Ya que estoy de vuelta en esta Estonia nevada y totalmente disponible de nuevo voy a realizar el último repaso a las subastas españolas del año 2014. Como siempre, vamos primero con las subastas que fueron y que comentamos aquí:
De la subasta que organizó Lavín el 25 de octubre no puedo decir nada porque sus remates no están disponibles en su página web. Una lástima.
La subasta que organizó Cayón el día 28 de octubre -cuyos remates todavía están disponibles en Coretech- no trajo sorpresas en lo que a las monedas se refiere. Esto es normal porque fundamentalmente se subastaban oros españoles corrientes y eso son lentejas en las que la variación de precio posible es mínima. Se remataron prácticamente todas a un poquillo más de su valor de metal, que es lo lógico y lo que pasa siempre.
Ahora bien, los remates que me han sorprendido mucho es la colección de medallas de Juegos Olímpicos que sacaron a subasta. Ya dije que yo no tengo ni idea del valor de esos curiosos objetos pero es impresionante que muchos de ellos se han rematado con una cifra dos órdenes de magnitud por encima de su precio de salida. Ha habido medallas que salían por menos de 100 euros y se remataban por encima de los 8.000. Digamos que esto es el «estilo Cayón» llevado al extremo y, como diré más tarde, personalmente no me gusta.
La siguiente subasta la organizó Aureo & Calicó el día 30 de octubre. Se incluía la segunda parte de la Colección Isabel de Trastámara, la cual si mantiene este ritmo va camino de convertirse en una colección de referencia para la numismática española. Esta parte se centraba en Carlos III y ha gozado de buenísima salud con prácticamente todos los lotes vendidos. Me han sorprendido los buenos remates que ha habido en los cobres y las platas de pequeño módulo. A priori no son monedas muy comerciales pero se ve que también tienen sus seguidores y que éstos no se han contenido a la hora de pujar. También se hace evidente para cualquiera que vea los remates algo que siempre ocurre en los últimos años: se venden mucho mejor las monedas de alta calidad que las rarezas. Eso no significa que las monedas raras no se hayan vendido a un buen precio, que lo han hecho, pero las monedas de alta calidad son las que han protagonizado las grandes subidas. Quizá la única excepción sea el durillo sevillano de 1786 que ha pasado de 900 euros de salida a 2.200 de remate. Por parte de los grandes remates, estaba cantado que las onzas raras de alta calidad iban a protagonizarlos y así ha sido. La palma se la ha llevado la onza cara de rata de 1769 de Santa Fe de Nuevo Reino, rematada en 22.000 euros.
Aureo también tuvo otro exitazo en su subasta en sala. Se vendió casi todo, incluyendo la pieza de cuatro cruzados de Felipe II. En este último punto me tengo que comer mis palabras, ya que dije que me parecía de difícil venta saliendo en 40.000 euros. Espero que quien la haya comprado sepa lo que hace porque si no el patinazo puede haber sido grande. En cuanto a la estupenda colección de El Centenario que presentaban, yo hice bien en no interrumpir mi turismo para seguir la subasta. Los precios de salida eran muy buenos pero no se ha rematado barata ni una sola moneda. Como es normal con piezas tan comerciales, por otro lado. Tampoco han faltado monedas que se han ido a precios estratosféricos, como el duro de 1875 rematado en 7.000 euros. Es cierto que es un duro en calidad PROOF y es complicadísimo encontrarlos en semejante calidad (Vico subastó otro semejante hace cinco años) . Lo que no sé es si a la hora de vender el duro esa diferencia de calidad la valorará el comprador. A mí se me hace complicado.
En cuanto a la subasta por correo, de nuevo han tenido muy buenos resultados. Y vuelvo a decir lo mismo que en su anterior subasta: sigo sin explicarme cómo se puede pagar por unos denarios tan corrientes en una subasta un precio mayor del que se pagaría por ellos en cualquier mercadillo o convención. Pero bueno, si los compradores han quedado contentos yo no tengo nada que decir; desde luego los vendedores deben estar encantados.
La última subasta que comentamos en la anterior entrada dedicada fue la que organizó Vico el día 6 de noviembre. Es una subasta que no me llamaba mucho la atención por la irregularidad de sus calidades y creo que esa falta de consistencia ha hecho que algunos lotes se quedaran sin vender. Los remates no es que hayan sido malos, ni mucho menos, pero sí que es cierto que el porcentaje de no vendidas ha sido mayor que en otras subastas organizadas por esta casa. Los precios rematados han sido muy normalitos en casi todos los lotes, sin que haya habido sorpresas. El único periodo donde realmente me he sorprendido ha sido en la moneda medieval castellana: un dinerito leonés inédito de doña Urraca ha pasado de 1.000 euros de salida a 10.000 euros de remate, siendo la pieza más cara de cuantas se han vendido; por otro lado, se han quedado desiertas la dobla sevillana y la media dobla toledana de Alfonso de Ávila. Podéis estar seguros de que esto último no sería así si yo tuviera dinero suficiente para meterme en esos belenes.
Pliego organizó otra subasta el día 17 de noviembre. Como siempre, en esta casa no aparecen grandes rarezas ni monedas de alta calidad pero los coleccionistas más humildes podemos encontrar piezas curiosas que suelen rematarse a precio de salida o poco más. Me han parecido curiosos varios lotes de esta subasta. Unos de ellos son las tres falsificaciones de tremises visigodos hechos en el siglo XIX que se han vendido por unos 100 euros cada uno. También me ha sorprendido que subiese hasta los 262 euros una moneda de 2 maravedís burgaleses de los Reyes Católicos. No soy un experto en esas series pero me parece mucho para un cobre en bastante mal estado. Finalmente en la subasta ha habido una buena selección de moneda de Franco y de errores del rey que se han vendido casi todos. Se ve que este tipo de piezas las coleccionan bastante los clientes de Pliego.
Por último Cayón ha organizado una triple subasta de duros españoles entre los días 18, 26 y 27 de noviembre. Han subastado una colección muy interesante de casi 900 duros, que son monedas comerciales donde las haya. Seguramente se trate de una colección «humana», hecha por algún aficionado de clase media que ha ido comprando monedas poco a poco a lo largo de muchos años. Digo esto por la amplitud de los lotes, que cubrían todo el periodo de los Austrias y de los Borbones pero sin que apenas hubiera rarezas ni monedas de las que quitan el hipo. Creo que puede servir de ejemplo de cómo a base de paciencia y de compras periódicas se puede forjar una colección más que interesante (si bien yo no recomendaría primar la cantidad frente a la calidad, como parece haber sido este caso). Sin duda alguna es la subasta rápida de Cayón que más me ha gustado hasta la fecha.
Lo que no me ha gustado es el estilo que tiene Cayón para poner los precios, que consiste en poner unos precios de salida bajísimos en prácticamente todos los lotes, especialmente en los duros de los borbones, que son todavía más comerciales que los macuquinos. Está claro que con esos precios de salida Cayón se asegura la venta; es obvio que un duro de Napoleón con un precio de salida de 30 euros no se va a quedar desierto. Además es probable de que atraigan más pujas. Pero de esta forma despistan a los pujadores y generan fustración entre los más nuevos, como parece haber sido el caso viendo los comentarios de este foro. Además de que pueden llegar a provocar patinazos entre los compradores.
Otra característica de la subasta es que estaba orientada fundamentalmente al público internacional. Valga de muestra que en los precios rematados ponen «withdraw» en vez de «retirado» o que en el mail que enviaron a los clientes primero iba el texto en inglés y luego en castellano. Me parece relevante esto ya que se tiene una colección de moneda española que no está especialmente en una calidad demasiado alta, pero que sin embargo tiene una buena salida internacional. Como ya hemos comentado muchas veces no está de más tener en cuenta estas cosas a la hora de coleccionar; sobre todo si la colección vale un dinero significativo.
Un apunte más que tampoco me ha gustado nada es que en un correo electrónico que envió Cayón a sus clientes explicaban, de cierta manera, que para poder pujar en Coretech debemos desinstalar la versión 8 de Java e instalar la versión 7. Como técnico que soy me sorprendí muchísimo de esto: resulta que Cayón tiene que decir a todos sus clientes que modifiquen su ordenador personal para adaptarse a los requisitos de una empresa que les proporciona a ellos un servicio. Fatal. Así no se hacen las cosas. Coretech tiene dinero más que suficiente como para tener un software de calidad que se adapte a los clientes y no al revés. Su software debería funcionar con Java 6, Java 7 o Java 8 indistintamente. Y si no tienen dinero para hacer un software de calidad es problema suyo y no de los clientes de sus clientes. Yo personalmente me niego a modificar mi ordenador personal porque lo diga una empresa de la que soy cliente (anda que no hay empresas a las que comprar) y me juego un duro a que un alto porcentaje de los clientes de Cayón no saben qué es Java ni qué versión tienen instalada ni cómo desinstalarla ni nada así.
En cuanto a los remates, se han vendido prácticamente todos los lotes y han tenido precios muy razonables. Me da la sensación de que se han rematado más altos los duros de los borbones que los de los austrias, quizá justamente por haber tenido un precio de salida menor. El remate más alto ha sido un duro de Durango de 1812 con busto propio que ha pasado de 90 euros de salida a 3.300 de remate. Sinceramente, no entiendo la razón de semejante remate. O hay algo que se me escapa o se han picado de manera absurda y desproporcionada con ese ejemplar.
Ahora vamos con el resto de subastas publicadas, que supongo que sean las que quedan para el año 2014. Como comentario general, ninguna de ellas son subastas que pasarán a la historia ya que apenas aparecen monedas de alto nivel. Pero, como siempre, esto no es más que una oportunidad para los coleccionistas más modestos, quienes siempre pueden encontrar piezas interesantes para su colección.
La primera subasta de diciembre la organiza Ibercoin el día 3. Como acostumbra Ibercoin, se trata de una doble subasta en la que hay una parte en sala, donde aparecen todas las piezas de especial relevancia, y otra por correo. La subasta en sala hace un recorrido de la historia de la numismática en el que aparecen lotes interesantes para el coleccionista medio de monedas antiguas, tanto en la parte griega como en la antigua Hispania y en el mundo romano. Luego aparecen unos pocos lotes de monedas islámicas, visigodas y medievales para pasar a un breve repaso de las monedas de los Reyes Católicos y los Austrias. Donde se pone más interesante la subasta es en la época de los Borbones, en la que aparecen muchas monedas muy comerciales y que interesarán a muchos coleccionistas. Ente ellas hay bastantes reales de a 8, algunos de los cuales ilustran esta entrada. Entre ellos sin duda el mejor es el duro de Santa Fe que se muestra en la primera imagen y que representa la joya de la subasta (muy al estilo de Ibercoin) con un precio de salida de 30.000 euros. De ese lote me gustaría destacar el que indiquen explícitamente otras subastas en las que ha aparecido, entre ellas la subasta Selección de Aureo de 2012. En esa subasta Aureo remató la moneda en 30.000 euros, que era el precio en el que salía. A ver ahora cómo se le da a Ibercoin. Un último apunte sobre esta subasta es que han aparecido unos comentarios muy interesantes al respecto en el foro de Imperio Numismático.
La siguiente subasta es el día 11 de diciembre y la organiza Aureo & Calicó. De nuevo se trata de una doble subasta, en sala y por correo, en el que se da el tradicional repaso a la historia de la numismática. La verdad es que esta subasta me deja bastante frío y eso hace tiempo que no me pasaba con una subasta de Aureo. Piezas interesantes hay muchas y ya me gustaría a mí poder permitirme alguna de ellas, pero en esta subasta los lotes importantes lo son por su rareza y no por su calidad. Entre las monedas medievales aparecen algunos dineritos muy raros, como los dos dineros del Condado de Osona; mientras que en las monedas de los Austrias se incluyen algunas piezas muy raras, como los 3 reales y los 4 reales mexicanos de Juana y Carlos, el duro segoviano de 1586 o el rarísimo redondo de Potosí de Felipe IV, al que le han hecho un montón de perrerías. De la parte de los borbones y de El Centenario no hay nada que destacar especialmente, si bien la calidad de las monedas es más que suficiente como para que los aficionados medios querramos pescar más de un ejemplar. Curiosamente la subasta se vuelve a poner interesante cuando llega la época de Franco y trae, entre otros lotes, un ejemplar único acuñado en plata de las 2,5 pesetas de 1953 (19-54).
Pero para mí lo mejor de la subasta es la colección de 152 durillos diferentes (monedas que a mí me gustan especialmente) en la que, a pesar de que se presentan todos en calidades muy corrientes (supongo que provengan de un coleccionista completista) puede servir de guía para el coleccionismo de estas piezas ya que aparecen muchas de las variantes. De hecho, se me está ocurriendo que podríamos tomar esta colección como base para hacer un listado completo de los durillos y sus variantes.
Por parte de la subasta por correo, el único apunte que hago es que siguen publicando un montón de denarios corrientes. Se ve que no se les acaban tan pronto.
El mismo 11 de diciembre Herrero organiza otra subasta, tal y como ha apuntado Villalobón. En general es una subasta que me gusta bastante menos de lo que suelen gustarme las subastas de esta casa: la calidad media de los lotes es menor de la que nos tienen acostumbrados y apenas aparecen lotes de especial relevancia, que sí suelen aparecer en las subastas de Herrero. De nuevo vuelve a ser una buena oportunidad para los aficionados que busquen lotes más corrientes, especialmente los coleccionistas de moneda romana, ya que hay bastantes de ese periodo.
De esta subasta destacaría dos lotes: un as de Augusto de Emérita inédito y un escudo limeño de 1725 en el que no se cita ningún rey pero que diversos autores lo atribuyen a Luis I. Nosotros no lo incluimos cuando repasamos la numismática de tal rey.
El último apunte de esta subasta es para una queja que tengo continuamente con esta casa: las fotos son horrorosamente malas. Yo recomendaría a cualquiera que quiera pujar por alguna moneda relevante que se acercase a sus oficinas a verla o que mande a alguien de confianza para hacerlo. Porque intentar guiarse por las fotos publicadas es como pujar a ciegas.
La última subasta del año la organizan Martí Hervera junto con Soler y LLach el día 18 de diciembre. De nuevo vuelve a ser una doble subasta, en sala y por correo, en la que se vuelve a hacer un repaso a la historia de la numismática que seguro que dejará contentos a todos los clientes de esta empresa. Siguen fieles a su estilo y traen unos 800 lotes en la subasta en sala con una calidad media o media/alta bastante regular a lo largo de toda la subasta; por la parte de correo incluyen más de 6000 lotes que seguramente sirvan para que los coleccionistas menos pudientes nos podamos abastecer.
Por parte de la subasta en sala los lotes que más me han llamado la atención son de moneda islámica. Especialmente el dinar de transición del Califato de Damasco, el dirham redondo de Abd al-Mumin y, sobre todo, el mancús carolingio de imitación de un dinar abásida. Me gustan mucho estas monedas de transición o de imitación porque muestran cómo una cultura ejerce su influencia sobre otra y cómo esa otra, una vez que tiene capacidad de acuñar su propia moneda, va buscando su propia estética. De este último hay que destacar que indican su pedigree e incluso citan que ha sido subastado este mismo año; ya me gustaría que este tipo de prácticas se van generalizando por parte de todas las casas.
Otras monedas que me llaman la atención de esta subasta es la colección de El Centenario, muy completa y con unas calidades muy altas en general, aunque rara vez se llega a la excelencia. Los precios de salida son muy razonables en la mayoría de los casos y son lotes muy comerciales que seguramente atraigan la atención de muchos pujadores. Si entre ellos hay que destacar algún lote, sin duda son los 2 centavos de peso de 1894 de Manila; también hay que subrayar que se presentan 8 pruebas realizadas durante la Segunda República, a la que se pueden añadir otras dos realizadas en época de Alfonso XIII. Yo no recuerdo haber visto tanta prueba de El Centenario junta fuera de una subasta temática.
El último apunte sirve para recordar que el concurso sigue abierto.
Hola Adolfo, todo acaba, ahora a pisar nieve,jeje, muchos te envidiaran por ello.
Da la sensación de que no se acaban las monedas, dios cuanta subasta.
S2
La verdad es que a mí no me ha gustado nunca la nieve. Pero no me quejo, no se puede tener todo y por aquí el frío es todavía soportable. Semejante al que tenemos en Palencia en enero. Cuando lleguen los -30 grados será cuando me queje.
Por parte de las subastas, una de las cosas que se aprende es que monedas siempre hay. No importa qué serie se coleccione: periódicamente aparecerán monedas rarísimas o de altísima calidad de esas series. Al principio nos parece que cuando vemos una de ellas será una oportunidad única e irrepetible, pero con el tiempo vamos aprendiendo a que quizá esa moneda tardemos mucho en volver a verla (si es que la vemos alguna vez) pero que aparecerá otra igual de rara de esa misma serie. Y se nos acabará el dinero mucho antes de que se acaben las monedas.
Así pues, hay que tomárselo con calma y no precipitarse en las compras. Que la paciencia es siempre la mejor consejera del coleccionista.
Saludos,
Adolfo
Hola Adolfo, esta es mi primera entrada en tu blog. Te sigo hace tiempo y tengo que decir que es una satisfacción que después de tantos años tengamos un foro serio para analizar y comentar temas numismáticos. Muchas gracias por tu dedicación y consejos.
Unicamente quería comentarte que has olvidado mencionar la subasta de Herrero que coincide en fecha con la de Aureo (dia 11 dic).
Saludos a todos
Hola.
Antes de nada, muy bienvenido. Me alegro mucho de que te guste el blog y espero contar contigo como comentarista. Más aún cuando empiezas haciendo aportaciones: yo me había olvidado totalmente de esa subasta. Ya he actualizado la entrada y pongo aquí también el texto.
¿No serás de Villalobón por casualidad?
Saludos,
Adolfo
El mismo 11 de diciembre Herrero organiza otra subasta, tal y como ha apuntado Villalobón. En general es una subasta que me gusta bastante menos de lo que suelen gustarme las subastas de esta casa: la calidad media de los lotes es menor de la que nos tienen acostumbrados y apenas aparecen lotes de especial relevancia, que sí suelen aparecer en las subastas de Herrero. De nuevo vuelve a ser una buena oportunidad para los aficionados que busquen lotes más corrientes, especialmente los coleccionistas de moneda romana, ya que hay bastantes de ese periodo.
De esta subasta destacaría dos lotes: un as de Augusto de Emérita inédito y un escudo limeño de 1725 en el que no se cita ningún rey pero que diversos autores lo atribuyen a Luis I. Nosotros no lo incluimos cuando repasamos la numismática de tal rey.
El último apunte de esta subasta es para una queja que tengo continuamente con esta casa: las fotos son horrorosamente malas. Yo recomendaría a cualquiera que quiera pujar por alguna moneda relevante que se acercase a sus oficinas a verla o que mande a alguien de confianza para hacerlo. Porque intentar guiarse por las fotos publicadas es como pujar a ciegas.
Totalmente de acuerdo con el comentario de Coretech y la actualización o vuelta atrás de las versiones Java.
Debería ser Coretech quien se encargue de usar un SW compatible hacia atrás o adaptado a las versiones existentes. Yo tuve que modificar los parámetros de nivel de seguridad, y si no es porque lo acabas de comentar, se me hubiera olvidado dejarlos de nuevo como estaban.
Un saludo.
…y eso tú que sabes de qué va la historia. Pregunta al coleccionista numismático promedio qué versión de Java tiene instalada en su PC o cómo modificar los parámetros de seguridad…
Pues imagino que no tendrá mucha idea, y aunque consiga instalarlo o modificarlo, al menos debería ser consciente de lo que implica, que puede no ser mucho pero…
Como curiosidad, en la subasta del día 27 hubo alguien que se sobrepujó por teléfono a si mismo en una puja que había hecho por internet. Así se lo indicaron. En ese sentido no cabe duda de que fueron legales (duda que algunos tienen con las pujas).
Si es que entendí bien. Me quedó la curiosidad de cómo sabían que era la misma persona la que hacía la puja por tlf, que la que pujaba por internet.
Cuando solicitas participar por internet, la casa de subastas te asigna un número y supongo que ocurre lo mismo con los participantes por teléfono. Es decir, el subastador sabe que el número 1XXX es don J.XXXX siendo mas fácil controlar por número.
Un saludo
Hola Corvera,
si, debe ser como tu dices. Yo el otro día por ejemplo, me dí de alta de nuevo en Coretech porque no encontraba el usuario con el que había participado alguna vez.
Me dieron el usuario XXXX asociado a los datos del formulario, entré, validé que funcionaba correctamente, etc. Pues al día siguiente recibí un correo (este ya de la casa que organizaba la subasta), recordándome que ya tenía un usuario YYYY asociado a esos mismos datos del formulario. Como me acordé entonces de la pass, participé con el antiguo, pero creo que podría haberlo hecho con el que me crearon nuevo.
Supongo que con los participantes por teléfono como tu dices pasará lo mismo.
Pero ¿es que se puede sobrepujar uno mismo?.
Pues no sé…
Yo una vez hice una puja on-line y luego me lo pensé mejor y estuve presente en la subasta en directo para subir 200 eurillos la puja máxima (lo comenté aquí: https://blognumismatico.com/2013/12/03/me-la-ha-jugado-el-estado-espanol/ ). No es algo normal, pero puede ocurrir.
Lo que no sé es si la casa de subastas tendrá presente qué clientes son los que tienen las pujas de la orden. En la subasta dicen siempre citan «la orden», pero no sé si ellos sabrán en ese momento qué cliente es. Supongo que dependa de las casas de subastas y supongo que también dependa de los clientes. Si se trata de un cliente importante con el que tengan mucha confianza quizá el subastador se acuerde de las pujas que hizo. Sinceramente, no lo sé; habría que preguntárselo a ellos.
Saludos,
Adolfo
Lo normal es que si has enviado una orden con tus pujas por correo, cuando llegue el día de la subasta, si participas en directo no pujes hasta que hayan superado otros clientes tu puja máxima por correo, con lo que nunca puedes competir contra ti mismo.
En cuanto a lo que dices de los denarios que se pagan más caros por correo que en cualquier mercadillo…
Creo que en buena parte se explica por dos fenómenos claramente interrelacionados:
1.- el «efecto pedigree», que consiste en la disposición del comprador a pagar un sobreprecio por la supuesta «garantía» de autenticidad que le da el haber comprado la pieza en una numismática frente a la supuesta falta de garantías de comprar esa misma pieza en un mercadillo.
2.- el pánico generalizado ante la gran profusión de falsificaciones de gran calidad que existen en estos momentos y que incluso ha llevado a la aparición de supuestos «gurús numismáticos» que han llegado a elaborar manuales para detectar dichas falsificaciones siendo ellos mismos incapaces de detectar falsificaciones de los más burdo.
En fin, que creo que es cierto que se pagan esos sobreprecios, algo que me parece absurdo cuando al fin y al cabo, ciertos comerciantes de ciertos mercadillos (la mayoría de ellos con una amplia trayectoria profesional y comercio físico abierto al público) te dan similar garantía.
Yo creo que en ese aspecto no hay ningún proceso de reflexión consciente por parte del coleccionista. Quizá no sepan tasar bien las piezas o quizá les resulte más cómodo solicitarlas a una casa de subastas en la que confían que ir a una convención.
Porque esos argumentos que indicas pueden ser razonables para monedas de altísimo nivel, donde está muy bien tener un buen pedigree y que la moneda la autentique una empresa respetada y solvente. Pero cuando hablamos de unos denarios corrientes en calidades normales y que razonablemente cuestan unos 30-50 euros, pues esos argumentos no se aplican.
Lo de los «heruditos gurús» es otro asunto.
Saludos,
Adolfo
Hola Adolfo:
Describiste la colección subastada por Cayón como “monedas comerciales’ y una “colección … hecha por algún aficionado de clase media que ha ido comprando monedas poco a poco a lo largo de muchos años”.
Falta mencionar que la colección tenía un número significante de monedas reselladas, y la gran mayoría de esos resellos son falsos (Cayón los describió correctamente en muchos casos, otras monedas fueron retiradas). No creo que el coleccionista los haya comprado por falsos, y si él vivía la venta de sus monedas, me imagino la gran decepción cuando al final de su carrera numismática le tuvieron que decir que ha sido engañado todos estos años.
Dosmundos, coincido, llamativo la cantidad de resellos falsos que tenía esa colección. Es más, yo no me hubiera atrevido a pujar por ninguna moneda con resello de esa subasta, pues posiblemente el dueño de la colección adquirió la mayoría del mismo proveedor….
En cualquier caso, posiblemente ese coleccionista no se llevara ningún disgusto, pues es posible que la colección la vendiera su familia tras el fallecimiento del mismo (un clásico).
Yo por fin, tras 6 meses de espera, y mucha paciencia, he adquirido una moneda en la subasta de 8 reales de los Austrias. Como comenta Adolfo, es mejor calidad que cantidad, y por calidad no me refiero sólo a conservación.
Por cierto, precioso columnario de a 8 de Santa Fe. Hace poco precisamente hice un repasito a las distintas cecas que los acuñaron:
http://www.imperio-numismatico.com/t89969-8-reales-de-felipe-v-mexico-1734-mi-primer-columnario
No me había fijado en los resellos falsos, pero es cierto que ha habido muchos.
Lo de encontrarse monedas falsas a la hora de vender la colección ha pasado hasta en las mejores familias. Para ello lo mejor siempre es entender por uno mismo y comprar monedas a comerciantes serios, especializados y que proporcionen garantías en un futuro. Así es menos probable que se cuelen falsas y en caso de colarse se minimizarán los daños.
Pero hay que estar preparado para semejante fastidio si se vende la colección en vida. Así que ya solo por eso será mejor que la colección la vendan los herederos y que digan: «¡mira qué tonto mi padre que se la colaron!».
Saludos,
Adolfo
Lo curioso no es la cantidad de resellos falsos… si no los precios que se han pagado por muchos de ellos. Sinceramente, no lo entiendo.