Si son baratas ¿cuántas me vendes?

Pululan por los mercadillos multitud de vendedores casuales, de esos que no pagan ni impuestos, ni seguridad social, ni nada simplemente compran y venden monedas baratas para financiar su colección o para sacarse un extra. No suelen ser vendedores muy expertos ni con conocimiento de monedas de alto valor, así que se centran en comprar lotes de monedas muy baratas que les salen a un precio ridículo la unidad y luego venderlas de forma separada entre 2 y 5 veces más caras de lo que las han comprado. Si se ponen a contar el coste por hora seguro que no les sale a cuenta, pero no deja de gustarles y es así como ellos entienden su afición.

Entre estos vendedores hay de todo. Desde rateros y timadores que no dudarían en estafar 6 euros al primer novicio que encuentren a gente muy honrada que se saca una propinilla y de paso anima el mercadillo. Yo tuve la suerte de que cuando me inicié en la numismática conocí muy pronto a uno de ellos que me trató muy bien, me libró de muchos palos y en buena parte gracias a él aquí sigo. Ahora es lector del blog y seguro que lee estas líneas. Va por él la entrada, pues voy a contar uno de los consejos que me dio al empezar.

La gran dificultad de estos vendedores casuales es hacerse amigos de los que empiezan porque son los únicos que comprarán sus monedas. Son plenamente conscientes de que cuando un coleccionista lleva el tiempo suficiente dejará de comprarles porque pase a coleccionar otro tipo de piezas de más valor de las que ellos manejan o porque aprendan dónde encontrar esos lotes de monedas, que no es tan complicado (pero que no me lo pregunte nadie). Así que los novicios son su mercado y cuando aparece uno nuevo en el mercadillo hay competencia por ver quién se hace amigo suyo, sobre todo en las ciudades pequeñas.

Una de las técnicas más corrientes para hacerse con su amistad y con su dinero es que la primera o las primeras ventas sean baratas. Quizá el novicio esté buscando completar su colección de Juan Carlos I y el comerciante casual le ofrezca seis monedas de 500 pesetas en SC a 4 euros cada una. El novicio quedará más que contento porque las está pagando a valor facial y un poquillo más, mientras que el vendedor casual probablemente haya ganado un cliente y se habrá sacado 24 euros de seis monedas que compró en un lote que ya está más que amortizado y que las tenía en casa desde hace 10 años sin darlas salida. Podría haber pedido 6 euros por cada una y seguramente se los hubiera pagado, pero prefiere dejar de ganar 12 euros y «sembrar» esa amistad.

Por mi parte hasta aquí todo bien. Si esta primera venta sirve para generar un vínculo que forja una amistad a mí me parece estupendo. Posiblemente ambos salgan ganando.

El problema está cuando el vendedor quiere recuperar pronto la inversión realizada y cosechar rápido a base de estacazos. Puede ser que el novicio se forme una preciosa colección de moneda circulada pensando que la está comprando sin circular o puede ser que en cuanto el novicio se atreva con monedas de 50 euros se las empiece a dar troqueladas. O quizá espere más y cuando el novicio no conozca bien el precio de una moneda y quiera hacerse con una «pieza buena» le meta un estacazo de 200 euros. Otra variante es cuando el vendedor es un cizañero y lo que busca es ponerle en contra de otro vendedor razonable diciéndole que el otro le vende muy caro y que él las monedas se las deja más baratas. Son actitudes que acaban inevitablemente en timos, como ya le pasó a Enrique.

Así que el truco para protegerse sobre compras baratas que puedan dar lugar a futuros timos es preguntar directamente cuántas monedas nos dejan a ese precio. Es una pregunta más difícil de responder de lo que parece y dependiendo de la respuesta podremos ver de qué pie cojea el vendedor. Posibles respuestas son:

– «A este precio te traigo las que quieras porque es su precio y quien te las venda más caras te está engañando«. Ante esto hay que tener mucho cuidado porque puede ser que te esté metiendo cizaña. Intenta enterarte del precio real de esa moneda y si realmente es más caro de lo que te está vendiendo al día siguiente le dices que te traiga 50 piezas iguales y que hasta que no lo haga no le vuelves a comprar nada.

– «Pues de estas tengo muchas porque las compré en un lote y me deben quedar 40 o así. Las tengo amortizadas así que no me importa dejarlas más baratas«. Esto puede ser razonable si estamos hablando de monedas que cuestan muy poco dinero. Uno que compre un lote de 100 monedas de 1 céntimo SMV quizá las adquiera a 1 euro cada una, si luego las vende a 5 euros rápidamente amortizará el lote entero y el resto las irá sacando poco a poco. Si tal es el caso es razonable que las pueda dejar baratas por el tema de forjar la amistad, pero también te está advirtiendo que son esas monedas concretas las que te puede dejar baratas. Este tipo parece más de fiar. Por supuesto, si las monedas tienen un valor más elevado esto es un timo 100% seguro.

– «Solo tengo una, así que más no te puedo vender«. En este caso es plenamente consciente de que la moneda te la está dejando al precio que él la compró o incluso a menos. Vendiendo a este precio este vendedor no saca margen de beneficio. Cuidado con las siguientes compras no vaya a ser que recupere los beneficios rápidamente. Por supuesto, si antes de la venta ha estado criticando a otros vendedores porque te venden muy caro, entonces lo mejor es no volver a saber de este vendedor.

– «Ahora solo tengo una, pero si quieres más a este precio te las puedo encontrar de aquí a un par de semanas«. ¿Estás seguro de que la moneda te la está dejando barata? Yo diría que no.

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Las monedas que dan color a la entrada son 10 dólares de Uruguay y 500 tenge de Kazjastán (fuente). Las monedas bimetálicas forman una colección bonita, barata, sencilla con diseños atractivos por lo general. Por eso muchos se sienten atraídos por ellas al empezar a coleccionar monedas.

15 comentarios en “Si son baratas ¿cuántas me vendes?”

  1. Por suerte o por desgracia estas situaciones siempre se dan, está claro. Yo me inclino por pensar que es una suerte, pues es así como verdaderamente se empieza a aprender. Este tipo de vendedores sirven para introducirte en este apasionante mundillo y, aunque te puedan llegar a timar incluso un par de veces (no siempre es así por supuesto, aunque a mi, como supongo que a muchos me pasó), se convierten rápidamente en agua pasada. Este perfil de gente son los primeros que te enseñan algo de este mundillo. Y en cuanto uno tiene claro lo que quiere y va conociendo a gente puede, incluso, reirse con ellos (sin comprarles nada, por supuesto). Como siempre, buena entrada Adolfo. Saludos cordiales

  2. Allá donde uno va puede encontrarse con personas de todo pelaje y condición. No es sólo en los mercadillos. De hecho internet también está plagado de listos pero tampoco sobran «jueces», que son aquellos que se atreven a dar lecciones gratuitas sobre ética al resto de lectores y coleccionistas. El asunto es que éstos ven la pajita en el ojo ajeno y no se dan cuenta de que ellos llevan una viga. Hablo de los que, por ejemplo, venden a través de portales como eBay o te ofrecen en convenciones como las de la ANE un lotecito de onzas interesantes («Pululan por los mercadillos multitud de vendedores casuales, de esos que no pagan ni impuestos, ni seguridad social, ni nada simplemente compran y venden monedas baratas para financiar su colección o para sacarse un extra»). Una cosa es ser honesto, y otra bien distinta estar o no al corriente de pagos. Esto es como el que va por la autopista a 200 km/h. Eso sí, el día que el radar lo fotografíe le tocará pasar por caja.

    1. Esto es bastante obvio que va por mí.

      Siento de verdad si parece que juzgo a alguien. Nada más lejos de mi intención que parecerme a los jueces, un gremio con el que no quisiera tener ninguna relación en mi vida en lo que a su trabajo se refiere (yo me voy de cañas con cualquiera).

      Por la parte de las vigas en mis ojos, lo primero es que yo estoy dado de alta como autónomo en Estonia para todos los gastos e ingresos que me genera la numismática. La facilidad en la gestión y la relativamente poca carga fiscal de ese pequeño país son dos enormes ventajas, junto a la de no tener que pagar ningún extra a la Seguridad Social ya que estoy trabajando como empleado por otro lado. Así que por ese lado no hay radar que salta porque voy a 120 :)

      En cuanto al tema de las onzas, efectivamente en la convención de la ANE estuve ofreciendo unas onzas, pero mi jugada no se saldó con recibir un dinero en efectivo sino con la posibilidad de realizar una compra barata.

      Básicamente fue así: un colega quería vender unas monedas y pedía por ellas 10. Yo quería una (la única que no era una onza) que costaba 2. Me dejó todas las piezas fiadas (10 era mucho más dinero del que yo tenía) y esa tarde apalabre en su nombre una venta de las onzas por 9 a un conocido comerciante. Entre ellos dos hicieron el trato y yo compré la moneda que buscaba por 1, es decir, a mitad de precio. Firmita de compraventa privada al canto y si en un futuro la vendo por 2, pues me gravaran la diferencia. Otra vez a 120 :)

      Pero si queréis buscarme las vueltas seguramente lo podáis hacer. Es lo malo de ser transparente en público.

      Saludos desde Bangkok,
      Adolfo

  3. Está claro que todo esto se refiere a profesionales o parecido.
    También están los que van cambiando de intereses y buscan dar salida a las piezas que ya no interesan. Al fin, cosas de segunda mano siempre.

  4. Bueno hace tiempo que no entro,en esta ocasión si lo voy a hacer.
    Creo que deberiamos puntualizar,una cosa es hacer un negocio,yo lo he hecho y lo hago de vez en cuando y sin ánimo de timar y otro es desde un principio ir preparando el tema paraval final dar el hachazo.
    Creo que a todos nos han timado alguna vez,y creo que son gages del oficio,pero si es bueno que alguien te ayude en este mundillo.
    Claro está que el que quiere comprar un lote a buen precio a un vendedor,el vendedor da por hecho que lo va a hacer negocio y el aprovecha.
    Yo quise hacer un negocio con sandias y llegué a casa y se lo dije a mi compañera,la respuesta fue,eres tonto,ya te la han dado por querer sacarte gratis la compra,había 5 sandias buenas,las demás pasonas.
    Quiero decir con esto qie muchas veces sale timado el aprendiz de timador.

    1. Sí, lo que se refiere a las monedas de la entrada está mal. Desde aquí no puedo cambiarlo adecuadamente. Lo haré la semana que viene, cuando esté de vuelta en Estonia.

      Saludos,
      Adolfo

  5. Hola a todos: felicidades por la entrada. Ofrecer a buen precio unos artículos para atraer compradores es algo que hacen los grandes almacenes y muchos otros comerciantes…Claro, que eso no es excusa para que esos productos sean un fraude o que, luego, intenten timar al que entre en sus establecimientos.

  6. Esto es típicio, así como también la gente que cree que porque tiene una monedita de plata tienen un gran tesoro en sus manos, cuando normalmente no es así. Me ha tocado varias veces que cuando alguien tiene una monedita de plata que podría interesarme al decirle cuanto le ofrezco se siente el ofendido… y yo trato de ser consciente y ofrecerle lo que realmente vale, tampoco voy a ofrecerle un dineral si no lo vale.

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