Pidiendo lo impasable

Os dejo un diálogo de la magnífica película «Alicia en el País de las Maravillas» que no fue escrito en, el más magnífico todavía, libro de Lewis Carroll:

 

AliciaAndo buscando un conejo blanco

Picaporte: hecha un vistazo por mi picaporte

Alicia (mirando a través del agujero de Picaporte): ¡Sí ahí está! Tengo que pasar.

Picaporte: No, tú eres demasiado grande, sería Impasable.

Alicia: Dirá usted imposible.

Picaporte: No, Impasable,aquí nada es imposible.

Algunos se creen que vivimos en el País de las Maravillas y piden lo impasable creyendo que es posible. En su inmensa mayoría estos algunos son novicios en el mundillo numismático que no se han parado a reflexionar un poquillo en el que tienen delante y exigen una barbaridad sin saber que lo que exigen es impasable. En algunos casos hay ciertos tipos que consideran un derecho fundamental de los coleccionistas que sea posible lo impasable. Esos ya son casos perdidos -pero muy molestos- que no hacen ningún bien a nuestra sana afición.

Cualquiera que haya vendido una moneda alguna vez se habrá encontrado con algún novicio que le pide un esfuerzo sobrehumano para adquirir una pieza por la que el vendedor ganará un par de euros. Pongamos un ejemplo que me contó mi amigo Enrique:

Resulta que una vez Enrique se hizo con un lote de monedas que había heredado un conocido de un amigo suyo. Entre el lote había algunas colecciones de El Rey y muchas monedas sueltas de este monarca. Como Enrique no tenía ganas de perder el tiempo vendió las colecciones como lotes y puso algunos lotes de monedas en eBay, en el plan de «10 monedas de 50 pesetas de 1995 SC», pidiendo por ellas entre un 30% y un 100% más de su valor facial.

Está claro que esos lotes solo iban a atraer a novicios, que es lo que más pulula por eBay y quienes más se interesan por las monedas de El Rey (hacen bien). Entre estos novicios algunos le mandaron un mail a Enrique interesándose por sus monedas pero queriendo hacerse un lote «a su medida» con las monedas que les falta. Hasta ahí está bien, algo así es deseable para cualquier coleccionista. Lo que está mal es cuando resulta que un alto porcentaje de estos novicios pedían también fotos de todas las monedas y guardarse el derecho a elegir qué piezas les gusta y qué piezas no.

¿¡Cómo!? ¿¡Nos está diciendo Adolfo que compremos monedas sin mirarlas y sin ver las fotos de las mismas!?

Pues sí, exactamente estoy diciendo eso para cierto tipo de monedas. Esas monedas que tienen un valor facial de 50 pesetas (30 céntimos) y el vendedor te las está dejando a 50 céntimos. Nadie puede esperar que otra persona ande haciendo fotos de anverso y reverso a 60 piezas para que el otro elija 5 de ellas y así cerrar una venta en la que ganará 2 euros más que llevando las monedas al Bando de España. Simplemente no compensa, es de sentido común (en realidad tampoco compensa aunque no se hagan las fotos, pero eso ya es otro problema).

Así pues, para una venta on-line en la que se adquieren monedas de euros, o de Juan Carlos, o de Franco circuladas, o bimetálicas corrientes o cualquier otra moneda cuyo valor sea muy pequeño, yo diría que son necesarios cinco correos:

Comprador:

[Saludo y presentación]
Me faltan las monedas que te mando el la lista adjunta y ahora me puedo gastar hasta 20 euros. Mira a ver si me puedes servir algo. Ten en cuenta que solo busco monedas sin circular.
[Despedida]

Vendedor:

[Saludo]
Te puedo preparar el siguiente lote: XXXX, XXXX, XXXX…..
Si te parece bien mándame tu dirección de correo postal y hazme una transferencia a YYYYYYYYYYYYYYYYY
[Despedida]

Comprador:

[Saludo]
Transferencia realizada. Por favor, mándame las monedas a ………..
[Despedida]

Vendedor:

Monedas enviadas. Cuando las recibas y veas que todo está correcto avísame para dejar de estar pendiente. [Despedida]

Comprador:

Monedas recibidas y todo correcto. Muchas gracias. [Despedida]

¿Veis qué fácil? Si además usamos las «respuestas enlatadas» de Gmail todo esto se hace en un plis plás y no pierde el tiempo ni el comprador ni el vendedor.

Ante esto algunos coleccionistas pueden poner pegas. La primera es que para ellos buena parte de la diversión de coleccionar está en el andar entretenido mientras compra alguna moneda y que, como no tiene mucho dinero, pues la forma de entretenerse es dar la lata por piezas de 50 céntimos. Esto hay pocos que lo admitan, pero en muchos casos es la triste realidad.

Contra este argumento yo solo puedo decir que es mucho mejor dejar de entretenerse con la labor logística de andar comprando y vendiendo y entender la numismática como un estudio donde lo importante es lo que se aprende. Sin ir más lejos, si la compra se ha realizado de manera eficiente el vendedor considerará al comprador como una persona seria. Puede que esté dando sus primeros pasos como coleccionista, pero no por ello  dejará de ser una persona seria y como tal seguramente al vendedor no le importe dedicarle algo de tiempo. Así pues, en vez de hacerle perder el tiempo con correos absurdos, unos días después de la venta el comprador le puede mandar otro mail comentándole algunas dudas que tenga sobre su colección. Si el vendedor es serio seguramente le responderá de buen grado a pesar de que sepa que no va a ganar mucho dinero con ese cliente. Puede incluso que sea el comienzo de una larga amistad que beneficie a ambos. Otra opción sería que no comprase a través de la Web y simplemente fuese a cualquier mercadillo, donde puede ver las monedas sin necesidad de hacerlas fotos.

El segundo argumento se da mucho más frecuentemente, sobre todo en los foros atestados de novicios. Se resume en 10 palabras: «Si no quiere vender esas monedas, que no las venda«.

Efectivamente hay muchos vendedores que pasan de vender las monedas que suelen comprar los novicios y así se evitan tener que lidiar con pesados. Pero hay otros vendedores que comercian con ellas, bien sea para sacarse un pequeño extra o para conocer a clientes que en el futuro puedan hacer compras más grandes. Pero no por ello van a andar perdiendo el tiempo más de lo normal.

El tercer argumento es implorar a la justicia divina y a la ética universal considerando que tienen los mismos derechos quienes pueden comprar 2.000 euros en monedas y quienes solo pueden gastar 2 euros. Este tema lo estuvimos debatiendo largo y tendido hace un par de años en un debate acalorado. Yo a este respecto considero de sentido común que el esfuerzo que se puede exigir a un comerciante por una moneda donde va a ganar 1.000 euros es mucho mayor que el esfuerzo que se le puede exigir por una moneda que va a ganar 30 céntimos. Si alguien no lo entiende que se ponga en la piel de quien vende o que se vaya al McDonalds y se queje porque no le ponen servilletas con borde en crochet.

El cuarto argumento es decir que este tipo de prácticas ayudan a los comerciantes pues les presionan para que mejoren su servicio. Yo no estoy para nada de acuerdo porque, por triste que sea la realidad, esta gente que exige lo impasable no suelen ser los clientes importantes de los comerciantes y en muchas ocasiones incluso agradecen perder la clientela que les quita tiempo y no les reporta dinero. Las mejoras del servicio de los comerciantes  se deben al avance de la tecnología y a la competencia entre las mismas, como en cualquier otro gremio. Bien es cierto que algo de crítica por parte de sus clientes puede venir bien pero siempre y cuando sea crítica razonable y no cosas impasables. Y no olvidemos que para los comerciantes numismáticos el principal problema es a quién comprar y no a quién vender.

Un ejemplo de lo que quiero decir pueden ser los catálogos ofrecidos por las casas de subastas. En los años 80 eran todos en blanco y negro. Cuando la impresión a color se hizo más barata se empezaron a poner algunas fotos a color de las piezas más caras. Comenzó una y rápidamente lo hicieron las demás empresas. Seguro que entonces había gente que llamaba pidiendo que le mandasen una foto a todo color por correo postal de una moneda de 2 maravedís que salía a subasta por 100 pesetas. Sin embargo, no fue por la presión de esos clientes sino por el simple y llano abaratamiento de la tecnología por lo que las empresas pusieron cada vez más fotos a color hasta que ahora lo son todas (bueno, Lavín hasta hace muy poco distribuía panfletillos en blanco y negro, no sé si lo seguirá haciendo).

A mí me parecería muy buena idea que los comerciantes proporcionasen análisis metalográficos de algunas piezas importantes como manera de tranquilizar al cliente sobre su autenticidad. Pero seguro que si lo hace aparecerían algunos que volverían a pedir lo impasable y querrían esos mismos análisis para duros de El Centenario en calidad MBC+ (que no desmerecen a nadie pero obviamente no merece la pena analizarlos). Para evitar esas exigencias impasables por parte del mercado muchos de los comerciantes se lo pensarían cien y mil veces antes de ofrecer análisis metalográficos a ningún cliente. Lo cual es un ejemplo de cómo la falta de sentido común de algunos coleccionistas tiene como consecuencia que aparezcan «barreras invisibles» en la adopción de algunas tecnologías por parte de los comerciantes.

Las imágenes que ilustran la entrada son fotogramas de la película Alice de Jan Svankmajer. La podéis ver entera aquí o, si queréis una introducción a este genio de la animación, podéis echar un vistazo a «Lunch» (mi corto preferido) o «Meet Love«, una pequeña y gamberra obra maestra del arte bizarro.

28 comentarios en “Pidiendo lo impasable”

  1. Es más que frecuente que el que ignora algo por su corto recorrido piense que las cosas son según el cree (yo también lo creía). Pero lo que sí es cierto que la evolución de las cosas pasan por entender algo que se llama sentido común.Comprendo la creencia pero se que para que alguien emplee su tiempo y su dinero debe de tener algún tipo de interés para hacer lo que hace o incluso pierde su tiempo y su dinero porque no sabe interpretar su propio beneficio. Los comienzos para el que compra como para el que vende siempre tienen claro-oscuros y sólo la experiencia pone en su sitio a los dos salvo a los «cabezudos»que no les importa el mundo que les rodea sino el otro que se inventa. Creo que de todas maneras quien vaya con la mentalidad de perder para aprender siempre saldrá ganando.
    Saludos

  2. yo como antigua cliente tuyo,lo que dices,es una verdad como un templo,si quieres una moneda y tienes el dinero,blanco y en botella,pero el lloriqueo no lo soporto,intento vender una moneda de 4 reales columnarios de mexico y le pongo xxx precio,menos uno que me oferto cuanto le podia rebajar,los demas se quedaban en es muy cara
    como si fueran comunes esas piezas.como no pagaban ni por asomo algo decente sigue en mis manos,de salida pedi 160 euros.

  3. Hola de nuevo
    Yo esta noche voy a preguntar una duda que me surgió al pedir una foto de un lote de una casa de subasta en una de noviembre. Además en un foro, vi que no era el único que pedía foto de lotes subastado que carecía de ella.
    Y ahora me pregunto, si tienen la foto y de hecho te la mandan, ¿porque no actualizan la web y la «cuelgan»?
    Con fotos he pujado más que si no hay; otro tema es el empleo del photoshop para mejorar el aspecto de la moneda, y cuando quiera Adolfo, te mando la foto de los 2 reales sin circular, tomado por mi, y podrá compararla con la foto que colgaste de la entrada de las subastas de septiembre y octubre. Para mi la moneda recibida es como un nórdico recién llegado de vacaciones y la foto es el mismo nórdico 15 días después de haber estado en la playa tumbado al sol. En fin, todo se trata de ganar «pasta».
    Saludos desde la playa.

    1. Jlucas, el tema de las fotos de monedas hay que enfocarlo en toda su dimensión. Veamos, yo llevo hechos muchos, muchos, muchos miles de fotos de monedas, en los tres metales, y te puedo asegurar dos cosas:

      — Por muy bueno que seais haciendo fotos tú y tu cámara lo normal es que la foto de la moneda diste mucho de ajustarse mínimamente al aspecto real de la pieza POR ABAJO, esto es: la moneda expuesta en la foto «en bruto» luce mucho peor que la moneda real. Es por ello que el retoque fotográfico resulta necesario en un altísimo porcentaje de las veces. De no hacerlo no habría quien vendiera una moneda a un precio de mercado, sólo se podría malvender y, como comprenderás, eso no es plato de gusto para un profesional.

      — Por mi experiencia, a pesar del retoque fotográfico, el 70% de las monedas salen algo peor en foto que en mano. Otro 20% aproximadamente igual y un 10% mejor. Esto no tiene nada que ver con la profundidad en el retoque que se haga: está relacionado con las características físicas propias de cada moneda que sería muy prolijo enumerar. Ni que decir tiene que ningún coleccionista me ha llamado nunca para pagarme 20 euros más por una moneda que estaba mejor en mano que en la foto. Reconocerlo sí, muchas veces y con no poca alegría, la cual es compartida por mí pues un cliente contento es un cliente que repite. Hasta ahí bien. Lo que no es de recibo es montar un escándalo cuando te toca una moneda del 10% ése que son más «fotogénicas». No existe engaño alguno: son cosas que pasan en este mercado. Además en este caso concreto son cosas que benefician al coleccionista (o al que compra monedas por internet en general) pues ya te digo que no menos del 70% de las monedas están mejor en mano que en las fotos.

      1. Hola Luis, no queria entrar en polemica, ya que «nuestro» amigo Adolfo no suele entrar en ellas.
        Solo preguntaba el porque de no colgar las fotos en la web de la subasta una vez que se ha tomado y mandado estas mismas fotos a varios interesados y comentaba la utilizacion evidente del photoshop en una moneda que he ganado. He utilizado la metafora del «nordico» bronzeado para no hablar de PATINA.
        Entiendo que hay que mejorar el aspecto de una foto para que la moneda luzca bonita y se pueda vender lo más cara posible, PERO
        ¿Donde esta el limite?
        Porque para mi, he PUJADO guiandome en una foto de una moneda con una patina preciosa y he recibido una preciosa moneda con su brillante original PERO SIN la patina de la foto.
        Y no que me sienta engañado, ni mucho menos, pero ya lo tendre en cuenta antes de volver a pujar en esta casa de subasta.
        Y para mi, creo que en este caso particular han «abusado» del photoshop y personalmente, prefiero fotos más reales.
        No creo que sea pedir lo impasable, aunque solo es mi opinión personal.
        Saludos

        1. El límite ético de retoque está, como tú mismo has apuntado, en la realidad física de la moneda, ni más ni menos. Si una moneda con una pátina de color x, aparece en la foto con una pátina de color Y, siendo X bastante diferente de Y al tiempo que menos atractiva, pues entonces, a mi juicio, se ha abusado del retoque.

          Como siempre, insisto, hay que aplicar el sentido común. Por otra parte, y como de nuevo también afirmas, el que compra siempre tiene la opción de no comprar al vendedor que, en su opinión, truque «en exceso» las fotos. Yo no le compro a un par de vendedores precisamente por eso, y en mi caso no es porque retoquen las fotos digitalmente sino porque las hacen de un modo tal que ocultan demasiado los defectos de las monedas y luego te llevas sorpresas desagradables.

          En resumen: yo defiendo la «cirugia reparadora» en las fotos de monedas entendida como mejorar la foto para que la moneda en ella reflejada luzca tan bonita como en mano o casi (ya te digo que en el 70% de los casos no se consigue al 100%). Con la «cirugía estética» destinada a tapar defectos o embellecer por encima de la realidad a la moneda, no estoy de acuerdo.

  4. Hola a todos: los motivos por los que una persona haga perder el tiempo a un comerciante de cualquier gremio exigiendo la luna o lo imposible son variados. Van desde la ignorancia, la desconsideración, la mala fe, el aprovechamiento…Pero, últimamente, con tantos negocios en liquidación o en dificultades, el cliente se acostumbra a comprar a precio de coste la ropa, los muebles…o a pedir una rebaja en los precios cada año, prácticamente, en casi todos los artículos, productos o servicios. En definitiva, no sabría decir si la numismática sufre estas cosas mucho más que otros sectores de la economía o del coleccionismo en particular.

  5. ¿Alguno de vosotros aceptaría un trabajo donde le pagasen 0,50 € la hora?
    entonces…
    ¿Por qué algunos veis lógico que un señor deba trabajar una hora para lograr una ganancia mínima?
    La única razón que se me ocurre es que en el fondo estas personas no creen que el de numismático sea un trabajo «de verdad»…

  6. Creo que sacais lo peor de cada caso( malos comerciantes y malos compradores( piden lo imposible)) y me parece que lo que pretende Adolfo ( no lo sé); además es mi punto de vista es que seamos crítico, para que sepamos que se entiende por una buena relación comercial, es decir, si compras a un comerciantes, pues tienes que pagar más dinero que a un particular( no esperes una ganga), pero el te garantiza un asesoramiento que tu no tienes.Por otra parte, el tiene que poner unos precios razonables y no intentar engañar con las graduaciones. Como puede ser crítico desde un punto de vista de un comprador, compra una moneda a un precio que para ti no sea gran desembolso y si puede en un estado ebc, y con los medios actuales, puedes compararla con otra moneda de otros comerciantes y creo que de esta forma te puedes hacer una idea del profesional , si esta en los margenes razonables( no esperes gangas), pues c

  7. Yo lo que creo es que el profesional es ante todo, humano. No es un ente inmaterial que se alimenta de aire y buenos deseos; no, es un señor que quiere sacar un partido a su tiempo (como todos nosotros).
    Si a este señor le ofreces varios supuestos «negocios» (A, B y C por poner un ejemplo) que le van a requerir invertir una hora de su tiempo, lo normal es que primero atienda al que le da más beneficio, después al segundo negocio que más beneficio le reporte, y si al final aún tiene tiempo y ganas, a lo mejor se decide a atender ese «negocio» sin beneficios inmediatos por si acaso dentro de unos años el «pesado» de hoy se convierte en un buen cliente

  8. En casi todo lo que has dicho tienes razón, pero si el cliente no es pesado, sino que no tiene los medios económicos, el comerciante tiene que sacar tiempo( no el mismo) y ganas para atenderlo. Otra cosa, es si el comprador quiere el mismo trato, eso es pedir lo imposible

    1. ¿Por qué?
      Eso es decisión personal del vendedor, de como quiere llevar su negocio; no digo que sea maleducado con ese comprador, simplemente, con muy buenos modos le puede decir: «lo siento mucho, pero yo no me dedico a ese tipo de material… ¿Ha probado a preguntarle a fulanito? tiene una numismática en la calle xxx y además se pone en la plaza los domingos

  9. Imagínate el siguiente caso, voy a comprar una moneda por valor de 1000 euros(ojalá) y llega un cliente que quiere una de 20 y el comerciante lo manda a dar paseo, ya me tiene que gustar la moneda para que se la compré.

    1. Me alegro de que tengas semejantes principios éticos.
      Desgraciadamente hay cierto números de personajes que en ese caso que dices se sentirían divinamente, pensarían algo así como: «Yo no soy chusma como ese tío de los 20 euros».
      De todos modos la numismática es un mercado absolutamente DARWINIANO en el que los menos aptos duran muy poco, y la tienda que regentas ya la pudo abrir tu bisabuelo y llevarla tu abuelo y tu padre, que si maltratas a la clientela será tú el que la cierre…
      Qué quieres que te diga, yo admiro a la mayoría de los comerciantes numismáticos y disfruto un huevo charlando con ellos.

  10. Como siempre en estos casos basta con emplear el sentido común para averiguar la forma correcta de proceder, tanto si uno es comerciante como si es coleccionista. Eso y ponerse todo el tiempo en los zapatos del otro, lo cual no está reñido en absoluto con defender los intereses propios dentro de lo que, de nuevo, el sentido común indica.

    Pocos comerciantes (si es que hay alguno) desprecian al coleccionista con poco dinero pero ganas de comprar dentro de sus posibilidades. Una convención, una mañana de mercadillo, dura varias horas y da tiempo más que de sobra a atender a todo el mundo: tanto al que se gasta 1000 euros como al que se gasta sólo 20. Qué duda cabe que, en caso de coincidencia, se tenderá a atender más al del 1000 pero ya digo que eso sólo pasará muy esporádicamente.

    El problema es el coleccionista que requiere atención pero SIN INTENCIÓN DE COMPRAR salvo ganga/chollo o similar. Pensad que en cualquier ambiente numismático las caras tienden a repetirse por lo que pasado un tiempo prudencial cualquier comerciante ya sabe de qué pie cojea todo el que se acerca a la mesa de uno. Sabes quien es buen cliente, quien compra unas veces sí y otras no, quien compra de vez en cuando y quien no lo hace nunca. Incluso sabes porqué no te compran cuando es el caso: les pareces caro, no tienes lo que buscan, quieren mejores calidades, etc. Yo, personalmente, a todos los que me compran siquiera de vez en cuando les trato con atención y cariño, sin embargo a los que ya tengo asumido que no me van a comprar nunca no les hago demasiado caso, sin despreciarles naturalmente.

    1. «El problema es el coleccionista que requiere atención pero SIN INTENCIÓN DE COMPRAR…»
      En los mercadillos hay un tipo peor, el que pasea por allí con su novia, mujer o niños y que no tiene ni zorra idea de monedas, pero se ve tentado a «farolear» y se acerca a algún puesto a «dar la brasa»…
      suele acabar yéndose haciendo algún comentario del tipo: «todas estas monedas son falsas»

      1. Ay, Athalbert, ¡Qué razón tienes en tus palabras!
        Lo que pasa es que es algo de lo que no hay que hacerse mala sangre: un mercadillo, por su propia condición de callejero, en la vía pública, siempre atraerá la curiosidad de personas totalmente ajenas al mundillo numismático. La inmensa mayoría son inofensivos: simples curiosos que a más de preguntar dos cosas simples o mirar tres monedas no llegan. A mí, personalmente, no me molestan. Sí que es cierto que hay un pequeño porcentaje de gente que sí que llega a resultar molesta: se enrollan hablando, distraen a los clientes, miran monedas y más monedas, no controlan las manitas de sus niños, se ponen insolentes preguntando «si es legal todo eso», etc. Pero ya te digo que son los menos con mucha diferencia. En esos casos son los únicos donde rozo la descortesía pues no les contesto a sus preguntas o incluso llego a ponerme ligeramente borde algunas veces, en los casos extremos. Podría contar muchas anecdotas a este respecto… en fin supongo que son gajes del oficio.

    2. «SIN INTENCIÓN DE COMPRAR salvo ganga/chollo o similar»

      Ese es el problema. Una moneda no es un artículo único y en un MBC+ puede haber hasta 100 euros de diferencia. Y no porque el numismatico sea caro, sino porque no es lo mismo un MBC+ justito que uno que se acerque al EBC-. Pero es que ademas tiene un golpe, y una rayita. Pero tiene un color muy bonito…

      Entiendo que los que compran den la brasa: quieren estar seguros. NO ES que quieran comprar a precio de chollo, pero si quieren una valoracion justa… que además varia en el tiempo.

      Es difícil.

      Ten paciencia conmigo y a mi me gustará comprarte.

      1. El que realmente piensa como tú dices, Ignacio, acaba por comprar más tarde o más temprano, más o menos veces. A esa clase de coleccionista siempre se le atiende (al menos yo lo hago). Como bien dices la paciencia es una virtud que, al menos en este mercado, suele rendir buenos frutos.

        Ya te digo que el problema es el coleccionista que no es cuestión de paciencia pues te das cuenta de que va buscando algo «impasable». Al menos impasable contigo. Si una persona lleva 3 años acercándose regularmente por una mesa y NUNCA ha comprado nada, nada indica que la siguiente vez vaya a hacerlo. En tal caso se le saluda y ya está. No se pierde el tiempo en enseñarle novedades, describirle piezas, etc.

  11. El problema de los negocios abiertos al público es que la gente entra,mira, pregunta o no…a partir de ahí todo lo que me cuenten me lo creo.
    Es lo que tiene las puertas abiertas y ante eso todo lo que están contando es verosimil. El único que le puede poner el cascabel al gato es uno mismo en el día a día y cliente a cliente y cada uno lo hará como mejor lo vea o crea y no creo que hayan muchas más obciones.
    Saludos y paciencia la suficiente

  12. Bueno,yo creo que para no dar el coñazo a los omerciantes hay que entender que están ahí para ganar dinero, no para
    pasar el rato.

    En cuanto a lo de confiar en la valoración que le dan a las monedas,seríamos los clientes los que deberíamos saber valorar lo que compramos, si no, mejor es comprar otro tipo de monedas o comprarlas cuando sepamos valorar su estado de conservación y su precio razonable con bastante precisión.

    Respecto a lo que comentáis del cliente de 20 € y el de 1000€, me parece que hay comerciantes para todos los públicos, para los que solo buscamos en la Numismática un entretenimiento y no nos dejamos mucho dinero en ella
    (porque no lo tenemos o porque tenemos otras aficiones y prioridades), y para losque coleccionan monedas de gran calidad o rareza, o muy bien conservadas. Aparte de eso, es normal que dedique más atención al 2º, pero si es un poco razonable tratará a ambos con educación y respeto.
    A mí por ejemplo, me gusta rebuscar de vez en cuando en las cajas de monedas a 1 € del mercadillo de la Plaza Mayor (de Madrid), pero eso no quita para que a veces me compre una moneda más cara, ni significa que no me
    interese el aspecto intelectual de la Numismática (por ejemplo, leo el blog de Adolfo y a veces otros, y los artículos sobre algunas monedas que escriben los colegas de Imperio Numismático).

    Para no dar demasiado la brasa, y ya que esta entrada me da pie a preguntarlo, ¿qué forma consideráis más apropiada para conseguir la colección de pesetas de Juan Carlos (que no sea online me refiero)? ¿De 1 en 1 o pedir un lote a un comerciante? Sobre todo si no me interesa tenerlas por años, y solo conseguir las que me faltan (la mitad aprox.). No he mirado aún mucho lo que piden por ellas, pero alguna vez he visto en algunos puestos unos precios muy altos (muy por encima del facial, como 6€) por monedas de 100 o 200 pesetas, no sé si eso es normal o era un carero.

  13. 1.- Las que te van faltando suelen ser las más difíciles.
    2.- No quieres la tira completa de ese año, solo la moneda que te falta; lo que muchas veces fuerza al vendedor a dejar coja una tira para contentarte a ti, lo que le obliga a encontrar «novios» para el resto de la tira…

    Todo eso se acaba pagando…

      1. «Si sabes perder siempre ganarás». Con esto te quiero decir que calcules si el tiempo de espera o de busqueda te compensa esa diferencia económica.Personalmente, si no es una cantidad importante yo compraría el lote.Las piezas sueltas de una moneda deseada siempre son más caras.
        Saludos

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