Falsacionismo numismático

Karl Popper es uno de los más grandes filósofos del siglo XX, sino el mayor. Entre otras enormes aportaciones introdujo el concepto de falsacionismo, el cual fue importantísimo para la filosofía y la epistemología de la ciencia durante las décadas venideras. En dos palabras, el falsacionismo es considerar que una sentencia científica debe poder ser refutada y se considera verdadera mientras que no se haya refutado. Por ejemplo, si digo «todos los cuervos son negros» esa sería una sentencia científica muy significativa y que nos creeremos hasta que no aparezca un ejemplar de cuervo que no sea negro; en cuanto aparezca uno ya nos lo dejamos de creer, la sentencia pasa a ser falsa y habrá que buscar otra teoría que sea refutable pero que no se haya refutado aún. Se podría decir que hoy casi todos los filósofos que se encargan de estudiar la ciencia parten de esas bases falsacionistas y que a la hora de hacer ciencia, todos los científicos siguen (consciente o inconscientemente) esas teorías.

Yo suelo aplicar las teorías falsacionistas a la numismática cuando se trata de detectar monedas falsas. Yo veo la moneda y pienso en una serie de características que pueden presentar las monedas falsas más comunes.  Si no las cumplen y además es una moneda que conozco bien y que me parece buena, pues la tomo como buena y así la considero. Pero eso no me garantiza en sí que la moneda sea auténtica, quizá la han falsificado muy bien y me la han colado. Pensaréis que si digo esto es porque no entiendo demasiado de monedas y por eso no puedo estar seguro de que la moneda sea buena o no, pero nada más allá de esto: creo sinceramente que nadie puede asegurar al 100% la autenticidad de una moneda sin más que hacerla pruebas en un laboratorio; a lo mucho puede decir que ha hecho una serie de pruebas y que todas ellas dan negativo, de lo que se deduce que la moneda se considera auténtica. Esto es y será así independientemente del número de cápsulas que tenga la moneda y de pegatinas que tengan esas cápsulas.

El otro día, Darío escribía en su blog siete consejos para evitar que nos cuelen moneda falsa y otra entrada en la que habla de la falsificación de monedas en China. Al parecer se está dando la voz de alarma por la inmensa cantidad de falsificaciones de altísima calidad llegadas de China que se centran sobre todo en la moneda americana. Mi opinión es que por ahora se centran en la numismática americana porque en ella hay muchísimos ejemplares de monedas en perfecto estado de conservación que se pagan a altísimos precios, por lo que sale mucho más rentable falsificar «en serie». No tendría sentido hacer de repente dos mil piezas de un real de Enrique II en calidad SC porque no habria mercado para absorver tanta moneda, pero sí puede tener sentido hacer mil monedas de un dólar de 1885.

Claro que se podrían hacer cinco buenas copias de un real de Enrique II, pero eso quizá no salga rentable por el principio de economía de escala: sale muy caro hacer una buena copia, pero una vez que tienes una hecha hacer las 100 siguientes es muy barato. Vamos, que hacer 5 copias no es rentable, pero hacer 5.000 sí.  Pasa lo mismo con el ordenador con el que estáis accediendo a estas líneas: dentro hay varios chips que contienen procesadores que tienen integrados miles de millones de transistores, y el coste de fabricación de esos chips es de unos pocos céntimos por el simple y llano hecho de que hacen decenas de millones de chips exactamente idénticos.

Una vez dicho esto, ¿cómo podemos defendernos ante una posible invasión de monedas falsas de altísima calidad que inunden el mercado? Pues en mi opinión hay que echar mano del concepto filosófico del aura, que ya introdujimos en el blog hace unos meses. ¿Quién decía que la filosofía no sirve para nada? Recordándolo brevemente, el aura es lo que diferencia a una obra de arte auténtica de su réplica exacta: es el recorrido histórico de esa obra de arte lo que diferencia la auténtica de la copia. Así pues, ante la imposibilidad de garantizar la autenticidad de la moneda, creo que sería interesante certificar el recorrido histórico de la misma.

Muchas de las monedas de alta calidad están perfectamente identificadas y se sabe el recorrido que han tenido. Lo malo es que en las subastas españolas, al contrario que en las de otros países, muchas veces se esconde la procendencia de las piezas y no se hace explicito de dónde provienen a pesar de que eso sería un valor añadido. Eso es algo que ya hemos comentado varias veces en el blog, y la verdad es que nunca hemos llegado a ninguna conclusión al respecto.

De todas formas, creo que para los que no podemos adquirir monedas de tan alta calidad sí que sería interesante hacer constar para las mejores monedas que tenemos, la procedencia de las mismas. Esto no significa que vayamos a tener que encapsular nuestras monedas, pero siempre es interesante contar con el papelote y la factura de la casa de subastas en la que la hayamos adquirido, o pedir al profesional al que se la compremos un certificado de autenticidad. También sería interesante que hubiese una empresa que diese el servicio de registrar monedas y a qué colecciones pertenecen, lo cual sería muy útil para garantizar la autenticidad en un futuro o para identificar las piezas si éstas son robadas. Yo no conozco ninguna empresa que proporcione este servicio.

La primera imagen es el retrato de Karl Popper, el resto están sacadas de esta entrada del blog de Susan Headley, que también habla de las falsificaciones chinas.

9 comentarios en “Falsacionismo numismático”

  1. Un post de numismatica en el mencionas conceptos de Karl Popper, Adolfo nunca dejaras de sorprenderme!.

    Yo soy seguidor de la escuela austriaca, de hecho mi nick es en honor a Friedrich Hayek, Popper estaba bastante cerca de las posturas de los austriacos.

  2. jeje,

    ya sabes que para mí lo más divertido es enlazar conceptos aparentemente disjuntos. Tender puentes entre una disciplina y otra es algo que me encanta y que hago siempre que puedo, aunque hay que decir que hacerlo bien es muy muy difícil.

    A mí el círculo de Viena me parece uno de esos milagros que ocurren una vez cada unos cuantos siglos. Es espectacular que practicamente todos los filósofos más importantes del siglo XX hayan vivido en Viena en los años 20, y también científicos, economistas, escritores, artistas… Lo que digo: un milagro. Otros de esos milagros serían la Grecia clásica o el Siglo de Oro español. No hay muchos más, a mi entender.

    saludos,
    Adolfo

  3. Simplemente GRACIAS, mientras siga leyendo tu blog ningún día me iré a la cama sin aprender antes algo nuevo (ya sea numismáticamente, filosóficamente…………….. o humanamente hablando).
    Que no cese tu labor didáctica.
    Un saludo.

  4. Hace unas semanas me comentó un numismático profesional de Valladolid que en China falsifican Reales de a Ocho «columnarios». ¿Es cierto? ¿Alguien sabe cómo se distingue el falso del auténtico?

  5. Hola Adolfo:
    Nunca me había interesado por la numismática, pero después de ojear tu blog, esto de las moneditas parece un mundo fascinante y a la vez complicado, lo digo por todos los conocimientos que parece hay que tener, pero me ha sorprendido mucho el campo tan grande que abarca todo esto y quien sabe… Igual hasta le tomo le aficción.
    El tema de dar contigo, viene por 2 monedas de oro, regalo de mi madre que a su vez las heredó de su abuela.
    Una es de Vittorio Emanuele II del año 1862 y la otra también de oro es de
    Victoria D: G: Brit: Reg: de 1892 con el Santiago por detrás.
    Las 2 están muy bien y no se han usado (puedo mandarte fotos). Llevan guardadas muchos años.
    También tengo otra de oro (22 quilates)con su certificado de garantía, es la medalla oficial conmemorativa de los XXX años de paz, emisión de Numástica Iberica S.A. Por una cara sale Franco y por detrás es muy bonita, lleva unos grabados con unas palabras.
    El motivo de mi consulta, es por si me puedes orientar en Madrid donde vivo, a quien puedo acudir de «Confianza» para que me oriente del precio que debo pedir para ponerlas en venta, he leído en tu blog los comentario que hacéis de Ebay, pero nunca he utilizado ese medio y no lo entiendo muy bien, tampoco me importaría pagarte por tu asesoramiento (me parece muy bien que no trabajes gratis) pero después de leer tu blog me pareces un entusiasmado de la numismática y un chico honrado.
    En espera de tus noticias te mando un saludo. Esther

    1. Me alegro de que mi blog despierte tu interés sobre la numismática. Ya ves que es una afición muy bonita de la que se puede aprender un montón de cosas.

      En cuanto a tus monedas, siento decirte que no valen gran cosa. La primera es una moneda de oro muy común que se compra y se vende como oro. La segunda no es una moneda, sino una «invención» hecha por una empresa privada que no tiene ningún interés desde el punto de vista numismático. De nuevo se compra y se vende como oro.

      Un saludo,
      Adolfo

  6. El concepto del «Aura» trasciende a la capacidad de rastrear el pasado de una determinada pieza, naturalmente. Determinados objetos están «marcados» desde su creación o bien desde el momento en que comenzaron a desempeñar una determinada función, incluso si este papel fue puntual. Es un concepto que hunde sus raíces en lo más profundo del judaismo y que seguramente Benjamin desarrolló de manera consciente o inconsciente. El aura o esencia de un objeto (no solo de un objeto artístico) va más allá de ser un mero concepto filosófico aunque su demostración ya formaría parte del ámbito de la fe y la sensibilidad.
    Buen trabajo, Adolfo, citar a Walter Benjamin ha sido un acierto.

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