Los busca-novicios

Salimos de Salamanca, y, llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y, allí puesto, me dijo:
-Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro de él.
Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome:
-Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo.
Y rió mucho la burla.
Parecióme que en aquel instante desperté de la simpleza en que, como niño, dormido estaba. Dije entre mí: «Verdad dice éste, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar cómo me sepa valer».

Vuelvo a comenzar una entrada con un pasaje del magnífico Lazarillo porque es de rabiosa actualidad 460 años después de haberse escrito. Eso se debe a que esta novela suelta verdades duras y desnudas que van a la esencia de la condición humana, algo que solo saben hacer los grandes literatos. El caso es que a día de hoy sigue siendo más que corriente la idea de que quien quiera aprender que vaya a Salamanca, que en la calle solo se aprende a base de palos. Y quien a palos aprende a palos enseña, como el ciego del Lazarillo.

En esto de la numismática hay quienes han hecho de esta idea su máxima predilecta y se dedican a dar palos a quienes empiezan hasta que estos espabilan. Son los que yo llamo «busca-novicios«. No es nada complicado encontrarse con individuos de esta especie en cualquier mercadillo o en eBay; de hecho, lo difícil es no topar con ellos. Yo los detesto especialmente porque gracias a ellos muchos dejan la numismática nada más iniciarse en esta afición al ver que les han timado en las primeras compras. Compras que rara vez pasan de unas pocas decenas de euros. Ya veis qué bajos caen estos personajillos, capaces andarse con timos y engaños para ganarse 10 euros. Para prevenir describiré a esta calaña dividiéndola en sub-especies:

El que quiere mejorar su colección: este es un caso típico de «busca-novicios casual». Suele ser el típico que ha montado una colección de Juan Carlos, Franco y El Centenario a base de monedas baratas, en su mayoría en calidad MBC-. Se ha dedicado a rellenar huecos y al cabo de un año o así ya tiene rellenos todos los que considera «rellenables», ya que como no maneja mucho dinero en esto de las monedas, se olvida de piezas de más de 100 euros. Además, como era un novicio, le han colado varias piezas limpiadas y abrillantadas. A todos nos ha pasado.
Como tantos otros, una vez que ha acabado de rellenar el álbum en calidades bajas toca «mejorar la colección», y para eso hay que dejarse una pasta. Resulta que una moneda de El Centenario en EBC puede costar tres veces más que una moneda en MBC. ¡¡Pero como para decir a su mujer que se va a gastar 60 euros en cada moneda que compre!! Así pues, encuentra la solución perfecta: vender las monedas que tiene en BC+, limpiarlas y venderlas a precio de EBC. Con el dinero que saque puede mejorar su colección sin que su mujer se enfade. Y por si fuera poco él se podrá auto-considerar el más listo del barrio y fanfarronear con sus otros amigos busca-novicios de los timos que mete a los plinga’os.

El busca-novicios crónico: estos individuos son la especie simbiótica de los cholleros. No pueden vivir el uno sin el otro igual que no puede haber noche sin día. Son gente que se saca todos los meses un sobresueldo a base de vender monedas limpiadas a los novicios o vender monedas falsas a los cholleros. Como ya le han cogido el gusto al asunto, tienen contactos que les proporcionan tantas monedas falsas como necesiten o que les restauran los billetes. Lo de limpiar pesetas de Franco en MBC para venderlas como SC ya lo hacen ellos.

El que va de profesional: estos otros son como los anteriores pero se han comprado una mesa para ponerla en los mercadillos o pagan una tienda en eBay. Ya por eso se creen, y dicen ser, profesionales; pero no lo son por dos motivos: el primero es que les falta ética, lo cual yo creo que es esencial en cualquier profesión; el segundo es que me gustaría saber si pagan a Hacienda y a la Seguridad Social. Lo malo es que son más peligrosos porque muchos novicios que no saben diferenciar entre una moneda sin circular y una moneda limpiada confían en ellos por el simple hecho de estar detrás de una mesa. Eso sí, el que sabe lo más mínimo pasa de largo al ver cualquiera de esos puestos.

El que llega a otros niveles: estos son los más raros pero los únicos que dan palos «a base de bien». En muchos casos buscan a comerciantes que se estén iniciando o a coleccionistas con mucho más dinero y ganas de gastar que conocimiento. Y el palo es gordo, del orden de decenas de miles de euros. Claro está que a estos se les puede pillar fácilmente porque siempre emiten factura (juas!); y si no la emiten sus clientes siempre se la piden para poder declarar ese patrimonio a Hacienda (juas, juas!); y en última instancia siempre está la AENP que vela por la legalidad y la ética de las transacciones numismáticas en nuestro país (juas, juas, juas y requetejuas!).

Como veis, todos estos personajes no buscan más que el timo aunque a diferentes escalas. Buscan clientes ignorantes porque saben que en cuanto alguien sepa un poco les deja de comprar. Son plenamente conscientes de que solo hace falta que pase el tiempo para que quien les compra a ellos deje de hacerlo, ya que lo normal es que el coleccionista con el tiempo aprenda y, como digo, el que sabe un poco no les da ni los buenos días. Por eso, como norma general, mucho cuidado con quienes no tienen interés en mantener sus contactos sino en sacarlos el máximo provecho posible en el corto plazo. Otra característica que tienen en común (al menos a quienes yo me he encontrado) es su poca cultura general: da igual que se les pregunte quién era Cánovas o quién era Sartre, puesto que ni lo saben ni les interesa, ya que saberlo no les permitirá ganar más dinero.

Pero bueno, todo sea dicho y es que los busca-novicios también cumple su función social. Si resulta que a alguien le timan 500 euros en unas monedas y con eso aprende a ver los timos en otros ámbitos de la vida, la lección le ha salido más que barata. Desde luego que muchísimo más barata que si esa lección la enseña un banco o un gobierno.

Y ya que he empezado con un texto del Lazarillo, no me reprimo y acabo con otro:

De manera que, continuando la posada y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito, el cual yo brincaba y ayudaba a calentar. Y acuérdome que, estando el negro de mi padrastro trebejando con el mozuelo, como el niño vía a mi madre y a mí blancos y a él no, huía de él, con miedo, para mi madre, y, señalando con el dedo, decía:
-¡Madre, coco!
Respondió él riendo:
-¡Hideputa!
Yo, aunque bien mochacho, noté aquella palabra de mi hermanico, y dije entre mí: «¡Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos!».

29 comentarios en “Los busca-novicios”

  1. Me ha gustado mucho esta entrada…
    Confieso que soy de los pocos que no tiene encima la losa de una hipoteca (aunque sí de un préstamo para que mis hijos cursaran sus estudios superiores) y ahora que lo dices puede que en eso algo haya tenido que ver por un lado mi cultura numismática (cuando me decían eso de que «el ladrillo nunca baja» no paraba de acordarme de los tulipanes holandeses) y quizá también la figura del primer «numismático» que conocí del que desde luego no diré su nombre no vaya a ser que este individuo mire el diccionario, se entere de que es eso del «honor», decida que igual el también lo tiene y decida demandarme por tan intolerable afrenta…

    ¿cuanto me timó?

    Pues poco, unos 20 ó 30 euros de hoy día en lo que me vendió, y unos 150 en lo que me compró.
    Y es que te has olvidado de otra clase de buscador de novicios, el que te convence de que esas monedillas que te regaló un familiar son de lo más corrientes y amablemente se ofrece a cambiártelas por monedas «cojonudas»

  2. Por cierto, sobreviví a este personajillo, al hijoputa que me vendió por primera vez unas monedas falsas y a los diferentes «listillos» de los que está poblada España…

    ¡¡¡PERO SIGO COLECCIONANDO!!!

    y tengo el orgullo de decir que soy numismático de corazón; cuando me ha llegado el momento de iniciar a otros numismáticos, el proceso me ha costado dinero pues creo en el concepto de la «siembra», pero todo eso lo dí por bien empleado cuando mi hijo durante su carrera decidió empezar a coleccionar moneda romana como medio para desconectar.

    1. En ese proceso inicial todos hemos palmado pasta… pero los que nos hemos mantenido luego hemos tenido muchas alegrías con esta afición.

      Que tu hijo la haya tomado también debe ser una alegría estupenda :D

  3. Buenos días a todos. No suelo comentar tus entradas, Adolfo, aunque me gustan muchísimo y espero, casi con ansiedad, la siguiente. Pero esta se merece especialmente un comentario. Admiro mucho tu valor y la forma tan tajante, que tienes de decir las cosas. Se puede decir más alto pero no más claro. Por desgracia, este mundo de la numismática está plagado de estafadores, en las diferentes escalas que has explicado, y todos buscan lo mismo, sacar el máximo a todo el que pillan. Se salvan muy pocos pero, lamentablemente, pagan justos por pecadores, ya que es casi imposible detectar a un comerciante honrado de un estafador. Y, ¡cuidado, ahí está el truco!, el que puede parecerte honrado hoy seguro que por una cantidad mucho más jugosa también te engaña. ¿Quién te asegura que el que hoy está teniendo un bonito gesto contigo devolviéndote una moneda que no te satisfizo de 20 € lo hará cuando la devolución sea de 20.000 €?. Ten en cuenta que no te engaña el que quiere sino el que puede y para eso tan solo necesita ir ganándose tu confianza poco a poco, hasta que llega el momento. Por desgracia, conozco muy poca gente seria en numismática (y en todos los ámbitos de la vida), aunque algunos pocos hay que hasta hoy no me han fallado. Solo nos queda agudizar el ingenio y estar siempre alerta, aunque a veces nos tilden de desconfiados. Suerte a todos.

    1. No confundamos la definición de engaño con la de voluntad de satisfacción al cliente.
      La primera es totalmente inaceptable por parte de un profesional, lo mismo novato que veterano, lo mismo en una moneda de 10 euros que en otra de 10.000. No hay más: un profesional no puede engañar a sus clientes y punto.

      Ahora bien… en lo que no es engaño entran en juego un montón de factores particulares que nos lleva a valorar cada situación de forma concreta, una a una. El ejemplo que usted ha puesto de una devolución de una moneda de enorme valor: 20.000 euros. Pongamos que yo la tengo y usted me la compra. Si la moneda resulta ser falsa o manipulada entonces el profesional tiene obligación de restituirle su dinero independientemente del tiempo transcurrido. El que no lo haga es un mal profesional. Ahora bien, pongamos el caso ahora (muy, muy frecuente) de que la moneda ni es falsa ni manipulada sino que a usted «no le satisfizo». Detrás de esta expresión ambigua puede haber muchos motivos:
      — Se ha quedado sin dinero y necesita liquidez.
      — Ha intentado venderla por ahí y no lo ha conseguido.
      — Ha decidido dejar de coleccionar esa clase de monedas y está reorientando su colección.
      — Realmente no le gusta.
      Habiendo pasado un tiempo razonable desde la fecha de la compra, ninguna de esas 4 posibilidades son responsabilidad del vendedor, especialmente las tres primeras (que sobra decir no te lo van a contar). Por una moneda de 20 euros, prefieres devolver el dinero, pero usted vaya a Vico o Cayón con una moneda de 20.000, seis meses después de la comrpa, y diga que la quieres devolver por que «no te satisface». Hágalo y luego venga aquí y nos lo cuenta. O vaya a una inmobiliaria y dígales que quiere devolver el piso que compró hace 2 años porque en el fondo «no le satisface».

      Lo que quiero decir con todo esto es que no pidamos al profesional que sea una especie de San Francisco de Asís redivivo. Pídamosle y exijámosle que sea honesto y tenga sentido común. Pero no pretendemos comprarle una moneda hoy y venir 20 días después diciendo que ya no la queremos y que te devuelvan el dinero (como he dicho sin que sea un cas de moneda falsa o manipulada que entonces sí)

    2. Hola.

      Me alegro de que te animes a comentar en el blog :)

      Por lo que dices, date cuenta de que en la entrada no hablo de profesionales. De hecho, la mayoría de los busca-novicios no son comerciantes profesionales sino raterillos de tres al cuarto que se creen muy listos por hacer 10 timos de 20 euros cada uno al mes. Un profesional de eso no puede comer.

      Los buenos profesionales (que los hay, y muchos) lo que quieren es mantener una cartera de clientes. Un buen profesional preferirá mantener un cliente y venderle muchas veces que pegarle el palo un día. Ahora bien, si el cliente es un «mal cliente» (no por temas de dinero, pero quizá maleducado o jeta) entonces el comerciante hará bien en decirle de buenas maneras que se vaya a comprarle a otro. Por lo que a mí respecta, no tendría el más mínimo problema de hacer una transferencia de 20.000 euros a varios comerciantes con la total confianza de que me enviarán la moneda acordada y que será auténtica.

      No conozco ningún caso de alguien que haya comprado una moneda de 20 euros y otra de 20.000. Si alguien empieza haciendo compras pequeñas y va aumentando la cantidad gastada, lo normal es que para cuando llegue a gastarse 20.000 euros en una pieza ya sea un gran experto en las series que colecciona. Así que va a ser complicado engañarle. Y el que directamente se va a por monedas de 20.000 euros (o lotes de ese importe) lo normal es que sea un inversor, y a esos los profesionales son a quienes más cuidan porque de esos inversores se puede ganar mucho dinero si hacen compras periódicas.

      Una moneda que un profesional venda por 20.000 euros es razonable que la comprase por unos 12.000-15.000 euros (dependiendo de qué moneda sea y lo fácil que tenga el profesional encontrar a otro interesado). Así que si alguien paga 20.000 euros por una pieza y al año siguiente la devuelve, es normal que haya «perdido» entre 5.000 y 8.000 euros. Pero eso no es que le engañe nadie, pasaría lo mismo al comprar otro tipo de bienes. Por otra parte, teniendo en cuenta que las comisiones de una casa de subastas (entre la compra y la venta) son del 38%, suponiendo que se mandase a subastar y se rematase por el mismo importe comprado, el dinero «perdido» sería aproximadamente el mismo.

      Creo que viene al caso esto: https://blognumismatico.com/guia-para-comprar-monedas/

      Saludos,
      Adolfo

      1. Sí, si en lo que al post se refiere estoy bastante de acuerdo.

        Mi intervención era un poco en réplica de lo que decía Juan Carlos. Según él: «es casi imposible detectar a un comerciante honrado de un estafador» y ésta es una afirmación, a mi juicio, tan injusta como falsa. Otra cosa es que uno se considere engañado/estafado por haber comprado una moneda en 20.000 euros (ejemplo que también puso él) y que no le acepten la devolución algún tiempo después con el único argumento de que la moneda «no le satisfizo» –de nuevo palabras literales–.

        Lo que dices tú –pérdida de entre 5 y 8 mil euros– no es una devolución realmente sino una re-compra por parte del profesional que obviamente tiene que descontar el beneficio de la siguiente venta. Como es natural esto me parece legítimo pero no es una devolución propiamente dicha con reintegro del total del importe de esa compra.

        Como siempre es preciso ponerse en los zapatos de los demás. El que compra algo, lo que sea, no tiene derecho a devolución más allá de un periodo de tiempo razonable, normalmente breve. Otra cosa es que el vendedor quiera aceptar la devolución pero eso queda a su criterio y en ningún caso tiene obligación moral y mucho menos legal de hacerlo. Obviamente si el producto tiene una tara oculta (en nuestro caso falsedad o manipulación) SÍ QUE TIENE DERECHO A DEVOLUCIÓN TANTO MORAL COMO LEGAL.

        1. Es que si no partimos de una base de negociación coleccionista-profesional estable así como regida por el sentido común, cualquiera nos puede parecer un estafador, hasta el más honrado de los profesionales.

        2. Mi comentario anterior era una respuesta a Juan Carlos, pero ha aparecido debajo del tuyo porque tú también le respondiste.

          Por lo que dices ahora, es lo de siempre: el coleccionista debe comprender que el profesional debe ganar dinero con cada venta, ya que es a lo que se dedica. Ahora bien, el profesional creo que debe informar de forma honesta sobre lo que está vendiendo. No en el plan de poner pegas a su propio producto (aunque cuando hace eso un profesional se gana mi confianza, pero entiendo que la mayoría de los coleccionistas no son lo suficientemente maduros como para ver el valor de la auto-crítica), pero desde luego tampoco diciendo que una moneda en BC+ limpiada está en calidad EBC.

          De todas formas, ya digo que ese comportamiento es más propio de raterillos de barrio que de comerciantes autónomos que se ganan la vida con las monedas.

          Saludos,
          Adolfo

          1. Completamente de acuerdo. Si es que, como digo siempre, este mundillo es mucho menos opaco de lo que parece y hay un gran porcentaje de sentido común puro y duro.

  4. Yo creo que en su inmensa mayoría los comerciantes numismáticos españoles son honrados y de fiar. Dicho esto, también he de decir que el nombre de «comerciante numismático» se le aplica a cualquiera, y eso es un error.
    El mero hecho de colocar un tenderete en un mercadillo no le hace a uno profesional, como tampoco el vender por Ebay, ni el tener una tienda donde ponga en letras bien gordas «Numismática Perico de los Palotes»…
    …y mucho menos el hacerte tarjetas de empresa o apuntarte a esta o aquella sociedad.
    Lo que a estos señores les hace PROFESIONALES es eso mismo: la profesionalidad que demuestran día a día en sus tratos cotidianos durante los cuales se van labrando un prestigio y un buen nombre.

    1. Para mi el nivel de los numismaticos profesionales españoles, es muy inferior a los europeos. Me remito para ello a sus webs. Los num españoles apenas tienen tienen un modelo de negocio actual. Solo hay que ver como se organizan en portales internacionales e inter-profesionales, los numismaticos profesionales euroeos, y lo que es mejor, emiten siempre factura sin pedirla.

      Eso jamas lo hacen los comerciantes españoles, a excepción de las casas de subastas, que salvo una (para mi opiníon) si que son profesionales al 1000 %.

    2. Estoy de acuerdo con Alberto Cervera y también, en parte, con miguelf.

      Lo de que a un profesional lo demuestra su profesionalidad (lo cual incluye una ética) es algo esencial y tristemente perdido en muchísimas profesiones.

      Lo de que los comerciantes españoles están detrás de los europeos… bueno… algunos. Desde luego que hay comerciantes en Alemania, en Suiza o en Rusia mucho más grandes que los que hay en España, de eso no hay duda. Desde luego que la falta de interés por innovar en el mercado español es prácticamente generalizado (eso ya lo he criticado muchas veces). Pero también es cierto que seguramente tú conozcas a los grandes comerciantes europeos, no a los pequeños autónomos, así que para una comparación justa tendrías que hacerla entre pequeños comerciantes europeos y españoles, y grandes comerciantes europeos y españoles.

      Por parte de las casas de subastas, yo no diría que todas menos una son profesionales al 1000%. ¡Qué bien les iría de ser así! Las hay muy buenas, las hay muy malas y entre medias todos los grises. No son muchas de las que me fíe a ciegas de lo que me dicen.

      Saludos,
      Adolfo

  5. Muy buenas a todos,
    Yo soy lo que llamáis un novicio. Leo a Adolfo desde hace un par de años. Y pensé que debía ayudar a este chico que ofrecía un blog (fantástico) a todo el mundo. Lo conocí en la convención de Barcelona del 2013 y descubrí que quien debía ayudarme era él a mi (las piezas que llevabas eran impensables para mi bolsillo.
    Saludos a todos
    Sergio

    1. jejejeje

      Bueno, si vas a convenciones y llevas años metido en el mundillo ya no eres de los «novicios primerizos». Otra cosa es que, como yo, tengas la sana costumbre de consierarte siempre un aprendiz.
      Las monedas que llevaba a esa convención no eran mías, me las habían dejado para que se las vendiese a un amigo. Un estudiante de doctorado no puede permitirse esos lujos. Yo tengo una colección mucho más humilde.

      Saludos,
      Adolfo

      1. Te agradezco tu respuesta y qué no te hayas tomado mal el comentario. Fue un malentendido. Espero poder participar a menudo en tu blog y aunque no me gusta nada el peloteo te felicito nuevamente por el fantástico blog.

    1. La primera vez que se hace un comentario en el blog tengo que aprobarlo yo. Esto lo hago (y lo hacen muchísimos blogs) para evitar el SPAM, tanto el que hacen robots como los mensajes en plan de «tengo una moneda XXXX y la vendo por YYY». Yo apruebo y agradezco todos los comentarios que hacéis salvo que sean simples y llanos insultos (que también los hay), en cuyo caso los borro y no se publican.

      Saludos,
      Adolfo

  6. Veo que no me entendistéis en mi comentario anterior. Por supuesto que una compra se convierte en firme pasados unos días (por correo legalmente son siete desde la recepción). Sería un chollo poder devolver monedas pasados 6 meses desde la compra, algo que yo nunca dije en mi comentario. Pero bueno, cada uno puede interpretar lo que quiera. Estaba hablando de una compra que cuando te llega la moneda no es lo que parecía en la foto o una compra personal pero que tras estudiar la moneda no es ni siquiera auténtica. No hace mucho fuí a comprar a un comerciante una moneda que no se había vendido en una subasta. La pieza salió en subasta por 12.000 € y yo estaba dispuesto a pagar el precio de salida (ya me parecía suficiente con ahorrarme los gastos de subasta), aunque si la conseguía por 10.000 € mucho mejor. El comerciante me estuvo catando un buen tiempo y cuando le dije que conocía a este y a aquel y que iba a enseñarles la moneda me dijo finalmente que era falsa y por eso no se había vendido en la subasta. Sin embargo, el subastador no la retiró sino que nadie pujo, por lo que yo desde aquí nunca me enteré de esa circunstancia. A mi entender, los numismáticos son un lobby cerrado que se apoyan entre ellos pero cuando vienes de provincias (como nos llaman ellos), no tienes sus conocimientos y vas fiándote de su honradez (como sería lógico ya que se supone que son profesionales) estas perdido. En las convenciones hay muchísimas monedas arregladas que para los no entendidos pasan perfectamente. La mayoría de coleccionistas compramos las monedas, las colocamos en nuestra colección y ahí se quedan durante años (como mucho se las enseñamos a algún familiar o amigo que sabe menos que nosotros). Si pasado el tiempo (solo te enterarás el día que quieras venderlas) nos damos cuenta ya no hay remedio. Pueden habernos estado engañando años y nosotros sin enterarnos…Hay excepciones, 10 años después de comprar una pieza en subasta descubrí que una pieza que me habían vendido era falsa. Hablé con ellos y me ofrecieron devolverme el dinero. Yo les dije que esa pieza era muy difícil de conseguir hoy día y que prefería que me diesen otra igual pero auténtica. Y así lo hicieron, me consiguieron una incluso mejor conservada. Pero os aseguro que no es lo normal. Quizás sea la excepción que confirma la regla.

    1. Si la moneda es falsa o manipulada un profesional debe devolver el dinero independientemente del tiempo transcurrido. No hay más.

      En cuanto a la posibilidad de que la moneda no se parezca a la de la foto, ahí entramos en un terreno muy fértil en subjetividad, a diferencia de la moneda falsa donde es blanco o negro: mala o buena. Evidentemente, si la diferencia es muy acusada, con intención de ocultar taras importantes, se trata de una modalidad de fraude. Pero cuando la diferencia es pequeña o moderada ya la cosa no está tan clara. Hacer una foto de una moneda, bien hecha, es muy difícil. La mayoría de monedas salen peor en foto que en mano lo que repercute en su precio (para menos) y lo cierto es que nunca he visto a ningún coleccionista ofrecerse a pagar un poco más porque la moneda ha resultado más bonita en mano de lo esperado. Es por ello que, en el corto porcentaje de monedas que salen algo favorecidas en las fotos, no me parece de recibo que el coleccionista se rasgue las vestiduras por el «engaño sufrido». Unas por otras, se puede decir, que en esto siempre gana el que compra pues ya digo que, por mi experiencia, tanto haciendo fotos como comprando monedas por foto, un 80% de las monedas ganan en mano respecto a la foto.

      Lo del lobby cerrado es una apreciación puramente subjetiva. Cada profesional tiene su negocio privado y va a su beneficio. Te puedes llevar bien con los demás pero ningún profesional se juega su pan por ir reparando miserias ajenas en las que ni pincha ni corta.

      Si usted, como coleccionista, ve a un profesional que lleva monedas arregladas y no lo advierte al venderlas ya tiene un dato objetivo acerca de la confiabilidad de ese vendedor. Luego sí es sencillo, al menos en ese caso, separar el trigo de la paja.

      1. Creo que a lo que Juan Carlos se refiere es a comprar una moneda en EBC y que te venga una en MBC. O que te manden una moneda que ha sido limpiada y que eso no se haya especificado en la descripción.

        Lo de que las monedas ganan en mano es algo muy corriente. Y que ningún coleccionista va a pagar de más porque la moneda le sorprenda gratamente, también está claro. Pero ese coleccionista gratamente sorprendido comprará más veces a ese vendedor o mirará menos el precio en el futuro. Si me pongo a mí mismo de ejemplo, compro a varios comerciantes pero no a todos les otorgo la misma credibilidad. Si dos comerciantes me venden el mismo duro diciendo que está en SC, quizá con uno esté dispuesto a pagar 350 euros y con otro esté dispuesto a pagar 500. No es porque un comerciante sea más guapo que el otro, simplemente es porque con unos me dejo más «margen para sorpresas» que con otros.
        Como corolario de esto, si los dos comerciantes compran el mismo duro en 250 euros y ambos dicen que está en SC, al vendérmelo a mí uno ganará en la venta 250 euros y el otro 100 euros. Al final sale rentable ser serio y ganarte la confianza de la clientela.

        Obviamente, si se ven las monedas monedas en mano Y sabemos mirar las monedas, entonces confiaremos en nuestro propio criterio independientemente de lo que diga el comerciante.

        Saludos,
        Adolfo

        1. Completamente de acuerdo.
          «Creo que a lo que Juan Carlos se refiere es a comprar una moneda en EBC y que te venga una en MBC. O que te manden una moneda que ha sido limpiada y que eso no se haya especificado en la descripción.»

          Ambos casos son ejemplos de fraudes y como tal repudiables y punibles.

    2. Ufff… si la historia esa es cierta es para llevarse las manos a la cabeza porque supondría un intento de estafa por parte de dos comerciantes y no solo de uno. Razón más que suficiente para no volver a dirigirse a esos dos; no sé quiénes serán, pero no se puede andar por la vida perdiendo clientes capaces de gastarse 12.000 euros en una moneda.

      Yo no veo a los comerciantes numismáticos en España como un lobby, sino más bien todo lo contrario: para los pocos que son, lo mal que se llevan y la de jaleos que se traen. Si fuesen todos a una la AENP sería otra cosa y la numismática española saldría ganando. Creo yo.

      Lo que pasa es que es muy complicado que un comerciante ataque frontalmente a otro. Imagínate que el comerciante A ve que el comerciante B está vendiendo monedas falsas y se lo dice a un cliente de B para salvarle de una estafa. Date cuenta de que todo lo que puede decir es «mi opinión es que son falsas», mientras que B dirá «mi opinión es que son auténticas». Quizá al cliente le esté salvando de una estafa pero a partir de ese momento A no tendrá ninguna relación con B, y es mucho más probable que en el futuro saque más dinero de comerciar con B que con el cliente (recordemos que A es un comerciante y por lo tanto vive de esto).
      Resultado para A de haber hecho todo esto:

      – A ha evitado una estafa
      – A se ha ganado (al menos) un enemigo
      – A no ha ganado un duro
      – A quizá se lleve una denuncia
      – A posiblemente se gane la confianza de un cliente (pero recordemos que para un comerciante vender monedas es mucho más sencillo que comprarlas)

      Ya ves que el idealismo de A no hace más que beneficiar a un coleccionista y perjudicarse a sí mismo y su propio comercio. Comercio del que come él y sus hijos, por cierto.

      SOLUCIÓN: yo propongo la solución que hago yo en el blog, que no es otra sino informar.
      El coleccionista que esté informado y que sepa diferenciar una moneda «arreglada» de una que no lo está, un EBC+ de un MBC+ limpiado, una estrella troquelada de una auténtica… a ese es al que no le engañan!! Y para un coleccionista aprender todo eso es un auténtico placer. O debería serlo, creo yo.

      Por lo de las falsas, creo que estamos todos de acuerdo que cualquier comerciante debe garantizar de por vida la autenticidad de las piezas que vende.

      Saludos,
      Adolfo

    3. «Sería un chollo poder devolver monedas pasados 6 meses desde la compra»

      Por su forma de expresarse es evidente que es persona formada. Me atrevería a calificarle de coleccionista serio y racional sin apenas conocerle más que por sus escritos.

      Lo que pasa es que resulta bastante difícil transmitir matices por escrito y, además, cada uno tiene en mente sus propias experiencias. Esto lo digo a colación de la frase que he marcado entre comillas, un poco más arriba. No es que sea habitual pero sí se dan casos, con cierta regularidad, de personas que quieren devolver monedas compradas pasado algún tiempo. Suelen poner alguna excusa del tipo «es que ya te he comprado una parecida en el pasado» o «no me di cuenta que tenía este fallo». Por eso le digo que pasar, pasa.

      Existe otra modalidad, propia de las convenciones, de gente que compra una moneda a primera hora de la mañana y luego te llega a última hora de la tarde a devolvértela diciendo que «no es lo que esperaba», «está manipulada», «no me gusta», etc, etc. A poco que haces averiguaciones te enteras que ha estado todo el día intentando venderla a sus contactos y como no lo ha conseguido entonces te la devuelve con la primera excusa que se le ocurre.

      1. La actitud esa de:
        1.- Comprar una moneda
        2.- Intentar venderla
        3.- No conseguirlo
        4.- Intentar devolverla

        Ya la he visto varias veces en mercadillos (pero no en convenciones). Un día dedicamos una entrada a esos espabilados.

  7. «dicen ser, profesionales; pero no lo son por dos motivos: el primero es que les falta ética, lo cual yo creo que es esencial en cualquier profesión; el segundo es que me gustaría saber si pagan a Hacienda y a la Seguridad Social. »
    xDDD Buenísimo y certero. Pedimos simplemente el primer requisito y nos quedamos 4.
    Y sobre lo de comerciantes de otros países… El año pasado hice una ruta intensiva en convenciones Alemanas e Italianas, y los Italos son primos de los de aquí. Los grandes y buenos, pues eso, grandes y buenos. Los pequeños… uf. Sobrepreciado hasta lo increible. Piezas limpiadas. «cuestionables». Etc.
    Como ejemplo, el intercambio en Parma:
    – «Scusi, cuanto per questa moneta?» (marcaba 65, nótese como ignoro que tenga el precio puesto)
    – «Dieci euro per te»
    – Grazie. (65. pone 65. y me dice 10. Y no vale ni 6.)
    Y tal.
    Saludos,

  8. Hola a todos, y en especial a Adolfo.
    Yo soy nuevo en esto de la numismática, pero tuve la suerte de que cuando empecé a coleccionar (hará cosa de 10 meses) encontré este blog y me he aprendido mucho.
    El problema que planteo es: ¿Cómo puedo saber yo, un novato sin mucha idea de nada, si me están sacando los cuartos? Porque es lógico que una persona con más experiencia distingue mejor las monedas y las calidades, ¿pero si no se tiene esa experiencia?
    Por este motivo nunca compró en mercadillos y me limito a ir a tiendas (soy de Madrid y suelo ir a las que están en los alrededores de la Plaza Mayor), pero siempre me queda la duda de si los vendedores no me verán cara de pardillo(y sabrán que lo soy por mis preguntas) y se aprovecharán de mi.
    Principalmente colecciono euros circulados y moneda de otros países, así que no tengo que comprar gran cosa, pero me molesta el hecho de no atreverme a comprar casi nada por el temor a que me engañen.
    Y ya de paso aprovecho para comentar que no entiendo la seriedad de los vendedores (y clientes) que no son capaces ni de sonreír, no digo que te tengan que contar un chiste, pero parece que eres indigno de ellos si intentas entablar un poco de conversación (quizás es que soy un novato y mis comentarios son… un poco básicos. Al menos esa es mi experiencia.
    Un saludo.

    1. Pues esto es para ti: https://blognumismatico.com/guia-para-comprar-monedas/

      Lo de cómo fiarte de vendedores, pues al igual que cuando vas a comprar pescado. Habla con ellos y verás algunos que te parecerán más convincentes que otros (porque te proporcionen argumentos). En los mercadillos los hay buenos y malos, y en tiendas los hay buenos y malos. De hecho, muchos de los que ponen un puesto en la Plaza Mayor de Madrid tienen una tienda.

      Si coleccionas euros circulados mucho no te puedes confundir porque son moneda baratas en el extremo. Pero vamos, a poco ojo que tengas podrás ver que hay comerciantes honrados. Hazte «amigo» de uno y que él te guíe en tus primeros pasos mientras tú le recompensas con tus compras. Creo que es lo mejor.

      Saludos,
      Adolfo

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