Estudiando una subasta

El tema de las subastas sale cada poco en este blog y además hay otro blog prácticamente dedicado al tema por lo que debe ser importante en el mundillo de la numismática. Hoy dedico la entrada a una cuestión metodológica, de cosecha propia, sobre cómo analizar una subasta y llegar a pujar por los lotes. Me imagino que, como en casi todo, cada maestrillo tenga su librillo y otros aficionados sigan otros pasos para estudiar sus pujas. Además, muchas veces no tenemos todo el tiempo que queremos para dedicárselo a nuestras aficiones, pero en cualquier caso creo que hay que tomarse un tiempo antes de pujar en una subasta porque es nuestro dinero el que está en juego.

Para ilustrar la cuestión con un ejemplo me sirvo de la próxima subasta de Cayón la cual presenta una cantidad y una calidad de moneda alemanas más que interesante y algunas piezas españolas extraordinarias. Por cierto, las monedas que aparecen en esta entrada son de dicha subasta. Evidentemente las monedas que se incluyen en las hojas de cálculo y por las que digo que pujo son cifras totalmente ficticias; ¡¡ya quisiera yo poderme permitir esas pujas!!.

Jagerndorf. Jorge Federico. 2 thaler. 1592
 

Para analizar las subastas yo cuento con una pequeña plantilla en una hoja de cálculo, como la que se muestra aquí. En ella se indica el número del lote, la descripción del mismo, el precio de salida y el estimado por la casa de subastas. Luego incluyo el precio a pujar, y otra columna con el precio total a pagar por la moneda, generalmente 1,16 ó 1,18 el precio que se puja, debido a la comisión de la casa de subastas. Luego indico el posible precio de reventa de la pieza, en el caso de que vaya a revenderla, y también calculo el total que me podría gastar si me adjudicase todos los lotes por los que pujo, cuestión altísimamente improbable.

Cuando me llegan los catálogos de las subastas, lo primero que suelo hacer es echar un vistazo rápido, algo así como «a ver de qué va». Luego, cuando tengo más tiempo, los suelo mirar con detenimiento, leyendo el texto que pone y fijándome en ciertas piezas. Como si ojease un libro de arte. Además, leo con bolígrafo (siempre lo hago, no sólo para los catálogos) e indico monedas en las que me quiero fijar, ya sea para pujar, para saber después el precio que alcanzan o para leer algo más sobre ellas. Esa primera lectura es, sin duda alguna, la que más disfruto.

Después, quizá unos días más tarde, vuelvo sobre el catálogo de la subasta para escribir en mi plantilla de la hoja de cálculo todas las monedas por las que me podría interesar pujar. Y hago una hoja como ésta. Sólo incluyo la información que viene en el catálogo, no pongo cuánto pujaré por dichas monedas; de hecho, por muchas de ellas posteriormente no pujaré. La siguiente criba la hago unos días más tarde, donde ya pongo qué precio pondré a cada una de las monedas, teniendo además en cuenta cuánto podré sacar por ellas si son monedas para revender. Así que me queda una plantilla como ésta. Por cierto, para poner un precio a dichas monedas lo que hago es mirar las fotos en la web, porque son mucho más grandes y de mejor calidad que en los catálogos que se envían. Y por supuesto la catalogación la hago yo mismo, porque no todas las casas de subastas catalogan igual.

Alejandro III. 10 rublos. 1893
 

Posteriormente, y ya unos días antes de que dé lugar la subasta, vuelvo sobre el documento que he creado, me re-pienso los precios y pujo por las monedas que tenía pensado.  Por cierto, una estrategia para las pujas suele ser hacer pujas más bien pequeñas de forma que te dejen un margen de beneficio razonable, aunque así sea difícil que te lleves la moneda. Por eso es bueno pujar por muchas monedas, pensando que lo normal es que te lleves pocas. Aunque por si acaso te adjudicas más de las que tenías pensadas, siempre puedes indicar qué cantidad de dinero máximo pretendes gastarte en la subasta.

Y después de la subasta no acaba la cuestión, porque los lotes que no se venden los puede adquirir el primero que llegue por el precio de salida (más el 16%, por supuesto). Por eso está bien echar un vistazo a los lotes que queden libres al día siguiente de la subasta, no vaya a ser que haya alguna sorpresa que interese.

Enrique IV. Sevilla. Dobla de 35 maravedís (1471 y ss.)

9 comentarios en “Estudiando una subasta”

  1. Desgraciadamente esto último que dices: pujar por los lotes desiertos, resultará complicado en la subasta de Cayón si, como han hecho en otras ocasiones, no los publican para el público en general.
    De todas maneras, te felicito por el artículo: ofreces consejos muy útiles y racionales para moverse en el difícil mundo de las pujas en las subastas. Yo, por mi parte, reconozco que soy bastante poco metódico en esto y muchas veces me dejo llevar más por una corazonada o por una primera impresión a la hora de decidirme a pujar por una moneda. Sin embargo, creo que tienes razón y que debería valorar todos los aspectos, entre los que no debe ocupar un segundo puesto el beneficio que podría conseguir en caso de tener que deshacerme de la pieza.

    Enhorabuena por la página (olvidé dartela en mi primera intervención) y un saludo.

  2. Ufff! Como coleccionista todo esto me supera… lo de entrar en una subasta, pensar en revender una moneda ya adquirida… creo que estoy muy verde en esto o yo aún no he pillado la idea. Mi concepto de coleccionismo de monedas creo que esta muy encasillado, veo que tu intentas expandir tus opciones de conseguir piezas en varios sitios. TENGO MUUUUUCHO que aprender!!

    Un saludo!

  3. @ramon

    es cierto que en el caso de Cayón muchas veces resulta difícil pujar por lotes desiertos. Creo que Cayón se dirige directamente a los coleccionistas de piezas raras y a los profesionales, dejando a un lado a los que tenemos colecciones más modestas (aunque siempre hay algo que se puede cazar).
    En cualquier caso, usé el ejemplo de Cayón porque es la próxima subasta que acontece en nuestro país, no por otra cosa. Este año dejan hacer pujas en tiempo real por medios telemáticos, lo cual tiene que estar muy chulo. Ya escribiré una entrada contando la experiencia.

    @isidro

    todos tenemos mucho que aprender, o yo al menos tengo muchíiiiiiisimo que aprender. Escribir este blog me obliga a ello. Seguramente si llegase un día en el que ya haya aprendido todo lo aprendible en la numismática (lo dudo mucho), seguramente deje de coleccionar. A mí sólo me divierten las actividades que me suponen un reto.

    Tómatelo con calma, ve estudiando los mercados antes de lanzarte a comprar/vender. No osbtante, lo primero que hay que hacer es ser consciente de la colección que tienes y hasta dónde quieres llegar ( http://numismatico.wordpress.com/2009/10/01/tipos-de-colecciones/ ). Hay mucha gente que colecciona monedas toda su vida y que nunca se ha desprendido de ninguna. Coleccionando monedas del mundo baratas, lo cual no quita que sean SC y muy chulas, puedes gastarte unos pocos euros todas las semanas y hacerte con una muy buena colección.

    No obstante, cuando te metes en monedas antiguas suele ser necesario comprar, vender y cambiar. En mi caso, rara vez compro una moneda para mi colección que me cueste menos de 200 euros, y ese dinero no lo puedo sacar de mi micro-sueldo porque sería una ruina…

    Eso sí, lo de conseguir monedas de varios comerciantes te lo recomiendo encarecidamente, no vaya a ser que te pase esto: http://numismatico.wordpress.com/2009/10/10/como-no-coleccionar/ . También lo de andar atento a las subastas, aunque sólo sea para ver las preciosidades de piezas que hay por ahí.

  4. Muy buenas:

    Me parece que tienes un blog de lo mas interesante.

    A la vista de que tienes mas experiencia que yo en las subastas se me ocurren algunas preguntas.

    1.- Cuando pujas, lo haces por todas las monedas iguales y con valor similar o simplemente pujas por una?

    2.- Que es lo que llamas pujar bajo?, cercano al precio de salida, aumentandole a este un % o por debajo del precio de catalogo, porque me imagina que simpre pujaras por debajo del «precio general o comun de venta» que suele ser mas alto que el de catalogo (no siempre, claro)

    1. Te respondo:

      1.- Pujo por las piezas que me interesan. Cuando son varias muy similares y quiero llevarme una a un precio, pero sólo una lo que suelo hacer es lo que explico en esta entrada: http://numismatico.wordpress.com/2010/04/24/un-truco-para-pujar-en-subastas/

      2.- Pujar bajo es poner precios más bien pequeños, es decir, no fijarte en una moneda concreta y decir: «quiero esa y tengo dinero para comprármela, así que sí o sí me la llevo». Por ejemplo, si tengo 1000 euros para gastar lo normal es que puje por 6000 con la idea de que seré sobrepujado en la mayoría de los lotes debido a que las pujas son bajas. Pero lo que me lleve será a buen precio.

      saludos,
      Adolfo

  5. Pingback: Cómo participar en una subasta numismática « Blog numismático

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