Pasarse de listos VIII

Mi amigo Enrique me ha pasado esta curiosa conversación. Un excelente ejemplo de la jeta que le echa el personal.

MAIL DEL LISTO:

Buenos días.
Mi nombre es _____ y resido a unos 100 Km. de _____. Me ha dado sus datos ______.
Poseo una colección de monedas y billetes mayoritariamente españoles de distintas épocas y en diversos estados de conservación, la cual me interesaría en principio vender en función de la valoración que de ella se haga. Se halla contenida en cuatro álbumes.
Si pudiera interesarle, por favor póngase en contacto conmigo, bien mediante la dirección de correo desde la que le remito este mail o, preferentemente, mediante el teléfono _____.
Gracias por su atención.
Saludos cordiales.
(aquí va el nombre del listo).

5 francos Suiza

RESPUESTA DE ENRIQUE:

Hola. Su colección sí que me puede interesar. Pero todo depende de qué monedas y billetes son los que usted tiene. Si usted tiene que venir a _______ por cualquier motivo, avíseme y aprovechamos para ver su colección. Lo que le ruego que no lo haga de propio ya que después de verla a lo mejor no me interesa. Saludos.

RESPUESTA DEL LISTO:

Hola ______,
No pensaba ir a _______ «de propio», sino concertándolo contigo. De todas maneras, creo que tienes razón, dado que lo que yo busco es una tasación minuciosa y seria y esta lleva tiempo y trabajo. También por supuesto, vender mi colección completa en caso de que esta me convenza. Descarto particulares que buscan «piezas sueltas» para completar sus colecciones y compra-ventas con ánimo de lucro.
No tengo prisa, así es que tomo en cuenta tu ruego y estoy de acuerdo contigo en que es mejor no perder el tiempo. El tiempo es oro y mi colección muy completa y catalogada en perfecto estado, tampoco me apetece ir paseándola sin demasiado sentido.
Saludos cordiales.
(aquí va el nombre del listo).

Mi mail de respuesta no sería el que envió Enrique, sino que sería mucho más directo para discriminar listos de gente realmente interesada en vender su colección. Pero vamos, la respuesta del listo no tiene desperdicio: eso es echarle jeta y lo demás bobadas. Menos mal que no tiene prisa en vender la colección porque con esa actitud tardará en hacerlo.

 

5 francos Suiza

Aprovechando que estoy en Ginebra he ilustrado la entrada con un par de duros Suizos del siglo XIX. Preciosos.

33 comentarios en “Pasarse de listos VIII”

  1. Buenas tardes.
    Jajajajajaja,este es listo,listo,no se molesta ni en ocultarlo.
    Como mola,solo le a faltado decir que el que quiera tasarla se acerque a su casa con unas cervezas y algo de picar,jajajaja…pues va listo.
    saludos, jorge

  2. Ya no es solo que le tasen gratis, sino que el tipo es plenamente consciente de que eso requiere un tiempo y un esfuerzo, pero él lo quiere por la jeta. Y además, si la tasación le satisface, quiere vender la colección completa pero sin dejar beneficio a quien se la compre.

    Como dice Jorge, solo le falta añadir que además le paguen unas cañas.

  3. Pues si hubiera comenzado el mail con «El tiempo es oro y mi colección muy completa y catalogada en perfecto estado» ya sería otra cosa…

    Se podría haber estirado un poco más y comentar qué piezas son, ya que como el dice está catalogada.

    Por lo demás, parece que tiene clarísimo qué es lo que quiere y lo que no quiere.Aún así, yo que Enrique probaría porque parece que vende sin ánimo de lucro :-)

  4. Yo creo que deberían cobrar por tasar aunque entiendo que supone para el comprador el riesgo de perder una buena compra..o no?. Con lo que cuesta en tiempo y el trabajo que lleva..
    Saludos

  5. Os habéis olvidado de algo importante: la arrogancia del jeta. Gente como ésta cree que los demás siempre están para ser sus criados. Ante estas situaciones lo mejor es ni siquiera abrir los álbumes para mirar su contenido.

  6. Este tipo de episodios (o similares) no son raros. No es que ocurran todos los días pero ocurren. Afortunadamente es bastante fácil distinguir al que realmente busca vender su colección del que quiere una tasación gratuita, reservándose la venta para el caso de que aquélla sea abultada.
    Lo que me gustaría destacar es el mosqueo que el jeta se pilla ante una respuesta de Enrique que por más que la releo no me parece ofensiva sino clara y sincera al tiempo que educada. Y lo destaco porque esta clase de enfados son super habituales en el mundo de la numismática. En cuanto se da el menor contratiempo, ya no roce, y no se miden las palabrasal milímetro –sobre todo por email– hay un alto porcentaje de gente que se mosquea muchísimo, poniéndose chulos la mayoría (como en el caso de aquí y otros que podría contar yo). Esto es algo que a mí, por mi formación comercial, jamás me ha entrado en la cabeza y que nunca terminaré de comprender.

    1. Buenos días.
      Personalmente creo que es la naturaleza humana,lo mio es lo mejor,me quiere engañar,luego el las venderá por el doble o el triple,seguro que otro me ofrecerá más.La gente no se da cuenta que todo supone un esfuerzo,tiempo perdido,oras de estudio dinero invertido y que seguro que ellos no trabajan gratis,pero solo tiene derecho a ganar dinero uno mismo(tampoco es todo el mundo)pero…si no sabes no te queda mas remedio que al final fiarte de alguien.
      Pero hay otros que son unos caraduras como este personaje,tienen un morro que se lo pisan y no se preocupan ni de ocultarlo.
      La verdad es que esto vale para todo no solo para la numismatica.
      Saludos,
      jorge

      1. Estoy completamente de acuerdo con usted. Es la naturaleza humana.
        Con todo sigo sin encontrar respuesta a ese cabreo a flor de piel que se encuentra uno tan a menudo entre la gente del mundo numismático. Si alguien me ofrece 100 por algo y me parece poco pues no lo vendo, si me piden 100 y me parece mucho pues no lo compro. Lo que no hago es enfadarme con esa persona por si acaso su intención era comprar en 100 para vender en 300 o vender en 100 cuando bien pudiera vender sólo en 60. Simplemente digo que no y punto. Pues pruebe usted a explicarle esto a sus contactos y le garantizo que perderá al 80% de éstos, profundamente ofendidos en su ¿qué?

        1. Buenas noches.
          Al 90% de los humanos no nos deja vivir el»Y SI»Y SI nos engañan, Y SI nos mienten, Y SI nos roban, Y SI…
          Da igual nos puede el «Y SI». Es como las mujeres no las conseguimos entender… y llega un momento en el que ni lo intentamos,nos conformamos con intentar sobre vivirlas.
          Saludos,
          jorge

          1. El de «y si me engañan» yo creo que es otro perfil. Ese es el perfil de una persona con bastante edad que no es capaz de acceder a cierta información y que tienen miedo de verse engañados. La desconfianza suele ser compañera de la ignorancia.

            Pero es un perfil mucho menos habitual de lo que parece. Hay gente que por mail me ha escrito y me ha planteado eso de «¿y si me engañas?», y yo que ya voy cogiendo callo les digo: «Para que te quedes tranquila hacemos una cosa: yo estudio y taso las monedas y te digo un precio, compometiéndome a comprártelas por un 20% menos de lo que te diga. Si no las quieres vender a ese precio, me das un 4% del dinero que haya dicho. Es decir, que si digo que tu colección vale 5.000 euros, o me la vendes por 4.000 o me pagas 200 euros».

            Todavía nadie ha aceptado el pacto. No porque sea injusto, sino porque lo que querían era una tasación de gratis pero se guardan la carta de «ay chico, pero es que no sé si lo que me dices es verdad o no» para despacharte una vez que hayas acabado el trabajo. Leches, pues si no confías en mí ¿para qué te pones en contacto conmigo? ¿te vas a fiar de la tasación gratuita que te haga alguien en quien no confías? No tiene sentido.

            Pero ese no es el caso del colega del post. Este es un jeta de libro que va por el mundo pensando que el resto son sus criados.

            Saludos,
            Adolfo

  7. Hace unos años me contactó un «conocido de un conocido» que se había enterado de que yo colecciono monedas, y me pidió la valoración de su colección. Eran cerca de 100 monedas, según lo que me comentó muy modernas, de la República Federal de Alemania. Le dije que probablemente eran monedas de muy poco valor. Me dijo que en su opinión el valor era por lo menos 10.000 euros. Un promedio de 100 euros por moneda!
    Le dije que podriá asesorar el valor de la colección y dar consejos para su venta en 3 euros por moneda, un monto que, en relación a los diez mil, al final el iba poder recuperar facilmente, sabiendo el valor de cada objeto y como venderlo.
    No lo aceptó, como era de esperar. Así se sacan los «listos»…

  8. Debido a un anuncio hoy mismo me ofrecieron 3 duros del centenario (por email), pedí fotos y resulta que eran el de 1869, el 1888 MSM y otro de 1875, le dije los dos primeros falsos y el otro tambien lo parecía.
    Para ofrecermelos bien que me envio varios correos pero despues de la respuesta ni siquiera gracias.

  9. Yo vendo unos ojos negros
    ¿quién me los quiere comprar?.

    Los vendo por traicioneros
    porque me han pagado mal. (Bis)

    ESTRIBILLO:
    Más te quisiera, más te amo yo
    y todas las noches lo paso
    suspirando por tu amor.

    ¡Ah!.Esas monedas traicioneras.
    No sufran tanto siempre habrá otra.
    Saludos

  10. A todo esto hay que añadir que la pequeña descripción que hace de la colección: «monedas y billetes mayoritariamente españoles de distintas épocas y en diversos estados de conservación» me hace sospechar que sus cuatro álbumes están llenos de chatarra. Que suele ser lo más normal, por otra parte.

  11. Muy buenas a toda la comunidad.
    No está de más recordar los clasicos de la Tuna, me traen muy buenos recuerdos de mi época de la Facultad. Un saludo Jose Luis.

    He seguido, como no podía ser de otra forma, todo el post y, la verdad es que todos estamos de acuerdo en la esencia del mensaje mandado por Adolfo, por otro lado ya comentado en numerosas ocasiones y con cierta polémica en alguna de ellas. Es cierto que el saber, el conocimiento, tienen su precio, su valor. No solo es cierto, es más, debería ser algo que todo el mundo valorara en su justa medida, lo cual, desafortunadamente no es así en nuestro pais. Si alguien se pasa unas horas (de su tiempo) estudiando, catalogando, observando el patrimonio de otro para intentar llegar a ofrecerle una valoración ajustada, lo mínimo que este otro debería hacer es pagar esas horas trabajadas por ese alguien, entre otras cosas porque mientras el «alguien» se «derretía la cabeza» el «otro» se tomaba unas cañas y sus tapas en el bar de enfrente.
    Por desgracia, insisto, en nuestro pais esto no se ve así, por ello Enrique ha tenido, presumo que bastantes, desventuras al respecto. Digo Enrique, como podríamos decir fulanito o menganito, o sea, extrapolar el objeto y los sujetos a los cuatro vientos.
    En nuestra tierra (La piel de toro), todo lo que no sea pegar palos frente a un olivo o echar arena a una hormigonera, por defecto no es trabajar. Si tienes un despacho jurídico y ofreces tus servicios y tu conocimiento-experiencia para intentar proteger a quien no los tiene, como resulta que te conocen vestido de limpio, aseado, sentado tras de un mesa y posiblemente en una habitación con aire acondicionado, el primer pensamiento de quien te solicita tu tiempo es al estilo de: «pobrecito yo, harto de trabajar y de sudar todos los dias, para que este tio ahora me saque las perras por escribir dos folios en 10 minutos».
    No voy a entrar en explicaciones, que cada cual lo entienda conforme a su capacidad intelectiva, pero al fin y al cabo vivimos en un pais donde se insulta a los maestros y se agrede a los médicos. Salvo mejor criterio. Equus.

    1. Me despierto con una ranchera y la asociación de ideas.

      Y esta es la despedida cuando la monedita se fue:
      http://letras.com/La Barca De Oro Ana Gabriel

      Yo ya me voy
      al puerto donde se halla
      la barca de Oro
      que debe conducirme

      Yo ya me voy
      solo vengo a despedirme
      adiós mujer
      adiós para siempre, adiós

      No volverán
      mis ojos a mirarte
      ni tus oidos
      escucharán mi canto

      Voy a aumentar
      los mares con mi llanto
      adiós mujer
      adiós para siempre, adiós

      No volverán
      mis ojos a mirarte
      ni tus oidos
      escucharán mi canto

      Voy a aumentar
      los mares con mi llanto
      adiós mujer
      adiós para siempre, adiós

      Adiós mujer
      Adiós para siempre, Adiós
      Saludos

  12. «En nuestra tierra (La piel de toro), todo lo que no sea pegar palos frente a un olivo o echar arena a una hormigonera, por defecto no es trabajar.»

    Esto es una verdad como un templo. Y así nos va…

    1. Por ello, Enrique ha tenido dicho «affaire» con el listillo de turno. De todas formas y, aunque sea utópico, hay que seguir confiando en la humanidad, pues a pesar de todo también andan por ahí fuera buenas gentes. Un abrazo. Equus.

    2. Muy cierto. De hecho los padres de mi mujer me consideran un vago por no tener un trabajo como el de todo el mundo: con sus horarios, jefes, madrugones, atascos, autobuses, riesgos de despido, etc. Para ellos, ser comerciante numismático es una «tontería» –palabras textuales–, una afición, NO ES TRABAJAR.

      1. Pues si comerciar con monedas no lo consideran trabajar, no te digo nada lo que se considera el escribir sobre el comercio de monedas. De hecho, ha habido comerciantes españoles (más de uno) que en un increíble ejercicio de echarle jeta a la vida me han propuesto que yo escribiese de gratis algo que a ellos les interesaba para después publicarlo en este blog o en otra parte, pero sin recibir nada a cambio.
        También es cierto que ha habido otros comerciantes que se han puesto en contacto conmigo para hacerme propuestas en las que ambos salíamos beneficiados, o al menos yo veía valorado mi trabajo.

        Pero en esto del trabajo gratuito ya tengo algo de experiencia.
        En mi adolescencia, a finales de los 90, yo era el típico que controlaba el tema de los ordenadores cuando no mucha gente lo hacía. Así pues, duda que algún conocido/amigo/familiar/colega-de-mis-padres tuviera, acababa preguntándomela a mí. Y en algunos casos yo acababa realizando el servicio de intalación y mantenimiento de sus PCs (servicio que era mucho más intenso que los que se hacen actualmente porque en aquella época la mayor parte de la computación se hacía en el PC, no en servidores remotos, como actualmente se hace; además, tampoco existía la posibilidad de las instalaciones automáticas ni de la distribución de software por Internet). Hasta tal punto llegaba que en el instituto en las clases de informática los chavales se dedicaban a aprender a manejar el Microsoft Word o alguna tontería de esas, mientras que a mí y otro compañero nos mandaban otras cosas: instalar software en ciertos ordenadores, ir probando el software que después iban a usar nuestros compañeros, intentar saltarnos los programas de seguridad de los ordenadores del aula (daban por supuesto que si nosotros no éramos capaces de saltarnos esa seguridad ningún otro alumno lo sería), explicar a algunos compañeros ciertas cuestiones que no habían entendido bien, preparar guías de usuario que después usaba el profesor para dar sus clases (!!)… obviamente luego nos ponían un indiscutible 10, en muchos casos sin necesidad de hacer examen.

        Al final me di cuenta del timo, y es que yo estaba currando gratis por el trabajo que deberían hacer otros. Así que a la tierna edad de 17 años puse punto y final al asunto. A partir de ese momento doy los consejos que buenamente puedo (aunque ya no estoy «a la última», como en esa época), pero me niego a tocar el ordenador de nadie. Y ante la de «es que yo no sé», mi respuesta es «no hace falta saber. Lo que hace falta es saber pagar al que sabe».

        Saludos,
        Adolfo

        1. Trabajar gratuitamente no tiene sentido alguno a excepción de los casos en que se obtenga remuneración en forma de conocimiento de alto valor añadido. No seré yo, sin embargo, quien entre a juzgar cuando dicho valor añadido es lo suficientemente alto. Para unos estar repartiendo cafés y haciendo fotocopias en una empresa como hacen tantos becarios no remunerados puede conllevar el suficiente valor añadido –experiencia curricular–, para otros no.

          En España las generaciones de más de 50 años suelen ser unas fieles defensoras del trabajo por cuenta ajena. Les cuesta mucho considerar un trabajo a todo aquello que no requiera un fuerte esfuerzo, continuo e irreversible. Resulta curioso como el factor remuneración no resulta tan importante: 1000 euros ganados a base de picar piedra les parecen más «honrosos» que, en el caso extremo, 2000 euros comprando y vendiendo acciones bursátiles. Yo no lo entiendo la verdad: siempre he considerado que el trabajo no es un fin en sí mismo sino un medio por el que obtener el dinero necesario para llevar una vida digna. Si se consigue encontrar un medio de conseguir ese dinero de forma legal y honesta sin tener que sufrir los inconvenientes del trabajo asalariado yo lo prefiero. Pues esto no lo entiende casi ninguna persona mayor de 50 años: o curras de firme en una empresa (como mucho autónomo pero sudando la gota gorda) o no estás trabajando y todo lo que haces es «vacilar» para «vivir sin trabajar». Es una mentalidad de esclavo.

          1. Ni que decir tiene que lo que he dicho no es más que una generalización como la copa de un pino. Ruego que no se lo tome nadie por lo personal ni se ofenda. Está claro que debe haber muchas excepciones a esta regla.

          2. Bueno, sobre cuestiones éticas sobre el trabajo se han escrito ríos de tinta. Todas las sociedades han reflexionado sobre ello y a partir de mediados del siglo XIX ha sido uno de los grandes problemas filosóficos y sociales que han estado encima de la mesa en la sociedad occidental de manera totalmente permanente. Lo de la mentalidad de esclavo te posiciona en un nietzscheano de libro :)

            Mi opinión al respecto no es igual que la tuya, aunque creo que la tuya es respetable. Yo no veo el trabajo como un medio para vivir, sino como una actividad humana que tiene potencialmente dos tipos de repercusión:

            – Beneficio para quien trabaja.
            – Beneficio para la sociedad.

            Yo creo que uno de los grandes logros de la mentalidad liberal que impera en sociedad en la que vivimos es que en la mayoría de los casos un beneficio para quien trabaja exige generar un beneficio para la sociedad. Lo malo es que el capitalismo permite situaciones en las que se genera un gran beneficio para quien trabaja sin generar ningún beneficio social, por ejemplo un buen arbitraje de acciones o fondos. Desde ese punto de vista, creo que se puede decir que ganar 1000 euros picando piedra es mejor que ganar 1000 euros a través de un arbitraje, ya que en ambos casos el beneficio obtenido por el trabajador es el mismo y solo en uno la sociedad se ha beneficiado por ello. Obviamente, es aún peor cuando para ganar dinero en vez de generar un beneficio a la sociedad se genera un perjuicio, lo que pasa es que ahí entraríamos en temás éticos de mayor calado y cada cual podemos tener nuestra propia visión (por ejemplo, yo no trabajaría en un proyecto financiado por el ministerio de defensa de ningún país aunque tengo amigos que son buena gente y sí lo hace. Incluso hay buenas personas que trabajan en una fábrica de armas).

            Obviamente, el beneficio personal no tiene por qué ser económico. Yo mismo llevo años con mi tesis (el lunes la acabo, no os preocupéis), he trabajado una barbaridad y he cobrado bastante menos dinero del que cobran mis antiguos compañeros de clase en una empresa. Ahora bien, he adquirido unas habilidades que difícilmente hubiera podido adquirir de otra manera. Ahí ya cada cual puede ponderar para su propio trabajo: beneficio económico propio, realización personal y beneficio social. Que cada uno elija qué es lo que quiere maximizar y busque la manera de hacerlo.

            Por otro lado, 100% de acuerdo con lo de la mentalidad de trabajar por cuenta ajena. Lo considero un enorme freno a la economía española.

            Un saludo,
            Adolfo

          3. Tu exposición es totalmente coherente, Adolfo, y en parte la comparto. Desde luego que es más honroso que el dinero se gane al tiempo que se proporcione un beneficio social que en el caso contrario. No obstante yo me refería más al hecho de valorar más el dinero ganado sudando la gota gorda –con todos sus ingredientes: madrugones, aguantar chulerías de jefes, largas jornadas laborales– que el ganado empleando la capacidad intelectual de uno. Por ejemplo: un tío escribe una novela excelente, se convierte en best-seller y a consecuencia se forra. Pues para según qué personas el dinero ganado por este último es menos meritorio que el ganado picando piedra. Sin embargo yo pienso que honrados son ambos, pero el segundo es no sé si más meritorio pero desde luego sí más «exitoso».
            En mi caso particular me pasé los primeros 3 años de mi actividad comercial escuchando un coro continuo de familiares y amigos exhortándome a que buscara un trabajo de una buena vez y reservara lo de las monedas para los fines de semana y demás ratos libres. Bien es cierto que entre que no ganaba mucho y el autónomo mensual no ganaba más que el equivalente a un jornal bastante mediocre (eso sí: no mucho menos de lo que me hubieran dado en un trabajo convencional). Todavía me lo dice alguno a pesar de que, aunque no me estoy haciendo rico ni mucho menos, me va razonablemente bien.

          4. Lo de tus amigos y familiares, no es que no entiendan tu trabajo, es que no entienden tu estilo de vida. El problema transciende lo laboral. Digamos que hay unos estilos de vida «oficiales» que todo el mundo entiende, y salirse de ellos es muy difícil porque a) es necesaria una enorme capacidad crítica y valentía para hacerlo y b) hay que tener las cosas muy claras para aguantar la presión social de volver al redil.

            Lo de que un dinero se considere más honroso que otro, también es algo que no entiendo pero que ocurre mucho en España y otros países de África (me consta que en EEUU y los países europeos «de verdad» no hay esa mentalidad). En mi opinión una de las personas que más ha hecho por la humanidad ha sido Bill Gates: ese tipo puso, de manera casi literal, un PC en cada hogar del mundo occidental, vendió el software necesario para hacerlo funcionar y no le importó que se lo pirateásemos. No creo que nadie haya facilitado la vida a tantos millones de personas como hizo él. Como todo el mundo también cometió errores (por ejemplo con negar Internet hasta casi el último minuto), pero lo cierto es que hasta que él se fue Microsoft era una empresa y cuando él se marchó era otra mucho peor.
            Obviamente, y como es más que normal, Bill Gates a cambio se forró y en muchos casos hizo un abuso total de poder (como los contratos que todavía tiene con las administraciones públicas españolas, quienes deberían haber usado siempre software libre. Pero vaya usted a exigir a los funcionarios patrios que se esfuercen en aprender otro SO del que tienen en casa pirata). Por mi parte, un hurra por Bill y bien merecida tiene su fortuna.
            Además resulta que después se ha dedicado a donar una cantidad ingente de dinero para cuestiones humanitarias (mucho más que la inmensa mayoría de los países) y está sabiendo invertir ese dinero de manera muy muy inteligente, por ejemplo luchando contra la malaria, una enfermedad a la que no se destinaba dinero ni público ni privado porque no afecta al primer mundo. Se estima que solo él ha salvado la vida a 5,8 millones de niños en África. Ahí es nada.

            Bueno, pues en España es nombrarlo y empezar a criticarle por H o por B. Yo creo que simplemente es envidia, el principal pecado castellano desde tiempos inmemoriables.

            Saludos,
            Adolfo

  13. No solo es el principal pecado castellano, sino andaluz. gallego, murciano, etc, etc desde tiempos inmemoriales. Me atrevería a decir que es el principal pecado español. Un saludo. Equus.

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