Gran subasta numismática en Madrid

El mes de octubre suele traer subastas muy interesantes para iniciar bien el curso. El año pasado tuvimos una doble sesión con el plato fuerte de la subasta Caballero de las Yndias y este año aunque no tenemos algo de semejante calidad (creo que tardaremos algunas décadas en volver a ver una subasta comparable) hay un par de subastas españolas muy interesantes y que van a dar muchísimo material para analizar en el blog. En esta entrada voy a comentar una de ellas, dejando otra para la siguiente entrada.  Si alguien quiere echar un vistazo a las subastas internacionales de este mes que se pase por el blog de numisfera, quien seguramente en unos días también analizará con detalle las dos que se van a presentar. Quien ya lo ha hecho ha sido Carlos en su blog.

La subasta a comentar es la Gran Subasta Numismática que se realiza en Madrid y organiza Martí Hervera con la colaboración de Soler y Llach y Numismática Segarra. No se trata de una subasta muy amplia, sólo hay 431 lotes, pero la calidad de los mismos es altísima (sobre todo para tratarse de una subasta española). No se centra en un periodo concreto, sino que trae un poquito de todo. Bueno, de todo lo que se ve en las subastas españolas: moneda griega, romana, bizantina, ibérica y española. No hay moneda extranjera ni cosas raras.

Lo mejor de la subasta, sin ninguna duda, es una muy buena colección de moneda de oro visigoda (colección Hans Berckhoff) y cuatro cincuentines. La colección Hans  Berckhoff está formada por un total de 50 trientes de oro entre los que se encuentran auténticas rarezas a un precio relativamente asequible que seguramente sepan apreciar los (pocos) coleccionistas de este tipo de piezas. Como ejemplo, en la parte superior se muestra la más rara y cara de todas las piezas subastadas en esta colección: un triente de Chindasvinto Aurense en calidad EBC+ y que es única.

Por parte de los cincuentines, se subastan cuatro cincuentines, que vienen a ser algo así como los hermanos de plata de los centenes (sin tardar se dedicará una entrada en el blog a ellos, aunque hace poco que ya se han hablado de ellos). El primero de ellos, en calidad MBC+ se muestra en la parte superior de este párrafo y sale por 12.000 euretes, lo cual desde mi punto de vista no es demasiado. Que yo sepa la última vez que se subastaron cincuentines en España lo hizo Cayón hace ya tres años, así que, como podéis ver la oportunidad es buena para quien tenga suficiente dinero.

Si bien  la subasta me parece muy buena, hay que tirar de las orejas a los organizadores de la misma por no indicar el origen de algunas de las piezas. Carlos ya lo apuntó en un comentario de esta entrada (por cierto, en el mejor debate que ha habido hasta la fecha en el blog, recomiendo su lectura), y es que hay piezas que han sido claramente sacadas de la subasta Caballero de las Yndias y no se hace explícito en su descripción. A ver si se me entiende la crítica: no digo que la casa de subastas tenga que hacer el trabajo que debe hacer quien estudia esa subasta, que es estudiar los remates de esas piezas o semejantes en un pasado para saber por cuánto pujar, pero no está de más que lo facilite en la medida de lo posible. Proporcionar información sobre una moneda por un lado da más confianza sobre la misma, ya que no sólo es tu casa de subastas quien la ha valorado y tasado, sino también otra empresa independiente anteriormente. Por otra parte, es una muestra de honradez y de que no se guardan ninguna carta en la manga.

Yo me he fijado en las monedas de oro castellanas, que ya sabéis que me encantan, y en seguida me saltó la alarma de que a aquellas piezas las había visto antes. Cualquier persona interesada en pujar por lotes de oro españoles (que no tienen precisamente precios para nuevos en la materia) lo primero que va a hacer es mirar la subasta de Caballero de las Yndias y se dará cuenta de que son las mismas monedas. Por eso creo que es bastante absurdo ocultar la información, es quedar mal sin obtener ningún beneficio. Eso sí, ¿quién soy yo para decir lo que tienen que hacer unos profesionales que llevan años y años con el asunto? Pues nadie, evidentemente. Simplemente doy mi opinión.

Vamos a poner ejemplo concretos. Las siguientes monedas aparecen en la próxima subasta de Martí Hervera y también se subastaron en Caballero de las Yndias. Las tres primeras son doblas de 35 maravedís de Pedro I, ceca de Sevilla. Son los lotes 134, 135 y 136 de la subasta y se corresponden con los lotes 1614, 1615 y 1616 de Caballero de las Yndias. Los precios de salida actuales de estas piezas son 2.500, 2.900 y 3.500 euros, mientras que en Caballero de las Yndias se remataron por 2.700, 2.800 y 2.100 euros. Así pues, si tienen algunas pujas no ha salido mal la inversión a quien las compró hace un año.



Otros dos lotes que aparecieron en ambas subastas son los dos siguientes. Se tratan de un 4 exelentes de los Reyes Católicos acuñados en Segovia y de un escudo de Juana y Carlos acuñado en Toledo. Son los lotes 148 y 149 de la próxima subasta y salen por 16.000 y 3.000 euros respectivamente; en Caballero de las Yndias se remataron por 13.000 y 2.100 euros. De nuevo si los venden no ha sido una mala inversión.

Otro apunte de esta subasta es que se subastan un par de doblas de la banda que no aparecían en la subasta Caballero de las Yndias: una variante de Juan II de Toledo y una rarísima e inédita de Enrique IV acuñada en Segovia y que sale por 15.000 euretes. Si alguien no conoce las doblas de la banda que no se preocupe, que espero no tardar mucho en dedicarlas una entrada, aunque ya aparecieron por aquí.

Finalmente, hay que decir que hay lotes muy interesantes y no demasiado caros de Isabel II y de El Centenario de la Peseta. Ya apareció por el blog el espectacular duro de 1888 MSM que se subasta, pero hay otras monedas muy interesantes, como el duro de 1881 en calidad sin circular que sale por 1200 euros (ya subirá, no os preocupéis). Aquí abajo se muestra. También quisiera destacar una peseta de Benlliure con ambas estrellas que sale por 2000 euros.

7 comentarios en “Gran subasta numismática en Madrid”

  1. Particularmente me congratulo de que por fin una subasta se celebre en sábado. Para los que vivimos alejados de Madrid, y nuestras ocupaciones no nos permiten desplazarnos entre semana, esto facilita las cosas. En mi caso aprovecharé además para darme una vuelta por la ciudad donde nací…
    Con respecto a lo que comentas, Adolfo, que no hayan indicado la procedencia de algunas de las piezas, estoy de acuerdo contigo en que tampoco tendrá mucha transcendencia, pues los posibles interesados seguro que están familiarizados con el catálogo de Caballero. Aunque todos salgamos ganando cuanto mayor sea la trasparencia, mi opinión es que está dentro de las reglas del juego cuando, sin ánimo de engaño, no se da toda la información disponible. Lo único que estamos viendo confirmado es que la colección Caballero de Yndias fue una oportunidad única, no sólo para los coleccionistas convencidos sino también para los que, licitamente, aprovecharon la oportunidad con vistas a hacer negocio.

  2. Interesante inicio del curso numismático por la parte de las casas de subastas, sin ninguna duda; Marti Hervera/Soler y Llach con seguramente su mejor subasta de siempre (y que curiosamente no hacen en Barcelona, si no en Madrid), y los de Aureo con la Hispania (estoy esperando tu comentario de esta, que como coleccionista del Centenario que eres seguro que puedes hacerlo mucho mejor que yo, a ver si te puedes estirar y puedes hacer un análisis bastante detallado); pero me quiero centrar en este comentario sobre lo que ya dije en mi blog, y comentas extensamente aquí, la inclusión de piezas de la Caballero de las Yndias sin atribución.

    Comercialmente puede tener cierta lógica la no atribución a una subasta tan reciente, bajo el supuesto de que estas piezas pueden entrarle por los ojos a un ‘caprichoso’ y comprarlas bajo impulso sin que mire como acabaron rematadas hace un año; pero como ya comenté me parece una falta de respeto ‘numismático’ a piezas, primero muy raras, y segundo con un pedigree tan importante como el que tienen; en mi opinión, la Caballero de las Yndias es una colección casi del nivel que la de Carles Tolrá y Vidal Quadras, acontecimientos estos míticos de nuestra pequeña historia numismática; hurtarle este pasado (ni que sea para los menos avispados) me parece un recurso de ventas muy pobre; por otra parte puede que esté acostumbrado al proceder de algunas casas internacionales (sobre todo norteamericanas) que no suelen privar a las piezas de sus pedigrees contrastados, y no les resulta problematico indicar la última vez que apareció una pieza en subasta, aunque sea en fecha muy reciente; para mi el caso paradigmático es la subasta de BCD Phokis-Lokris, celebrada el pasado viernes por NAC; en el catálogo, elaborado por el coleccionista, indicaba la procedencia de las piezas, y en una buena parte el precio pagado por ellas; ello no impidió que la venta fuese un exito absoluto, con la mayoría de lotes adjudicados por encima de la estimación.

    Quiero recalcar en la motivación comercial de la no atribución; y lo quiero enlazar con la discusión que tenemos en la entrada Inversión numismática asegurada sobre el papel que tiene el numismático profesional hoy en día; veamos, ¿que valor añadido (desde le punto de vista del comprador) mete Martí Hervera/Soler y Llach/Segarra Numismática a estas piezas? Las fotos no son mejores que las del catálogo de Aureo, no incluyen información numismática relevante de las piezas que no sepa ya el que las coleccione (estamos hablando de piezas que en principio son para aficionados muy serios, por su rareza y enorme precio); y una información muy importante de estas piezas, que es su reciente venta en subasta no la incluyen; se limitan pues a ‘inflar’ un poco los precios de adjudicación anteriores de manera que el vendedor cubre casi por completo el coste de compra de las piezas; y ya está.

    Es muy posible que el tema este sea una solicitud del vendedor; solicitud lícita; pero indica un par de cosas poco favorables de este; por un lado, que posiblemente hizo su compra para la especulación a corto plazo (a mi entender malísima idea con este tipo de piezas) y por otro, y lo que a mi entender es peor, piensa que solo puede recuperar lo ‘invertido’ intentado ‘engañar’ a algún incauto. Ahora bien, esto es así porque las casas han aceptado esta política (o lo que es peor, sea política propia de ventas); así que me surge la siguiente duda ¿estas casas trabajan adecuadamente al coleccionista serio, o prefieren ‘colarle’ ventas a los incautos, los novatos o los desinformados?

    En definitiva, lo que quiero destacar es que para el coleccionista serio estas acciones de venta resultan ‘ridiculas’ (cualquiera que coleccione seriamente estas piezas tendrá el catálogo de Aureo), e incluso un poco molestas (¿me toman por tonto?); por otro lado puede ser contraproducente de cara al que empieza, que si descubre la jugada puede pensar que le están intentando timar; pero además, sinceramente, no creo que influya (y esto ya de cara a los organizadores de las subastas) en la capacidad de venta global; por ejemplo, en mi opinión, el absoluto éxito de la Caballero de las Yndias es por si mismo justificación suficiente para una revalorización de todos los lotes subastados entonces.

    Termino ya lanzando una pregunta: ¿es eso a lo que quieren jugar las casas de subastas (por que aclaro ahora que este no es un comportamiento aislado, si no que ocurre en todas las casas; solo hay que mirar los catálogos de sus subastas, para ver cuantas atribuciones a subastas anteriores hay)? Añado; si pudiese coleccionar esas piezas, no me importaría nada pagar lo que pieden (y seguramente bastante más de la salida) tanto por el 4 excelentes de Segovia como por una de las doblas de Pedro I. Tanto porque lo significativo de las piezas numismáticamente hablando, como por ser parte de la colección Caballero de las Yndias. Y estoy seguro que bastantes coleccionistas serios pensarán los mismo que yo.

  3. No creo que se pueda comparar fácilmente una casa de subastas americana con una española porque esos mercados numismáticos no tienen nada que ver. Ahí hay coleccionistas e inversores muy serios que mueven mucho dinero y que requieren conocer muy bien el mercado, aquí de esos hay poquitos. Por otro lado, al coleccionista americano le gusta mucho conocer el pasado de sus piezas y es muy normal que una moneda se valore más cuando ha estado en una colección importante. Hay monedas de las que se conocen todos sus anteriores propietarios.

    Yo sinceramente no lo veo un asunto muy grave el que no se indique la proveniencia de las piezas; más bien creo que es un detalle feo porque todo coleccionista o inversor medianamente serio se va a dar cuenta. Otra cosa es si se hubieran subastado hace un año en una casa de subastas extranjera, ahí sería más difícil percatarse.

    Finalmente, cabe la posibilidad de que las monedas las hayan comprado en Caballero de las Yndias los propios organizadores de esta subasta. También es posible que las hayan comprado comerciantes que no han podido colocarlas en un año y han decidido volverlas a subastar para recuperar capital.

    Sinceramente, dudo mucho que nadie suelte 3000 euros por una moneda sin haberse informado antes sobre la misma.

    saludos,
    Adolfo

  4. Creo que no es tan grave. Estos coleccionistas con tanto dinero como para poder ser «coleccionistas serios», están de sobra informados de la procedencia de estas piezas. Si lo estamos los que no podemos comprarlas y no somos tan serios…

    En cuanto a quién quieren vender las piezas, lo tengo clarísimo: al que más pague, que en este caso concreto, para nada es un incauto desinformado.

    De todas fromas, hubiera sido un buen detalle que indicaran la procedencia, aunque no creo que en la práctica tenga ninguna trascendencia.

    Saludos

  5. Vamos a ver, en asunto en sí no es que sea especialmente significativo (o sí si lo miramos desde el punto de vista estrictamente numismático -entendido como el estudio de las monedas-) para los coleccionistas de esas series. Alguien que coleccione oro de los Reyes Católicos seguramente conoce mejor la serie que las casas de subastas. Pero volvemos de nuevo al tema que discutimos en la entrada de «inversión numismática asegurada», sobre que se supone que deben aportar los profesionales, y el impacto que tiene en los que empiezan.

    Veamos, en los comentarios varios profesionales se quejaron de los coleccionistas ‘jetas’ que van buscando ‘gangas’, y del impacto negativo que tiene eBay en los novatos de cara a adentrarse en la numismática. ¿Qué impresión da una casa que hurta esa información? Más aún, ¿el 18% típico aquí de comisión al comprador (de los más altos de todos) en que se plasma?

    Si queremos que la base aumente (preocupación no solo para los profesionales, si no también para el resto de numismáticos aficionados, porque nosotros también vendemos) hay que empezar a dar transparencia; y dado que la formación de precios del mercado numismático descansa en las subastas, deberiamos exigir a las casas que fueran los máximos adalides al respecto. Si bien es cierto que al coleccionista hispano parece importarle poco la trayectoria anterior de la moneda que compra, no lo es menos que una buena trayectoria es un magnífico respaldo a la autenticidad de la pieza en cuestión, algo nada baladí para el que empieza (cosa que recuerdo perfectamente cuando empecé en esto).

    Respecto a lo que comentas, Adolfo, sobre que las casas españolas no son como las norteamericas, estás en lo cierto, pero ello en detrimento de nuestros compatriotas por desidia y mala concepción comercial. Desidia por cuanto es ya casi un estandar internacional el proporcionar el pedigree de las piezas a subasta, sobre todo si hablamos de piezas tan significativas como estas (¿cuantos 4 excelentes de Segovia exisitirán, unas cuantas decenas?), o por cosas como no usar el RIC en las piezas romanas imperiales (que sigan usando el Cohen, ¿pero que cuesta usar la referencia estandar internacional? Que este mercado es único y mundial). Y mala concepción comercial por cuanto el escamoteo de la atribución a subastas anteriores que puede ‘inflar’ quizás alguna pieza de venta (o intento) reciente no compensa el daño que hace en cuanto a ‘desconfianza’. Al final, si simplemente es un tema de esfuerzo (la falta de él, por supuesto, porque comprobar el pedigree es muy trabajoso y requiere de superexpertos del mercado que sigan muy de cerca todas las subastas), recordarles el 18% que cobran al comprador, que fuera de nuestras fronteras no cobran más y sí lo hacen.

    En definitiva, yo quiero que las casas de aquí se acerquen a la forma de trabajar de las más punteras a nivel internacional, por poner unos ejemplos: CNG en USA, Baldwin en UK o NAC en Suiza; ¿por qué? Por que ello redundará en beneficios para todos, profesionales y coleccionistas.

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