebas de las que se conozcan poquísimos ejemplares y todas las monedas en una calidad exquisita (ejemplo). Ahí el mérito es mucho mayor: eso no lo hace cualquiera.

Algunos pensaréis que esto se debe al precio: una colección de El Centenario humilde quizá valga tres o cuatro mil euros, mientras que una potente ronda el millón de euros. Pero nada más lejos de la realidad. Lo que valoro es el esfuerzo que supone al coleccionista reunir dicha colección, así como su gusto a la hora de valorar las piezas. Pondré otros dos ejemplos para ilustrarlo:

Un coleccionista que me diga que tiene 200 onzas de los Borbones curiosas, de esas que se venden entre 2.000 y 4.000 euros cada una, me va a dejar frío como un témpano. Su colección es muchísimo más cara de lo que la mía lo será jamás. Además, lo considero una de las mejores formas de invertir en monedas para un particular que no tenga conocimientos avanzados de numismática. Pero eso no significa que yo no fuese capaz de montar una colección de 200 onzas: lo único que me falta es el dinero. En cualquier subasta y en cualquier convención se encuentran un montón de onzas curiosas y solo hace falta saber el dinero que se quiere dedicar a la colección.  200 onzas se compran en un par de años. Sin embargo un coleccionista que me diga que tiene 200 piezas diferentes de dos reales de los Borbones en calidad EBC+ o superior merecería todos mis aplausos y mi admiración. Esa colección es mucho más barata, ya que la mayoría de los ejemplares rondarían entre 300 y 600 euros, pero el esfuerzo del coleccionista es muchísimo mayor porque son piezas muy complicadas de encontrar. Para comprobarlo no hace falta más que acercarse a cualquier convención o mirar cualquier subasta. Quien lo haga se dará rápidamente cuenta de que una colección semejante requeriría una vida entera para poder llevarla a cabo.

Así que ya veis que de los coleccionistas no valoro tanto sus logros (es decir, las monedas de su colección) sino el gusto y el esfuerzo necesario para llevar a cabo la colección. Justamente por eso es por lo que admiro tanto a Caballero. No es porque haya tenido tal o cual ejemplar sino por haber dedicado una vida entera a su colección, habiendo hecho enormes esfuerzos personales para forjarla, y por haber tenido un gusto tal que se adelantó 60 años a la forma de coleccionar monedas (a mediados de siglo XX a la inmensa mayoría de los coleccionistas les daba igual tener un ejemplar en MBC- que en EBC+). Digamos que su casi total dedicación junto con su exquisito gusto fueron los que permitieron que se forjase la Colección Caballero.

Otros extranjeros montaron colecciones más caras. A algunos de ellos les admiro en su aspecto de coleccionistas por los mismos motivos que aquí he dicho. Pero otros, como el Rey Faruk I de Egipto, no merecen más que todos mis desprecios a pesar de haber tenido un auténtico «museo numismático» forjado en tiempo récord. Para mí no tiene ningún sentido -desde el punto de vista del coleccionista- acumular monedas por muy caras que éstas sean. Tener en nómina a los mejores comerciantes del mundo sin más orden que decirles que le buscasen todas las monedas caras que encuentren no tiene más mérito que el de disponer de dinero y, como era el caso del egipcio, si ese dinero se consigue a base de meter mano a las arcas públicas, entonces el mérito es totalmente nulo. Yo creo que ese hombre no hizo más que despilfarrar una fortuna que no era suya.

Del Señor Huntington no sé qué pensar. Por un lado está muy claro que era un apasionado de la cultura española y tenía muy buen gusto. La colección de cuadros y la biblioteca que montó son realmente admirables. Ahora bien, por parte de la colección de monedas es indudable que se hizo con muchas piezas de altísima calidad y de mucha trascendencia histórica pero también con muchas otras que eran auténticos guijarros (véase la tercera subasta que Vico dedicó a dicha colección). Yo me lo imagino como un millonario americano que viene a la España de principios del siglo XX con la billetera repleta de dólaras y extendiendo cheques a diestro y siniestro. Sin duda prefiero al que va coleccionando poquito a poquito y seleccionando bien las monedas dignas de entrar en su colección.

Las monedas que ilustran la entrada son tres piezas que va a subastar Martí Hervera junto con Soler y LLach el día 18 de diciembre. Se tratan de un quirate almorávide de Basmala, un dirham almohade de Jaén y una rarísimo mancús carolingio (¿o quizá anglosajón?) que imita a un dinar abáside pero donde se han añadido unas cruces en el diseño. Esta última pieza me tiene descolocado por diversos motivos. El primero es que fue subastada el pasado mayo por TrimeLine Auctions Ltd. alcanzando las 14.000 libras de remate (17.500 euros al cambio, aproximadamente) y ahora sale a subasta por 3.000 euros. Muy raro y más aún cuando la política de Soler y LLach no es tirar los precios de salida de las monedas. La segunda cuestión que me llama la atención es la propia historia de la pieza y lo poco que en realidad se sabe de ella.

10 comentarios en “Admirando el esfuerzo del coleccionista”

  1. Ayer estuve repasando alguna de las monedas que tengo, en particular unos reales de diferentes ceca y reyes,me llevó más de una hora observar y reconocer los escudos de armas de Felipe II, Felipe III y Felipe IV, son piezas baratitas porque no tienen mucha calidad pero sí mucha información.Ahora se algo más sobre estas piezas que forman parte de mi colección de Los Austrias. Muchisima información en monedas de muy poco valor. Estoy contento con… https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=SzlpTRNIAvc así me ponen mis monedas.
    Saludos

  2. Bueno, 200 onzas de los Borbones curiosas no me parece una mala coleccion, ya me gustaria :D
    ME gusta la buena conservacion de las monedas, pero cuando afinamos de EBC a SC, me parece que se pierde el oremus, en cuestion de precios.

    1. Ojo, que yo no digo que no sea interesante una colección de 200 onzas de los Borbones curiosas. Difícilmente un coleccionista que no tenga demasiados conocimientos conseguirá hacer una colección más líquida que con esas onzas. Es algo especialmente recomendado para aquéllos que quieran meter dinero en esto de la numismática sin llegar a ser unos expertos por ello (también recomiendo buscarse un asesor en ese caso).

      Pero tampoco es que sea un gran mérito desde el punto de vista del coleccionismo. El que tenga un millón de euros en el banco puede hacer esa colección en poco tiempo sin demasiados problemas.

      Por parte de afinar de EBC a SC, vuelvo a lo mismo: una colección de El Centenario en EBC está chupado de hacer (salvo los oros raros) y lo mismo digo de una colección de duros del siglo XIX. Ahora bien, quien quiera una colección de esas en perfecto SC le va a costar una vida entera llevarla a cabo. No porque sea más cara, que lo es, sino porque le costará muchísimo encontrar ejemplares.

      Saludos,
      Adolfo

  3. Sí, pero, hacer una coleccion dificil solo esta al alcance de los que tienen mucho dinero, mucho tiempo y mucha paciencia. La mayoria de coleccionistas, tienen paciencia, pero no tanta, y si la pieza puede encajar la compras.
    Además a veces es facil «equivocarse» y comprar una pieza que al principio te gusta y despues ves que no encaja… o que te sale la oportunidad de mejorarla…
    En cualquier caso coleccionar no deberia ser dificil para piezas normales, a un precio razonable. El problema es que ha habido una buena burbuja y mucha gente todavia mantiene esos precios. Las subastas «ayudan» a devolver a la moneda al precio actual de mercado.

  4. Hola a todos: me parece un artículo muy formativo, que repasa aspectos que como coleccionistas debemos valorar: el buen gusto, la paciencia, la prudencia a la hora de calibrar los precios, detenernos ante una rareza, la ilusión de ir realizando la colección por sí misma sin atender a compararnos con la del rey-sultán Faruk o con la de nadie…

  5. Con mucho dinero es difícil no tener una colección mínimamente interesante…

    Teniendo formación y un buen criterio se puede intentar paliar la escasez de presupuesto para conseguir una colección interesante, pero el dinero ayuda mucho.

    Lo mejor es aprender, formarte mucho como hace Adolfo, para convertirte tú en lo interesante, y no tu colección.

  6. Una colección que me gustó mucho fue la de «monedas representativas», o lo que es lo mismo una colección de las monedas que podían rondar por los bolsillos de la gente en un momento dado por lo que huía de monedas «raras» por no ser representativas.
    Así, podías ver perras gordas y chicas con un estado de conservación admirable, pero lo que no verías sería monedas «ultrarraras»…

  7. Adolfo, cuando hablas de que «cualquiera puede» o que «está chupando» a qué clase de personas te refieres? Crees que la numismática está al alcance de cualquiera cualquiera, o de cualquiera de un grupo que si se lo puede permitir?

  8. ¿Te refieres al aspecto económico? ¡Creo que lo he dejado claro en la entrada!

    Creo que la numismática está al alcance de cualquiera. Alguien puede hacer una colección interesante a base de monedas que valen menos de 20 euros. Comprando una al mes, al cabo de 5 años puede tener una colección muy digna y curiosa.

    Me podrías decir que hay quienes no pueden disponer de 20 euros al mes para sus aficiones. Y sí, eso es cierto. Pero son personas puntuales en momentos puntuales. La clase media en Europa sí que puede.

    Saludos,
    Adolfo

  9. Ah pues eso para mi caso particular sí me parece interesante. Es verdad que la mayoría de las personas podemos disponer de 20 euros al mes. No sé si ya tienes una entrada al respecto, como una guía …. pero si no la tienes, te invito a que la hagas. Te voy a poner una dificultad añadida para esa entrada que nos «ilumine» jeje: personas con poco dinero y que vivimos lejos de Madrid, Barcelona, Londres, casas de subastas…
    De todas formas, chupado chupado… no está. Por lo menos para mí, pero si muy interesante todo lo que aprendo contigo. Gracias!

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