El expolio del Museo Arqueológico Nacional

Una de las ventajas de escribir un blog y no vivir de ello es que se pueden decir cosas que a muchos no gustan oír sin estar atado a las directrices de una línea editorial. Esas editoriales hacen que algunos de los sucesos más oscuros de nuestra historia reciente no son conocidos por la inmensa mayoría de los ciudadanos, y no porque no estén adecuadamente documentados, sino porque hay intereses políticos por parte de ciertas instituciones para que no se les dé publicidad. Por ejemplo, está mal visto todo lo que no sea decir que los (supuestamente) leales al Gobierno de la Segunda República durante la Guerra Civil eran unos santos varones, y a todo aquel que ose argumentar lo contrario se le tacha de franquista, fascista y no sé cuántas cosas más. Pero como los lectores del blog ya me conocen seguro que ninguno cae en el insulto fácil.

Uno de esos sucesos menos conocidos es el expolio de las monedas de oro de Museo Arqueológico Nacional (MAN) que se llevó a cabo por los gobernantes de la Segunda República durante la Guerra Civil Española. Yo me considero una persona bastante interesada por nuestro Patrimonio Histórico, y aún así no había oído hablar de semejante robo hasta hace unos meses, cuando se estuvo comentando en el blog. Luego vi que lo citaba Alberto J. Canto García en un artículo de Panorama Numismático y me puse en contacto con él para ver si me podía pasar más bibliografía al respecto. Me recomendó el artículo de Martín Almagro-Gorbea «El expolio de las monedas de oro del Museo Arqueológico Nacional en la II República Española» (publicado en Boletín de la Real Academia de la Historia CCV,1, 2008: 1-72) que me hizo llegar el propio autor por intermediación de Canto García. En el texto no citaré este artículo, pero supone mi principal fuente bibliográfica para escribir la entrada; recomiendo su lectura a cualquiera que quiera profundizar un poco más sobre este tema. Desde ya muchísimas gracias a los dos.

Como todos sabéis, el 18 de julio de 1936 parte del ejército español se levantó en armas contra el  Gobierno de la Segunda República. El golpe de estado falló, pero inició una Guerra Civil que, sin duda, es el episodio más triste de la historia reciente de España. En los días posteriores al pronunciamento la situación era absolutamente caótica en España y los asaltos estaban a la orden del día.  Grupos de milicianos (todavía idealizados por algunos) se autodenominaron ley en sus repectivos pueblos y muchas veces ejercían un abuso de poder: bastaba una mera sospecha para entrar en casa de cualquiera, fusilarlo y apropiarse de todos sus bienes; en el caso de las iglesias, ni siquiera hacía falta sospechar nada para sustraer todo lo que hubiese dentro de valor y prender fuego al resto.  En un país en el que la envidia ha sido siempre su principal pecado, nos podemos imaginar lo que esto suponía. Intentando controlar semejantes barbaridades, el Gobierno de la Segunda República constituyo la Junta de incautación de Obras de Arte, como una manera de centralizar estas actividades, ponerlas bajo el control del Gobierno y que no quedasen a la merced del abuso de poder de unos milicianos que en muchos casos no sabían ni leer. A la postre, esto fue como pasar de los chorizos de barrio al crimen organizado.

Al empezar la Guerra Civil, el MAN contenía más de 160.00 monedas y 15.000 medallas, lo que suponía una de las principales colecciones numismáticas del mundo. De esta colección el máximo responsable era Felipe Mateu i Llopis, un joven doctor valenciano más interesado en los temas históricos y bibliotecarios que en las cuestiones políticas y militares. Viendo que el panorama se ponía cada vez más oscuro, durante ese verano los Funcionarios Facultativos del Museo fueron escondiendo algunas de las monedas más importantes del monetario en las arcas que había en la planta baja para que, si se producía un saqueo, al menos ésas se salvasen. Allí metieron los oros de los Reyes Católicos y el medieval, incluyendo la dobla de Pedro I.

Cuando la Guerra se estabilizó y el frente rebelde se acercaba más y más a Madrid, las milicias y la Guardia Nacional Republicana tomaron el poder en el MAN, detuvieron a todos sus funcionarios a finales de septiembre e incluso a alguno le  fusilaron. Los objetos se embalaron y se apilaron para evitar que los alcanzasen las bombas y el museo se cerró.

La tarde del 4 de noviembre de 1936 apareció en el MAN un alto funcionarios del Ministerio de Instrucción Pública, Wenceslao Roces, junto con un Representante de la Junta de Incautación de Obras de Arte y varios milicianos armados. Desde allí llamaron a Felipe Mateu y al director del MAN y su orden era muy clara: requisar todos los tesoros de valor, y en especial las monedas de oro, que hubiese en el MAN para que pasasen a estar bajo el control de Ministerio de Instrucción Pública. Los responsables del museo eran consciente de que aquello era un expolio en toda regla y que con la excusa de proteger las monedas y que «no caigan en manos de los fascistas», las piezas que llevasen no iban a volver nunca a la colección.

Felipe Mateu fue forzado a desarrollar tan penosa labor y lo hizo lo más lentamente que pudo con la intención de ganar tiempo. Primero empezó buscando allá donde no había piezas de oro. Luego se fue a por las onzas españolas (que son grandes pero corrientes) y hacía pasar piezas de plata por ejemplares de oro y al revés aprovechando la poca luz que había por la noche. También tuvo que entregar los áureos romanos, los oros bizantinos, luego las monedas griegas… siempre intentando despistar algunas piezas aunque bien sabía que con ello se jugaba la vida. Mateu no hacía más que insistir que se anotase el peso y los ejemplares que se llevaban, pero con la escusa de que no había tiempo, lo único que se hizo fue volcar las bandejas de monedas en los gorros de los milicianos y hacer un cómputo global.

Como ya era muy tarde, dejaron la tarea y durmieron en el museo. La penosa tarea continuó al día siguiente y Mateu seguía con su estrategia de intentar despistar algunas monedas y, en otros casos, convencerles de que su valor intrínseco era mínimo. Así consiguió que los florines aragoneses y las monedas visigodas no se las llevasen. Pero en el Ministerio no entendía de trascendencia histórica y esa misma tarde volvieron a por las monedas visigodas, volcándolas de nuevo en gorros a pesar de que Mateu insistía de que muchas estaban partidas y los trozos se mezclarían. Que a un numismático amante de la historia le obliguen a participar en semejante barbarie es como si a una madre le obligan a fusilar a sus hijos.

La siguiente imagen es un extracto del acta de entrega, donde se indican los objetos que se llevaron. Como podéis ver, poco les importaba si los áureos eran de Nerón o de Trajano.

 

El Ministerio cerró las cajas, las precintó y se las llevó primero a Valencia y después a Cataluña, según se iba moviendo el Gobierno cuando el frente rebelde avanzaba. En Valencia se unieron con otros tesoros que el Gobierno de la Segunda República había robado a otros museos y a particulares, puesto que la política de saqueo por parte de ese gobierno no fueron hechos puntuales.

Para que os hagáis una idea de semejantes saqueos, basta con decir que el 23 de marzo de 1938 Francisco Méndez Aspe, Ministro de Hacienda, ordenaba la «nacionalización» de todas los bienes materiales en bancos privados, cajas y montes de piedad, con la finalidad de «salvaguardar los intereses de los titulares» y «garantizar en todo momento el contenido de las cajas». Eso se tradujo en que se abrieron las cajas fuertes de todas las entidades con sopletes y sin ni siquiera registrar qué es lo que había en cada una. ¿Para qué, si no pensaban devolerlo? Que nadie se crea que en esas cajas estaban las posesiones de poderosos magnates, sino que había alfileres, alhajas, relojes viejos, arras de boda… las pocas pertenencias de mínimo valor material que pudieran tener las personas humildes en una época tan penosa, y eran sus propios gobernantes los que se lo estaban robando.

Pero lo peor es que esos bienes no harían ningún bien al pueblo, sino que desde 1938, y sabiendo que la Guerra ya estaba perdida, altos cargos del Gobierno se dedicaron a sacar todo lo que pudieron a Francia. El propio Negrín (Presidente del Gobierno) reconocía en una carta del 23 de junio de 1939 que después ha sido publicada que él estaba compinchado con Méndez Aspe «conforme a un plan minuciosamente estudiado y preparado desde hacía mucho tiempo». Ese plan consistía en «asegurar en países […] todos los medios utilizables para remediar, en lo posible, el infortunio de nuestros compatriotas en la inmigración». Enorgulleciéndose de que «con cautela y rapidez, sin precipitaciones ni atolondramientos, se ha podido salvar lo que se ha salvado, resguardado por una posición jurídica lo más sólida dentro de lo viable». Y concluyendo con: «Nunca se ha visto que un gobierno o su residuo, después de una derrota, facilite a sus partidarios, como lo hacemos, medios y ayuda que ningún estado otorga a sus ciudadanos«.

Es decir, que había una mafia gobernando los últimos años de la Segunda República cuyo objetivo no era otro que sacar provecho personal de la situación y sacar de España tanto patrimonio como pudieran. Se llegó a tal punto de corrupción que Azaña cuenta cómo Méndez Aspe intentó en febrero de 1939 crear una sociedad anónima para poner todos los bienes del Estado español en el extranjero a su nombre. Esto, en román paladino, significaría crear una cuenta en Suiza en la que colocar todo lo que esa mafia hubiera sacado del país, entre lo que se encontraba toda la colección del Museo del Prado. Por eso, Azaña consideraba la actución del PSOE (al que pertenecían Negrín y Méndez Aspe) como «una política tabernaria, incompetente, de amigachos, de codicia y de botín, sin ninguna idea alta».

Esta mafia se llevó el tesoro del MAN junto con el resto de bienes expoliados a París, y allí estaba los primeros días de febrero de 1939. En total, el tesoro ocupaba más de 100 maletas, muchas de las cuales no tenían más que baratijas, pero nada se sabe a ciencia cierta. Aún así, se estima en unos 138,4 kilos de oro los que se llevaron. La idea de estos señores era llevárselo a Méjico directamente, pero tuvieron que sacarlo a toda prisa de Francia antes de que este país reconociese el gobierno de Franco, porque a partir de ese momento las autoridades francesas lo interceptarían para devolvérselo a España. Así que de París lo sacaron en barcazas hasta Rouen y de allí lo embarcaron hasta el puerto inglés de Southampton, donde les esperaba el yate de lujo Vita.

El Vita llegó a Veracruz el 1 de abril y de allí se llevó el tesoro a Ciudad de Méjico, donde pasó a estar al cargo de Indalecio Prieto, otro peso muy pesado en el PSOE que vivió estupendamente el resto de su vida en Méjico gracias a ese tesoro. A partir de ahí nada se sabe porque ha imperado la ley del silencio: ninguno de estos señores ha dicho absolutamente nada sobre qué hicieron con el tesoro del Vita; se han llevado el secreto a la tumba. Se dice que la mayor parte de las piezas de oro se fundieron aunque también se cree que algunas piezas numismáticas se vendieron en el mercado. Incluso hay quien apunta que la Hispanic Society of America se hizo con algunas.

Hoy en día a esta gentuza, lejos de considerárseles saboteadores, ladrones y expoliadores, se les está maquillando el nombre. No vale decir que eran tiempos de guerra: es un acto de sabotaje al Patrimonio de España y a ciudadanos humildes para su propio beneficio personal, abusando de su autoridad y de manera premeditada. Esto es algo que no se hizo en el bando rebelde ni tampoco en las revoluciones comunistas más salvajes (la Revolución Bolchevique, la Revolución Cultural de Mao…). Y hoy es el día en el que uno de los grandes partidos políticos de España, a la vez que pide que se investiguen los crímenes del franquismo, ponen medallas a Negrín y lo vuelven a reconocer como miembro del partido de forma honorífica. Si esto lo hubiese hecho Gila me hubiera reído, pero siendo Alfonso Guerra no le veo la gracia.

La primera foto es el aspecto del MAN en los año 30 (fuente). Los demás son trémises visigodos sacados de la próxima subasta de Áureo a nombre de Gundemaro, Suinthila, Chindasvinto y Egica. Podría haber puesto los retratos de los políticos citados, pero sólo Azaña lo merece.

45 comentarios en “El expolio del Museo Arqueológico Nacional”

  1. Tras leer la entrada me ha comentado Alberto Canto por mail que, en efecto, hay muchas habladurías sobre lo que ocurrió con las monedas (fundir piezas únicas no parece lo más inteligente para sacar tajadas de ellas). No obstante, en el inventario de la Hispanic Society of America no hay ninguna de las piezas únicas que fueron robadas al MAN. Ahora que se ha vendido la colección y que previsiblemente saldrá a subasta, se podrá estudiar con más detalle.

    @Néstor. Dicen los historiadores que si en 1939 estaban de acuerdo en algo todos los españoles era en su opinión sobre Negrín.

    1. Gracias por aclarar esta triste historia.Acabo de leer los Guardianes del Prado de Javier Alandes,y como alude a las monedas,he querido conocer la historia.

  2. Un artículo demoledor. Con cada párrafo mi ira iba en aumento, primero por el daño irreparable a nuestro Patrimonio Nacional y segundo por la gigantesca manipulación histórica que se perpetra en España por intereses políticos. En este último punto tenemos un problema grave en España, si no conocemos nuestra historia estamos condenados a repetirla.

    Incluyo el enlace a la publicación «El expolio de las monedas de oro del Museo Arqueológico Nacional en la II República Española»:

    http://www.rah.es/pdf/pdfmag/579-MonedasOro-MAN.pdf

  3. Me temo que muchos numismáticos españoles no conocen la historia del robo del oro de la mayor colección de monedas de España. Es un acierto que la cuentes en este blog.

    Prueba de la ignorancia general sobre este tipo de hechos de nuestra Historia es que los dos autores materiales del expolio, Wenceslao Roces y Rodriguez Moñino, son hoy en día honrados:
    http://www.wenceslaoroces.org
    http://caceres.callejero.net/calle-del-profesor-rodriguez-monino.html

    Y levantamos estatuas a Indalecio Prieto, el que se adueñó del alijo:
    http://www.guiaturisticamadrid.com/fotografias_de_nuevos_ministerios.php

    ¿Quién se acuerda de Felipe Mateu que se jugó la vida por salvar unas monedas?

  4. ‘Espinoso asunto’ sacas, Adolfo… yo tenía noticia del expolio hacía mucho tiempo, cuando me dediqué a estudir un poco que pasó durante la Guerra Civil; una vez ‘convertido’ en numismático, puedes imaginar lo que pienso del asunto.
    De todo lo robado, lo que resulta más penoso es seguramente la colección de moneda visigoda, que supone en el caso de las piezas únicas la destrucción (¿definitiva? dudo que muchas de esas piezas existan ya, la verdad, dado como son en mano los tremises visigodos, ‘poco atractivos’ a la vista del neófito) de una parte de nuestra historia con gran escasez de documentación directa.

    Pero lo peor, con todo, no es la perdida de la mayoría de la colección, si no la ignorancia generalizada del hecho, y el que no se ha reflexionado y extraido lecciones; seguimos con el animo estatalista desatado, lo que deja con muy poco margen de maniobra a los particulares que en un momento de caida de instituciones pretenden salvar como puedan parte del patrimonio de todos; sí, arrimo el ascua a mi sardina en la discusión sobre la conservación y propiedad del patrimonio, pero es que la historia, mal que les pese a los ‘desinformados (¿interesadamente?)’ estatalistas me da la razón; yo mis monedas las contemplo, desde el punto de vista de tenencia, como una suerte de ‘posesión temporal’ con un objetivo (uno de ellos, en realidad hay más, por supuesto), su conservación; y cuando dejen de estar en mi poder, espero que el siguiente tenedor de la titularidad lo haga con el mismo ánimo, para que mis denarios, mis reales de a 8, mis monedas medievales o los tetradracmas alejandrinos imperiales que tanto me gustan puedan existir y ser apreciados y estudiados por otras personas dentro de 100, 500 o 1000 años.

  5. Adolfo.
    En el semanario la Nación del 20 de Marzo trae un artículo sobre la salida del oro español en la guerra. Si lo deseas te puedo enviar las hojas por correo normal. También aparece un artículo sobre el expolio de Sijena.

  6. @Josean, estuve buscando el texto en Internet y no lo encontré. Gracias por el enlace, lo incluyo en la entrada y recomiendo que se lo lea todo aquél que tenga interés en el tema.

    @Zageri, muchísima razón tienes y justamente por ahí iba mi último comentario. Tiene narices que un estado democrático aplauda a esa gentuza y nadie recuerde a quien intentó evitar que cometiesen crímenes.

    @Carlos, ya sabes que soy más «estatalista» que tú, aunque compartimos una visión semejante sobre el deber de conservación del Patrimonio. No obstante, el problema no es quién custodiaba esas monedas durante la Guerra Civil, sino que los gobernantes hicieron un auténtico atropello. Si la colección de moneda visigoda del MAN hubiera estado en una caja fuerte privada hubiese corrido la misma suerte. Y si hubiera estado la colección medieval, posiblemente no se hubiese salvado ninguna pieza.

    @Julio, muchas gracias por el ofrecimiento, pero puede ser más sencillo que lo escanees y me lo pases por mail. En ese caso lo puedo colgar en el blog. Ahora mismo estoy fuera de casa (de nuevo) y no volveré hasta dentro de tres semanas.

    saludos,
    Adolfo

    1. Creo que me he explicado mal…. el problema con el monetario del MAN no fue el Sr. Mateu, que se jugó el cuello por salvar unas pocas monedas, si no el simple hecho de la acumulación en ‘manos públicas’. En una situación extrema como la que se dió su destino estaba más que cantado; si esa colección, la misma, hubiese estado mucho más dispersa, estoy seguro que se habrían salvado muchas más monedas, sobre todo si hubiesen bastantes particulares implicados, aunque hubiese sido por el simple sistema tradicional del enterramiento.

      El problema de base es justamente la causa que citas, la de los gobernantes que comenten el atropello… algo, por lo demás, muy normal; la condición humana es la que es, y el poder corrompe SIEMPRE.

      Con esto no digo que no deba haber patrimonio en propiedad pública, si no que los ciudadanos responsables y sensibles al tema deberían de ser muy precavidos ante la idea de que es bueno que todo (o la inmensa mayoría) lo sea, por que en realidad es el típico buen deseo que pavimenta el camino al infierno.

      Al final, de lo que se trata es de usar la estrategia de conservación más optima, adaptable a las circunstancias cambiantes de la sociedad, y más resistente a los efectos destructores del simple acontecer; y para ello creo que es vital que la distribución en la localización y en la supervisión sea o más diversa posible.

      1. Está claro que las buenas colecciones de monedas, tanto en los años 30 como ahora, están en cajas fuertes. Eso hace que, si las monedas hubieran estado en manos públicas, al abrir esas cajas (se abrieron todas las que estaban en el territorio controlado por los leales a la Segunda República) se hubieran requisado y el destino de las piezas hubiese sido el mismo.

        Claro que para entonces es muy probable que muchos de los propietarios hubieran sacado sus pertenencias de las cajas fuertes, hubieran «cedido voluntariamente» las menos importantes al Gobierno de la Segunda República y hubieran escondido el resto. Eso fue lo que hicieron buena parte de los que tenían dinero en el territorio controlado por el Bando Rebelde.

        Posiblemente hubiese sido distinto… o no ¿quién sabe?

      2. Me permito recordarle que, en 1936, el Banco de España, no era aún un Banco público, sino que tenía accionistas y clientes privados y así y todo robaron todo lo que había en sus cajas. Así que me parece que su razonamiento no es válido. Ese Banco no fue nacionalizado hasta 1962.

  7. Vaya por delante que no creo especialmente en la nobleza de nadie y que si creo que es preciso acercar las distintas visiones que haya de algo para acercarse a la verdad. Consecuencia de ello es que la prudencia es la mejor consejera a la hora de abordar cualquier cuestión que venga del pasado por las dificultades que presenta, mucho más cuando es difícil discernir lo que es verdad de lo que es relato interesado.
    Por ello quería hacer una observación que ni apoya ni desvirtua el artículo. Creo que sería justo aclarar que lo que en el artículo se denomina «Junta de Incautación de Obras de Arte», tenía una denominación real que era «Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico. Este órgano contó con gentes honestas que hicieron enormes esfuerzos, con riesgo de su vida, para poner a salvo objetos valiosos del arte español, tanto de instituciones públicas como de particulares. Algunos de los que fusil en mano fueron a proteger esto, eran milicianos que no sabía leer ni escribir pero eran capaces de admirar la belleza. En su conjunto llenan una de las páginas más honrosas de nuestra guerra incivil.

    No es mi intención hacer el elogio de nadie, pero creo que conviene recordar que el «expolio» se produce en un momento de bombardeos y amenaza de ocupación de la ciudad, momento que no hace nada fácil la ortodoxia en la formalidad de las entregas.

    Es evidente que igual que hay momentos muy honorables como la defensa del patrimonio del Museo del Prado e, insisto, también del de muchos particualres, por la propia naturaleza del material, es más fácil que pudieran pasar cosas que trascendieran de la justificación histórica al directo saqueo. Ni lo afirmo ni lo desmiento. Sólo creo que es muy reducido el número de fuentes como para hacer afirmaciones tan gruesas contra unos gobiernos y personas que tuvieron muchos enemigos políticos y sufrieron oprobio pero a los que las sociedades democráticas conservan respeto.

    Por tercera vez digo que no puedo hacer afirmaciones de dónde y por qué acabaron las monedas, sólo que la Real Academia de la Historia ya ha sido cuestionada en distintas ocasiones por sus visiones de aquel período, decantándose de modo manifiesto. Si además uno consulta el artículo y reparasa su bibliografía, se podrá encontrar como fuente con algún autor muy repudiado por la comunidad de historiadores y empreñado en reescribir la historia de aquel período, o lo que es lo mismo, volver a escribir la historia tal y como era conocida hasta hace casi cuarenta años. Se llama revisionismo.

    Tienes todo el derecho a escribir en tu blog lo que quieras y espero que no tomes a mal mi comentario. Sólo he querido separar a quienes en nombre de un gobierno legítimo hicieron esfuerzos impotantes de salvación en un momento de atropello a nuestro Tesoro, a nuestra cultura, y a la sociedad del momento. No discuto que, posteriormente, gente desesperada o delincuentes como hay en todas partes, cometieran tropelías, o no. Pero no creo que ni la Junta ni algunos representantes de la Republica citados merezcan el tratamiento que se les da en el artículo. Un cordial saludo

    1. Hay hechos incontrovertibles, ciñendonos a la historia del patrimonio español, que demuestran la catadura de los gobernantes, en este caso los republicanos, sobre el tema: empezando por el oro del banco de España, tercera reserva mundial antes del alzamiento, que acabó en Moscú.

      No, el esquilmado de las monedas está muy documentado, y no se salvan los malhadados gobernantes republicanos del asunto. Y ello a pesar de ser cierto los esfuerzos que realizaron muchas veces los combatientes de la Republica para salvar algunos de nuestros tesoros; pero no puedo olvidar como, en mi tierra, Valencia, muchos retablos de iglesias y conventos fueron destruidos por ‘turbas’, sobre todo durante el primer año de ‘gobierno’ del Frente Popular…

      Respecto de revisionismos, simplemente me basta conocer del caso de Andrés Nin, entregado en bandeja de plata por Negrín al NKVD.

      Y esto me demuestra una idea que tengo desde que empecé a estudiar la historia de la Guerra Civil, que es que no superaremos ni aprenderemos de aquel desgraciado episodio hasta que aceptemos todos que aquella no fue una historia de buenos y malos (a cada uno del bando de su gusto) si no una historia de malos y más malos, dejando a rienda suelta odios y venganzas larvados durante decadas (y tenemos episodios ruines de verdad en ambos casos, pasando por la chekas comunistas o los bombardeos indiscriminados que hacia la aviación ‘Nacional’ sobre las ciudades). Y que el resultado final no fue la derrota de la Republica y el triunfo de los Nacionales, si no una carniceria más (de las muchas de nuestra historia) en la que se dejaron la vida cientos de miles de españoles, la destrucción del país, y la cercenación del futuro de tres generaciones, todo para provecho de unos pocos, de uno y otro lado, fuesen vencidos o vencedores.

      Jose Manuel, tu discurso me resulta tan ‘políticamente correcto’ que simplemente me repele; la historia nunca es tan lineal ni simple, y si Francisco Franco era una grandísimo cabrón (a la par que excelente militar), Negrín no lo fue menos, ni en su condición de gobernante (uno de los peores de la Histora de España en mi opinión) ni en la de científico (uno de los mejores de Europa en su época, y tutor de Severo Ochoa). No, estos personajes no eran monocromos, como la mayoría de los protagonistas de primera linea decisoria; todos tenían sus colores, sus vergüenzas y orgullos, y sobre todo sus egoismos personales. Mejor nos hubiera ido si se hubiesen contentado con ser lo que eran, el uno militar y el otro médico-fisiólogo, y no se hubiesen metido nunca a ‘gobernar España’.

      1. Lamento sinceramente que mi discurso le repela y, sobre todo, que le parezca «políticamente correcto». se lo digo, con respeto, porque creo que no ha entendido usted nada de lo que escribía. Pero también es cierto que percibo que eso es así porque tiene usted una visión inequívoca sobre el período del que estamos hablando. Y le diré que lo que subyace, es como en el chiste: a usted le dan lo mismo los blancos que los hp de los negros.. Dicho de otro modo y siguiendo sus palabras, los hay malos y malísimos, pero usted se queda con los suyos. Da igual cuál de ellos es el grupo en el que estén. Tiene usted todo el derecho, pero, por favor, no me regañe. Porque yo no estaba hablando de eso.

        1. No hay nada que lamentar… esa finura en la disquisición, aunque es de agradecer ante lo que campa en el campo (histórico), al final es cojersela con papel de fumar. A mi me importa un rábano ser polémico y molestar si tengo razones de peso para argumentar algo; la razón y la verdad, por más compleja que sea, no es gris, lo grís es la visión que podemos componer de esta; quizás sea deformación profesional, en matemáticas algo es o no es, y no es asunto opinable ni relativo.

          Respecto a entendederas sobre lecturas, el que no ha entendido ha sido ud.; probablemente por que ha leído (interesadamente, aunque posiblemente de manera inconsciente) entre lineas lo que ha querido, asignando posturas que en ningún momento hago explicitas.

          Y yerra mucho; no, no me quedo con ninguno, por que malos y malísimos los hubo en los dos bandos, y por que las ‘culpas’ de que se llegara a donde se llegó yo entiendo que están ampliamente repartidas entre los integrantes de los dos bandos, empezando especialmente por la CEDA que pecó totalmente de ingenua y no hizo nada por neutralizar lo peor del PSOE y el Partido Comunista cuando se hizo meridianamente claro su proyecto revolucionario en Asturias.

          Pero lo que me ‘repele’ especialmente es el ‘halo’ de autoridad que presupone ud. en uno de los espectros de interpretación del acontecimiento; la autoridad vale = casi nada; que la historiografía ‘oficial’ siga un interpretación no me dice nada; si me tengo que posicionar, estudio la argumentación y compruebo la validez de esta; otra vez deformación profesional. El argumento de autoridad por sí solo está ya más que superado en este mundo, y está ud. en un ámbito (internet y una comunidad blogera) en que eso es más acusado todavía. Yo he estudiado algo el tema, lo suficiente para formarme una opinión, que aunque limitada creo suficiente para formarme un marco general conceptual de lo que pasó y por que pasó. Y si una ‘autoridad’ formula un marco diferente, de entrada voy a pensar que está equivocada, y si es necesario me estudiaría su argumentación para ratificar mi idea o cambiarla.

          Por tanto, si, ud. estaba hablando de eso; y pedía un respeto por figuras históricas que tienen episodios de una crueldad infinita; para mí, Juan Negrín queda del lado de la humanidad despreciable solo por el episodio del POUM y el final de Nin.

          Y por acabar, y volviendo al tema que tratamos: el hecho es simple, el expolio final del tesoro del MAN tuvo como objetivo principal asegurar el bienestar personal de unos mandamases republicanos en el exilio al que se encaminaban. Ni más ni menos; y eso está incontrovertiblemente documentado; ya, el juicio moral que queramos hacer del hecho queda al gusto personal de cada uno.

          1. Sé que ambos sois personas adultas, maduras y educadas. Espero que también lo hayáis notado el uno del otro y que el tono se relaje.

    2. Por supuesto que no me tomo a mal tu comentario, ya sabes que cualquier crítica argumentada me parece siempre positiva. No obstante, está claro que no estamos de acuerdo en muchas cosas. De hecho, mucho de lo que te iba a decir ya lo ha dicho Carlos.

      Efectivamente, no todos los milicianos eran saqueadores ni todos los gobernantes de la Segunda República o miembros del PSOE eran unos vándalos. Pero había muchos. El «miliciano medio» sería un chaval de entre 18 y 25 años, sin estudios o con estudios básicos y que no había salido de su pueblo. Coge a 10 de esos, dales un rifle de asalto y hazles creer que son la ley… pues eso.

      El expolio ocurre en un escenario bélico y se usa la guerra como escusa para el saqueo. Podría entender que el Gobierno de la Segunda República recaudase, de forma legal o ilegal, todo lo posible para financiar desesperadamente la Guerra o para atender situaciones extremas de la población; pero no, lo hicieron para meterse el tesoro del Vita en el bolso. Hay cartas en las que Negrín declara que aquello estaba planeado por él y por Méndez Aspe. Por mucho que se quiera revisar la historia es un hecho que Negrín afirmaba aquello en abril de 1939, no cabe otra interpretación posible.
      Por otra parte, igual que hay hechos de la Guerra Civil que todavía están muy oscuros y no hay mucha documentación, el expolio del MAN no es el caso. Hay muchos testimonios recogidos y está bastante claro cómo se llevó a cabo. Los que no abrieron la boca, ni siquiera en sus lechos de muerte, fueron los que tuvieron contacto con el tesoro una vez que estuvo en Méjico.

      En cuanto a lo de la RAH, en efecto ha tenido muchas críticas, al igual que últimamente las está teniendo la RAE. Y es que resulta que cuando una institución publica algo que no es políticamente correcto (o se quiere hacer que no lo sea, como con la defensa de la RAE al género neutro) aparecen periodistas, políticos e instituciones diversas que no quieren más que sacar tajada atacando a la institución. Con todo el tema de Franco y la RAH apareció un montón de gente poniendo a parir a la RAH de forma totalmente visceral. Aparentemente el problema estaba en que consideraban que Franco era autoritario pero no totalitario. Al parecer, la diferencia está en que un estado totalitario está al servicio de un único partido, mientras que en uno autoritario es un único partido el que está al servicio del Estado.
      Sinceramente, yo no me considero capaz de entrar en ese debate. Ahora bien, quien quiera debatir si Franco era o no totalitario tendrá que presentar evidencias y argumentos históricos que apoyen o no esa afirmación. Yo lo único que vi en los medios de comunicación fue a políticos y asociaciones atacando a la RAH sin aportar ningún argumento.

      Un saludo,
      Adolfo

      1. En la medida que el artículo es de tu blog y con tú también has tenido la deferencia de contestar, quisiera explicarte por qué hice el comentario, aunque cre que sólo con leer el primer párrafo del mismo quedaba bastante claro. Entendía ( y entiendo) que éste era una asunto que pedía prudencia. Y lo hacía en el convencimiento de que el artículo, escrito por una persona joven y amante de la numismática, era sobre un asunto poco documentado, y en lo poco documentado, hecho por personas posicionadas en un extremo del espectro ideológico afín a los ganadores de la guerra y de la redacción de su historia. En definitiva, quería evitar la ingenuidad que llevaba a escribir un artículo con palabras bastante gruesas sobre personas que tienen una consideración histórica salvo que uno quiera conocer nuestra historia de la mano de Pío Moa y adláteres. A lo mejor la ingenuidad era la mía.

        1. José Manuel, como bien dices soy una persona joven y en temas históricos no paso de tener una cierta cultura general. Ahora bien, sí que me considero una persona crítica capaz de distinguir un texto bien argumentado de un panfletillo propagandístico. La lectura crítica es una habilidad indispensable para hacer una tesis, .

        2. José Manuel, como bien dices soy una persona joven y en temas históricos no paso de tener una cierta cultura general. Ahora bien, sí que me considero una persona crítica capaz de distinguir un texto bien argumentado de un panfletillo propagandístico. La lectura crítica es una habilidad indispensable para hacer una tesis, que es a lo que me dedico.

          Como digo, el texto principal en el que me baso para escribir el artículo es el de Martín Almagro-Gorbea y aunque he leído otras cosas, tampoco es que haya hecho un estudio bibliográfico antes de escribir la entrada (no estamos para eso, evidentemente). En ese texto se citan y se reproducen documentos originales, que se pueden leer e interpretar cada uno por su cuenta. Para mí está bastante claro que los últimos gobernantes de la Segunda República actuaron en beneficio propio. Hay cartas suyas donde así lo expresan, también se recogieron los testimonios de los funcionarios del MAN, de milicianos encargados de abrir las cajas fuertes, de personas que estuvieron en el último congreso del PC en la Guerra Civil y explicaron cómo lo único que se hizo fue desmontar relojes y joyas para llevarse el oro a Francia…
          Yo creo que está más que acreditado que no eran trigo limpio, como por supuesto, tampoco lo eran los asesinos que gobernaban en el otro bando.

          Por si quedan algunas dudas todavía, con esta entrada no pretendía manchar el nombre del PSOE ni nada así. Si ZP no tiene la culpa de la crisis, menos lo va a tener de algo que ocurrió muchos años antes de que él naciese :D
          Lo que pasa es que son hechos poco conocidos (ya ves cuántos han dicho que son amantes de la numismática y no habían oído hablar de ello) porque a buena parte del espectro político de este país no les interesa que se sepa. Igualmente, tampoco se critica a Cánovas del Castillo, que es el referente ideológico del PP.

          Un saludo,
          Adolfo

          1. Ahí das en el blanco totalmente, Adolfo… un hecho tan reprobable como el robo descarado de una parte (parcialmente insustituible) del Patrimonio Español está totalmente ‘olvidado’ por que interesa… igual que interesa enterrar muchísimas otras cosas. Mi favorita (por que me toca de cerca) quizás sea el gran apoyo que tuvo Franco durante y después de la Guerra en Cataluña. Y después, por la trascendencia que tuvo en la contienda y lo significativo para la Republica, la ‘Traición’ del PNV al rendir el Ejercito Vasco en Santoña.

            Pero volviendo al tema que toca… es evidente que la razón de la ocultación son los actores implicados, y su filiación política de entonces; pero demonios, que alguien me explique que tiene que ver el PSOE de 1936-1939 con el actual; si hasta el origen de base de sus dirigentes actuales es totalmente diferente.

            Pero bueno, eso es pedir peras al olmo en este país. El caso es que una de las grandes colecciones de moneda mundial quedó muy mermada por la guerra, y aún a pesar de lo extraordinario del acontecimiento la comunidad numismática ignora (¿mayoritariamente?) el hecho. Mal… esto es algo para reflexionar, ya que me sorprende muchísimo algunos comentarios que hemos visto aquí de aficionados sorprendidos que no conocían el hecho.

    3. Durante la II Guerra Mundial hubo bombardeos mucho más frecuentes y situaciones más angustiosas y a ningún Gobierno se le ocurrió robar esos tesoros. En cambio, sí se lo llevaron algunos jerarcas nazis, como botín de guerra y, como todos sabemos, muchas de esas obras de arte siguen aún perdidas.

      1. Adolfo Ruiz Calleja

        ¿Quieres decir, entonces, que el Gobierno de la Segunda República trató a SUS PROPIOS CIUDADANOS igual que los nazis trataban a los habitantes de las zonas que invadían?

        Pues no sé si eso les deja en muy buen lugar…

  8. Es increible , en todo el tiempo que llevo en el estudio de la numismática ( toda mi vida), nunca había escuchado esta noticia, noticia desastrosa sin duda alguna para el patrimonio de España, pero y del pobre Felipe y su director , tuvo que ser durisimo para ellos ver impotentes como apilaban tan semejante tesoro, y como vivirían el resto de su vidas , seguramente más de una vez dirian si lo fueramos escondido , en fin enhorabuena por el artículo , un saludo.

  9. Otro trocito de Historia, nuestra historia que no conocíamos… pero esta vez sin estar orgullosos de semejante episodio. Supongo que en todos los paises habrán pasado cosas similares… una penica.

    Te voy a poner una cita traducida, que me dio que pensar…

    No somos poseedores de nuestras monedas, sino que pagamos por el privilegio de ser su custodio por un breve periodo. Somos responsables ante futuras generaciones de las decisiones que tomemos.

  10. Estremecedora historia Adolfo, más de una lágrima se me ha salido imaginando los esfuerzos de Mateu, y perfectamente documentada; pretender leer entre líneas es imposible, los hechos fueron como fueron y el único adjetivo que se me ocurre en estos momentos es que «vaya HDP».

    Pero lo que de verdad me duele en el alma es que en 10 días saldrá una horda a la calle voz en grito reclamando la devolución de una presunta legitimidad arrebatada en ese maldito día de 1936.

    Me quedo con tu frase, no hubo buenos y malos, malos todos, aprovechándose de pobres diablos que ya bastante tenían con lo suyo y un odio visceral en el que toda España se enfrentó con ella misma, ¿y para qué? si tras casi 80 años de aquello sigue a flor de piel.

    Lo que me parece complicado es pensar si una colección privada estuvo mejor defendida que la del MAN, tenemos el ejemplo del bando nacional y su laboratorio del oro en el que mediante donaciones forzada estas monedas hubieran acabado desaparecidas también. Malos tiempos para la cultura, malos años los que se vislumbran desde hoy y condenados estamos por haberlo olvidado este suceso tan pronto, si es que alguna vez se recordó.

    Pobre España :(

    Historia y Numismática

    1. No sólo sufrió Mateu por estos robos descarados, en el caso del Banco de España, el propio cajero general del mismo, tras recibir a los funcionarios del Ministerio de Hacienda, acompañados por milicianos y carabineros, con la orden de llevárselo todo, subió a su despacho y se suicidó. Varios consejeros del Banco dimitieron por su desacuerdo con ese Decreto.

  11. La escalofriante anécdota que comentas Adolfo es clara representación, como bien dices de la historia de nuestro país. Leí sobre ella en un folleto del Gabinete Numismático del Museo Arqueológico Nacional y es digna de mención. Cuesta creer como aún hoy en día conservamos tal cantidad de patrimonio con los acontecimientos que llevamos acarreados los españoles. Ahora bien, dado que el artículo, como bien explicas, queda libre de presión financiera alguna, echo en falta englobar el hecho de una forma más general. Quiero decir que sin quitar culpa a la organización del bando republicano en este y otros asuntos, el otro bando parece quedar inocente de todo el asunto. En cristiano, que si los nacionales no se hubiesen alzado ni cometido otra sarta de crímenes semejantes a los que se mencionan en el artículo ahora gozaríamos de la susodicha colección en el museo. No se puede culpar directamente a una panda de forajidos de destruir o vender unas monedas porque, en mi opinión, las causas son mucho más graves y engloban todo el contexto de la sociedad española. Si por ejemplo tenemos en cuenta los índices de alfabetización y nutrición de la media española de aquella época, podríamos deducir que, en esos instantes lo que menos importaba a la población española era su colección de monedas. En esa guerra se perdieron 1.000.000 de vidas humanas entre los dos bandos. Y fue precisamente la educación lo que les faltó a esas personas en ese momento. Educación que a muchos no interesaba que tuviese la sociedad española y que fue uno de los pilares de la malograda y desastrosa república, que no hubiese necesitado vender su oro a Rusia si las democracias europeas hubiesen echado una mano (de lo cual se arrepentirían tres años después)ni tampoco se hubiese radicalizado tanto el panorama político. Aunque también la República podría haber decidido claudicar el primer día y entregar España en bandeja a los militares africanos, opción que habría ahorrado ese millón de vidas humanas y de paso el oro de las monedas. También los militares africanos podrían haber respetado el resultado electoral…Hablando de la Guerra Civil y de la Numismática me temo que es más pacífico hablar de las monedas que se acuñaron en el período… O bien ceñirse al hecho en sí, puesto que seguramente haya más personas como yo que gustosamente, y sin defender los crímenes del bando republicano, hubiesen empeñado ese oro y más por evitar los 40 años de historia posteriores. Monedas sí. Sacrificio injusto de vidas inocentes, crimen organizado, bandalismo, quema de conventos, persecución por ideología o creencias religiosas no.

    1. No había leído este post y me quedo con el final publicado por Miguel hace 7 años y que cito textualmente:
      «…puesto que seguramente haya más personas como yo que gustosamente, y sin defender los crímenes del bando republicano, hubiesen empeñado ese oro y más por evitar los 40 años de historia posteriores. Monedas sí. Sacrificio injusto de vidas inocentes, crimen organizado, vandalismo, quema de conventos, persecución por ideología o creencias religiosas no.»
      Mi abuelo paterno, en el bando republicano, fue abatido en el frente de Ubidea, su cuerpo no fue encontrado. Mi abuelo materno, en el bando nacionalista, sirvió como correo a caballo y vivió la crueldad de la guerra durante años, aunque tuvo la suerte de sobrevivir sin matar a nadie. Esta es una de tantas historias tristes que causó la guerra. Mi padre, huérfano de padre, trato a su suegro como a un padre pero nunca hablaban de política.
      Detrás de las ideologías políticas en ocasiones se esconden personas egoístas y crueles. Si politizamos los actos cometidos por estas personas estamos cometiendo un grave error dejándonos llevar por fanatismos injustificados que nada tienen que ver con la realidad. La realidad es que un fulano ordenó saquear el Museo ,no sabemos muy bien con que finalidad, y que probablemente mas de uno se lucró finalmente con lo que de allí se sustrajo. Si pertenecía a uno u otro bando me parece irrelevante, lo mismo de irrelevante que su estatura, el color de su pelo, o si tenia bigote o no.
      Saludos

    2. Me permito recordarle que Hitler llegó al poder, tras unas elecciones, en el país más culto de Europa, Alemania. Yo creo que el problema no es la educación, sino la falta de control democrático sobre los que gobiernan. Un ejemplo de ello fue que, tras su llegada al poder, promulgó la Ley Habilitante, por la que se otorgó plenos poderes y fue refrendada por su parlamento. La propia II República tampoco tuvo nunca una vocación muy democrática. No hay más que ver su Ley de Defensa de la República y su continua censura sobre la prensa.

  12. A Adolfo: He escrito una contestación a la que me dedica Carlos y entiendo que se ha perdido debido a que no había puesto los datos de identificación. Quizás sea mejor así. No estoy de acuerdo pero creo que no tiene ningún sentido llevar una discusión por una lado que yo no he planteado.

    Te ruego que disculpes si ha ha habido un tono encendido. No era mi intención alterar el tono mesurado y centrado en el coleccionismo de este blog. Por mi parte no va a haber más.
    Sólo quisiera, citarte una cosa, puesto que tu planteas dudas entre distinguir totalitario y autoritario. En líneas generales, autoritario era el General Primo de Rivera. Totalitario era el régimen del General Franco. Afortunadamente la derrota de sus amigos nazis y fascistas le obligaron a cambiar la apariencia.Las democracias occidentales lo toleraron en un ámbito histórico como es el de la Guerra Fría, pero el desprecio político y el ninguneo internacional lo pagamos todos los ciudadanos. Aunque ahora se pretende revestir de travertino aquel período, era negro como el hollín y conviene no hacer bromas con ello.
    Si quieres conocer algo más del corpus doctrinal de este período, puedes ver la obras de José antonio para ver los principios del régimen y continuar, para conocer lo que pensaba el régimen al final, por pluma de uno de sus intelectuales orgánicos: el «Crepusculo de las ideologías» de Gonzalo Fernández de la Mora. Si no lo localizas y como buen coleccionista, puedes buscar alguno de los textos de Formación del Espíritu Nacional que nos vimos obligados a estudiar los de mi época. Allí está muy bien explicado como se construye el estado a través de la familia el municipio y el sindicato y lo que es el Estado Corporativo. Nuevamente, lo siento. Buen fin de semana. Mis disculpas a todos los contertulios.

    1. No te preocupes, no hay por qué pedir disculpas. La discusión ha sido acalorada, pero creo que se han respetado los mínimos y no creo que nadie se haya sentido ofendido.

      Me apunto tus referencias bibliográficas, aunque tampoco es un tema que me apasione. Muchas gracias por ello. Yo de política me quedo con otro libro: «La sociedad abierta y sus enemigos» del magnífico Karl Popper.

      Un saludo,
      Adolfo

  13. No voy a ser yo quien defienda a cualquier cabrón que destroce el patrimonio, al infierno con él y con todos los que cometieron crímenes y abusos.

    Pero sin guerra eso no hubiera pasado, es la fruta del árbol prohibido, todo queda contaminado a su contacto y creo recordar quién la empezo. Hay unos agresores y unas víctimas y entre las víctimas, un montón de indeseables o ¿es que pensais que entre las mujeres víctimas de violencia de género, por decir algo, no hay personas odiosas? ¿y que? eso no justifica meterlo todo en un solo saco. Invierto el argumento: seguro que entre los agresores en violencia de género hay personas apreciables por muchas cosas, ¿y que? eso no las salva de su bárbarie.
    Esto no es historia ni ideologia, es ética. Asentado el principio general, después se puede ir uno por uno y ponerlo en su sitio particular.

    1. Antes de la guerra, fue muy habitual el asalto y la quema de iglesias y conventos, junto con todos los tesoros artísticos que había en ellos. No me refiero sólo a los objetos de culto, sino a todo tipo de obras de arte. Aparte de la violencia callejera, que se tradujo en varios miles de muertos.

  14. No estoy de acuerdo. Esto es un robo que se realiza en un escenario de guerra, pero no significa que la guerra sea la culpable. Si esos señores hubieran tenido el mismo poder, aunque no hubiera habido guerra (por ejemplo, siendo presidentes electos democráticamente) seguro que también hubieran abusado de su poder.

    Echar la culpa a la guerra de este robo sería tanto como echar la culpa al capitalismo de los atropellos que hacen ciertos individuos a los trabajadores de hoy en día.

    Como siempre, no es más que mi opinión.

  15. No se si hubieran robado en otro contexto, es probable, pero esto en concreto lo dudo mucho, tu mismo reconoces su excepcionalidad:
    «Esto es algo que no se hizo en el bando rebelde ni tampoco en las revoluciones comunistas más salvajes (la Revolución Bolchevique, la Revolución Cultural de Mao…).»

  16. Interesantísimo el reportaje, pero si es cierto que tiene una cierta carencia hacia la derecha, jajajaja. Me gustaría recordar, lo que hicieron despues otros, en un contexto no de guerra con nuestro patrimonio histórico y cultural. Y recordar que hay una película llamada los santos inocentes, que de vez en cuando habría que visionar, para ver los bueno que fueron aquellos salvapatrias.

    Un saludo.

  17. soy de Mexico, y no deja de ser una pena con lo que paso al tesoro del vita,
    no dudo que una parte de ese tesoro este oculta o enterrada en algunas casas del centro del D.F., sin que nadie lo sepa, tambien creo que una gran parte de ese oro fue fundido para hacer lingotes, ya fundido se desaparece la evidencia. y gran parte se la quedaron los involucrados directos para vivir como reyes……. pero que hay del clavo de Cristo y otras cosas….. el misterio persiste.

  18. Después de leer tu comentario sobre la RAH y Franco me resulta muy difícil confiar en tus testimonios, así que intentaré cotejar la información por mi cuenta.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Cotejar la información y comprobar las fuentes siempre es muy recomendable. Por eso siempre incluyo enlaces a mis fuentes e invito a los lectores a que las amplíen.

  19. Me gusta tu artículo y estoy de acuerdo contigo, la biblia de «San Luís», es otra prueba que no no lo hicieron para «socorrer» a los republicanos que se quedaron después de la guerra y que muchos fueron presaliados o los que acabron en campos de concentración en Francia, fue para vivir un exilio más como reyes, que como republicanos.

    1. Hola Juan Carlos.

      El artículo que citas es este: https://elpais.com/cultura/2020-11-12/el-oro-que-nunca-salio-de-madrid.html

      No tengo cuenta en El País, por lo que no puedo leer más que el primer párrafo. De todas formas, parece que han encontrado siete de las monedas que se daban por perdidas. Del resto de monedas saqueadas nunca se supo.

      Curioso también que digan que son «monedas perdidas durante la Guerra Civil» en vez de «monedas saqueadas por el Gobierno Republicano durante la Guerra Civil».

      Saludos,
      Adolfo

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