Una colección de billetes en la subasta de Spink

Todos  los que echéis un vistazo de vez en cuando a las casas de subastas internacionales seguro que conocéis Spink, una empresa londinense que periódicamente organiza subastas de monedas y billetes del mundo. Esta empresa ha organizado para los próximos días 15, 16 y 17 de abril una subasta en la que se incluye una estupendísima colección de billetes internacionales. En esta entrada voy a comentar brevemente esta subasta porque me parece muy ilustrativa de los billetes del mundo «de calidad» y porque en Berlín pude ver varios de los billetes que aquí saldrán en subasta, lo que la hace especial para mí. En cualquier caso, recomendaría a todos aquellos a los que les pique la curiosidad a que vean el catálogo con calma porque creo que merece la pena.

En total se van a subastar 1727 lotes de billetes que ofrecer una muy buena panorámica de la notafilia mundial. Justamente por eso recomiendo ver el catálogo: a mí por lo menos me motiva bastante más una subasta variada de buena calidad que un catálogo tipo Krause. Viendo los lotes creo que los billetes que más me gustan son los de las colonias francesas; otro día hablamos de ellos.

Pero lo fuerte de esta subasta, sin ninguna duda, son los ejemplares de Oriente Medio. Hay una extraordinaria colección de billetes de Egipto, Palestina, Jordania, Irak, Libia y del Líbano. Se tratan de billetes muy raros en la mayoría de los casos y entre los que se incluyen especímenes y ejemplares únicos. Desde luego que sería complicadísimo ver una colección así en una subasta española; no porque sean peores firmas, sino porque no están especializadas en este tipo de ejemplares.

Entre estos billetes se encuentra la colección de Irak y Libia de Alí Mehilba, un gran coleccionista y estudioso de los billetes que es un peso muy pesado en la International Bank Note Society (es el presidente de la sección de Oriente Medio). Para que nos hagamos una idea de la importancia de esa colección la Mehilba publicó el catálogo básico de billetes de Libia a partir de su propia colección. Así que, salvando las distancias, sería un equivalente a la subasta de la Colección Crusafont, si bien da la sensación de que Mehilba buscaba más la calidad de sus ejemplares que Crusafont. Hay bastantes de estos ejemplares cuyos remates seguramente tengan cinco cifras.

Como dije antes yo tuve la oportunidad de ver muchos de los billetes de Oriente Medio que ahora salen a subasta. Los vi de la mano de Jaime Sanz, de ICG, que ha sido el encargado de autenticarlos y graduarlos. En el propio catálogo de Spink se puede ver que se cita a ICG en los lotes graduados, lo cual también nos da una idea del nivel en el que se mueve esta empresa. De hecho, hablándolo con Jaime me dice que está muy contento con la repercusión que ha tenido su empresa en Europa en estos primeros meses -tanto con empresas como con coleccionistas particulares- pero que en España no acaba de cuajar. Quizá la razón sea que no hay tanto coleccionista ni comerciante de billetes del mundo como en otros países. Pero quizá también ayude lo difícil que es ser profeta en su propia tierra y lo aversos a la innovación que somos en este país. Por lo pronto, si algún lector del blog quiere probar sus servicios de graduación, ya sabe que tiene un 30% de descuento.

13 comentarios en “Una colección de billetes en la subasta de Spink”

  1. Hola,un buen articulo,aunque los billetes es un tema para mi lejano,debo reconocer que hay billetes que no por su calidad si no por su trabajo y sus estampados me fascinan.
    Por otro lado siempre me gusta resaltar de un buen articulo cositas que son verdad aunque nos duela,cuando dices que en Espana no somos propensos a la innovacion,es verdad ,nos fiamos mas de lo que nos dicen de fuera que de nosotros mismos,ese es el primer ostaculo que hay que salvar.
    Lo tenemos todo ,nos falta autoestima y algo mas de estudio,hablo siempre sobre mi mismo no se lo que los demas tienen en mente,saludos.

  2. En realidad no nos hemos de flagelar con la presunta falta de innovación de los españoles puesto que no es así. De hecho, la primera empresa europea de graduación de billetes la han creado españoles y en nuestro país, con una tecnología equiparable o superior a la estadounidense.

    Luego el problema de la escasa introducción en nuestro país no es por falta de capacitación ni de discernimiento de los agentes patrios…sino de POSICIONAMIENTO DE MERCADO.

    ¿A quién no le interesa que progrese y sea exitosa esta empresa de graduación de billetes? Pues no es ningún misterio: a quienes mueven el cotarro notafílico en España, o sea, comerciantes numismáticos y casas de subastas.

    Por un lado, los comerciantes se sienten muy cómodos catalogando como les viene en gana, sin más criterio que los clásicos: MC, RC, BC, MBC, EBC y SC y sus variantes + y -. Así es relativamente fácil graduar un billete, incluso para una persona no experta. El mismo billete puede ser MBC- ó MBC+…la diferencia es que en el primer caso el comerciante lo está comprando…y en el segundo lo está vendiendo.

    Pero cuando se introduce una escala de 70, ya no es tan fácil la distinción entre el grado 35 y el 48. Se requiere una expertización y un estudio más meticuloso del billete en concreto en relación también con los del mismo tipo, que escapa a la mayoría de comerciantes de nivel medio.

    Además la graduación conlleva un coste económico: en muchos casos, incluso superior al coste del billete. En España, en ocasiones, se compran colecciones de billetes a derribo. Yo he llegado a presenciar personalmente cómo se compraba un álbum de billetes por 200 euros y sólo los billetes extranjeros de curso legal ya tenían un valor de cambio en el mercado de divisas de 500 €, pero luego quedaban bastantes más hojas llenas de billetes de colección.

    Un comerciante numismático se jactó ante mí que había obtenido un beneficio del 1000% en un billete que había comprado en su tienda y había vendido en subasta. La realidad es que el billete español que no sea excepcional se ha desplomado de precio y los comerciantes compran a precio de saldo aduciendo que no se vende por la crisis y respecto al billete extranjero lo pagan aún peor con la excusa de que no hay mercado. Luego el negocio suele ser comprar a derribo e ir vendiendo sin prisa multiplicando por 3 ó 4 veces el coste.

    Si además añadimos que es muy habitual que los billetes de cierto valor estén retocados y que eso se reseña en la certificación de la empresa de graduación…pues no le acaba de gustar al comerciante, cuyo objetivo es maximizar el beneficio, no brindar la máxima información ni calidad en el servicio al cliente.

    El otro agente relevante en el mercado español son las casas de subastas. Éstas consiguen su género principalmente de comerciantes (profesionales o no) y del género que ellos mismos adquieren para la subasta. Con comisiones que pueden ir del 10% hasta el 40% sobre el precio de remate más comisión -estando la media en el 30%- lo que no le interesa es alertar al cliente de los fallos del billete o de su exacta graduación, para que no tenga puntos de referencia en cuanto a carencias de la pieza o a su ubicación de precios en el mercado.

    Luego aquí no se desarrolla el modelo de negocio de ICG porque a los que cortan el bacalao no les interesa, de momento ya les va bien así: a los comerciantes comprando a precio de derribo por la opacidad del mercado (para los profanos, herederos de colecciones, gente que no conoce el mundillo numismático y notafílico…) y a las casas de subasta porque el grueso de su género de venta (y una enorme parte del de compra) se nutre por los comerciantes o sus propias adquisiciones.

    Ahora bien, ¿puede interesarle al mercado el éxito de la graduación notafílica? Sinceramente creo que sí. Si a mí me dan un billete graduado, con la explicación, certificado y el plástico sellado de máxima calidad que ofrece ICG…lo prefiero infinitamente antes que la graduación que me den Aúreo&Calicó, Martí Hervera&Soler y Llach, Cayón o Herrero: es que no tendría ninguna duda al respecto. Es un paso en calidad del material que lo contiene, en información aportada y sobre todo la garantía de un PERITAJE INDEPENDIENTE Y PROFESIONAL, que continúan con sus arcaícos modelos de negocios de trincar y para la saca.

    Ahora bien, si en el extranjero llega a triunfar esta empresa y se le reconoce su valía en el valor añadido que genera su graduación, consiguiéndose así mejores resultados de martillo en las subastas internacionales y se le reconoce la seguridad que brinda la evaluación independiente…pues aquí seremos más papistas que el Papa, os aseguro, que será el país que más billetes gradúe del mundo si el trinque es más provechoso y serán las vacas sagradas, los comerciantes que ahora los desdeñan, los primeros que harán cola para que les gradúen sus billetes.

    Resumen: no es una cuestión de nacionalidad y usos o costumbres, sino de opacidad de mercado para seguir disfrutando de una cómoda posición de oligopolio de facto. La innovación puede conllevar riesgos para los que ahora viven muy cómodamente del sector. Pero es una gran oportunidad para quién desee elevar el nivel existente, en este caso concreto, mediante ICG sería sublimarlo con unas condiciones excepcionales en calidad/precio que están brindando por ser una empresa que intenta implantarse en el mercado y convencer a la clientela de la calidad de su servicio.

    NOTA: No soy notafílico. No comercio con billetes, apenas tengo algunos para mi esparcimiento personal y estudio histórico. No espero ser cliente de ICG. No tengo ningún interés, ni directo, ni indirecto con ninguna empresa de graduación de billetes. No vivo de la numismática, ni de la notafilia. No he recibido, ni recibiré, ninguna propina, comisión o dádiva por escribir este comentario. No tengo ninguna animadversión personal o comercial ante ninguna entidad o persona en concreto de los aquí expuestos. Sí compro en comercios numismáticos y acudo a subastas públicas. Sé de lo que hablo, estoy muy introducido en el sector.

    1. Hola a Numísbolo y a todos: no entiendo bien lo que dices de las comisiones de un 10% a un 40% en las subastas. ¿La comisión de una subasta viene a rondar el 18%? ¿A qué te refieres a que compran barato y pretenden sacar ese beneficio más la comisión de la venta? Ej. compro una moneda a 100€, la subasto y se adjudica por 140€ y a esta cantidad, claro, sumo el 18% de comisión de la subasta?
      Otra duda: ¿La mayoría de las monedas que subastan las casas son de comerciantes y las compras también las hacen mayoritariamente los comerciantes?

      1. Las emolumentos de las empresas subastadoras se suelen obtienen cargando una comisión al vendedor (del 0 al 20%) y otra al comprador (habitualmente el 18%). En el extranjero se pueden incluso ver comisiones aún mayores.

        Si bien en las subastas rápidas por internet implantadas por alguna empresa de Madrid, las comisiones son más bajas, lo habitual en las subastas en sala es que se cobre al vendedor un 12% (hablamos de un comerciante que les brinda un cierto volumen anual, si no es así…suele ser más caro)y al comprador un 18%. Luego como media hablar de un 30% no iría nada desencaminado.

        ¿Puede haber excepciones a esta regla no escrita? Por supuesto. Si alguien pone en subasta un lote de oro bullion o sin excesivo interés numismático, quizá se reduzca la comisión del vendedor, puesto que sería difícilmente vendible si añadimos ambas comisiones.

        El grueso de las piezas puestas en subasta sí pertenecen a gente del ramo. O son en cesión por parte de comerciantes, o son compradas por la propia subastadora. Si bien a la casa de subastas le interesa optar por la captación de las colecciones provenientes de particulares, con sólo este género no sería suficiente para hacer tantas subastas periódicas en España con los volúmenes de piezas ofertadas.

        De hecho el problema de las subastadoras no es tanto la cantidad de oferta, como la calidad de la misma. La calidad suele ser escasa. El negocio está bastante claro, intentar captar piezas a buen precio para intentar venderlas a clientes extranjeros que habitualmente suelen pagar más que los nacionales. En el caso de la moneda romana de calidad o de las piezas coloniales, es un hecho palmario.

        A colación del tema de la entrada, me parecería una idea formidable -que brindo gratuitamente a quien la desee usar, sin esperar premio o recompensa alguno- que alguna subastadora de las menores hiciera algún acuerdo con ICG, para ser la primera empresa de subastas en el país que use GRADUACIÓN PROFESIONAL ESPECIALIZADA E INDEPENDIENTE, algo que hoy en dia NO PUEDE OFRECER NINGUNA EMPRESA DE SUBASTAS NACIONAL.

        Las subastadoras actuales ni cuentan con los medios, ni con el bagaje profesional como para evaluar un billete con los estándares de graduación que son habituales en Estados Unidos, además son juez y parte, podrían suscitarse dudas sobre si la calidad anunciada es existente en la realidad, puesto que comisionistas les interesa que la pieza salga al mayor precio posible.

        Lo dicho, alguna empresa nacional de subastas puede apuntarse el hito de ser la primera que use estos servicios y destierre de forma absoluta las dudas sobre la graduación de los billetes: seguro que compradores y vendedores se lo agradecerán, puesto que los costes pueden ser ínfimos en relación a la confianza que brinda una graduación independiente. En un billete de 1000 euros, quizá sólo suponga alrededor de un 1% en estos momentos de lanzamiento, que podría asumir perfectamente la subastadora con los 300 € que trinca de los clientes (comprador y vendedor).

    2. Madre mía, luego dicen que soy yo el que hace críticas duras…

      Estoy de acuerdo contigo en buena parte de lo que dices. El servicio de una empresa de autenticación seria e independiente es uns graduación de un tercero que puede ser juez, pero no parte. Ya he dicho varias veces que algo así solo creo que tenga sentido para billetes y monedas del siglo XIX y XX (en los que la manera de graduar es bastante clara), y si la empresa tiene un ámbito Europeo al menos.

      ICG tiene la gran ventaja con respecto a las casas de graduación americanas de que está en Europa y los billetes no tienen que cruzar el Atlántico dos veces para poder ser graduados. Además sus servicios son baratos, me parece a mí.

      Pero el problema no es que en España no haya innovación, sino que la industria no la absorbe. El mercado numismático en España es muy muy pequeño y el de billetes no creo que llegue ni al 10% del mercado de monedas. En billetes se podría decir que hay un comerciante medianamente grande a nivel nacional (pequeño a nivel internacional) y un buen puñado de comerciantes que tienen algunos billetes pero que tampoco es que se base su trabajo en ellos. Muy poquito. En monedas hay más, pero tampoco son tantos. Casi podría decir que me he ido a comer con el 50% de los comerciantes de este país.

      Y eso es lo malo porque cualquiera que quiera ponerse a comerciar con billetes o monedas en España lo último que hará será llevarse mal con los comerciantes «establecidos». Ir por libre, sobre todo al principio, es suicida porque costará una exageración encontrar monedas de calidad (que es de las que se gana dinero). Eso hace que cueste mucho la innovación porque siempre hay que andar pensando en cómo se lo tomarán quienes lo que les interesa es que todo siga igual, porque siguiendo todo igual ellos seguirán ganando dinero fácilmente. Si yo fuera un comerciante pequeño desde luego que intentaría no hacer las cosas como lo hacen los que ya están establecidos, porque eso sería luchar cara a cara con quien es más fuerte que yo, pero tendría que ser consciente de que hay que ir con mucho cuidado.

      Otro aspecto MUY importante de por qué no cuaja este asunto en España es porque la prepotencia es el pecado favorito en el gremio de los comerciantes profesionales. Para muchos el simple hecho de acudir a una empresa de expertización como ICG o como Nummétrica sería tanto como admitir que no saben lo suficiente y necesitan la opinión de otro; ellos siguen prefiriendo el argumento de: «mis 40 años de experiencia y mi gran reputación avalan cualquier cosa que quiera decir», lo cual es un falacia ad vericumdiam de libro.

      Saludos,
      Adolfo

      1. Madre mia,yo no os puedo seguir,soy lo suficientemente consciente para saber que teneis una mayor experiencia y formacion para mi.Tengo que decir algo que es mas sencillo,vamos a ver,los comerciantes,las casas de subastas,viven de ello,hasta ahi muy bien,tienen que sacar un beneficio,vale ,pero tambien se le deberia pedir una catalogacion mas feaciente.
        Claro,que pasa ,que lo tienen resuelto con el pequeno coleccionista por qie este ve que es lo mejor que tiene dentro de lo menos buenos..
        No se el volumen de mercado que representa el pequeno coleccionista pero debe de ser grande y lo deberian de cuidar y estos exigir por algun cauce,en este caso un peritaje estaria muy bien,saludos

    3. Se me olvidaba decir que veo lo más normal del mundo que una empresa o un profesional (sea del sector numismático o no) intente maximizar su beneficio.

      Una cosa es que haya aficionados a los que nos gusten las monedas y no busquemos un beneficio económico con ellas, y otra muy diferente es que quien se juega su pan, y el de sus empleados, con las monedas que pasan por sus manos vaya a ser un romántico-empedernido-de-esos-que-viven-del-aire.

  3. Hola Numisbolo y a todos,no hsy nada que decir a tu comentario,solo que por lo que has dicho entiendo que prima el negocio(de algunos) sobre todo,la esencia del coleccionismo,la sabiduria,la informacion,la preparacion en fin hay que comprar todas las ovejas y venderlas sin sanearlas al mayor precio posible,saludos y gracias.

    1. También hay que decir que los comerciantes profesionales de monedas (tanto particulares como casas de subasta) son eso: PROFESIONALES. Saben lo que hacen y deben tomar responsabilidad de las monedas que venden. No les hace falta que venga un tercero a decir si una moneda suya está en MBC o si es auténtica o no. Un profesional serio es justamente ése el valor añadido que proporciona al producto que vende. Si yo no me fío de un comerciante o no creo que tenga el conocimiento suficiente como para autenticar las monedas que me está vendiendo, directamente no le compro. Y si voy a hacer un desembolso importante al final seré yo personalmente quien tenga que valorar la moneda o el billete; bueno, en billetes no me considero capaz de valorarlos por mí mismo así que pagaría a un experto para que lo haga por mí y de paso me dé las explicaciones oportunas.

      Yo creo que el valor fundamental de una empresa como ICG está más de cara al cliente. Por un lado proporciona una graduación «neutra» en un producto para el que hay unas reglas más o menos establecidas sobre cómo graduarlo (no se podría decir lo mismo de una moneda medieval, por ejemplo). Obviamente esa graduación también puede ser criticable y será criticada o ratificada si el que compra la moneda es un coleccionista experto. Por otro lado, facilita la compra-venta entre particulares. Si un particular le dice a un experto que le dé un precio por un billete de 1000 pesetas de 1907 el experto no sabrá qué decirle; pero si el particular le dice que el billete está graduado por ICG como un AU58, entonces el experto podrá dar un precio muy aproximado de lo que él estaría dispuesto a pagar por ese billete.

      Saludos,
      Adolfo

  4. Hola a todos y a Numisbolo: gracias por vuestros comentarios y vuestras respuestas. Un poco volviendo al tema de las comisiones en las subastas (entre unos conceptos y otros alrededor del 30%). Para que la empresa pueda sobrevivir no hay más remedio que intentar ganar un beneficio. Quizás, se ven numismáticos más prósperos que otros… pero tampoco parece que sea el negocio de moda (¡vaya! que no proliferan como en su tiempo los Compro-Oro o las inmobiliarias o ahora las fruterías….).

  5. Con un poco de retraso por razón de viajes, quiero agradecer el artículo de Adolfo y los comentarios; todos muy interesantes.

    Es cierto que estamos sorprendidos de que la respuesta a nuestro servicio ha sido mucho más débil en España que en casi todos los países de Europa e incluso de otras regiones. No sabemos si las razones son las que menciona Numisbolo, pero su análisis parece muy razonable. En todo caso, no nos lamentamos ni desesperamos. Desde el principio se trata de un negocio que hemos creado por amor al hobby del coleccionismo de billetes, y lo que nos da satisfacción es que los coleccionistas aprecien nuestra forma de hacer las cosas y con suerte y con tiempo nuestros conocimientos y honestidad.

    Un saludo a todos y buena suerte con vuestras colecciones…

    1. uffff

      Gracias por el aviso. Se ve que Jaime dejó ese dominio y ahora lo ha comprado una web de pornografía asiática. Eso para mí es una faena porque voy a tener que eliminar todos los enlaces que apunten a su dominio en todo el Blog (y son unos cuantos).

      Lo dicho: muchas gracias por avisar.

      Saludos,
      Adolfo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio