Pesos y leyes en las monedas de la Edad Media y la Edad Moderna

En mi opinión, la parte más liosa y aburrida de la numismática es la metrología, pero es esencial para entender el peso y el ensaye de las monedas: no se puede entender por qué una moneda pesa tantos gramos si no se entiende cómo medían el peso en la época en la que se realizó. Este asunto de los pesos es especialmente complicado en las monedas de la Edad Media y la Edad Moderna, ya que al ser monedas que circulaban fundamentalmente de manera local cada cual utilizaba sus propias medidas. Por eso en los libros y los artículos que hablan de numismática medieval y moderna se suelen hacer menciones al peso de las monedas. Voy a explicar un poquillo cómo va el asunto para facilitar la lectura y comprensión de estos textos. Es muy lioso, así que intentaré hacerlo sencillo y no intentaré profundizar, como suele ser lo habitual en este blog. El que quiera profundizar más que eche un vistazo a los dos libros que tiene Pellicer al respecto: uno y dos; pero solo si de verdad queréis profundizar, porque son un tanto «densos».

En la Europa medieval el patrón base para la medida de peso era el marco. Lo malo es que la unidad del marco no representaba lo mismo en un país que en otro, es decir, la unidad de cuenta variaba dependiendo de en qué lugar se estuviese. Peor aún: también podía variar dependiendo de aquello que estuviera pesando. Por ejemplo, en Castilla el marco de plata era de 230 gramos, mientras que en Aragón era de 217,2 (este dato no lo tengo muy seguro) y en Colonia era de 233. Después, en cada lugar había divisores del marco. Por ejemplo, en la Castilla medieval se tenía que 1 marco de plata = 8 onzas = 64 ochavas = 384 tomines = 4.608 granos.

En Castilla el peso del marco de oro coincidía con los 230 gramos que pesaba el de plata, pero no así sus divisores. Se tenía que 1 marco de castellanos (que así se llamaba el marco de oro) = 50 castellanos o doblas = 400 tomines = 4.800 granos. Como se ve, los tomines de plata pesaban 0,598 gramos, mientras que los de oro pesaban 0,575 gramos. Esto es un auténtico jaleo, pero hay que tenerlo en cuenta a la hora de leer los textos, ya que todos los textos de la Edad Media y la Edad Antigua que se refieren a monedas se redactan según este cómputo.

Con esto ya podemos comprender la talla de las monedas, es decir, su peso. En muchas ocasiones se da la talla en referencia al marco. Por ejemplo, si un texto castellano o un autor que hable de la moneda castellana dice «70 piezas en marco», pues ya sabemos que cada moneda pesa 230/70 = 3,28 gramos. Ojo, vuelvo a repetir que esto es solo para Castilla; si encontramos lo mismo en un texto de Aragón entonces cada moneda pesaría 217,2/70 = 3,10 gramos.

 

Ahora vamos con el ensayaje, que es el procedimiento de mezclar el material precioso con cobre u otros materiales (la liga) según la normativa que sea. Hoy en día hablamos de la pureza de material precioso y la medimos en milésimas (v.g. plata de 925 milésimas), pero en la Edad Media y en la Edad Moderna hablaban de quilates para el oro, que se dividen en 4 granos, y de dineros para la plata, que se dividen en 24 granos. La pureza máxima del oro eran 24 quilates (ó 96 granos), mientras que la pureza máxima de la plata eran 12 dineros (ó 288 granos). Esto es así para cualquier peso que tenga la moneda, puesto que simplemente habla de la proporción entre material precioso y liga. Tampoco hay que confundir los «dineros» que indican la ley de la moneda con los «dineros» que eran ciertas monedas de la Edad Media. Así, se puede decir que «había dineros de cuatro dineros de ley», indicando que ciertas monedas llamadas «dinero» tenían un 33% de plata (4/12) y un 66% de liga (el resto).

Diréis: «¿cómo narices hacía la gente de aquél entonces para entenderse en semejante carajal?, y más teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de la población era analfabeta». La verdad es que no resultaba un problema demasiado grande porque la gente ni viajaba ni necesitaba saber gran cosa para moverse en una aldea medieval. Y con saber cómo se hacían las cosas en su pueblo tenían más que suficiente. Valga el ejemplo de mi abuela, quien se quedó extrañadísima cuando le dije que una arroba no representaba el mismo peso en un sitio que en otro. Para ella una arroba siempre fueron 11,5 kilos, que es lo que representa en el valle del Esgueva. Lo mismo puedo decir de la fanega. Como veis, las medidas locales externas al sistema métrico decimal han estado en uso hasta hace muy poco en nuestros pueblos. También es bonito que tanto las fanegas, las arrobas, los dineros y las doblas (o castellanos) se los debamos al sistema metrológico árabe.

El problema de las comparaciones entre unas monedas y otras lo tenían los comerciantes europeos, que manejaban monedas de oro de diferentes reinos. Ellos tenían complejos libros de cuentas para poder saber la relación entre unas monedas y otras. Luego, en los últimos años de la Edad Media y más aún con la Edad Moderna la cuestión se simplificó con la aparición de monedas que eran equivalentes en diferentes reinos, como el ducado o el florín (dos florines de la Colección Caballero ilustran la entrada).

Hasta aquí esta pequeña introducción, que debería ser suficiente para entender textos como el siguiente (sacado de la página 84 de «Numismática de la Corona Catalano-aragonesa medieval (785-1516)», de Crusafont):

El croat debía tener una ley de 11,5 dineros y talla de 72 piezas en marco, con una equivalencia de 12 dineros de tern. Era una paridad equilibrada, ya que había la misma plata en un croat que en 12 dineros de tern.

16 comentarios en “Pesos y leyes en las monedas de la Edad Media y la Edad Moderna”

  1. En mi opinión lo de las polisemias es en lo que hay que estar más atento porque a veces lían, aquí citas la de dinero, también es fácil encontrar la palabra “sueldo” con el significado de docena, la expresión “20 sueldos por marco” significaría 240 piezas por marco.

  2. ¿Sabéis por qué el oro puro es de 24 kilates?
    En la edad media un dinar de oro (que era la única moneda de oro que circulaba con cierta frecuencia por la Europa occidental)pesaba 24 carats.
    1 carat era una semilla de algarrobo, a esta se le suponía un peso sumamente estable (0,222 grs aprox)y por tanto era usada como medida de peso.
    Si tras el ensaye el cambista afirmaba que la moneda que tú pretendías pagarle era de 22 carats, eso significaba que de 24 quilates que pesaba, 22 eran de oro fino y los otros dos de liga de cobre o plata

    1. Hola Alberto;
      Apuntas bien, pero estas mezclando peso con ley. El oro puro no existe, al menos no en la edad media, por tanto no había dírhams de 24 carats de ley y sin embargo podría haber dírhams de 24 carats de peso. Por cierto que carat lo tomaron los árabes de los griegos y regreso a Europa por la península.
      Cuando se analiza un documento medieval, no sé en los musulmanes pero sospecho que también, es necesario identificar si se están refiriendo al peso o la ley, los dos conceptos tienen utilidades distintas.
      Si se refieren al peso suelen hacerlo con grandes magnitudes, porque el procedimiento de acuñación no permitía que dos monedas pesaran exactamente lo mismo y además sufrían desgaste que lo debilitaba, así que lo que hacían era coger un montón y comprobar que en conjunto tuviesen un peso medio comprendido en un rango correcto en proporción al total de piezas que debían obtenerse por marco, que ese si era un peso conocido y estable. El margen de error se salvaba por el «for» (lo escribo en catalán porque no se su equivalente en castellano, fuero?), que era el valor por el cual se estaba obligado a aceptar un moneda en el país que se emitía y que se establecía por disposición legal con independencia de su peso exacto. Pero, cuidado, el «for» también se podía referir a un valor convencional de intercambio de monedas de distintos países, que evitaba tener que hacer cálculos de equivalencias y que a veces se lastraba o premiaba en función del prestigio del tipo a intercambiar (otro caso de polisemia); es conocido el negocio de valencianos y catalanes con las doblas castellanas de oro fino (23,75 quilates?), pero poco apreciadas internacionalmente, con florines de 18 quilates, que siendo de valor intrínseco inferior eran mejor valoradas, con lo que ganaban un pastizal con la compra de doblas, fundición en florines y adquisición de nuevas doblas.
      Por otra parte la ley es independiente del peso, si coges una moneda de 23 quilates y la partes cada mitad seguirá teniendo 23 quilates. Como ha explicado Adolfo, la ley se obtenía mediante proporciones pero su vocabulario procedía de la tradición del pesaje. 22 quilates significa que de 24 partes que componen el peso total de cualquier objeto de oro (el 100% pasado a sistema métrico decimal) 22 son de oro y 2 de mezcla, por ejemplo que si ese objeto pesa 100 gramos, 91,6 gr. son de oro y 8,4 gr. de mezcla, de este modo podemos saber el contenido real de oro que contiene una pieza, que es lo que le confiere el valor intrínseco.

      1. No he pretendido hacer tal cosa…
        Lo que reseño es que si el oro puro se dice que es «de 24 kilates», eso se debe al hecho de que el antiguo Dinar de oro pesaba lo que 24 semillas de algarrobo y que la importancia de esta moneda era tal que los cambistas y orfebres europeos cuando ensayaban estas monedas lo que calculaban era el contenido de oro fino, indicando cuantas semillas de algarrobo de oro fino contenía cada moneda.
        La evolución posterior hizo que lo que en un principio fuese una medida de peso se convirtiese en una medida de proporción al dar por sentado todo el mundo que se referían al dinar de 24 carats.

      2. Sólo un apunte:
        «El margen de error se salvaba por el “for” (lo escribo en catalán porque no se su equivalente en castellano, fuero? Pero, cuidado, el “for” también se podía referir a un valor convencional de intercambio de monedas de distintos países, que evitaba tener que hacer cálculos de equivalencias y que a veces se lastraba o premiaba en función del prestigio del tipo a intercambiar»
        Echo de menos (sin desmerecerlo en absoluto, ojo) en el artículo de Adolfo la referencia a las tolerancias, tanto de ensayaje como de peso, que eran muy importantes (de ellas dependía la aceptación o no de una moneda) y de las que eran responsables el ensayador y el balanzario (el oficio del primero ya ha salido en un artículo, pero creo que el segundo no).
        En castellano, las palabras para las tolerancias eran «fuerte» y «feble», pero no hay confusión con la tasa de cambio o «precio» (que no «valor») fijado de las monedas extranjeras.

        «ordeno e mando que se labre de vellón moneda que sean llamada quartos los que fueren
        enteros, e los medios, medios quartos, todo a ley de sesenta granos e de talla en cada marco sesenta e dos pieças de quartos enteros, e de los medios quartos çiento e veynte e quatro pieças”.
        “(…) e en la ley se sufra vn grano más u otro menos e non más”.
        “(…) e en la talla se sufra media ochaua en cada marco menos e non más, asý en los quartos comoen los medios quartos”.
        (Aranda de Duero, 1461)

  3. Perdona Adolfo, si me salgo «un poco» del tema de hoy. Se puede saber la «tirada» de monedas por cecas en siglo XVIII. Ya que según su emisión, asi es su valor. Gracias. Un saludo
    Antonio

  4. Aunque la metrología es liosa y «aburrida» estoy de acuerdo en que «no se puede entender por qué una moneda pesa tantos gramos si no se entiende cómo medían el peso en la época en la que se realizó» por eso me parece una buena entrada.

    Igual que Antonio me salgo un poco del tema proponiendo un nuevo tema que es la fabricación de las monedas. Después de la metrología, ya que con ésta tenemos la materia prima (pesos, cantidades, pureza, etc), me parece que el segundo paso en la fabricación «física» de la moneda es el método o forma. Quiero decir, los pasos que se siguen para su fabricación, maquinaria, construcción de cuños, cordoncillos, y sobre todo el orden del proceso dependiendo del método. Como el tema es extenso, si te parece, comentanos bibliografía para poder informarnos.

    Un saludo

  5. De lo del carat no tenía ni idea, así que gracias por el apunte.

    @Mir, al menos en Castilla las monedas de oro y plata se pesaban de una en una, mientras que el vellón lo hacían por grupos de monedas (según Antonio Roma)

    @WF, la entrada podría haberse completado muchísimo, pero como pretendía ser totalmente introductoria me limité a explicar un par de conceptos. La balanza para otro día :)

    @Miguel, un libro muy interesante que no ha escrito nadie es cómo evoluciona el proceso de acuñación de monedas en diferentes épocas y lugares. Pero hay cosas sobre el tema: la tesis de Antonio Roma, sobre la Castilla medieval, los libros de Céspedes sobre las cecas indianas o los de Glenn Murray sobre Segovia. Todos baratos y fáciles de encontrar.

    @Antonio, hay algunas tiradas sobre las que sí hay documentación y otras sobre las que no, quizá porque se haya perdido o porque nunca se registró. Pero el precio de una moneda depende de muchos mas factores. Un día si queréis hablamos de ello.

    Saludos desde BCN,
    Adolfo

    1. De acuerdo, muchas gracias por las referencias. Búscando un poco sobre los libros que indicas, es cierto que son baratos (no se si tan fáciles de conseguir). Aunque de Glenn Murray ya veo que hay un montón y será dificil quedarse solo con uno.

    2. Lo cierto es que ahora no encuentro la fuente, pero había tensiones en el margen de error en el peso de las piezas, según la perspectiva institucional y la comercial, mientras que estos últimos pretendían valorar a peso la monarquía aspiraba a que se aceptara un valor estandarizado. Al imponer un valor, en cierta manera, se inicia la fiduciariedad, porque raramente hay sobrepeso.
      Hay que considerar que los diferentes sujetos intervinientes podían tener necesidades distintas y en cualquier caso los especuladores trabajaban sobre el valor estándar para vender y el valor intrínseco para comprar, ahí había algo que rascar, pero a la autoridad emisora eso no le interesaba porque en ello también le iba el beneficio, y en medio el pueblo, como siempre.

  6. Muy interesante el tema. una pregunto que tengo es, una vez acuñada una moneda como comprobaban quimica o fisicamente la liga que tenia. lei algo del peso en el agua y luego sin agua. Gracias y un tema muy interesante

    1. Había ciertos métodos «rudimentarios», como la piedra de toque, que no era más que pegar un corte a la moneda y comparar su color con unos patrones establecidos. El método de Arquímedes que citas también era conocido y en algunos casos usado, pero su error era tal que solo se podía usar para grandes cantidades de oro.

      De todas formas, los monederos eran personas con mucho poder en la época ya que el ensaye necesita saber realizar operaciones aritméticas complejas que poca gente sabía, así como haberse ganado la confianza de quien pudiera emitir monedas (generalmente el rey, pero también podría ser un noble o un obispo). Los ensayadores se jugaban el cuello si se «confundían» en la pureza de las monedas, y hubo juicios al respecto que acabaron con los responsables ahorcados.

      Saludos,
      Adolfo

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