Un pequeño consejo

Cuando empecé con el blog escribí una breve entrada en la que enumeraba media docena de consejos que considero muy importantes y que en cierta forma he ido desarrollando a lo largo de todo este tiempo. Estos consejos no pretenden ser axiomas o imperativos morales, sino simplemente eso: consejos, quien quiera que los tome y quien no que los deje. Hoy voy a añadir uno más que no es otra cosa que una recomendación de compra.

Ya he comentado que un amigo mío llamado Enrique conoce mucha gente obsesionada con la numismática: gente que compra, compra y compra como si fuese una obsesión. Desean tener algunas monedas y eso les hace pagarlas caras, a veces incluso siendo conscientes de ello. En mi opinión eso no tiene gracia porque esos impulsos irracionales sólo pueden hacer perder dinero a la gente; además, tener una buena colección sólo a base de haber gastado mucho dinero no tiene mérito, me parece a mí. Eso lo podría hacer cualquiera (cualquiera que tenga dinero, se entiende).

De todas formas, del deseo no nos libramos ninguno y hay muchas veces que queremos una moneda y estamos dispuestos a pagar más dinero por ella de lo normal. En esos momentos yo llamaría a la calma, a parar, reflexionar y pensar si realmente vale lo que nos están pidiendo. La norma para comparar y el baremo para decidir es el siguiente:

«Comprar sólo las monedas que fuese capaz de vender por el mismo precio a medio plazo»

Está claro que si tengo que vender una moneda por obligación por necesitar dinero líquido de un día para otro, perderé dinero en cualquier circunstancia. No obstante, lo normal (si somos personas planificadoras) es que el dinero lo necesitemos al cabo de unos cuantos meses. En ese caso yo debería ser capaz de vender en unos seis meses todas mis monedas por, al menos, el precio que yo pagué por ellas.

Antes de que me lluevan las críticas he de decir que técnicamente este sistema es un asco: no pretende que las monedas de mi colección me proporcionen ningún interés y no incluye en la fórmula la volatilidad del mercado, lo cual podría hacer que aunque  hoy sea capaz de vender una moneda por 100 quizá el año que viene no sea capaz de venderla ni por 60 aunque me tire seis meses intentándolo. Por ello no debe ser visto como una regla de inversión o de especulación, sino como algo a preguntarse cada vez que vayamos a comprar una moneda. Además tiene la ventaja de que como cada uno somos capaces de vender las monedas a un precio, al seguir la regla nos aseguraremos de adquirir monedas dependiendo de lo que sepamos.

Una vez dicho esto tengo que confesar que aunque generalmente uso esta regla como freno para mis impulsos, hay ocasiones en las que me la salto y adquiero alguna moneda por capricho, siendo consciente de que la estoy pagando cara. No pasa nada si sólo lo hacemos de vez en cuando y calculando el dinero que gastamos y que previsiblemente no seremos capaces de recuperar. También tengo que decir que esta regla la sigo cuando compro monedas para mi colección; las que compro pensando en que quizá las revenda las tengo que comprar más baratas para permitir que a quien se las venda pueda seguir esta regla sin problemas.

Las imágenes de la entrada me imagino que ya las conoceréis: se trata de la moneda de 20 euros de 2011 que acaba de emitir la FNMT y que homenagea a Clara Campoamor.  No digo más sobre esta moneda porque ya sabéis mi opinión y además ha aparecido la noticia en múltiples blogs (v.g. Pertegón y Numismática Visual) y en múltiples foros (como Imperio Numismático). De entre todos, resaltaría la entrada que ha dedicado Rubén en su blog Historia y Numismática, un blog muy interesante que acaba de comenzar y que recomiendo visitar a todos los que entiendan la numismática como una ciencia auxiliar de la historia.

10 comentarios en “Un pequeño consejo”

  1. Hola Adolfo (que siempre te confundo con tu alter ego Enrique)!

    Las últimas entradas de tu blog me han parecido excelentes. Deberías reunirlas en un pequeño librillo para coleccionistas principiantes y no tanto. Pero hoy no estoy del todo de acuerdo con tu consejo. Yo creo que uno debería comprar sólo monedas que uno no piensa vender (salvo evidentes razones de fuerza mayor) por mucho tiempo. Como tú señalas, es imposible saber cuánto costará una moneda en el futuro. Si bien la tendencia alcista del mercado a lo largo del tiempo es, en mi opinión, indiscutible, también lo es la alta volatilidad que tú mencionas. A eso hay que agregar que tanto al comprar como al vender se acumulan los porcentajes que se llevan los intermediarios. Yo creo que de vender nuestras monedas se podrán ocupar tranquilamente nuestros herederos.

    saludos,

    Darío

  2. La verdad que la monedas actuales tienen diseños francamente pobres. España dispone de una amplísimo número de símbolos y referencias numismáticas para crear auténticas maravillas. Prefiero plata en bruto antes que estas monedas.

  3. Antes de nada, agradecer el pedazo enlace que me has puesto, y no solamente agradecerlo de palabra, sino sinceramente por el prestigio que ello me ha supuesto.

    Me gustaría comentar que creo que tienes toda la razón, deseos tenemos todos y en mi caso estas monedas de plata modernas lo son en el sentido de que podría pasar perfectamente sin ellas y porque les falla el encanto, el hechizo que despiertan cuando las estudias; exceptuando la del 2003 y 2006 el resto si las tengo es más por relleno del hueco que porque crea que merecen la pena. Pero darse un capricho es inevitable…

    Con Darío lamento discrepar totalmente, no de forma teórica, sino pura y llanamente por la experiencia propia. Cuando salió el euro decidí reunir una serie de cada país y diseño, ignorando años y marcas de ceca, como una forma de conocer mejor esa moneda. Cuando salieron las conmemorativas de dos euros se me metió en la cabeza cogerlas por lo bonitas que eran algunas. El problema empezó cuando tuve que hacer números totales y tener que plantearme si de verdad merecían la pena, afortunadamente me planté tras unas 6 o 7 piezas que, aunque siguen gustándome, decidí vender para dedicarme a temáticas más satisfactorias. ¿A quién vendérselas? Dio igual, perdí dinero. En su día tan claro lo tenía y apenas 3 meses después necesitaba venderlas.

    Una mala compra que me enseñó mucho y que hizo darme cuenta que por mucho que veamos la venta de nuestra colección como un futuro improbable, es un error actuar de tal manera porque el mes que viene las circunstancias pueden ser totalmente diferentes.

    Evidentemente, cada uno gasta su dinero como quiera; yo, desde luego, aprendí a fijar unos límites en mi colección muy estrictos, adecuados a mi nivel adquisitivo y con la mentalidad de que si preciso liquidar parte de mi colección, pueda hacerlo.

  4. Sobre la moneda de 20 euros. Sobran las palabras.
    Realmente me averguenza el pesimo criterio artistico que tiene la FNMT para diseñar las monedas españolas.
    Tanto es así que despues de pensarmelo, he decidido no coleccionar moneda actual, pues las españolas por diseño o no merecen la pena o tienen unos diseños deshorbitados (Vease la serie de Goya a 44 euros la menor de las monedas cuando, evidentemente, por la composición en plata no lo vale ni de lejos). Tampoco le veo mucho sentido a coleccionar monedas actuales extrangeras (Las de portugal suelen tener bueno diseños) cuando las de tu propio pais no suponen un aliciente.

    Por ahora ire centrandome en moneda española medieval (los famosos Maravedis) que por mi afición a las novelas del Capitan Alatriste y otros temas me tiran bastante… XD
    Además, como tu decias en algun post, son monedas con historia, y es es algo de lo cual los euros evidentemente carecen.

    Un saludo.

  5. Si no se tienen los contactos necesarios, y la mayoría de los simples coleccionistas no los tienen, es muy difícil en caso de necesidad de tener que vender tu colección no perder dinero, por lo que comentaba Darío de los porcentajes que se llevan los intermediarios. De todas maneras, como ya se ha dicho en este blog, si se compra con prudencia y procurando diversificar la colección, para evitar en la medida de lo posible la volatilidad del mercado, creo que nos cubriremos bastante bien las espaldas.

  6. Parece que os ha gustado la entrada, me alegro mucho.

    @Darío: hay coleccionistas que nunca se desprenden de ninguna de las monedas que compran y otros (como yo) que para poder hacernos una colección necesitamos comprar 10 y vender 9, con la esperanza de que el 1 con el que nos quedamos nos salga barato. Ambas posturas son totalmente respetables.
    No obstante, una cosa es ser capaz de vender la moneda a medio plazo a un precio determinado y otra es que lo vayas a hacer. Seguir esta regla es algo así como aplicar un filtro a las compras: te ofrecen una pieza y ¿es cara o barata? Pues si no eres capaz de venderla a medio plazo por el mismo precio, entonces es que es cara para ti, no deberías comprarla independientemente de si luego planeas venderla o no.
    También te puede pasar lo que le ocurrió a Rubén, que no es el primero que cuenta la misma historia de los dichosos euros en el blog…
    En cuanto a lo del libro, no eres el primero que me lo propone, lo que pasa es que un libro no se escribe en una tarde. No obstante, todo se andará…

    @David yo también me estoy planteando seriamente si mandar las monedas de 20 euros y las carteras a hacer puñetas. Cada vez es más horrible lo que emite la FNMT.

    @ramon date cuenta de que la inmensa mayoría de los lectores de este blog no son «simples coleccionistas» ;) …y si lo son leen el blog para dejar de serlo :D

  7. Como bien dices, una colección hecha a base de talonario es muy bonita de ver, pero no tiene mucho mérito que digamos. Sólo tiene valor económico.

    Comprar monedas es como comprar cualquier otra cosa: Buscas la mejor relación calidad/precio. En mi caso, cuando compro no pienso en cuánto saacaría si la quisiera vender, pero sé lo que valen, y tengo muy claro cuál es el precio máximo que pagaría (que seguramente coincide más o menos con el precio que pagarías tú como máximo para poder luego venderla).

    Al final, es lo mismo, aunque visto desde distintas perspectivas. Por eso, suelo pujar en subastas por muchas piezas, y me llevo muy pocas, pero las que caen suelen estar bien de precio.

  8. Me gustaría tener recursos para adquirir ciertas monedas » a base de talonario», pero no puede ser.Así que cuando compramos monedas,como cualquier otra cosa,debemos observar una buena relación calidad-precio.Gracias Adolfo por los enlaces que muestras en la entrada,me resultan de gran interés.Saludos a todos.

  9. Como dice Ruben en su blog de Historia y Numismática, en Portugal emiten moneda conmemorativa más atractiva que la que «fabrica» la FNMT de Madrid. Parece mentira que con la rica historia numismática de Castilla y de Aragón, de los Reyes Católicos, de Austrias, de Borbones y de las dos Repúblicas, los responsables del Ministerio de Economía y hacienda y de la FNMT no se «inspiren» mejor. No será porque en España no se haya acuñado moneda excelente, de gran prestigio y aceptación comercial hasta en lugares remotos como en China o la India. Por no hablar de los precios a los que intentan vender moneda conmemorativa…

  10. Pingback: Invertir en monedas realmente raras « Blog numismático

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