En efectivo

Me imagino que a estas alturas mis lectores más fieles ya se habrán dado cuenta de que mis conocimientos sobre economía son más bien escasos. De hecho yo diría que son muy escasos. El poco dinero que tengo lo invierto siguiendo mi propio sentido común, y como el que poco tiene poco puede perder, duermo tranquilo por ese lado. Pero la cuestión es que el otro día hablé con un colega al que le gustan los temas de inversión en bolsa y esas historias y me introdujo un término la mar de curioso: Market Timing.

Según entendí, el Market Timing viene a ser algo así como una estrategia en la que se compran acciones sólo cuando se considera que están baratas y en un futuro subirán de precio. Es espectacular cómo los entendidos en economía generan términos y crean abstracciones para obviedades de perogrullo: si se quiere hacer dinero hay que saber comprar barato, fíjese usted qué cosa tan rara. El asunto de la cuestión (según entendí a mi colega) es que el Market Timing no es en sí un axioma para realizar compras, sino una estrategia de inversión, es decir, que hay que saber gestionar el dinero líquido del que se dispone para poder tener dinero y realizar una compra importante cuando se cree que la oportunidad es buena.

Eso ya me pareció otra cosa, porque no es tan fácil saber ver qué inversiones son una verdadera oportunidad y tampoco gestionar el dinero de manera que se pueda invertir cada vez que se nos presente una oportunidad. No lo veo nada sencillo, pero muchas veces en la numismática es lo que hay que hacer: ser paciente y esperar a encontrar monedas baratas para poderlas comprar, aunque haya veces que tengamos que estar meses sin adquirir ni una sola pieza. Si el presupuesto de alguien para comprar monedas es de 50 euros mensuales (por poner una cifra), no le recomendaría gastarse 50 euros al mes, porque puede ocurrir que un mes le ofrezcan por 300 euros algo que podría valer 600 y si no tiene dinero se verá obligado a dejar pasar la oportunidad.

Así pues, aunque no nos tomemos la numismática fundamentalmente como una forma de inversión, sino más bien como un coleccionismo y una afición, creo que es buena idea para los coleccionistas que se manejen un poquillo disponer siempre de algunos miles de euros en líquido, no vaya a ser que aparezcan oportunidades. Evidentemente, con los tiempos que corren hay mucha gente que ya le cuesta poder llegar a fin de mes de la mejor forma posible, pero en el caso de que tengamos algunos ahorrillos quizá no sea la mejor idea meterlos todos en un plazo fijo: si nos sale una buena oportunidad cada cinco años, ya sólo con ella sacaremos más que habiendo mantenido Letras del Tesoro durante todo ese tiempo.

Ahora todo el mundo estará pensando en lo mismo: ¿y de dónde saco yo esas oportunidades?. Bueno, pues hay que saber buscarlas (e identificarlas una vez que se encuentren, que tampoco es nada fácil) y claramente no voy a dar datos concretos porque entonces me las quitáis a mí, pero dejaré algunas pistas:

Hay veces que los profesionales se confunden. Hoy en día, con el fácil acceso a la información que se tiene es raro que un profesional se confunda a la hora de tasar alguna moneda, pero se dan casos.  Puede ser que cierto resello lo considere común y no lo sea, puede ser que no haya visto una variante que presenta la moneda… hay veces que mirando en numismáticas nos llevamos alguna alegría.

Podemos comprar una colección entera. Esto se da generalmente cuando un coleccionista muere y los herederos no tienen interés en la numismática. Si son un poco listos no irán directamente a una numismática para que les den un único precio, sino que se pondrán en contacto con gente por Internet para ver qué oferta pueden tener. Una colección forjada durante años bien puede costar varios miles de euros y al adquirirla como un todo lo normal es que nos deje un buen margen para revender algunas piezas y quedarnos con otras a muy buen precio.

Podemos hacernos con lotes de monedas baratas, de forma que aunque cada pieza por sí sola cueste poco en global el lote suponga un desembolso.

Quizá algún conocido necesite dinero y nos ofrezca una piezas a muy buen precio (aunque no hay que caer en la usura, siempre hay que dar un precio razonable).

– Puede ser que algún amigo haya tenido alguna de las oportunidades de antes y esté dispuesto a vendernos a bajo precio buena parte de lo adquirido para recuperar la inversión rápido aunque ello le suponga tener un margen de beneficio menor.

Antes de que haya malas interpretaciones de la entrada, comento que NO estoy diciendo que sólo hay que comprar cuando se presente una ocasión así. Hay quienes lo hacen, y sólo compran cuando tienen un descuento de un 50% con respecto al precio de mercado, aunque compren una vez cada dos años. Yo recomiendo jugar con márgenes más ajustados y también comprar monedas por el simple y llano hecho de que nos gustan. Pero también hay que pensar que es una pena dejar pasar una buena oportunidad por no tener liquidez; hay que hacer algo para que no nos pase.

Las fotos se corresponden con dos monedas de oro castellanas que salen a la venta en la próxima subasta de Aureo. Se trata de una dobla de 35 de maravedises de Pedro I y un Enrique de la silla baja, ambas acuñadas en Sevilla.

3 comentarios en “En efectivo”

  1. Adolfo, me parece bien lo que dices, lo que pasa es que los que estamos empezando, como es mi caso, tenemos muchos «huecos» en nuestra coleccion y mucha ilusion en rellenarlos, de manera que tirarnos unos meses sin hacer adquisiciones nos resulta muy dificil. Ya se que en algunas entradas has comentado que es preferible una buena moneda antes que varias «normales», eso da valor a nuestra coleccion, y que tampoco hay que tener prisas, pero como digo, si te faltan muchas «baratas» es dificil dejarlas pasar, y al final agotas lo presupuestado en esas monedas.
    Quiero aprovechar mi primera intervencion en tu blog para felicitarte publicamente y agradecerte la ayuda que supone para los principiantes como yo.

    1. Gracias Jesús,

      ciertamente tienes razón, y eso que planteas se repite y nos ha pasado a todos: al principio se hacen muchas compras de monedas baratas. Tampoco es que lo vea mal porque, como también he comentado otras veces, con monedas baratas poco podemos perder. Si hacemos una compra de 2000 euros nada más empezar lo normal es que nos llevemos una moneda que no valga ni la mitad.
      De todas formas, una vez que pasa esa «ilusión» del principio, creo que hay que hacer un llamamiento a la calma y ser capaz de tener un poco de efectivo por si nos aparece una oportunidad.

      saludos,
      Adolfo

  2. Haces referencia al precio de mercado como un algo absoluto y creo que eso siempre es motivo de debate.

    Si por algo hay diez vendedores que piden 200, 3 que piden 150 y una sola venta realizada por 100 ¿cual seria el precio de mercado?

    Un saludo.

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