Tipos de colecciones

Cada coleccionista que se adentra en la numismática tiene una bonita historia sobre cómo lo hizo y cuándo tomó conciencia de que aquello era realmente una colección. Muchas veces surge de forma natural, pero definir el contexto y el alcance de una colección no es una cuestión trivial. Es el momento en el que se pasa de acumular monedas por algún motivo a decidir qué monedas te interesa conseguir, cuáles no y por qué. Esta decisión para mí es la más importante que debe tomar un coleccionista, y aunque de primeras no se reflexione mucho, tiene que haber un momento en el que replanteárselo desde cero para ver si se tomó la decisión correcta.

Así pues, yo he detectado los siguientes tipos de colecciones:

Sin restricción: básicamente son coleccionistas que amontonan cuantas monedas les lleguen a la mano. Generalmente las compran por lotes o las cogen cuando van de viaje. Hay veces que incluso las pagan de una en una en los mercadillos. En cualquier caso, suelen conformarse con monedas muy baratas, generalmente actuales y sólo buscan poder montar un mapa-mundi de monedas. Evidentemente, el valor de esa colección es exclusivamente sentimental.

Bimetálicas: es semejante a la anterior, pero un poquito más refinada. Sólo buscan monedas bimetálicas (como las monedas de euro o dos euros) del mundo. Los países lo saben y sacan monedas bimetálicas porque hay gente que las colecciona (ya dijimos que el Estado siempre gana). El precio por moneda no es muy alto, pero la colección tampoco acaba valiendo gran cosa.

Fichas (tokens): hay gente que se dedica a comprar fichas de mil tipos, desde las de los carritos de la compra hasta fichas de casino pasando por las antiguas fichas para llamar por teléfono. Cualquier cosa que tenga forma de moneda y no lo sea les vale. Como es de imaginar, esto tampoco es que se revalorice.

Conmemorativas: generalmente las colecciones de moneda conmemorativa son las que más dinero pierden, sobre todo si se compran a una numismática. Esto es debido a que los precios de catálogo (y los que saca la FNMT) están muy por encima de el valor real de la moneda. Hay gente que llega al extremo de coleccionar moneda de inversión creyendo que comprar por 1200 euros una moneda de una onza de oro de las Islas Caimán que sólo tiene una tirada de 5000 unidades es un chollo. Si algún día lo tiene que vender se llevará una sorpresa.

Motivo concreto: suele darse en gente que colecciona también sellos del mundo. Coleccionan monedas que tengan un motivo común, como por ejemplo «barcos» o «fútbol». Si se limitan a monedas corrientes puede ser un entretenimiento barato, aunque no se revalorizará. Si ya se mete en monedas conmemorativas de plata y de oro se puede dejar mucho dinero.

Euros: los coleccionistas de euros están por doquier. La entrada del euro ha llevado a mucha gente a coleccionar monedas, algunos después han pasado a otro tipo de piezas y la mayoría se han quedado en los euros. Van muchos domingos a los mercadillos y rara es la semana que no ha salido una nueva tira de algún país. Como hay tantos… por 7 u 8 euros se tiene una tira de 3,81 euros de facial, así que la pérdida no es mucha. Es cierto que hay piezas de euro que sí valen un dinerillo, pero por la mayoría nadie debería pagar más que el valor facial. También es cierto que hay coleccionistas que se lo saben montar y a base de cambiar la colección les sale muy barata.

Monedas de España «según salen»: esto es muy típico en coleccionistas que llevan lustros yendo una vez cada año a la numismática de su barrio, pagando lo que le piden por las monedas en circulación que han salido ese año más un pastizal por el álbum y las hojas. La colección está en su salón, cogiendo polvo y quizá cada dos o tres años se la enseña a algún amigo. Sin más. Lo peor es que si algún día se decide a venderla no le pagarán mucho más del valor facial de las monedas.

Falsas de época: por sorprendente que parezca hay aficionados a coleccionar moneda falsa, pero no de las que se hayan hecho hace tres días, sino de las que se acuñaron de forma fraudulenta en épocas pasadas. Es una forma de tener una colección barata de monedas antiguas.

Centenario de la peseta: quizá ésta sea la colección más típica dentro de los aficionados a la numismática en España. El valor de una colección completa y en buen estado es más o menos asumible por mucha gente de clase media, mientras que una colección completa sin circular y con varias rarezas es absolutamente inalcanzable para la inmensa mayoría de los mortales. Hay monedas caras y baratas, pero al final la colección se revaloriza.

Medievales/Antiguas: coleccionar moneda de civilizaciones antiguas tiene la ventaja de que puede nutrirse de prácticamente cualquier subasta o numismático profesional de cualquier parte del mundo. La desventaja es que es un mundo donde hay que andar con pies de plomo y no es apto para novatos, porque por cada moneda buena hay diez falsas.

Tema concreto: hay gente que por gusto personal colecciona monedas de una época o de un tipo, al estilo de: «reales de a 8», «cobres de Isabel II y Fernando VII» o así. Suelen ser gente que entiende y conoce bien cada moneda.

Temas inexplorados: he conocido a pocos coleccionistas que se dediquen a coleccionar temas inexplorados, pero ellos tienen toda mi admiración. Son gente que se mueven entre el coleccionismo y la investigación numismática. Quizá sus colecciones no sean las que más valor económico tengan (aunque lo tienen), pero son los más valientes porque ellos mismos tienen que averiguar qué piezas les faltan y hacen sus propios catálogos. Ejemplos de estas colecciones son «monedas y billetes asturianos de la Guerra Civil» o «Pellofas catalanas».

Rarezas: hay gente que se dedica a coleccionar monedas extrañas de cualquier parte del mundo, haciendo una colección en la que caben monedas chinas del silo XV y piezas africanas de las formas y tamaños más diversos. Tampoco es muy buen lugar para principiantes.

Errores: cada vez hay más coleccionistas de errores y variantes numismáticas. Para mí lo bonito de estas colecciones no es comprar los errores, sino buscarlos uno mismo. Aunque claro, eso lleva mucho mucho tiempo.

Monedas caras: esto suele ser gente cuyo objetivo es exclusivamente inversor, no coleccionista. Suelen tener mucho dinero en monedas y comprarán y guardarán cualquier moneda que esté a buen precio y a largo plazo se revalorice. También venderán cualquier moneda si se la pagan bien.

Pues hasta aquí la primera parte de este tema. Espero que vuestra colección encaje con uno de estas categorías; en cualquier caso, lo importante es no vivir engañado y ser consciente de si la colección puede ser una inversión o no. He conocido a mucha gente que vive engañada pensando que su colección será una gran herencia para sus hijos y ellos no están haciendo más que perder dinero. Lo importante no es ganar dinero, sino ser conscientes de lo que se hace.

La próxima entrada se dedicará a explicar en qué categoría encaja mi colección.

11 comentarios en “Tipos de colecciones”

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  9. Excelente blog…
    yo estoy levantando un pequeño proyecto personal de revista numismatica (tal vez la haga de coleccionismo integral mejor.. filatelia, numismatica y bibliofilia para comenzar) y tus ideas son excelentes como inspiracion y guia (no te preocupes, no hare plagio ninguno ni tengo la intencion… pero puedes estar seguro que te recomendare en forma impresa, si cuento con tu permiso). Lleva bastante la investigacion, aunque gracias a Dios vivimos en la era digital :)

  10. Pues yo tomaba cualquier moneda que llegara a mis manos, hoy arreglando y viendo la falta de espacio, he optado por dedicarme a monedas exclusivamente con estuche, ya que son fáciles de exhibir, si salen recién las encuentro a un precio módico, se exhiben muy bonitas, están mint y sé que no me haré rico con ellas pero creo que su valor no se devaluará.

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