Nadie nace sabiendo

Cuando se juntan más de dos aficionados a la numismática es como cuando se juntan varios pescadores. Todos cacarean de lo listos que son y las buenísimas monedas que han comprado a precios baratísimos. No hablo ya de los cholleros, que esos son otra especie, sino de los aficionados que llevan muchos años y que siempre cuentan las mismas aventuras de la vez que acertaron comprando una moneda. Porque claro, mala pata hay que tener si después de 30 años de afición no se ha hecho alguna compra buena.

Un ejemplo de los muchísimos que podría poner me lo contó Enrique. «Resulta que compré un lote de 200 duros muy bonitos a su peso en plata, allá por el año 2002 y los pagué a 6 euros el duro. Me aparté una colección con los mejores y a los cuatro años vendí el resto habiéndome pagado todo el lote y todavía sobrándome dinero para comprarme una peseta de 1893 en EBC. Admírame y dime lo listo que soy».

Relatos como éstos son más que frecuentes en mercadillos y, como todo relato oral que se precie, no está demasiado claro dónde acaba la realidad y dónde empieza el mito. En cualquier caso esta historieta de Enrique no es digna de admiración por parte de nadie, simplemente alguien tuvo suerte de comprar unos duros en un momento en el que la plata estaba barata y los vendió cuando la plata subió de precio. Otras veces habrá sido al revés, pero esas no las cuenta. Yo lo que suelo hacer cuando me cuentan una de estas es decirles que me parece muy bien pero que yo prefiero que me cuenten las historias de cuando se equivocaron para que yo aprenda de ellas y no me equivoque yo. Su reacción suele ser poner cara rara y cambiar de tema.

Pero yo soy de la opinión de que quien sabe más que el que tiene delante es debido casi siempre a que se ha equivocado muchas veces y ha sabido aprender de sus errores. Así que cuando digáis eso de: «¡ay si se me presentase ahora la oportunidad que tuve hace cinco años!» o «¿¡pero cómo pude haber caído en esa!?» os podéis alegrar porque eso solo significa que ahora sabéis más que antes. Dicho de otra forma: habéis aprendido. No hace falta más que leer lo que escribía hace cinco años para darse cuenta de que yo he aprendido bastante en este tiempo y buena parte de ello ha sido gracias al blog. Así que para predicar con el ejemplo os voy a comentar una historia que me pasó hace tiempo.

Resulta que me hice con un lote de monedas de El Centenario en el que venían bastantes duros, unos 150 o así. La mayoría de ellos eran bastante malos y yo no los quería para nada. Además los había pagado bastante caros porque la plata había subido últimamente. Yo los veía como una patata caliente que tenía que quitarme de las manos cuanto antes porque pensaba que de un momento a otro la plata se iba a derrumbar de precio.

Llamé por teléfono a un comerciante con quien tenía cierta confianza y le dije que tenía duros de plata, a lo que me respondió que en esos momentos la plata no la quería nadie y que lo que buscaba todo el mundo era oro. Yo esa ya me la sabía y tenía bastante claro que si le hubiera llevado oro me hubiese dicho que lo que se buscaba en ese momento era plata. Le dije que, en cualquier caso, me dijese a cuánto me pagaba los duros de plata, entendiendo que iba a ser a peso de plata y que eso son lentejas puesto que la cotización es pública y no hay margen de error posible. Él me dijo que tenía que ser yo quien dijese el precio, que para eso era el vendedor y yo le respondí que podía estar seguro que iba a vendérselos a él, simplemente no tenía ahora la cotización de la plata actualizada. Me dijo que eso estaba bien pero que seguramente sabría lo que había pagado por ellos y lo que quería sacar, así que podía decirle un precio. Total, que le dije que si me los pagaba a 10.25 euros el duro yo me quedaba contento, esperando que él me regatease y me los pagase a 10 euros el duro, que es a lo que se pagaban hacía unos meses en el último mercadillo al que había ido. Sin más me dijo que muy bien y que se los llevase todos al día siguiente.

Al día siguiente fui donde el comerciante, cumplí mi palabra de darle los duros a 10.25 aún sabiendo que costaban bastante más. Él cumplió su palabra de darme el dinero prometido. Con todo lo que había subido la plata en las semanas anteriores palmé más de 300 euros en esa venta, lo cual me confirmó el comerciante.

De esa aprendí varias lecciones y si las sumo todas he de decir que 300 euros no son tantos para lo que saqué en claro a la postre. Casi todo lo que hice fueron errores encadenados; creo que lo único que hice bien fue cumplir mi palabra aun sabiendo que perdía dinero con ello. Al comerciante le puse en bandeja ganar dinero muy fácilmente y no le culpo por haber tomado la oportunidad. Es una persona con unos principios éticos muy claros, de quien se puede aprener mucho, con quien todavía tengo trato y con quien espero seguir teniéndolo mucho tiempo.

11 comentarios en “Nadie nace sabiendo”

  1. «Si sabes perder siempre ganarás». Me la aplico a mí mismo y es algo que repito cuando aparecen las lamentaciones, como si ganar fuera el exito exclusivamente positivo y perder no tuviera más connotación que la del fracaso o el ridículo.Nuestra vida se llena de fracasos de todos los tamaños tanto por omisión como por acción. La numismática es uno de esos territorios complejos donde si no sabes nada y quieres todo te pondrán el culo como la bandera del Japón. Debo decir que el mio tiene algo de esa bandera que con el tiempo he ido procurando que vuelva a su tamaño natural,y aprendiendo porque necesito saber para adentrarme más y mejor no en la bandera del Japón sino en conocimientos numismáticos.Con todos mis respetos a la bandera del Japón pero es frase hecha.
    Sinceramente,creo que es bastante complicado y delicado la gran cantidad de factores que afectan al comercio numismático. Sin tener un guía,referencias o buenos conocimientos a la vuelta del tiempo Japón te pondrá embajador por todo lo alto y bajo así que…..
    Saludos

  2. Hola a todos: me ha gustado mucho la entrada. Todos cometemos errores. Una vez examinados y lamentarlos, intentamos no repetirlos, reparar los daños en lo posible y a volver con alegría otra vez al trabajo, a la convivencia familiar, a la afición que compartimos los lectores de este blog o a la actividad que sea.

    (Por cierto, unas palabras de simpatía por los japoneses, por su bandera (Hinomaru), su emperador, su cultura y su nación, mi familia tiene amigos japoneses desde 1973. No hemos perdido su cariño, ni su amistad a pesar de los años. Aún siendo tan diferentes, se sienten muy atraídos por España, por nuestras costumbres, gustos…)

  3. De las mejores entradas del blog, para mi gusto, claro y mira que las ha habido buenas.
    Como todos he pillado chollazos increibles y como todos he comprado monedas que al tiempo podia haber comprado mas baratas, en los primeros gane los euros que ahorre y en las segundas gane lecciones muy utiles.
    Una de ellas me ha sido muy util y es que si piensas que estas pillandole una ganga a un profesional es que o no es una verdadera ganga o no es un verdadero profesional.
    Un saludo.

  4. Pues así es, todavía recuerdo mi primera compra por ebay, dos macuquinas de plata muy bonitas por las que pagué 20 o 30 euros a una tienda de cachivaches indios americanos. Pensé que hacia el negocio del siglo y resultaron ser falsas. Cuando lo puse en conocimiento de la casa, me dio largas un tiempo y al poco cerraron el negocio. Mi amor propio también estuvo a punto de poner el cierre, y no precisamente por lo que habían costado.

    Aprendí algo que Adolfo suele repetir, a no fiarme de los chollos y a no meterme en negocios de cosas que desconozco.

    Después he comprado gangas y he pagado precios altos, pero lo que no me ha vuelto a pasar es a crearme expectativas sobre algo que no tengo en mano. Tampoco me han vuelto a cerrar ninguna tienda ni he vuelto a comprar en tiendas de souvenirs indios.

    Cuantas lecciones en una cagada!!!

  5. Yo la verdad que también he metido gazapos muy gordos, pero no tengo la fortaleza para contarlos, algunos de paleto de pueblo ( que es lo que soy). Pero gracias a tu blog y mi fallos ya he dejado de ser tan impulsivo en el mundo numismático( un mal compañero)

  6. Hola a todos

    Juan Antonio no te preocupes para rey de meteduras de pata aqui, el «yo».

    Tengo monedas que he pagado «caras» cuando luego me han llegado por menos de la mitad o incluso 1/4 parte.

    Una de las lecciones primeras (que yo aun no aplico, pero por factores propios) es estudiar, estudiar y estudiar. Conocer las piezas antes de comprarlas y esperar varias veces a verla por distintos sitios.

    Pero claro oh!!! pobres mortales de nosotros (o al menos de mi) me ponen 2 pesetas pelonas 1889 (creo recordar) en una conservación floja y me dicen que al precio chollo de ¿50€?(no recuerdo bien) y me lanzo a ella como un loco tres meses después me la compre por ¿10€?.

    Si fuera la única pero me temo que la mayoría de las monedas por no decir todas las que he comprado tienen un fuerte sobre precio. Pero… que le vamos a hacer.

    Ah una cosa. Cuando me han vendido una moneda muy cara no me he enfadado con el comerciante excepto si he notado intención de engañar. Por que recuerdo unas dos pesetas de Alfonso XIII 1905 que me clavo una pasta diciéndome que en esa conservación era difícil de conseguir. Luego he visto que no es difícil conseguirla EBC y mucho mas barata y eso si me sentó mal. No he vuelto a comprarle nada (Lección aprendida).

  7. También he pagado monedas a más precio del que era «adecuado» y al final sacas varias lecciones (que de hecho la mayoría ya las ha contado Adolfo en el blog, me disculpará por repetirlas)
    – la prisa es muy mala consejera, si quieres algo ya, lo pagarás mucho más caro que si esperas
    – los precios, sobre la mesa, evitan «sorpresas» del tipo «pensé que era más barata»
    – conocer las monedas que se quieren coleccionar, al menos conocer cuáles son las corrientes, las menos comunes y las raras, y los rangos de precios en los que se mueven
    – conocer que hay monedas falsificadas e intentar protegerse de ellas (siempre nos caerá alguna…)
    – tener más o menos claro qué es lo que se colecciona y por qué
    – no obnubilarse con «monedas brillantes», la limpieza hace maravillas
    – tampoco obnubilarse con las pátinas, que hay muchas «fabricadas» (esto es más típico del mercado USA)
    – ídem con los SC/FDC, y «mejorar» las colecciones, es mejor tener una colección con monedas en el mismo rango de conservación que unas (las baratas) muy buenas, y las otras (las caras) gastadas
    – tener claro el presupuesto disponible, hay monedas de todos los precios, y también colecciones de todos los poderes adquisitivos
    – ser educado y honesto, tanto con los comerciantes como con los otros coleccionistas (es triste tener que poner esto…)
    – los lotes suelen salir más baratos, precisamente porque tienen monedas que no interesan, por comunes o por escasa conservación, pero siempre se pueden sacar alguna que nos falte
    – si «haces la gallina» o consultas álbumes de monedas, déjalos como los encontraste
    – pedir ayuda nunca está de más, pero valora de quién proviene el consejo, no todo el monte es orégano, y no esperes que sea (completamente) gratis, el conocimiento se paga
    Y aún cumpliendo todo esto, todavía podemos dar pasos en falso.

  8. Veo que muchos habéis tenido experiencias semejantes a la mía.
    También por eso es bueno compartir las experiencias: así se aprende de los palos ajenos y se evitan algunos que pueden ser dolorosos.

    Saludos desde Phi Phi,
    Adolfo

  9. Excelente entrada Adolfo… yo creo que no hay nadie que no haya cometido en error de este tipo o que haya salido perdiendo en algun momento, ya que estos es cosa de nuestro aprendizaje…ahora si que «el que este libre de pecado que arroje la primera piedra».

    Un saludo desde Mexico!

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