Hallazgos numismáticos en Estonia

Cada vez que hablo de hallazgos en el blog se monta la marimorena, a ver si ahora que acabáis de llegar de vacaciones y la gente está descansada es una excepción y nadie malinterpreta mis palabras.

En Estonia me siento muy cómodo en casi todos los aspectos pero si hay algo que echo de menos es el aspecto de la numismática, ya que aquí no hay apenas coleccionistas. Es una pena porque haberlos los hubo, ya que durante la ocupación comunista muchos niños coleccionaban coronas del Estado Estonio (1928-1940), ya que era un entretenimiento muy barato (estaban todas desmonetizadas y no valían nada) y era una de las pocas formas en las que a la población se permitía manejar símbolos nacionales estonio durante la ocupación. En cualquier caso, en cuanto le digo a un estonio que soy aficionado a la numismática rápidamente me empieza a hablar de hallazgos. Resulta que el tema de los hallazgos está a la orden del día: raro es el año que no se publica en el periódico que ha habido algún hallazgo notable y que el afortunado que lo encontró ha sido recompensado debidamente. Si tenemos en cuenta que  Estonia tiene menos superficie que Aragón y que nunca ha sido un territorio especialmente rico, es sorprendente que aparezcan tantas noticias al respecto.

Yo creo que se debe a varios aspectos:

– Hay tesoros escondidos por la inestabilidad política. Estonia ha estado bajo mandato extranjero desde que llegaron los cruzados daneses en el siglo XIII hasta casi nuestros días. Tantas invasiones por parte de daneses, suecos, alemanes, rusos… con sus correspondientes idas y venidas, revueltas internas, apoyos externos y demás, hicieron que muchos escondieran sus bienes para no volverlos a encontrar.

– Muchas islas de Estonia y algunos puntos de la costa fueron asentamientos de piratas vikingos, los cuales también tenían por costumbre esconder sus bienes antes de irse a morir a la guerra.

No es un territorio muy explorado por arqueólogos y los detectoaficionados han empezado hace cuatro días.

La legislación facilita que los detectoaficionados notifiquen sus hallazgos a la vez que a los estonios les gusta cumplir la ley.

La sociedad valora su propia historia.

Lo de que la legislación facilite que se notifiquen los hallazgos lo veo especialmente relevante porque es algo que no es difícil de cambiar y que acaba beneficiando a todos. No conozco los detalles, pero al parecer, quien quiera ser un detectoaficionado en Estonia tiene que sacarse una licencia que le da «Patrimonio», lo que conlleva un entrenamiento, como si de una actividad de buceo se tratase. De esta manera «Patrimonio» sabe quiénes pueden buscar y se asegura que al menos conocen las reglas más básicas al respecto. A los aficionados se les facilita obtener los conocimientos necesario y pueden ejercer su actividad favorita con total tranquilidad. Por otro lado, cuando un aficionado encuentra un tesoro sabe que entregándoselo a «Patrimonio» recibirá una recompensa justa y «Patrimonio» consigue los tesoros encontrados en Estonia para poder estudiarlos adecuadamente. Como veis, todos ganan si la legislación está bien hecha. Por cierto, que no creo que sea casualidad que en la Universidad de Tartu hubiera un seminario por Ingrid Ulst sobre legislación de la detección de metales unos meses antes de que saliese adelante la ley al respecto. Ulst estudiaba los ejemplos de Inglaterra, Suecia y Dinamarca.

Como digo, esto propicia que se hagan las cosas bien y prueba de ello son los tesoros encontrados desde 2008 hasta 2013. Muchísimos para un territorio tan pequeño y algunos de una magnitud notable, como el tesoro del siglo XI compuesto por 1.325 monedas de plata encontrado en Linnakse por el que «Patrimonio» pagó casi 100.000 euros, o el tesoro del siglo XVII compuesto por 5.182 monedas y encontrado en Pärnu hace un par de años, por el que «Patrimonio» pagó algo menos de 62.000 euros. Por si fuera poco, este año se están batiendo todos los récords de hallazgos, habiendo obtenido «Patrimonio» más piezas que nunca. El mayor hallazgo de este año se ha llevado a cabo en Ida Virumaa y «Patrimonio» ha pagado 55.000 euros. Por supuesto, además de monedas también se encuentran otros objetos.

Pero no todo es de color de rosa, también hay casos de expolios. Sin ir más lejos, un americano llamado  se hizo ilegalmente con un tesoro de 2.700 monedas de cobre enterrado durante la Guerra Livonia (mediados del siglo XVI) y lo sacó de Estonia, privando a su dueño del estudio y custodia de unos de los mayores hallazgos de la Guerra Livonia. El muy espabilado puso en su página web un montón de fotos al respecto y eso ha permitido que el «Patrimonio» estonio lo haya encontrado y, supongo yo, lo haya denunciado. Ese contenido no está disponible en su web aunque sí que hay otras fotos donde se le ve con el detector de metales por Estonia.

Las monedas encontradas se estudian y después se custodian en museos. Yo he visto algunos y por lo que he podido ver en los hallazgos medievales abundan las monedas de plata del norte de Europa (Suecia, Inglaterra o Dinamarca) y también las árabes, incluyendo muchas de la Península Ibérica. Esto puede parecer sorprendente pero las relaciones entre vikingos y Al-Ándalus son conocidas, y mira tú por dónde me voy a encontrar claros testimonios de dichas relaciones visitando el Castillo de Kuressaare, en la preciosa isla de Saaremaa. De hecho, uno de los tesoros más importantes encontrados en Estonia fue descubierto en 1958 en Tartu y constaba de 41 dirhams. Aquí se puede ver un estudio al respecto. El resto de monedas que se encuentran en los museos son menos sorprendentes: piezas de la ceca de Tallín o de Tartu, monedas livonias, alemanas o rusas. Digamos que son un fiel reflejo de lo que circulaba por el Báltico a lo largo de la historia.

Otro aspecto curioso es que dentro del sorprendentemente enorme folklore estonio abundan las historias y leyendas sobre hallazgos de tesoros. Esto ha sido algo estudiado por los etnógrafos. Por mi parte puedo decir que me han llegado de manera oral dos historias, lo cual es muchísimo teniendo en cuenta que aquí no llevo ni seis meses. Paso a relatarlas; yo doy ambas por buenas:

La primera historia me la relató un aldeano al lado de la tumba de la protagonista (traductora mediante). La protagonista era una buena mujer que vivía en la isla de Prangli y allí se encontró unas monedas de oro. El resto del vecinos de la isla le dijo que esas monedas se habían encontrado en el pueblo y por tanto eran de todos y ella tenía que repartir su botín. La mujer se negó y el hallazgo acabó causando el único asesinato registrado en dicha isla hasta la fecha. No sé cuándo ocurrió esto, pero obviamente fue antes de la ocupación comunista.

Por cierto, dicen que en la isla de Prangli debe haber más tesoros porque era una isla que utilizaban los piratas del Báltico como base. Otra cosa curiosa de esa isla es que fue colonizada por suecos en el siglo XIV y sus habitantes todavía guardan apellidos de descendencia sueca. Esto fue algo que me sorprendió mucho y más teniendo en cuenta que la población de la isla es de unos 150 habitantes. Sirva como ejemplo del inmovilismo de los estonios.

La segunda historia me la contó un compañero de trabajo. Resulta que su padre tenía derecho a usar una casa perdida en un bosque (durante la ocupación comunista el Estado era dueño de todos los bienes inmuebles y todos los terrenos) y ellos iban allí los veranos. Cuando llegaban se encontraban extraños agujeros en el suelo producidos por alguien que hubiera estado cavando dentro y fuera de la casa. Al final en el pueblo les dijeron que todos sabían que el antiguo dueño de la casa era un hombre muy raro y que había guardado su dinero en alguna parte de la casa, por lo que a veces iba la gente del pueblo a probar suerte cavando de manera casi aleatoria. La cosa quedó así hasta que hace seis años mi compañero reformó la vieja casa y encontró en un hueco varias monedas de 10 rublos de Nicolás II. Cuando fui a su casa me enseñó las monedas con todo el orgullo aunque era plenamente consciente de que su valor no era más que su peso en oro.

Las dos primeras fotos son de monedas expuestas en el Castillo de Kuressaare. En la última estoy yo aprendiendo el oficio en Ida Virumaa.

12 comentarios en “Hallazgos numismáticos en Estonia”

  1. Hola, soy Pedro, de Barcelona. Muy buen artículo, felicidades. Hace tiempo que sigo tu blog, de lo mejorcito que hay por estas lindes. Desde luego este pequeño país en el que estás es un buen ejemplo de cómo hacer bien las cosas. Si aquí se hicieses así lasdcosas otro gallo cantaría. Y que tengas suerte en tu periplo. A ver si además de las nuevas experiencias y del enriquecimiento personal, encuentras un tesorillo, aprehendes algo nuevo y encima te llevas una recompensa, legal, claro. Saludos cordiales

  2. Me alegra que ya estes de vuelta. Solo puntualizar una cosa….que la legislacion es Estonia es igualita a la de España en materia de detectores y patrimonio….imaginate cuando hallazgos se han ido fuera por no tener algo asi.
    Por lo demas fiel a tu estilo.Saludos

  3. El que cualquiera sin formación académica pueda meter la mano en un yacimiento es preocupante.
    En la mayoría de las ocasiones no sólo el hallazgo es importante, sino también el contexto en el que se encuentra.
    Si se extrae del lugar (ya sea pecio, enterrado u oculto) sin documentarlo adecuadamente, puede perderse mucho de su valor histórico.
    Ahora, eso de premiar al buscador/descubridor, siempre que no meta mano sin conocimiento y deje para las autoridades correspondientes su extracción me parece excelente.

  4. La 1ª foto, la del tesorillo árabe, se nota con claridad. En la 2ª, una camara fotográfica casi imperceptible,periodo Adolfo en Estonia junto a tesorillo. En la 3ª, el austericidio,Adolfo cambia la profesión por la agricultura de subsistencia a tiempo compartido con la Universidad.Al fondo, los inspectores de patrimonio, haciendose los locos por si el campesino palentino-estoniano encuentra un tesorillo medieval de la corona castellano-leonesa de cuando «Los Trastámaras» iban de vacaciones por la zona.
    Fuerte disparate
    Saludos

  5. @Pedro, muchas gracias por los halagos y las bienaventuranzas.

    @Antonio, supongo que lo de la legislación estonia y española son lo mismo será irónico.
    Lo que más me gusta de Estonia es que la Adeministración es muy pequeña, tiene muy pocas «escalas» y es muy ágil. Aquí cuando se genera una ley no se encarga el estudio a un comité formado por políticos, sindicalistas, la patronal y otra gente que no tiene ni idea del tema pero que cobra por figurar. Esto es mucho más pragmático porque un país tan pequeño no puede sostener tanta bobada. ¿Hace falta una ley de Patrimonio? Pues se encarga un estudio a una persona de la facultad de arqueología que hay en Tartu, ésta analiza las leyes de varios países, se debate (posiblemente invitasen a expertos extranjeros para el debate) y al poco tiempo está aprobado en el Parlamento. Fin de la historia.
    Claro que también hay otras cosas que me gustan más de mi tierra, como lo poco simpática que es aquí la gente en general.

    @PECE, en las zonas consideradas de interés arqueológico no pueden entrar particulares con un detector. Los particulares pueden ir a detectar al campo y si encuentran algo y así lo reportan supongo yo que luego hagan un pequeño estudio para ver si hay más restos por esa zona.

    @Juan Luis, en realidad en la tercera foto estaba cavando alrededor de un árbol. Fue un día que fuimos los de la universidad a echar una mano en un orfanato de Ida Virumaa.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Actualmente la legislación para el manejo de detectores se ha endurecido, algunas Comunidades Autónomas han modificado su Ley de Patrimonio para prohibir el uso de detectores de metales en cualquier parte de su territorio, aunque no sea zona arqueológica, salvo que se solicite autorización, en dicha solicitud se indicará el ámbito territorial y fecha o plazo en el que se hará uso del detector y la autorización tendrá carácter personal e intransferible…etc. Falta todavía la establecer un Reglamento que desarrolle este asunto.

  6. Tema muy interesante el que se trata en esta entrada. Parece que la legislación en materia de detección de hallazgos de tesoros es sencilla en Estonia, como parece corresponder a un país pequeño. No conozco qué leyes al respecto hay en España, pero no me extrañaría nada que junto a la estatal hubiera otras 17 o 19 autonómicas si se cuentan las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, pues aquí nos regimos por la jungla autonómica, como si fuéramos un país de diez millones de kilómetros cuadrados habitados por 200 millones de personas. Es lo que hay.

  7. Hola.
    Que tal las vacaciones gente?
    Muy interesante el tema, pues en esta ocasión vemos otro modelo de gestionar el patrimonio arqueológico de una manera diferente a como se hace en España.
    A mi personalmente me gusta este sistema mucho más que el español, pero también recordemos que hay dos modelos, que ambos tienen sus pros y sus contras.
    Pero que da igual el modelo, si la administración no se preocupa por su patrimonio, da igual que modelo se utilice.

    Un saludo

  8. me alegra poder leerte de nuevo un saludo.gobierno y detectoaficionados cuanto nos queda que aprender de estos paises.yo pienso sobre este tema que hay que buscar un punto de encuentro entre detectoaficionados y gobierno y que ganemos todos.

  9. Buenas Adolfo,

    He seguido tus indicaciones y me ha gustado mucho tu articulo. De hecho el sistema que hay en Estonio (aunque me cueste admitirlo jeje) me gusta mas que el ingles. El simple hecho de tener que hacer un cursillito para sacar la licencia esta muy pero que muy bien. Una pregunta,¿aun teniendo la licencia, antes de poder detectar deberás conseguir el permiso del dueño de las tierras o no?

    Saludos

    1. No conozco los detalles porque yo no soy detectoaficionado y porque la ley está en estonio. Pero lo lógico es que el dueño de la tierra tenga permiso para permitir el acceso o no. No es normal que alguien llegue a su propiedad y se la encuentre llena de agujeros.

      Tampoco creo que sea un problema en un país con grandes extensiones de bosques de propiedad pública.

      Saludos,
      Adolfo

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