Pidiendo peras a un olmo

Uno de los errores más comunes de los novicios en esto de la numismática es pedir la misma calidad a unas series que a otras. Quien haga esto hace evidente que no conoce las características de dichas series. Peor aún es cuando incluso se enfadan con quienes les intentan hacer ver su error (generalmente comerciantes).

El error suele suceder porque los novicios empiezan coleccionando moneda del siglo XIX para adelante y a los pocos años sacan la conclusión de que es mejor coleccionar «moneda buena», que lo consideran sinónimo de una moneda en EBC o mejor y con una acuñación perfecta. Esto, como regla general, es razonable para las monedas del siglo XIX e incluso para las del XVIII, pero no para muchas otras épocas y series. Si bien es relativamente fácil encontrar una moneda de 10 céntimos de Alfonso XII en perfecto SC con brillo original y una acuñación perfecta, a ver quién es el guapo que encuentra unos 4 maravedís de los Reyes Católicos en esa calidad. Pedir la misma calidad a unos maravedís de los RRCC que a un cobre de Alfonso XII es pedir peras a un olmo: directamente no existen esos ejemplares.

Al leer el párrafo anterior algunos lectores pensarán que es bastante evidente que a las monedas más antiguas haya que pedirlas menos calidad que a las más modernas. Pero no es así de sencillo: la exigencia de calidad dependerá de cada serie. Por ejemplo, la calidad en la que se encuentran los oros y las platas es casi siempre más alta que la de los cobres, puesto que éstos circularon más y porque el cobre sufre mayor corrosión al estar enterrado durante siglos. Otro ejemplo es que en muchos casos es más fácil encontrar mejores calidades en los vellones medievales que en los vellones de los RRCC, ya que estos últimos circularon durante más tiempo.

Otra característica general es que la acuñación de las monedas de las colonias es de peor calidad que las monedas de las cecas centrales. En el caso español la cuestión es clara: en las cecas peninsulares la acuñación era mucho más redonda y tenía menos vanos u hojas que en las cecas coloniales. El volúmen de emisión era mucho más pequeño en la Península, y por eso podían cuidar más la calidad de las piezas. En el caso de la moneda romana, la calidad con la que nos encontramos a las monedas íberas (digamos que eran la «colonia» de la época) es mucho más baja que la de las acuñadas en Roma, que tienen un acabado mucho más perfecto y una calidad de grabado mucho mayor.

Pero esto no son más que reglas generales en las que encontrar excepciones es muy sencillo. Basta con decir que los duros de Segovia se encuentran con muchos errores debido a las prisas de quien los mandaba acuñar y porque, en muchos casos, su plata procedía de vajilla (fuente). Otros casos son las monedas obsidionales, que suelen tener una acuñación «cutre» sean de donde sean.

Por lo tanto, lo único que se puede hacer es estudiar las características de cada serie antes de ponerse a exigir calidad a las monedas. Para ello una forma rápida es encontrar una colección o una subasta de calidad en la que se ofrezcan ejemplares de dicha serie. Pongamos por ejemplo que nos fijamos en la subasta de diciembre de Aureo se puede ver que es posible encontrar vellones medievales en EBC (pero hay que saber pagarlos), mientras que es muy complicado que un vellón de los RRCC suba de MBC+ (y son bastante más baratos). Otra fuente de información rápida es consultar a un comerciante con quien tengamos confianza y que conozca bien la serie en la que nos queramos meter.

Luego también hay monedas concretas, dentro de una misma serie, en las que es más difícil encontrarlas en alta calidad. Por ejemplo, la calidad de acuñación en la que suelen pde las pesetas de 1963 (19-65) es más alta que las del resto de pesetas de 1963. Pero eso ya es hilar fino y lo dejamos para quienes profundicen en series concretas.

Las monedas que ilustran la entrada son dos maravedís de Segovia y cuatro maravedís de Burgos de los Reyes Católicos, ambas en MBC+. Fueron subastados por Aureo en diciembre de 2013 dentro de una muy buena colección de moneda medieval y de los RRCC; en ambas se indica que son escasas en esa conservación. Podéis ver también que no es lo mismo un MBC+ para estas piezas que para un cobre de Alfonso XII.

24 comentarios en “Pidiendo peras a un olmo”

  1. Entrada muy instructiva, enhorabuena Adolfo. Muy ilustrativas las fotografías de las monedas que dan imagen y color al texto; basta también comparar los duros de los siglos XVI y XVII acuñados en América con los acuñados en la Península Ibérica, sobretodo con los acuñados en el Ingenio de Segovia a partir del año 1586, porque otros ocho reales de las cecas de Sevilla, Toledo o Valladolid son de acuñación descuidada.

  2. Muy buena entrada Adolfo, La verdad es que cuando empeze a coleccionar piezas de cobre del siglo 18 sabia que me tenia que lidiar con algunos olmos y al ver mas y mas de las piezas que uno colecciona aprende a conocer el rango de estados habituales en que se suelen ver y se disfruta mucho al ver alguna extraña preciosidad que aparece muy de vez en cuando en un grado muy alto para el tipo de piezas que uno esta coleccionando. Asimismo es de mencionar que alcanzar estados altos en piezas grandes y pesadas es mucho mas dificil que en las piezas pequeñas ya que estas ultimas son menos propensas a los golpes,. Asi tambien hay aleaciones de cobre que les ha ido muy mal con el paso del tiempo (Inglaterra,1/2 penny 1695- 1701 por ej)las cuales son mas sensibles a la corrosion y los grados ebc y sc son practicamente inexistentes. No obstante uno se habitua y entusiasma mucho tambien.

    Un saludo grande desde Argentina

    Andres

  3. En la moneda del Imperio Romano pasa lo mismo…
    Los principiantes esperan la misma calidad en los bronces del siglo IV que en los de Nerón. Me temo que es algo inevitable, es preciso haber visto mucha moneda de una época para poder hacer comparaciones relativas, y eso me temo que es algo que solo nos da la experiencia…

    1. En efecto, éste es un caso típico. Como bien dice Alberto Cervera el conocimiento de las calidades relativas sólo lo da la experiencia. De hecho ir preguntando con ligereza por bronces romanos altoimperiales en calidades muy altas es indicio seguro de coleccionista muy novato.

      Yo siempre intento explicar los motivos objetivos por los que es relativamente fácil encontrar bajo imperios o denarios en calidades muy altas y no ases o sestercios. En otras palabras: no pretendo que el coleccionista se crea lo que le digo porque sí, por que soy yo, sino que procuro aportar un valor añadido en forma de conocimiento que refuerce su confianza en mis palabras. Mi experiencia me dice que en un 60-70% de los casos lo consigo, el resto no: bien porque yo no me sé explicar, bien porque hay personas que van a desconfiar del comerciante por sistema independientemente de lo que éste les pueda contar.

  4. Entrada muy acertada Adolfo. Como has mencionado el caso de las pesetas de Franco, destacar lo difícil que es encontrar las pesetas de 1947 con todas las leyendas. Sin embargo, las de 1966 casi se regalan. La coyuntura política, social y económica de un país se puede ver reflejada en sus monedas. Un saludo.

  5. En Argentina circularon niqueles de 20 centavos del tamaño de una moneda de 5 centavos norteamericana. Se acuñaron casi ininterrumpidamente de 1896 a 1942 De este tipo de piezas podremos conseguir fácilmente piezas en ef /sc pero solo desde 1918 en adelante. De 1896 a 1918 se suelen encontrar muy gastadas y la opinión popular es que estas han sido usadas para jugar a la arrimada, que consiste en lanzar las monedas al piso lo mas cerca posible de una pared. En el caso de conseguir el lanzamiento mas cercano el ganador se llevaba todas las monedas en juego, por lo que esta serie es mitad peral y mitad olmo.
    Saludos
    Andres

  6. Habéis puesto algunos ejemplos dependiendo de las series que coleccionáis cada uno. Hay muchísimos, prácticamente en todas las épocas se pueden encontrar ejemplos.

  7. Otra cosa que confunden los novatos es «estado de conservación» con «calidad de la acuñación»; así, una moneda romana en EBC+ la consideran «mal conservada» porque no es perfectamente redonda, tiene grietecitas de acuñación en el canto y sobre todo porque «está negra y no brilla»…

    Ellos las comparan con los céntimos de euro que tienen en los bolsillos…

    ¡¡¡Y a ver quien es el guapo que le convence de que la cosa no funciona así con la moneda antigua!!!

    1. Si y no, me explico:
      La calidad técnica deacuñación también es susceptible de verse reducida por las mismas causas que afectan a la disminución del grado de conservación. Dicho de otra forma, muchas veces prefirmos una pieza en SC con parte de las leyendas mal definidas(por cuños gastados), con grietas (por cuños con hebras), con rayitas (por defecto de acuñación), con hojas (por mal batido), etc… que una pieza con acuñación FDC, todos los caracteres bien grabados, sin ningún defecto (humano y de máquina) de acuñación, pero en EBC de conservación…

      Y esto creo que es en parte por querer buscar cosas bonitas y no (necesariamente) perfectas. Yo me encuentro agusto en este tipo de coleccionistas, anque reconozco que no representa el verdadero sentido de la numismática

      saludos!

  8. @Alberto Cervera, eso pasa mucho en las antiguas y también en las monedas españolas anteriores al siglo XIX. Quizá ven un duro en calidades altas pero les parece flojo porque tiene un fallo de acuñación (una hoja saltada, un vano de acuñación, un final de riel…). Es complicado convencerles de que ese duro merece mucho la pena a pesar del defecto porque la inseguridad que tienen les hace ser muy desconfiados. Yo, como no me juego los cuartos en esto, no insisto: si no me creen, allá ellos.

    @tx94, y cuantos más ejemplos salgan… mejor!!

  9. Hola
    que tal?
    bueno pues yo voy a hacer de abogado del diablo.
    ¿las casas de calificación americana, califican la calidad de las monedas teniendo en cuenta los problemas que presentan algunas monedas? o por el contrario las califican siguiendo unos criterios objetivos sin tener en cuenta la serie y la época de la moneda?

    A lo mejor seria la mejor forma de calificar las monedas, y saber que nunca encontraras un resello del s XVII en SC, pero si saber que si una moneda presenta una grieta, no reciba un EBC+ y se evitarían muchos engaños, que parece q

  10. Hola
    que tal?
    bueno pues yo voy a hacer de abogado del diablo.
    ¿las casas de calificación americana, califican la calidad de las monedas teniendo en cuenta los problemas que presentan algunas monedas? o por el contrario las califican siguiendo unos criterios objetivos sin tener en cuenta la serie y la época de la moneda?

    A lo mejor seria la mejor forma de calificar las monedas, y saber que nunca encontraras un resello del s XVII en SC, pero si saber que si una moneda presenta una grieta, no reciba un EBC+ y se evitarían muchos engaños, que parece que siempre es todo culpa de los novatos. mientras muchos «comerciantes» viven muy cómodos en la confusión.

    Un saludo a todos.

  11. De los americanos no me fío ni un pelo cuando son monedas anteriores al siglo XVIII. La razón es que ellos están acostumbrados a las monedas acuñadas de manera industrial (y cualquiera de los libros sobre graduación de monedas que publican hacen referencia a ese tipo de monedas) y simplemente tienen en cuenta el desgaste y las rayitas que presentan las monedas. Nada más. Con monedas anteriores hay que fijarse en la forma del cospel, en la calidad de la acuñación… son muchos más factores.

    Las casas de subastas españolas siguen un criterio semejante para todas las monedas. Por eso encontrar un resello del siglo XVII en SC es absolutamente imposible. Y, obviamente, una moneda agrietada no puede estar en EBC+.

    Saludos,
    Adolfo

  12. La confusión la incrementan «algunas» personas que comercian con los incautos novatos o con quien se deje. Comprobé en Córdoba, una de las dos numismáticas existentes te intentan joder, hasta por entrar; 3 monedas de 8 reales adquiridos en Soler y Llach, sin decir procedencia ni el valor de la puja, pregunte su valoración; después de la parafernalia, espiritual y magistral revisión, su veredicto: FALSAS…, me ofrecía 20 eurillos c/u. Mostré la factura, superior a los 300e. Sonrió y dice: te han timado y es el profesional en Córdoba, es verdad que la experiencia hace todo y entre que se adquiera,leer, estar al día en internet, cuesta mucho ser honesto en la profesión? Soy urólogo y jamás engaño a los pacientes, por más ignorancia que demuestren de la materia.

    1. En primer lugar decir que yo, personalmente, desapruebo totalmente lo que, según su relato, le hicieron pues, a mi juicio, fueron demasiado lejos. No me parece para nada ético decir a alguien que sus monedas son falsas a sabiendas que no lo son al objeto de comprárselas por cuatro duros.

      Ahora bien, dicho lo anterior, también debo decir que usted también ha cometido la irregularidad de llevar a un comerciante monedas compradas a otro con el objetivo de saber su valoración. Tenga en cuenta que el profesional no tiene ninguna obligación, ni moral ni legal, de peritar sus monedas a cambio de nada (gratis). Lo hará si quiere y sino, no. Y dentro de los que lo hagan, unos le dirán la verdad (al menos la suya, que puede ser correcta o no) y otros le mentirán.

      Saber el precio de mercado de una moneda es uno de los principales activos de un profesional y no se puede pedir que le sea entregado a uno porque sí, sin ninguna clase de remuneración a cambio.

    2. Dice que es urólogo. El equivalente sería a que una persona fuera a su consulta (entendemos que privada a efectos de lo que aquí se habla) y le propusiera una consulta de un problema urológico sin la menor intención de abonar la factura correspondiente. Lo más seguro es que, de no tratarse de una persona muy necesitada o similar, usted se negara. Pues esto es lo mismo con el agravante de que al no estar en juego la salud de nadie, no sólo no se facilita la información (equivalente a su consulta) sino que, si el solicitante además se pone insolente (le sorprendería la de personas que no solicitan sino que exigen la información) se le puede llegar incluso a dar una información falsa.

  13. Agradezco sus comentarios, quiero aclarar que acudí con la intención de vender y/o cambiarlas, me las cambiaron en el mercadillo del domingo ( en Sevilla ). Lo que pretendí al comentar mi experiencia fue decir que es difícil a nivel de calle conseguir un consenso de clasificación, los que iniciamos con alguna colección necesitamos creer en las personas que profesionalmente se dedican al tema. Por último debo decir que en la dicha tienda me deje durante varios meses mucho dinerillo entre libros y monedas..
    un saludo

  14. Ésta última historia de Jaime en Córdoba pone los pelos de punta señores… La realidad bién supera la ficción.

    En mi opinion, ¿saben lo que pienso? que el comerciante de Córdoba en realidad no tinía ni pajorela idea de si eran verdaderas o falsas la monedas. Puede incluso que «creyera» erróneamente que eran falsas, y que «si cuela cuela y sino me la p…», y que de haberlas comprado por 20 euros las hubiera mandado a SoleryLlach a vender, y ya le hubieran dicho allí si eran buenas o no…
    Lo que vengo a decir es que en este país los comerciantes profesionales de monedas no son numismáticos en realidad, no tienen estudios en general y menos en numismática (la inmensa mayoría). Son comerciantes, sólo eso.

    Salud

  15. Como en todos los gremios, los hay buenos, malos y regulares.

    Ya he dicho varias veces que quien quiera vender sus moneda hace muy bien en saber qué está vendiendo y saber por cuánto es razonable venderlo. Los (muchos) que me vienen con que tienen una moneda rarísima y antiquísima y me dicen que cuánto les doy por ello, directamente les mando a paseo: debe ser el vendedor quien ponga el precio, como en todas partes.
    Con esto quiero decir que ir con unas monedas a un profesional a ver qué te ofrece o qué te dice no suele ser buena idea.

    Obviamente eso no justifica su actitud.

    Por otro lado, algunos vendedores de monedas no tienen ni pajolera idea. Suelen ser esos que trabajan en una tienda y venden monedas del siglo XX y XXI como quien vende botones. Ni la más remota idea de en qué siglo se firmó la Pragmática de Medina. Lo que me extraña es que esa gente todavía saque lo suficiente como para pagarse su cuota de autónomos y comer algo más que patatas todos los días.
    Pero te aseguro que los profesionales que se mueven por convenciones o que van a subastas saben mucho. Mucho más que yo, al menos.

    Saludos,
    Adolfo

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